Cuaderno de apuntes, opiniones, reflexiones y embustes de Celso Pareja-Obregón López-Pazo y familia.
"Casos Clínicos"

- Celso Pareja-Obregón López-Pazo.
- Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
- Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.
lunes, 3 de marzo de 2025
A día de hoy.

miércoles, 19 de febrero de 2025
Reflexiones Religiosas de mis hermanas Lourdes y Concha.
Mi hermana Lourdes escribe;
Mientras más humanicemos la figura de Jesucristo en la tierra, más inverosímil se nos hará.
Soy una creyente por necesidad vital - tengo ansiedad- y siento en mi alma la figura de la Divina Providencia, que es Divina o sobrenatural y es Providencial para ayudarnos en ESTA vida.
Que todo un Dios universal decidiera hacerse humano y ser un Mesías en una religión (al fin) monoteísta, a mí no me parece descabellado, cuando también debo creerme que el tiempo es relativo y se puede curvar y que a un millón de años luz hay una galaxia verde con lunares negros muy voraces. El mensaje de Dios en la tierra lo representan muy bien los pintores a partir del Renacimiento y del Barroco. Fueron mentes brillantes que no hicieron ni expusieron críticas a la inquisición y a otros horrores que se vivían entonces. También los constructores de catedrales, escultores y orfebres, porque a Dios se le da lo mejor que tengamos. Por contra, el Nuevo Testamento y los Evangelios nos hablan del nacimiento de un niño en una familia sencilla y perseguida por la locura de un Putin o un Trump de aquellos tiempos, que quería matar a todos los primogénitos porque se hablaba de la llegada de un rey celestial; el caso es que nació este Niño en una cabaña refugio de animales, ¿pa que queremos más?. Después saltamos a los tiempos de madurez, a los niños se les deja en paz. Antes de predicar que la vida es dura y que hay muy poca vergüenza, se tuvo que preparar, fue en el desierto.
Donde Cristo nació los desiertos cogen muy cerca, a la vuelta de la esquina, la misma tierra santa es semidesértica, tuvo que ser allí porque es donde la civilización tuvo más desarrollo en los siglos anteriores. El Imperio Romano ha sido fundamental en nuestra actual civilización. Vuelvo al desierto, en esa soledad inmensa siempre está Dios, en la otra banda también, y en la punta de la barra, sigo, Él se sentó en una piedra caliente con un palito en la mano a hablar con quien tuviera que hablar que no es de éste mundo y ayunando, solo de noche y brevemente se reconfortaba un poco porque del cielo caía una suave lluvia de diminutas tortitas de pan empapadas en agua y vino. Durante el día el sol abrasador, y Él en medio de sus reflexiones Divinas, escribía en la arena y en hebreo algunas frases, que yo sepa dos: "coge tu propia cruz y sígueme" y "yo soy el camino la verdad y la vida", otras son de otro mundo que solo Él sabe. Mientras esto ocurría, enfrente, a unos metros había dos grupos separados de zarzas secas que ardían sin apagarse nunca, formando así un círculo divino de Dios y el fuego, alrededor, el diablo levantaba remolinos de arena circulares, es muy listo el diablo, puede con todo menos con Él.... En ese círculo de bondad extrema no puede entrar la maldad.
Predicó el amor al prójimo, a los impedidos, a los perseguidos, a los hambrientos de pan, a los harapientos, a las putas por necesidad, a quien tire la primera piedra que esté libre de pecado, a los cansados por el día a día, a los oprimidos. Sus amigos eran pescadores nada más… y nada menos... Nunca se fijó en los Palacios dorados ni en los mandamases ni en los políticos todos corruptos, como si no existieran, y el pueblo siempre necesitado empezó a seguirlo. El cabreo de los mandamases fue de antología y terminaron decretando su busca y captura.
Él sabía que lo encontrarían y esa noche quiso pasar sus últimos momentos antes del dolor inmenso en un huerto tranquilo donde había olivos y cantaban los grillos. Allí sufrió el miedo humano y flaqueó humanamente, pero no se movió y pidió ayuda a quien tuviera que pedirla que no es de este mundo. Sus amigos dormían en un sueño profundo mientras Él lloraba, porque en esta vida se llora mucho, también se ríe y se disfruta, pero el Señor más que nada vino a consolarnos cuando lo necesitáramos. (Yo si estoy disfrutando y me achispo y lo estoy pasando del quince solo quiero ese momento de disfrute). Él lo supo cuando en las bodas de Caná jartó de vino al pueblo entero. Gracias también por eso Señor. Total, lo torturaron y humillaron y después lo llevaron ante Pilatos, que extrañamente no era de los peores.
El Cristo torturado y humillado no se defendió, venía a demostrarnos que la vida puede ser tan dura como a veces lo es. Pilatos se lavó las manos porque vio una luz extraña en el hombre, y menos mal, por dos motivos, porque Cristo venía para eso y porque si no, nos deja sin poder ver al Cachorro a los Estudiantes a la de Triana a la Macarena y a todas las demás.
El signo de la Cruz es un logotipo perfecto, una línea sube al cielo, otra horizontal va por el suelo. Él cargó su cruz y lo crucificaron. Punto.
Mientras podamos en esta vida vivamos con alegría, busquemos la felicidad en todos los rincones, si nos entra miedo o inquietud, roguemos el Consuelo, pidamos, ¿por qué no, será por pedir?, claro que SÍ.
Y si todo esto nos parece muy irreal o dramático, solo tenemos que mirar a nuestro alrededor. Amen Amen.
PD: La iglesia para mi, salvo honrosas excepciones, cuenta muy poco porque es obra humana.
Mi hermana Concha escribe:

