"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Adios 2012


Escribe mi hermana Lourdes:

SE TERMINA EL 2012.-


Aunque por ejemplo a mi santo esposo todo eso de los años que empiezan y terminan en una fecha determinada le importa un bledo. El es un tipo que suele regirse por los ciclos de la naturaleza, es científico y asume su formación y su vocación como modo de ver la vida.


Cuando en verano me quejo del calor (ahora por mis hormonas más), el me dice que es normal que haga calor en verano sin inmutarse lo más mínimo, igual con el frío del invierno y se toma con la misma naturalidad las dos estaciones transitorias y templadas, otoño y primavera.
 En navidades sabe que tiene unos días de vacaciones y como tiene el defecto de ser un descreido en lo fundamental, no se preocupa mucho de MI portal de Belén ni de los adornos de la época… me deja hacer y ya está.
Este año me ha dicho que no se mete una uva en la boca porque no quiere, nuestros hijos están fuera de casa y "con 61 años que voy a cumplir el mes que viene ya es hora que me deje de tonteras", me dice textual…


Mi santo es muy bueno pero es muy suyo y a mi no me molesta para nada su forma de ser porque lo quiero clara y profundamente y aquí lo declaro.
 Además en el fondo tiene algo de razón. El año es el tiempo que nuestro planeta tarda en dar la vuelta al sol, las estaciones transcurren en ése recorrido.
Los días y las noches son la rotación de la tierra y la luna llena o nueva es la rotación de la luna sobre si misma y alrededor nuestro. A ése devenir de los astros mezclado con el tic-tac del reloj y el pálpito de nuestro corazón es a lo que llamamos tiempo tal y como lo conocemos.

El sonido de su despertador todas las mañanas laborables, la radio transmitiendo las noticias del día y el sonido de la ducha mañanera me hacen que me arrope mejor y más tranquila en mi cama, ha pasado la noche, ha terminado ya y empieza un nuevo día con su afán…
Poner nombres al tiempo que transcurre empieza a darme coraje a mi también que yo estoy muy chocante.


Mañana 31 de diciembre de 2012 es un día normal, el universo entero sigue su curso sin inmutarse, aquí todos saltamos poseídos de una alegría algo forzada y una duda en nuestro interior, ¿que pasará éste año?... ¡Dios mío! (esto último lo añado yo).


No lo neguemos, ésa preguntita molesta la tenemos todos y todas enmedio de la juerga, del cante, las comidas y la borrachera para que no nos martillee demasiado la cabeza, creo…


Pues miren ustedes: que no pienso. Mañana acaba una numeración que hemos impuesto porque somos seres ordenados y no tenemos más remedio que clasificar el tiempo que pasa por nosotros, o nosotros por el…
 No sé lo que el futuro me depara a mi ni a los míos, pero no lo voy a poner a disposición de ningún recuadro numérico, voy a seguir con mi rutina de vida: el calor de los veranos, ése calor de las tres de la tarde con el sonido de la chicharra avisándonos que nos pongamos a la sombra o en remojo, el otoño sereno y refrescante, el frío invierno con sus fiestas como las de ahora- y en siete dias, DM, al trastero con el árbol y el belén- la lluvia en la noche y los abrigos que cada vez parecen más de astronauta, y luego la primavera florida y con olor a feria y a incienso… es lo que toca.


Pero todo sigue igual en el fondo, solo cambian las formas. La rutina ya no es de los días, estoy en la edad en la que la rutina es de los años y he aprendido muchas cosas importantes ya, por ejemplo, que los helechos es bueno que se poden en Marzo… y algunas cosas más…


¡¡Felicidades a tod@s por vivir… que ya es MUCHO!!


Y yo añado:

Que no se puede estar más de acuerdo con mi hermana Lourdes. De hecho hay diversos calendarios y este nuestro “El Gregoriano”, es solo uno más… además lo han retocado y cambiado varias veces, se han saltado hasta meses enteros creo por el capricho de un Papa de la Iglesia… esto de las fechas y los días, meses y años es una manera de contar como pasa el tiempo de los astros, no el tiempo nuestro biológico.

Cada persona siente y mide su tiempo de diferente forma y con diferentes resultados. En mi caso –supongo que como casi todo el mundo- tenía la percepción de que cuando era pequeño el tiempo pasaba mucho mas despacio, las horas eran como días, los días eran largos como semanas, las semanas como meses y los meses eran como años actuales.

