"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.
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domingo, 6 de abril de 2014

Betis-Sevilla

Vaya tela la rivalidad de estos dos equipos de la ciudad de Sevilla: Sevilla Fútbol Club y Real Betis Balompié o viceversa. “Ser” de uno de estos dos grandes equipos es lo normal de todos los ciudadanos de la capital y la provincia. 

Ser bético o sevillista suele provenir la mayoría de las veces de las raíces familiares (aunque no siempre, en las mejores familias aparece una oveja negra…), pero también del barrio o del pueblo donde se nazca, de los amigos de la infancia, o de el sexto sentido que cada uno tenga para elegir equipo… Ser bético o sevillista, sevillista o bético imprime carácter de por vida, es una seña de identidad que se manifiesta desde niño con los regalos de Reyes, el orgullo de vestir la equipación con el escudo de tu equipo, blanquiverde o rojiblanca, colores ya para toda la vida que te harán sufrir o reir, disfrutar los fines de semana o amargarte la semana entera. Se empieza teniendo esa desazón por los resultados del equipo elegido desde el colegio, se acrecientan en la juventud y adolescencia van creciendo en intensidad hasta la edad media de la vida y perduran hasta -la mayoría de las veces- la tumba.

Yo soy sevillista de nacimiento. Eso quiere decir que desde que nací en la calle Eduardo Dato hace ya mas de medio siglo mi vida está marcada por del barrio de Nervión donde me crié y por el glorioso Sevilla FC. Viví hasta los veintidós años justo enfrente de la esquina de Preferencia y del Gol Sur del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Desde las ventanas de mi casa teníamos la preciosa vista del “campo del Sevilla”, entonces aun sin terminar, rodeado de explanadas y arboledas donde me pasé gran parte de mi niñez y juventud jugando eternos partidos de futbol. Cuando teníamos sed nos acercábamos a una ventana del Estadio a pedir un vaso de agua y siempre nos atendía con cariño la familia Pérez, inolvidable masajista mágico don Manuel “Manolito” Pérez y más tarde su hijo Domingo Perez, mi amigo, que llegó a ser Fisio del la Selección Española de Futbol. Todos mis hermanos somos sevillistas de corazón.

En los pisos de la Diputación donde vivíamos tuve la suerte de tener como vecinos a los mejores amigos del mundo: Raimundo y Jose Miguel Blanco, Diego Villalonga, mas tarde Josemi Arza… ¿les suenan estos nombres? Yo empecé a ir a ver al Sevilla FC jugar al futbol desde que tengo uso de razón invitado siempre por Raimundo Blanco padre (Imprenta y Papelería Raimundo imprimía el billetaje del Sevilla FC). Entrábamos al campo por la puerta 0 con “entradas de oficio” Jose y Mundi Blanco, Dieguito Villalonga y yo, de la mano de Manuel Alonso Centeno, “Manolo el portero”, portero de la portería de nuestra casa de Eduardo dato 24. Más tarde mi padre me regalaba el carné de infantil o juvenil para ir con mis amigos ya sin “portero” y aunque teníamos que entrar por Gol Sur casi siempre pasábamos a Preferencia colándonos por las gradas en obras.

Mi padre era un apasionado del futbol. Fue futbolista aficionado, “amateur” como a él le gustaba decir, y sé que jugo algunos partidos vestido con la camiseta del Sevilla. Recuerdo que en algún momento fue directivo y viajaba con el equipo, pero no recuerdo con que Presidente, quizá con Juan López Sanchez. Una vez lo vi jugar con la camiseta del Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán en un partido de “Viejas Glorias”, creo que contra el Real Madrid, y sería sobre los últimos sesenta o primeros setenta.

Un tío de mi madre fue Presidente del Sevilla: Enrique Balbontín de Orta entre 1920 y 1921. Y una prima hermana de mi abuela Delia Noval de Orta, Delia Tornero de Orta se casó con Ramón Pol Carbonell, que fue Presidente del Betis en los años 40, un gran presidente del Real Betis Balompié y un gran hombre en todos los sentidos.  Es el abuelo de mis primos Pareja-Obregón Pol.

Mi abuelo Pepe López-Pazo era mas bético que nadie. Socio del Betis durante muchos años, incluso cuando vivía en Huelva venía los domingos a ver los partidos del Betis. Su hijo Pepe –mi añorado tio Pepe- también fue un bético de categoría y el tío mas simpático que recuerdo. Mi madre se hizo del Sevilla por amor…

Mi primera “novia” era hija de un Señor con mayúsculas al que tuve la suerte de conocer y tratar: Don José Nuñez Naranjo, de los mejores Presidentes que ha tenido el Real Betis Balompié. Su hermano, mi querido tío Paco Nuñez se casó con María Luisa Pol (hija de Ramón Pol), hermana de mi tía Delia Pol, primas de mi madre.