miércoles, 22 de marzo de 2023
En el silencio del campo

martes, 24 de enero de 2023
Mis familias Orta y Balbontín.

domingo, 23 de octubre de 2022
El otoño
Acostumbrados en esta tierra a que el otoño llegue en pleno verano, no empezamos a sentirnos otoñales hasta que llegan las primeras lluvias y vientos frescos, cuando uno se da cuenta que tiene que ponerse camisas en vez de camisetas frescas, pantalones largos y calcetines, pero sobre todo cuando nota que la luz de la tarde se sonroja antes de escaparse dejando un tenue y melancólico color en el horizonte.
Los días amanecen transparentes y saludables, aire impregnado de olores de yerbas o de tierra húmeda; a veces van apareciendo nubes grises amenazadoras que nublan el cielo y caprichosamente descargan su energía de golpe y porrazo, nos coge desprevenidos sin impermeables ni paraguas y sentimos los goterones frescos como maná caído del cielo. La tierra de nuestra Andalucía necesita tanta agua como nosotros. Ojalá llueva a gusto de todos.
Yo he empezado el otoño con serenidad, confianza y esperanza de que todo se mantenga dentro de las leyes otoñales de mi edad biológica.
Serenidad después de la muerte de mi madre el pasado septiembre. Acepto lo inevitable y no me hago daño buscando respuestas a lo que nadie me ha preguntado. De hecho no puedo negar que estoy más sereno y tranquilo después de morir mi madre. Como médico no lo he pasado bien, me ha costado mucho verla apagarse. Afortunadamente ha llevado una vida esplendorosa y excepcional durante noventa años y tan solo un par de meses de enfermedad. Menos mal que desde hace años mi hija Ana me ha ayudado ha tomar las decisiones médicas correctas que había que decidir en todo momento. Nunca podré agradecerle lo que ha hecho por su abuela y por su padre.
Después del éxitus se han despejado muchas dudas que tenía sobre mí mismo y sobre la reacción sentimental de mis queridos hermanos. Que orgullos estoy de todos ellos, de sus hijos y de sus familias, que ejemplo de obediencia a la voluntad de nuestra madre, sin la mas mínima duda. Sobre mí, me noto relajado y tranquilo, va desapareciendo el estrés de los últimos meses y un muy pesado dolor de cabeza o cefalea tensional/tusígena que me ha tenido acobardado unos cuantos meses. Ya estoy mejorcito, gracias.
Quiero tener esperanza en que el otoño en el que estoy entrando a mis 66 años sea largo y beneficioso. Que llueva lo que tenga que llover, y no solo me refiero al agua que caiga del cielo, y que nosotros lo veamos. La naturaleza es caprichosa y Dios escribe con renglones torcidos dicen los que saben de esto. Yo, aunque agnóstico ciclotímico (tengo días, como el reloj de oro del gitano...), me pongo en manos de todos ustedes -pues en definitiva todos somos hijos de Dios, dice el catecismo- para que me corrijan mis errores y perdonen mis defectos.
Y tengo la total confianza de que voy a tener un otoño sereno pues con la familia que tengo no puede ser de otra manera. Tengo una mujer bellísima que me acompaña y me da ejemplo de cómo vivir cristianamente. No quiere que escriba sobre ella, pero os aseguro que soy el que soy ahora porque tuve la suerte de conocerla cuando éramos jóvenes y de enamorarme de ella siendo un niño de 20 años. Desde entonces solo he tenido en mi vida bendiciones -como dice la gente con mucha razón- pues mi hija Ana, mi hijo Celso, mis nietas Celsa, Leonor Ana, nietos Celso y Esteban, -mi pandilla- con los que comparto todos los días que puedo de mi vida cuando no estoy trabajando es lo que me aporta felicidad infinita. Es lo que todos deberíamos hacer hacer en otoño.
Aunque ha sido una gran suerte ver crecer a mis hijos tan sanos, nobles, buenos y cariñosos (han tenido a la mejor educadora del mundo como madre), reconozco que entonces yo era un joven que pasaba tanto tiempo en un hospital y haciendo guardias de UCI (algunas infinitas...) que cuando tenía tiempo libre solo quería salir con amigos y pasarlo bien, a veces demasiado bien... Pido disculpas y agradezco la ayuda de entonces de las abuelas Ana y Pilar y mi tata Reme.
Ahora en el otoño es una delicia ver crecer a las nietas y nietos como si fueran briznas de hierba, tallos que crecen y flores que se van abriendo, cada cual con sus características y su olor, con su forma y su color, con su cadencia, sus movimientos, sus caracteres y sus sorpresas encerradas en almas tan inocentes y tan puras. Es lo que nos corresponde en esta estación de la vida y tenemos obligación de hacer.
Y doy gracias a Dios, a la Vida, a la Naturaleza, al Otoño, a mi madre, a mi familia, a mis hermanos, a mis amigos y a todos ustedes por formar parte de mis emociones y sentimientos. De mi vida.
Gracias.