Ahora me da la impresión que todo sucede a una velocidad de vértigo, que pasan los años uno detrás de otro imparables. Una Nochebuena detrás de otra casi sin darnos cuenta, el día 31 de diciembre que antes para mi era el día mejor del año ahora llegan tan seguidos que casi es un día normal para mi, unas cervezas con los amigos al mediodía y a casa a ver la tele, eso sí, con una copita de champán y unas fruslerias variadas. Las Semanas Santas que antes se vendían tan caras ahora no da tiempo a olvidarse de la última cuando ya está aquí la siguiente; la Feria de Sevilla que tanto me gustaba y tanto deseaba que llegase, ahora me empalaga ver como desde antes de Navidad están poniendo los palotes del arco y los fierros de las casetas… y ya mismo está aquí otro verano con sus calores y sus sudores cuando hace pocas semanas estábamos en mangas de camisa y en bañador… (La rutina ya no es de los días, estoy en la edad en la que la rutina es de los años…)

¿La subjetividad del tiempo? O la teoría de la relatividad ejecutando sus arcanos misterios… Da igual. Supongo –sé- que puede haber situaciones que detiene el tiempo biológico en algunos anímales, incluso formas de vida que pueden ser hibernadas y congeladas y después ponerlas en marcha otra vez.

Y sé que hay muchos humanos que sufren penas, calamidades, enfermedades, injusticias, abusos, hambre, destierros, soledad, ansiedad, angustia y desesperación y que para ellos, tengan la edad que tengan, el tiempo no sucede de la misma forma que sucede para mi, seguramente para ellos el tiempo es lento y doloroso y cada día que sucede es como una pesada losa más que como unas cifras de un calendario.

Y a todas estas personas que he mencionado es a las que les quiero desear con toda la fuerza de mi alma que el año 2013 les haga cambiar la percepción del tiempo y que el año que entra sea para ellos mucho mejor que este trozo de tiempo que hemos dejado atrás, y que el tiempo pase como tiene que pasar… casi sin darnos cuenta…

sábado, 29 de diciembre de 2012

Inocentes

Hoy 28 de diciembre es el "día de los inocentes". Y hoy aparece una noticia en los medios de comunicación de toda España: un tipo desalmado se liga por internet a una joven de Huelva, esta tiene una hija de 18 meses, la madre con su hijita se traslada a Almería para tener un encuentro "amoroso" con su nuevo amigo. Una madre inocente y una hija más inocente aún. Un angelito lleno de vida de un año y medio.
El criminal, después de estar un par de días conviviendo con ambas, decide raptar a la niña, no comprendo con que objeto, aunque algunos periódicos dicen que pretendía "venderla". Le dice a la inocente madre que baje un momento del coche porque se ha averiado y se da a la fuga con la criatura inocente a bordo. Esto ocurrió hace una semana. Ayer apareció el cuerpo de la pequeña sin vida dentro de una charca. Asesinada. 
¿Que objeto tiene esos actos? Asesinada una pequeña de un año y medio sin motivo aparente. No me puedo ni quiero imaginar los detalles. Lloro.
Mi mente no entiende estas cosas.
Me encuentro mal, aterrorizado por el Mal que libremente deambula a nuestro lado y no somos capaces de reconocerlo. un mal que puede tener mil caras y otros mil disfraces distintos. 
Lo mismo se viste con uniformes militares o de guerrilleros y arrasan a pueblos enteros de inocentes por no pensar como desean los que tienen las armas, o con ropajes religiosos y mortifican y abusan de inocentes en nombre de no se que dioses inventados por ellos, o con ropones de juristas y trajes de banqueros que ahogan y asfixian a familias inocentes hasta dejarlos sin dineros, sin casas, sin vida. A estos tipos de Mal parece que estamos acostumbrados por su frecuencia y continuidad durante siglos.
Pero los asesinos de niños inocentes, como este último caso que conocemos, no me entra en la cabeza, y cuando pienso en ello me lleno de angustia y de pena, también de miedo y de inseguridad... porque pienso que le puede pasar a cualquiera.
Y pienso que quitarle la vida a una niña inocente, tan friamente, es quitarnos a todos nosotros un poco de nuestra original inocencia y hacernos sufrir de dolor e impotencia.
Yo espero de corazón que con el dolor que me produce este crimen, alivie en algo a esa pobre e inocente madre del tanto horror como estará pasando... eso espero y se lo pido a Dios.