Explico todo esto porque creo que en muchas familias de Sevilla ocurre los mismo, unos somos del Sevilla y nuestros hermanos o primos son del Betis. Entre mis mejores amigos hay familias enteras de béticos de categoría que viven su beticismo con gran intensidad y señorío. Tengo sobrinos que lloran cuando pierde el Betis y otros cuando pierde el Sevilla. Mi hijo Celso es un gran sevillista que viaja con el equipo siempre que puede y ha visto al Sevilla triunfar por toda Europa. Tiene 30 años y cuando pierde el Sevilla se le cambia la cara dos o tres días…

Sé que en esta nuestra Sevilla tan cainita la rivalidad futbolística se ha convertido en algo especial, es una rivalidad cargada de sentimientos profundos, de ilusión que se convierte en decepción en el último segundo, que desembocan en bromas semanales graciosisimas según soplen los vientos favorables a Heliópolis o a Nervión, y que se llega a veces hasta la “crueldad” verbal con los perdedores. De ahí no se debe pasar.

Pero lo que es una pena es la rivalidad mal entendida. Los gritos y cantos de apoyo al equipo propio no se deben convertir en actitudes insultantes al equipo contrario, que a veces estallan en actitudes vandálicas y gamberras, si no en verdaderos actos delictivos y criminales.

Y escribo esto porque el domingo próximo 13 de abril, Domingo de Ramos, se juega un Betis-Sevilla en unas condiciones muy desfavorables para el local –practicamente descendido a segunda- y francamente buenas para el visitante –con opciones de meterse en los cuatro primeros- y me gustaría que todo transcurriera con la mayor deportividad y los aficionados al futbol le demostráramos a toda España que somos unos señores de Sevilla, tanto los béticos como los sevillistas, sea cual sea el resultado del partido.

Ojalá.



lunes, 24 de marzo de 2014

El fútbol no es un deporte.

Ni nada que se le parezca. He visto en el telediario las imágenes a cámara lenta de las jugadas del último partido disputado entre el Real Madrid y el Barcelona y estoy indignado.

Desde hace ya años los futbolistas me repelen un poco un porque creo que se les dedica demasiado tiempo en los noticiarios y así van convirtiendo en personajes mas o menos importantes para los jóvenes que los admiran. Jóvenes que copian los esculpidos modernos de sus peinados (por decir algo), el diseño atrevido de sus modelos de vestir, su forma de hablar (mal) y por supuesto que no se pierden ni uno solo de los partidos de fútbol cuando juegan estos "ídolos de masas", estos "modelos a seguir" de lo que debería ser el comportamiento ejemplar de un deportista famoso que se enfrenta en buena lid a otros deportistas con vestimenta distinta, y todos los cuales deben de cumplir unas reglas previamente aceptadas, muy bien conocidas por todos y además arbitradas por unos señores que se les reconoce autoridad y suficiencia para ejercer su trabajo de hacer cumplir el reglamento.

Pues estos señores que se dedican a jugar al fútbol en los dos mejores equipos del mundo, a los que la Liga de Futbol Profesional (LFP), les beneficia por la misma cara con muchísimo mas dinero que a los demás, que juegan siempre en los mejores horarios y siempre televisados para que los vean en toda Europa y parte del extranjero, estos señores -digo- que juegan en estos dos equipos privilegiados como son Real Madrid y Barcelona se comportan como unos descerebrados y unos niñatos gilipoyas que no se merecen el dinero que ganan.

En lugar de dar ejemplo de juego limpio y deportividad, de honestidad y de honradez, que sería lo menos que deberían intentar dado el elevado numero de personas que los observan, de tantos chavales que se miran y se ven reflejados en ellos, que compran camisetas con sus nombres y números, que los imitan y sueñan con ser como ellos... en lugar de dar buen ejemplo, la mayoría de estos mamelucos idiotizados y amariconados se dedican a mostrar lo peor que llevan dentro reflejo de su falta de educación y de su mala leche reconcentrada. A saber:

Hacen un teatro burdo y vergonzoso cuando un rival les da un suave empujoncito dejandose caer al suelo, tirandose y revolcándose como si les hubieran disparado en la barriga con un Cetme, para engañar al árbitro y conseguir una sanción injusta al equipo o futbolista contrario. Si lo consiguen se alegran y ríen por lo bajini y si no, protestan como posesos... unos verdaderos rateros.