miércoles, 22 de junio de 2022
El Caminante

domingo, 17 de abril de 2022
Semana Santa rompiera, reflexiones.
Hoy domingo de Pascua de Resurrección. En Sevilla ha pasado una Semana Santa casi plena, exceptuando las lluvias del Lunes y Martes Santo que impidieron algunas procesiones previstas. El resto sin problemas, gracias a Dios y a su Santa Madre la Virgen Maria. Madrugada llena de devoción y de Pasión de Cristo. Amanecer esplendoroso de luz y de fervor. Toda Sevilla en la calle con sus Cofradías. Los turistas alucinados. Qué maravilla de Semana Santa en Sevilla.
Yo en El Rompido desde el lunes. Es mi costumbre desde pequeño cuando desde el Viernes de Dolores nos montábamos en el Seat 1500 y regresábamos tal día como hoy. Entonces nos dedicábamos a pescar o a cazar, dependiendo del avenate de mi padre y de mi tío Manolo. En aquellos años 60, 70 y 80, El Rompido era "el paraíso"; una aldea desconocida, por donde no pasaba nadie que no tuviera que ir allí, a orillas de la ría del piedras, una naturaleza virgen espectacular con la configuración perfecta para la pesca por sus fondos llenos de vida, con orillas de marismas, humedales, fangales, playas desconocidas con miles de dunas, hasta la orilla llegaban los pinares de una forestal inmensa de cientos de hectáreas repletas de vida salvaje, zorros, perdices, conejos, avefrías, pitorras, becadas, patos, flamencos y cientos de aves limícolas y rapaces, un tesoro biológico por descubrir. Como he dicho a veces: era nuestro Macondo particular.
Con nuestros padres y mis primos Manuel Diego, Joaquín, Carmen y Arturo, con todos mis hermanos, tanto en Navidad, como en Semana Santa, y en aquellos larguísimos veranos de tres meses, hemos disfrutado tanto y lo hemos pasado tan bien, jugando en la arena y en el fango, navegando, pescando, cazando, explorando y descubriendo aquella maravillosa perla oculta de Huelva, que estoy dispuesto a intentar escribir esos recuerdos...
Desde hace años todo es muy diferente. Los viejos pescadores fundadores de la flota de almadraba rompiera, tan familiares para mí, ya no están con nosotros. Sus descendientes fueron dejando las faenas de la mar con la llegada de los veraneantes, vendiendo sus recios lanchones -primero velachos y luego a motor- y fueron varando sus botes marineros del trasmallo o palangre, para apuntarse a la industria del turismo, salvo algunas familias originarias que persisten y conservan modernos barcos pesqueros manteniendo viva la tradición pesquera en El Rompido.
El Rompido de hoy día es un pueblo volcado en una gran industria hostelera. Muchas casas de pescadores se han reconvertido en restaurantes, bares, heladerías, discotecas, tiendas de moda y complementos, la mayoría propiedad de los hijos y nietos de los antiguos patrones de pesca y también de valientes empresarios que apostaron por este rincón bendito hace años cuando no era tan conocido. Hoteles, campos de golf, urbanizaciones de lujo, centro comercial, marinas nauticas y deportivas llenas de lanchas y yates, barcos de paseo y guías turísticos, la oferta lúdica y gastronómica es espectacular y muy diversa, con sus luces y sus sombras, sus estrellas y sus nubarrones.
Yo intento sobrevivir a toda esta multitud de turistas y de forasteros que perturban mi día a día tranquilo y relajado. Busco mis perdederos y mis rincones tranquilos. Mis aguas calmas fuera del trajín de embarcaciones alocadas. Mis paseos bajo los pinos oliendo a salina o por la orilla del mar con la única compañía de las gaviotas amigas y de quien yo quiera. Unos hacen yoga y yo ando por la orilla del mar. Me baño en agua fresca y me dejo llevar por la corriente un buen rato, meditando. Si voy con mis nietas les voy enseñando a ser prudentes y responsables, a no meterse en los terrenos donde anidan los charranes, a conversar con las gaviotas con gestos pausados y sin mirarlas, a observar los bandos de peces transparentes de la orilla, a distinguir las algas, a evitar las aguamalas, hasta como se debe hacer caca en el agua sin tener problemas...
PD: El Domingo de Ramos vi la cofradía de la Paz por el parque con mi familia. El lunes me fui a la playa. Hoy domingo he ido a misa al Gran Poder. Después visita a la Esperanza de Triana y al paso del caballo, que le gustaba mucho a mi familia paterna.
Eso es lo que hecho esta Semana santa de 2022, gracias a Dios.