PD: Mi Dios estoy seguro que es el Dios de los Inocentes.

viernes, 21 de diciembre de 2012

21 de Diciembre


El día 21 de diciembre era el día mágico de la vacaciones de Navidad. Ese día, después de darnos los boletines de las notas, escuchábamos Misa solemne en la capilla del Colegio Portaceli, con nuestros uniformes granates con corbata plateada de elastiquillo, y luego todos salíamos corriendo con ganas de jugar y disfrutar de casi tres semanas de felicidad.

Entonces la Navidad era mas navideña que ahora. Hacía frío de verdad, las mañanas eran grises y al hablar salía vaho por la boca como si fumáramos. En estos días era cuando se ponían los Nacimientos o Portales de Belén, que bajábamos de los altillos de los roperos o de los cuartos trasteros envueltos en papeles de periódicos dentro de cajas de cartón. Las casas de corcho, las figuritas de barro, la mula y el buey, los angelitos… Teníamos que coger verdina de la azotea que arrancábamos con un cuchillo para ponerla de pradera para las ovejitas, los ríos eran de papel de plata y la nieve era de harina blanca. Los más atrevidos hasta ponían luces que se encendían por la noche.

La Nochebuena se celebraba en mi casa muy sencillamente con una cena especial en el salón. A mi padre le gustaba el pavo trufado, huevo hilado y gelatina. Siempre un poco de jamón serrano. Después sacaba la guitarra y cantábamos villancicos y canciones flamencas. El día de Navidad almorzábamos otra vez todos juntos casi el mismo menú de la noche anterior.

Los chavales quedábamos temprano para aprovechar todo el día. Las mañanas eran para interminables partidos de futbol en el campo del Sevilla -donde ahora esta el Nervión Plaza- era nuestro campo de futbol, o bajo los soportales del Estadio si estaba lloviendo. Por las tardes estábamos deseando que se hiciera de noche para irnos a “los montones” –la actual avenida San Francisco Javier- pegados a la valla del Colegio, para hacer candelas y calentarnos, fabricar antorchas con palos y botellas de plásticos y perseguir ratas gigantes como gatos peludos… era toda una aventura.

La noche de Fin de Año era muy especial para mis tatas que se tomaban muy en serio lo de las campanadas y las uvas y luego el programa musical de la tele. Mi tata Reme se ponía atacaita con las uvas, con Manolo Escobar, con Lola Flores, con los bailes y el espectáculo de la tele esa noche tan larga. Yo casi nunca llegaba despierto a las doce, aunque hacía un esfuerzo sobrehumano para quedarme viendo la tele hasta tarde… pero no había manera… creo que nunca me he tomado las doce uvas con las campanadas.

La cabalgata de Reyes solíamos verla en la Puerta de la Carne. Alguna noche recuerdo que tardé en dormirme intentando trincar a los Reyes Magos dejando los juguetes en la salita. Por la mañana un silbido de mi padre era la señal para levantarnos y salir corriendo a ver los regalos. Los Reyes siempre se portaron muy honestamente  con mis hermanos y conmigo, sin hacernos nunca regalos caros o inútiles, pero siempre fueron muy apreciados por nosotros.

Al día siguiente todos los amigos apareciamos en el campo del Sevilla con mas o menos los mismos juguetes: unos años raquetas de tenis, otros, patines de hierro, balones de futbol casi siempre, algún año una bicicleta Orbea o BH…

Siempre recuerdo con verdadera pena a mis amigos los hermanos R… que por los motivos que fuera los Reyes no llegaban nunca a su casa. Tan solo el padre (un señor serio y adusto) montaba siempre el mismo tren eléctrico que daba vueltas y vueltas sin que lo pudieran tocar, solo mirar. Cuando el día 6 miraban nuestros regalos sus caras eran todo un poema de incomprensión y pena. Pero todos los amigos compartíamos en mayor o menor medida nuestros regalos con ellos.

Así pasaban las vacaciones de Navidad en mi infancia y primera juventud, dias llenos de felicidad, de un maravilloso y tranquilo barrio llamado Nervión, de una calle espectacular como era entonces la Avenida de Eduardo Dato con su bulevar y su tranvía amarillo, de un campo de juegos interminable como era todo el terreno alrededor del estadio del Sevilla FC, de una pandilla de amigos que es y será la mejor del mundo: Diego, Jose, Mundi, Manolito y Francis, Alberto y tantos otros…, de una familia excepcional con unos padres que educaban con libertad y confianza, de mis queridas tatas Remedios y Antonia, de Manolo el Portero y su mujer Asunción que no me quiero olvidar de ellos, y mi colegio Portaceli que era como mi segunda casa…

¡Que mas se puede pedir!


martes, 18 de diciembre de 2012

Y Johnny cogió su fusil.


