Malos tiempos para la lírica…
Malos tiempos para la razón.
Malos tiempos para la ética.
Malos tiempos para la moral.
Malos tiempos para la palabra
de un hombre.
Malos tiempos para los
hombres de palabra.
Malos tiempos para la
sensatez, para la honestidad, para la tolerancia, para la experiencia, para la Justicia,
para la Ciencia y para la paciencia.
Decía Erasmo de Rotterdam en ”Encomio de la Estulticia” parafraseando
a Virgilio: “Aunque tuviese yo cien lenguas,
cien bocas y férrea voz, no podría exponer todas las formas de necedad, ni dar
a conocer todos los nombres de la estupidez…”
Entiendo que el filósofo
holandés estaba harto de necios, estúpidos, botarates y cretinos del siglo XVI
y pensaría que cinco siglos después estaríamos vacunados de esta tremenda
plaga. No conocía a los españoles.
Porque en la España de ahora portan
vientos racheados favorables a los embusteros, a los vendedores de patrañas, a
los trileros, a los expertos en el arte del birlibirloque, a los estafadores y
burladores profesionales, a los necios con corbatas gordas, a los mediocres
intermediarios de favores, a los chupacharcos sin escrúpulos, a los
abrazafarolas borrachuzos, a los pelotas besahuevos y a los que pregonan crecepelos
mágicos cuando debajo de la peluca están calvos como atunes. La estulticia
prospera a sus anchas.
El estúpido solo es un pobre
hombre que no tiene el suficiente entendimiento o formación para comprender las
cosas. El estúpido es inofensivo si no se dedica a la política y no prospera.
Aun así, el peligroso no es
el estúpido sino el psicópata. El psicópata no parece perturbado… pero lo está.
Tiene un sentido
desmesurado de su propia importancia, siente una necesidad profunda de atención
y admiración excesivas, carece de empatía por los demás y las relaciones que
mantienen con otras personas siempre son conflictivas cuando estos no están de
acuerdo con el. El psicópata actúa sin importarle causar daño a sus semejantes y sin sentir
remordimientos por sus actos. Se cree elegido para una especial representación
de sus deseos.
Lo que distingue a los psicópatas es que no son
diagnosticados antes de actuar como tales, pero se les puede reconocer por un
patrón de conducta determinado y repetido:
·
Encanto superficial e inteligencia. Ausencia de delirios u otros
signos de pensamiento no racional. Distinguen perfectamente entre lo que está bien y lo que está mal.
·
Egocentrismo patológico y carencia de empatía.
·
Tienen
una personalidad manipuladora.
·
Falsedad o falta de sinceridad. Escasa fiabilidad.
·
Suelen
tener conducta antisocial sin un motivo que la justifique. No les importa cruzar la línea de lo
correcto y no siguen las reglas de convivencia normales.
·
Pobreza generalizada en las principales relaciones afectivas. No suelen tener relaciones personales
estables. Les atrae el riesgo. Disfrutan con el riesgo.
·
Insensibilidad en las relaciones interpersonales generales. Su vida está regida por el pragmatismo y
los sentimientos no importan. Se
muestran distantes y ajenos a los sentimientos del prójimo.
·
No
tienen remordimientos y vergüenza después de cometer todo tipo de delitos
graves.
·
Ausencia de nerviosismo o manifestaciones psiconeuróticas.
·
Suelen
ser crueles.
·
No
tienen miedo a ser castigados por sus crímenes.
“Malos tiempos para la
lírica” es un poema de Bertolt Brecht. El poeta escribe:
El
árbol marchito del patio / habla de la tierra enferma,/ pero los paseantes
lo tachan de mustio.
Y con razón.
Y con razón.
En esta poesía se inspiró
Germán Copini cuando estaba en el grupo Siniestro Total para escribir la
canción del mismo título en la que leemos:
“las ratas corren por la penumbra
del callejón… malos tiempos para la lírica…”
Siniestro Total era el nombre
del grupo inicial, que luego pasó a llamarse Golpes Bajos.
Premonitorio.
Publicado en ABC de Sevilla el 19/11/19