lunes, 28 de febrero de 2022
No a las guerras

sábado, 1 de enero de 2022
Feliz 2022
Se terminó 2021, el año 2 d.C (después del Covid) y entramos en este 2022 con confianza y esperanza que sea mejor en todos los aspectos y sentidos que el pasado. Por lo menos eso espero yo. ¿Y qué voy a hacer para conseguirlo? Pues voy a intentar explicarme:
- Cuidar el envoltorio. Mi cuerpo cumplirá 66 en julio. Debo cuidar de el si quiero disfrutar de las opciones que me ofrece, pasear largo rato, montar en bici, nadar, navegar, jugar con mis niet@s, dar abrazos apretados, amar.. para eso es fundamental la vida sana y activa, dieta mediterránea, cuidar que el peso nunca marque más de 79 kilos, no pasarme con la cerveza, el vino y con los chupitos traidores, vigilar la presión arterial y el colesterol, hacerme mis chequeos correspondientes, tomarme mis pastillas preventivas, vacunarme y tocar madera para que los malos rayos no me usen de toma de tierra...
- Cuidar mi mente. Evitar el estrés. El estrés a nuestra edad no sirve absolutamente de nada, solo trae nefastas consecuencias: sube la tensión arterial, aumento del riesgo de infartos e ictus, produce ansiedad, disconfort e insomnio. Para cuidar la mente yo necesito dormir a pierna suelta al menos 7 u 8 horas todos los días y un ratito de siesta cuando se pueda. Soñar me encanta. Es uno de mis placeres, encontrarme y charlar con mi padre, con mi tata, volver a mis antiguas casas, convivir con mis hermanos en la infancia maravillosa... Esa suerte tengo cuando sueño. A veces tengo pesadillas, pero son las menos. Necesito estar descansado y relajado para ser útil (para ser feliz).
- Ser médico y poder ejercer otro año más, que suerte tengo. El método científico me estimula la mente y el contacto humano con los que sufren me hace poner los pies en el suelo y ser consciente de lo que de verdad importa. El ejercicio de mi profesión me llena tanto que creo que nunca me voy a poder jubilar. Soy autónomo y dueño de mi agenda y mis horarios. Nunca falto a mi trabajo, hasta con lumbago sin poderme mover prefiero ir a la consulta que quedarme en casa, no puedo pensar en dejar desatendidos a mis pacientes. Eso sí, tengo horarios cómodos y no soporto las prisas de nadie, pero yo creo que mis pacientes lo saben de sobra.
- Ser curioso. Tengo dos momentos en el día que los dedico a "curiosear". Por las mañanas recién despierto leo las noticias del día en este Mac, -estoy suscrito a ABC por tradición familiar- y también de otros 3 o 4 diarios de Sevilla y nacionales incluso algunos panfletos del gobierno. Me salto todo lo relacionado con la política (desde hace años) y con el Covid (desde hace meses). Me gustan los columnistas con opiniones libres y valientes, los periodistas que se salen de lo politicamente correcto, los que usan un prisma diferente, los poetas de la actualidad, los que van a contracorriente, los irreverentes consigo mismo, los que me hacen meditar y reflexionar. Así me gusta empezar el día. El otro momento mágico de mi día a día es cuando, después de ver algún capitulo de una serie (aún sigo en Los Soprano) o algún partido de futbol (sevillista seré hasta la muerte) y con permiso de la