Y de nuevo otro Johnny cogío su fusil y decidió matar. 

En realidad Johnny estaba muerto. Era un cadáver viviente desde hace mucho tiempo, pero el zombi que habitaba el cuerpo de Johnny decidió morir matando, igual que en las películas de zombis que ponen continuamente en la tele, esas películas hechas para chavales en las que unos zombis chulísimos tienen que matar a cuantos mas humanos mejor para seguir siendo unos zombis televisivos y famosos.

Además, era el momento justo porque el fin del mundo estaba al caer y aquellos zombis que cuando llegase el apocalípsis no hubieran matado a muchas personas, no puntuaban y se convertirían en polvo y se desharian como un puñado de cenizas que el viento las esparce y se difuminan.

Y la mamá de Johnny, divorciada desde unos años antes, guardaba en su casa, por supuesto legalmente, una gran colección de armas de fuego para matar a todos los hijos de la gran puta de los vampiros chupasangres que pululan por esa parte del mundo, que aunque tengan apariencia de guapísimos humanos, son hombres y mujeres dispuestos a morder en la carótida y convertir al pobre Johnny en un lobo viviente, un traicionero cánido a las órdenes del jefe de la manada, anulando su eximia voluntad de zombi.

Pero Johnny no estaba dispuesto a aceptar eso. Alejado del mundo y de los vampiros que se divierte porque son guapos y triunfan, se introdujo cada vez mas en su convicción devoto de esa gran pantalla de plasma que en tantos colores megapixelados y en sonido esterofónico le tranmitian tanta verdad y realidad a él y a su zombi interior.

Y así Johnny era feliz en su mundo completamente real, encerrado en su cuarto e introduciendose cada día mas en esos videojuegos en tres dimensiones -largo, alto y muerte- donde con armas sofisticadas de fuego irreal se van eliminando unos tras otro a humanos que se cruzan en el camino del Ganador, del Jefe que maneja los mandos de la consola donde se hace realidad el sueño de Johnny de ser alguien importante y reconocido, de atraer la atención de los demás videojugadores y matar y matar a mas hombres y mujeres para alcanzar las mas altas cotas de puntos del universo criminal de los asesinos cibernéticos.

Y Johnny va dejando que le zombi que habita dentro de él le susurre palabras al oído que solo él es capaz de escuchar y solo él es capaz de entender en el lenguaje críptico y misterioso que hablan los no muertos.

Y un día, al solitario Johny le llaman la atención en el colegio y lo castigan o lo expulsan de clase. Y eso no lo puede permitir. El es un hombre con un zombi en su interior. Es distinto. El es un elegido. Ha llegado el momento glorioso.

Y después de haber entendido perfectamente lo que se espera de él, gracias a los mensajes de los videojuegos y a las órdenes del zombi que se comunica con Johnny susurrandole órdenes tajantes dentro muy dentro de su cerebro, decide actuar.

Las armas están preparadas, su madre las conserva perfectas y engrasadas. Ella es la primera en caer, seguramente para comprobar si el gatillo estaba duro o blando al apretarlo. 

Después se encamina a su colegio, va sonriente, feliz, lleno de optimismo, con su chaleco antibalas y varios fusiles llenos de balas de verdad y con muchas ganas de jugar esta partida en este gran videojuego nuevo que se le presenta por delante, con niños que juegan en un gran patio o que están sentados en sus aulas aprendiendo a vivir.

Y entra en el colegio. ¡Empieza la partida!


martes, 11 de diciembre de 2012

La muerte de "El Espartero"


Gracias al interés y a la amabilidad de mi amigo Carlos Delgado Ribelles, con el que comparto curiosidades comunes por la historia de nuestras familias, el cual me hizo llegar unas fotocopias de varias páginas del libro Semblanzas Taurinas escrito por don Natalio Rivas Santiago -el que fuera entre otras muchas cosas (abogado, político, historiador…) gran aficionado y escritor taurino superlativo- he podido conocer con los detalles aportados por un testigo excepcional, como sucedieron los hechos aquella fatídica tarde del 27 de mayo de 1894 en Madrid cuando el toro Perdigón de Miura segó la vida de Manuel García Cuesta "El Espartero".

Pues don Natalio Rivas resulta que nos relata en su libro: “por una feliz casualidad llegó a mis manos una carta manuscrita por el que fuera eminente cirujano don José Ortiz de la Torre, que estaba de guardia en la Plaza de Toros de Madrid (entonces no habría equipo médico “de cada plaza” como ahora, sino que atendían a los heridos de las corridas de toros los cirujanos de guardia de la capital… que por supuesto se trasladaban  a las plazas de toros…) la tarde que tuvo trágico fin el infortunado diestro sevillano”…

La carta del doctor Ortiz de la Torre, en lo que atañe a la muerte de “El Espartero” dice así: (paginas 136 a 141)

“ Voy ahora a relatar a usted lo que conozco de la cogida de El Espartero:
Estaba yo en el palco que tenemos para el servicio sanitario, que, como usted sabrá, se presta del Hospital General.
El toro que causó la tragedia era de los que llaman recelosos e inquietos y necesitaba un trasteo de mucha calma y frescura, como comenzó dándole el diestro. Se tiró a matar en buenas condiciones y salió enganchado por la ropa, volteándole a unos dos metros sin consecuencias apreciables, porque enseguida se levantó y volvió al toro. Pero aquí empieza lo lamentable.

                             El Espartero matando un toro.

Yo no sé si por el aturdimiento que le produjera la caída o mas bien “quemado”, dio otros cuatro pases en malas condiciones y se preparó a tirarse de nuevo, no estando el toro cuadrado, sino muy adelantado y moviendo la cabeza, buscando por todas partes.
En mi entender había mucha gente cerca de El Espartero que distraían al toro y que mas bien estorbaban. Si allí hubiera estado un torero inteligente le hubiera impedido tirarse en el momento que lo hizo.
                  
El caso es que después de meter una estocada contraria, salió arrollado recibiendo un fuerte golpe de testuz en pleno pecho, y una vez en el suelo y sin intervalo apreciable, el toro (que iba muerto) metió el cuerno por donde se lo encontró por delante, sin intención, ya que le pasó por encima sin enterarse.

                                Encontronazo toro y torero

Tan rápido fue todo esto que mucha gente no se enteró de la cornada. El pobre Manuel no hizo más que un estremecimiento con todo el cuerpo y cayó desplomado.



Yo entonces corrí a la enfermería y al llegar a ella entraban entre cuatro al pobre desgraciado con una cara tan descompuesta que no pude menos de decirles: Le traeis muerto…

Reconocí con rapidez la herida, que ocupaba el epigastrio, y tenía unos cinco centímetros, por la cual se herniaba el colon transverso, y una vez reducido, empecé a ocuparme de aquel colapso tan profundo que semejaba la muerte.

Le hicimos la respiración artificial un cuarto de hora, inyecciones de éter, etc, etc… sin conseguir nada. Por la herida no salía sangre. La sangría en ambas manos no dio ni una gota. Estaba muerto, a mi juicio, de síncope cardiaco rapidísimo, producido por la conmoción violenta del pecho y la cornada en el epigastrio, que obró sobre el corazón, produciendo una inhibición de los centros motores del corazón.
Digo esto porque alguien ha pensado que la hemorragia le había matado, cuando si así hubiera sido habría sido la agonía mas larga. Y es más: si yo hubiera sospechado tal cosa habría intentado abrir el vientre para buscar el foco hemorrágico. Pero esta bien claro que la muerte fue producida de un modo instantáneo, antes de que la hemorragia tuviera tiempo de producirla. Una cosa semejante a lo que sucede cuando a una rana se le infieren pequeñas percusiones sobre el vientre, que determinan la parálisis del corazón con sístole.
De modo que nada pudo hablar ni hizo el mas pequeño movimiento que indicara conciencia. Para mi, murió en la plaza.
Nada le digo a usted de la escena que allí se desarrolló luego con la cuadrilla y los amigos, porque usted puede figurarsela.
Al día siguiente fui a ver el cadáver antes del embalsamamiento, y dilatando lo suficiente la herida pudimos observar que el cuerno entró unos quince centímetros hacia atrás y arriba, hiriendo el hígado en su cara inferior y borde posterior y desgarrando ramas de la porta que produjeron una mediana hemorragia, insuficiente a todas luces para matar tan rapidamente. De todas suertes, la herida era, como usted ve, mortal en mayor o menor plazo. En este punto los periódicos se han despachado a su gusto, fantaseando y falseando los hechos, como es frecuente.
En resumen, yo creo que la primera cogida le produjo, no lesiones, sino un aturdimiento que le impidió luego la necesaria calma para hacer las cosas bien.
Con que ahí tiene usted los detalles que desea en la parte que conozco de ciencia propia…
Hasta su vista, sabe que no le olvida su amigo y compañero José Ortiz de la Torre.”