autoridad competente, me meto en mi cama, flexo encendido y libro en la mano, y me sumerjo en cualquier aventura novelesca o en cualquier relato filosófico o científico que me quiera contar el autor. Yo me dejo convencer por las letras y participo activamente de lo que voy leyendo hasta que se me nubla la vista y ya no se si estoy despierto o dormido o acarajotado... entonces me pongo el bozal antironquidos y me dejo caer por el precipicio oscuro del ensueño. Una delicia diaria.
- No caer en la trampa de los políticos. Pasar de ellos. Ignorarlos. A todos. De izquierdas y de derechas, de centro, de arriba, de abajo, de oriente y de occidente, de delante y de detrás, de frente y de perfil, de rojo de azul, de verde y de gris. Creo que fui de los primeros que se atrevió a llamar psicópata al Psicópata nefasto que tenemos en el vértice de la pirámide de caca pestosa que tenemos gobernando España y ocupando sitio en el Parlamento. Me tapo la nariz cuando los veo y miro para otro lado. No creo que vuelva a votar en mi vida. Ni falta que hace.
- Disfrutar de mi familia, que es maravillosa, empezando por mi guapísima esposa María José que es mi luz y mi guía (cursilada, pero cierto) y sin ella no hubiera sido quien soy ahora. Disfrutar de mi hija Ana, mi médico, mi regalo del cielo, mi niña bonita, madre (gracias a David) de mis tres nietas Celsa, Leonor y Ana, tres ángeles regalos del cielo; disfrutar de mi hijo Celso, un tío hecho y derecho, un ejemplo de vida para mí, coherente, recto, sensible, bueno buenísimo, padre (gracias a la bendita Paloma) de Celsito IV, que me tiene embobado y futuros padres (sDq) en las próximas horas de otro varón que no se todavía como se va a titular en el Registro Civil... Incluyo en esta felicidad y disfrute a mis hermanas Concha, Lourdes y Pilar, y hermanos José María, Fernando y Jesus, sin olvidar a Reyes que luce en el cielo con su brillo eterno. De todos mi sobrinos queridos y de mis primos que algunos son como hermanos y ellos lo saben.
- Y mi madre... que va a cumplir 90 años con su cabeza lúcida y ordenada y su cuerpo maltrecho y desvencijado, pero con una capacidad para asumir su destino y una resiliencia como nunca he conocido a nadie ni conoceré. Mi madre es un ejemplo de fortaleza mental y adaptación a las circunstancias, según ella, desde que estuvo interna en las Irlandesas de Castilleja de la Cuesta desde los 14 a los 18 años. ¿Pa comersela o no?
- Disfruto muchísimo de mis amigos y los conservo como oro en paño. Mis amigos son parte de mi familia. La amistad para mí es tan importante que la valoro como premios diarios cada vez que me encuentro con alguno. Amigos de la infancia, del colegio, amigos de la adolescencia y juventud, de la carrera, de la playa, del trabajo, del padel -cuando me atrevía a jugar- ... todos son un puñado de buenas gentes con los que puedo disfrutar, desahogarme, reir, llorar, cantar y hacer siempre planes disfrutones sin pedir explicaciones juzgarnos los unos a los otros. La amistad es lo contrario de lo que hacen los políticos, para que nos vayamos entendiendo.
- Me pongo manos a la obra.
- FELIZ 2022 PARA TODOS USTEDES y muchas gracias por leer este Cuaderno.