Para mi, bisnieto del esta gran figura del toreo e ídolo de los aficionados sevillanos en su tiempo (ya os contaré lo que se escribió en la prensa y como fue el traslado hasta Sevilla y entierro en San Fernando) esta semblanza tiene un interés especial, pues como médico puedo extraer mis propias conclusiones a la luz de los conocimientos actuales.

Lo que viene a decir el doctor Ortiz de la Torre, con muy buen criterio, creo, es que la causa inicial o fundamental de la muerte de El Espartero no fue la cornada en el abdomen, sino que la causa principal se produjo a causa del primer encontronazo entre el pecho del torero contra la testuz de el toro que le hace salir despedido por el aire unos dos metros.

Este traumatismo directo sobre la zona del corazón produce un efecto retardado -en pocos segundos o minutos- debido a un mecanismo del sistema nervioso parasimpático, lo que se conoce como una contusión torácica y un síncope vaso-vagal, con descenso brusco de la presión arterial y lipotimia o síncope… En caso agudos y extremos la contusión sobre el corazón puede producir arritmias malignas, como una parada cardiaca, o una hemorragia del pericardio que impide que el corazón se expanda y sobreviene un colapso progresivo. De esta manera es muy posible que después del traumatismo torácico el torero quedara a merced del toro, sin capacidad de reacción, debido a un sincope cardiogénico y falta de circulación al cerebro… ¡que se le fuera parando el corazón y se desmayara vamos!

Por esa causa no se apreciaba una franca hemorragia después de la tremenda cornada… que lo más seguro es que le hubiera causado la muerte por sí misma, ya que en la observación post mortem realizada (necropsia) se evidencia rotura de la vena porta y laceración hepática, difícil de solucionar con los medios de aquella época.

Pero nos queda la duda de que si no hubiera habido el encontronazo previo y el golpe en el pecho… igual la historia hubiera sido otra…

PD: Un placer compartir con vosotros estas elucubraciones mías y os dejo estas coplillas en memoria de mi bisabuelo:




miércoles, 5 de diciembre de 2012

Marte


Mi hermana Lourdes escribe:
La Nasa anuncia el envío de un nuevo robot para el año 2020, y para el 2030 Barack Obama anuncia que irá al planeta rojo una nave tripulada con seres humanos y algún animal..más.

La carrera espacial que desde siempre ha mantenido EE.UU., sigue su curso.
Ya han mandado y allí están, en Marte, dos carricoches sabihondos que nos han dicho a ciencia cierta que en el planeta rojo por el polvo de fierro oxidado, lejano al sol que se debe ver mucho más pequeño que desde aquí, con una atmosfera muy tenue que hace que el agua que pudiera haber allí se evapore a diez grados de temperatura o temperatura de ebullición que se llama, no hay vida orgánica ni agua.

Pero no importa, tienen que mandar a otro carricoche para que aviste un lugar donde pueda aterrizar diez años más tarde una nave tripulada en un viaje sin retorno y a un lugar que es una roca bellísima, bola redonda seca y árida roja y polvorienta, que seguramente diría Machado si le hubiera interesado Marte… me da que no..