jueves, 4 de marzo de 2021
Ánsares de "La Abundancia"
Este recuerdo precioso me manda mi hermano Jose María:

sábado, 12 de diciembre de 2020
Mi padre y yo.
El día tenía que llegar. Mi padre murió con 64 años, 5 meses y 10 días… y ya tengo esa edad desde ayer. He dejado pasar un día, por aquello de decirlo con absoluta seguridad. Ya hace 26 años y pico, casi 27.
Cuando una mañana del 23 de junio le reventó la arteria aorta y se murió de madrugada en un frio quirófano sin despertarse de la anestesia, donde buenos cirujanos intentaban recomponer lo descompuesto, yo sentí de nuevo la venida de la Muerte.
La primera vez era un niño de 9 años cuando se murió mi hermanita Reyes, también sin avisar, muerte que aún me deja una huella imborrable. Muchas veces la imagino como estaría ahora, le hablo y le digo que la quiero, la echo de menos.
Pero tal día como hace 27 años, cuando se llevaron a mi padre al quirófano, y me despedí de el con un beso y recibí una sonrisa de paz y serenidad, sabía que no volvería a verlo vivo. Me fui a mi casa, me tumbé en la cama y me quedé “congelado”. No sé si ustedes han tenido alguna vez esa sensación de sentimientos congelados, ni miedo, ni pena, ni angustia, ni ansiedad… tan solo esperar absolutamente aislado, inmóvil, frio, hierático, esa llamada de teléfono en medio de la noche que de sobra sabía que era para decirme que mi padre estaba muerto. Y seguí congelado mucho tiempo después.
Mi padre era un hombre sano y deportista, yo creo que se murió de estrés por estirar demasiado la cuerda rígida-elástica que llevaba en su interior. Alguna vez antes de morir me dejó caer que le gustaría conocer Chile, que sabía que era un país de gente tranquila aficionada a la guitarra y con buen son, una costa llena de pesca y sierras de cacería abundante.
Yo creo que no lloré a mi padre. En cierto modo y por circunstancias personales la muerte repentina de mi padre fue como la solución lógica de un jeroglífico enrevesado. Para mi, mi padre se había marchado a Chile y ya veríamos cuando volvería, pero de momento estaba bien adonde estaba. Esta sensación es la que sigo teniendo a día de hoy. Mi padre está bien. Igual ya se ha mudado de ubicación porque es un poco aventurero y está buscando, a la vejez, nuevos perdederos. Sé que descansa en paz.
También sé que cuando se aparece en mis sueños para aconsejarme o reñirme esta igual o más joven que cuando lo dejé, con muy buen ánimo, siempre junto a mi madre, y siempre con esa sonrisa de sabio golfo y experto. Porque os puedo asegurar que 64 años en la vida de mi padre son como muchos muchos muchos más años en la vida de cualquiera, yo el primero. Nunca pude compararme con mi padre. Ya quisiera yo tener sus habilidades y vivir con esa intensidad.
Muchas veces cuando me hablan de cacerías o de pesca, tengo que disimular y mirar para otro lado porque veo la cara de mi padre disfrutando en el campo tirando zorzales o en El Rompido llenando el barco de robalos o corvinas, y con la mirada me dice que no cuente nada, que me calle, que qué le importa a nadie lo que hemos vivido…
Está claro que me gustaría haberlo tenido con nosotros unos cuantos años mas para que hubiera conocido a todos sus bisnietos/tas – estaría contento de conocer a Celsa, a Celsito IV y a todos por supuesto- porque le encantaba educar a los niños pequeños para enseñarlos a ser valientes y a la vez sensatos, a ser libres y respetuosos, a remar contra corriente y llegar siempre a buen puerto, a ser personas de bien.
Ojalá (Dios quiera) que cuando me reviente lo que me tenga que reventar, mi padre y todas las personas que quiero me estén esperando en ese cielo que sueño.
Te quiero padre.

sábado, 17 de octubre de 2020
De Cacerias...