Pero lo que sabemos y segurísimo es que donde hay vida es en la tierra.
 Sencillamente porque ésta roca nuestra fue a posicionarse a una distancia precisa del sol donde el agua se mantiene en su ritmo estable, con un tamaño planetario lo suficientemente grande como para que su gravedad mantenga una atmosfera indispensable, y con una inclinación en su eje que permite que en su rotación a la estrella pueda haber estaciones de Vivaldi, las cuatro, de modo que con la sucesión del frío y el calor, la humedad y la luz suficiente, hemos prosperado unos seres diminutos en todas sus variantes..
Marte no tiene vida, en muchas cuestiones eso que se ahorra:
 Todo el sufrimiento humano se lo quita de un plumazo, en su caso sería marciano. Donde hay vida hay muerte, dolor por la inevitable supervivencia, y si el cerebro por alguna ínfima casualidad se desarrollara un poquiiitooo más como es el caso de los mamíferos llamados personas humanas, Marte se ahorra: Las injusticias más descarnadas, humillaciones, malos instintos y continuas guerras y robos por intereses de cuatro terrícolas que se han creído que el universo se puede comprar, es decir el sufrimiento, la vida misma…
Serán tontos… y no hay nada peor que un tonto malo… Pero Marte al no tener vida tampoco tiene:
Seres de cualquier especie que luchan honradamente por la supervivencia de su especie, selvas mágicas donde como decía García Márquez habitan salamandras doradas y lirios sangrientos, personajes importantes para la humanidad, decía Einstein que la mayor fuerza es la de la voluntad… eso he leído, si lo dijo o no… bien está….avances ventajosos para el bien de todos, las ciencias las letras, Nueva York en invierno, bueno en Marzo, la torre Eiffel, la otra banda, el puente de Huelva al atardecer con la marisma al descubierto porque la marea lunar está baja, la Giralda desde mi avenida… porque es mía, los recuerdos, todos, los viajes para ver a los hijos (tengo uno en breve, en avión, ¡Aahh!), lo que ayer mientras trabajaba oí en la radio y hoy lo traigo, los patios cordobeses en primavera, allí si que hay vida… los tanatorios respetuosos, los paritorios alegres, una mujer cosiendo un niño tosiendo y yo misma mal escribiendo…
Marte: ganas mucho al no tener vida; pierdes más…

sábado, 1 de diciembre de 2012

1975. Granada.


1975 fue un año que me gusta recordar.  Estudiaba COU en el Instituto Martinez Montañes y las notas eran buenas. Tenia muy buenas amigas, una pandilla de amigos extraordinaria y para colmo de felicidad a primeros de año me apunté en la Autoescuela Ramos, a unos pasos de mi casa, para examinarme del carnet de conducir. Yo sabía conducir perfectamente desde los 14 o 15 años, que era la edad en la que mi padre me enseño a conducir por todos los carriles que cogíamos cuando íbamos de cacería. De manera que mi padre me pagó la matricula y las tasas del examen –trece mil pesetas- y creo que di varias clases teóricas y tres clases de practicas en el descampado del campo de el Sevilla FC. Aprobé sin problemas tanto el carnet de coche como el de motos.

Ya podía conducir oficialmente el Seat 800 (un 600 de cuatro puertas) que mi padre hacía la vista gorda cada vez que lo cogía para salir. El coche entonces era fundamental para ser todo un hombrecito, las niñas preferían salir con quien tuviera coche, aunque fuera un trasto viejo y destartalado como el mío… pero para mi era el coche mas bonito de Sevilla, con su pintura azul marino, sus asientos de plastico, el volante de baquelita, los cristales rotos… que avío mas bueno me dio…

                                              Seat 800

Por aquellos tiempos disfrutábamos mucho conduciendo y haciendo viajes los fines de semana a cualquier sitio: a El Rompido, a Chipiona, etc, pero cuando llegó la Semana Santa y coincidiendo que varios de la pandilla jugaban en el equipo de futbol del Portaceli y tenían que jugar un campeonato en Granada, decidimos fletar un Dyane 6, prestado por mi padre, y marcharnos a Granada con el equipo de fútbol.

 
                                           Citroen Dyane 6

Salimos de Sevilla a las doce del mediodía, Antonio Ruiz Cabezas, Diego Villalonga, Jose Miguel Blanco, no recuerdo si Raimundo Blanco (Mundi), y yo al volante. Era la primera vez que me atrevía con un viaje tan largo. Entonces Granada estaba lejísimos por una carretera nacional llena de cuestas de curvas y de camiones… pero la euforia del viaje compensaba todo eso y mucho más.

Cinco personas a bordo, con sus maletas correspondientes, la radio a toda pastilla y cuatro  o cinco días por delante. Por supuesto que nada mas salir de Sevilla paramos en la primera Venta que vimos a tomar una cuantas cervezas… y en la segunda y en la tercera… (Si, si.. ya se que eso no esta nada bien… pero entonces no teníamos la responsabilidad suficiente, ni estaba prohibido, creo…)

Jugaba un partido de Copa de Europa el Real Madrid y lo escuchábamos por la radio. Cada vez que marcaba un gol lo celebrábamos parando en una Venta y tomando un cubata. Y el Madrid ganó por cinco o seis a cero.

Bueno pues la cosa es que se nos hizo de noche y empezó a llover a cantaros. Yo conducía lo mas cuidadosamente que podía y mi copiloto Antonio “El Gorila”, manejagaba el mando de las luces cortas y largas. Entrábamos en Granada sobre las diez de la noche. Teníamos reserva en el Hotel Maciá sito en la Plaza Nueva granadina, que era donde se quedaba el equipo de futbol. No teníamos ni idea de cómo llegar. Al entrar en Granada llovía bastante. Al final de una avenida un semáforo en verde, pero con un guardia urbano con su impermeable blanco y su casco blanco, su mano en alto señalando que nos detuviéramos. Unos me decían que acelerara, otros que parara, y yo con el guardia encima pegué un frenazo de categoría con la mala suerte que el Dyane 6 derrapó y me lleve al acojonado agente por delante con la aleta delantera derecha. El hombre se levantó como pudo y nosotros solo sabíamos pedirle perdón, que si el semáforo verde, que si el agua, que si la noche…

Por supuesto me pidió el carnet de conducir y los papeles del coche y me recetó una buena multa. Para colmo a la hora de marcharnos con los nervios le preguntamos que si nos podía decir como llegar a la calle Sierpes… que por error confundimos con la Plaza Nueva… y el hombre se pensó que nos estabámos riendo de el y nos quería poner otra multa por desacato a la autoridad… Al final llegamos al Hotel cerca de las once de la noche.

Granada en aquellos días era un paraiso de estudiantes todo el día en la calle celebrando algo, los bares abarrotados, las discotecas a tope… pasamos unos dias gloriosos. Yo no vi ni un solo partido de fútbol.

Un día decidimos conocer el Sacromonte, sus tablaos y el ambiente de las tabernas. Subimos en el Dyane 6 y aparcamos en una placita. Yo no se si es que nos dieron vino peleón o lo que fuera, pero creo que metimos la pata en un tugurio poco recomendable para cuatro mocosos como nosotros que queríamos darnolas de listos y de pronto dos o tres gitanos con muy mala cara se cabrearon. Yo fui el primero que empecé a correr como un poseso buscando la plazita y el coche. No sé ni como llegué y abrí la puerta y nos metimos al salto y arrancamos cuando ya teníamos a cuatro o cinco gitanos encima dandole patadas y palos al coche. Solo puedo decir que de el miedo que tenía al cambiar de marcha de segunda a fondo a tercera me quedé con la palanca de cambios en la mano… menos mal que era cuesta abajo y no paramos (en tercera) hasta llegar al hotel.

Otro día fuimos a ver la Alhambra y allí nos ocurrió una de las cosas mas increíbles que me han pasado nunca. Y gracias a Dios que tengo testigos. Resulta que nuestra pandilla de Sevilla éramos muy aficionado a las excursiones de niñas que en estas fechas llegaban de muchos colegios de toda España. Teníamos un convenio con un par de discotecas para llevar a los grupos enteros a bailar y nosotros a cambio no pagábamos las copas… la verdad es que se ligaba una barbaridad. El año anterior tuvimos muchísima suerte con un grupo de niñas de un internado de La Seo de Urgel que eran verdaderamente cariñosas y estuvimos con ellas varios días inolvidables.

Bueno, pues en la cola para las entradas de La Alhambra vemos a un grupo de guapas mozas muy catalanas ellas y ¡sorpresa!... la monja era la misma que la del Colegio de la Seo de Urgel. Me acerco muy educado y les pregunto que si son del internado tal y cual…
-Si.
-Veras –les digo- es que nosotros somos de Sevilla y el año pasado estuvimos con vuestras compañeras Fulanita y Menganita…
-¿De Sevilla?
- Si de Sevilla, es que estamos pasando unos días aquí por que…
- No conoceras a Celso… ¿no?
- ¿A Celso? –palido- ¿Por qué…?
- Es que tenemos una carta para el y para sus amigos…

Por supuesto que tuve que sacar el DNI y demostrar que yo era el Celso que buscaban. La carta era una preciosa carta de “recomendación” para que nos hiciéramos cargo de un grupito de cinco o seis bellezas con muchas ganas de baile, copas y besos…

Y vaya si lo hicimos…

Continuaré... con 1975.