Se escupen con gargajos asquerosos, se moquean encima, se insultan soezmente y se dan patadas, puñetazos rastreros y hasta se pisotean las manos y la cara siempre que pueden y el árbitro esté distraído mirando para otro lado. Estos "valientes" parece que les da igual que después las imágenes sean vista por todos los espectadores de medio mundo. Parece que se vanaglorian de ser tan bestias y tan cobardes. 

Después del partido, cuando ya están en la pasarela de los focos y las fotos luciendo pelados de apaches, tatuajes en chino, collares, pendientes y pulseras -si, collares, pendientes y pulseras, todo junto-  no dudaran en mofarse de los jugadores del equipo contrario, en seguir mintiendo y manteniendo sus burdas opiniones mal expresadas con frases siempre manidas por repetidas, en quejarse del árbitro si han perdido, en culpar a todo y a todos menos a ellos... que son los que han perdido a pesar de las mil marrullerías y sinvergonzonerias que han realizado en el terreno de juego. Dignidad cero se llama la figura.

Con aires chulescos de matamoros -algunos con pasos de ballet vaporosos- se montarán en sus cochizos de cienes de miles de euros con la rubia mas delgada que hayan podido comprar y se marcharán a sus mansiones a disfrutar del "reposo del guerrero" o a las discotecas de moda a pavonearse a gusto, hasta el próximo encuentro donde de nuevo darán un recital de "deportividad" y de "compañerismo". Un mojón pa mí.

El objetivo primordial de estos ricachones pelotaris es ganar el máximo dinero en el menor tiempo posible y por eso no dudan en traicionar a sus compañeros, entrenadores, directivos y afición completa si llega una oferta que les interese, mandando al Club "de sus amores" a tomar por el mismísimo culo si ven la oportunidad de trincar un euro más que antes. Fidelidad al euro. Lo demás no importa.

Y por supuesto que saben que por ser tan famosos serán imitados por un gran número de chavales jóvenes. Estos chavales jugaran al fútbol en el recreo de sus colegios y harán lo mismo que los "ídolos": escupir, insultar, pelearse, engañar... gracias a estos "futbolistas" famosos. Y a ellos les importa un pimiento y parte del otro...

La culpa la tenemos nosotros por prestarles atención.



PD. Conclusión que he sacado después de ver el Real Madrid-Barcelona.

martes, 3 de julio de 2012

El Deporte Nacional


El Deporte es una de las maneras mas sencillas de mantenerse sano, activo, produce antioxidantes naturales, reduce el colesterol malo y aumenta el bueno, genera endorfinas placenteras, mantiene a raya a la artrosis y osteoporosis, protege a las arterias del envejecimiento y aumenta la calidad de vida de quienes lo practican.

El Atletismo y los deportistas que lo practican en sus diversas modalidades me parecen unas personas ejemplares y dignas de apoyo social e institucional. “Mens sana in corpore sano”.

Los españoles que hacen pocos años éramos un pueblo mas bien sedentario y amantes de los buenos pucheros y caldos, nos estamos convirtiendo en unos obsesos del culto al cuerpo: el gimnasio se ha convertido en una obligación casi diaria, dos o tres veces en semana en forofos del padel, -el que no sabe jugar a veces es mirado como un idiota-, el ciclista aficionado que se cree Indurain porque se vista de colores, alardeamos de corretear por las ciudades y parques, de la natación, del senderismo…  y somos además unos expertos en los “deportes” de masas, esos que televisan los la tele machaconamente una y otra vez todos los fines de semana…

A la vez que me alegro muchísimo de los éxitos de los deportistas españoles sobre todo en el todopoderoso futbol donde somos los mejores de la historia sin comparación, de las motos, donde a base de ser pesados año tras año ya ganamos en todas las categorías posibles, del tenis con el ejemplar Rafa Nadal, del estirado de Fernando Alonso en los bólidos inútiles, de los cursis golfistas que se creen de otro planeta y de otros muchos deportista de élite económica y social… me preocupo por otras noticias que aparecen en los diarios y telediarios pero que tienen mucha menos repercusión en nuestras entendederas.

Y me vengo a referir a los terroríficos crímenes que se están cometiendo cada día a pocos cientos de kilómetros de donde se reparten miles de millones de euros entre unos cuantos por dar patadas a balones de reglamento, andar a palos detrás de una bola diminuta, sacudir raquetazos estratosféricos mientras se gime de placer o por quemar gasolina inútilmente dando vueltas a la nada.

Y estos crímenes abominables de mujeres, niños y hombres inocentes ocupan una mínima parte de la información, si acaso media página oculta en cualquier periódico. Parece que no tienen mayor importancia.

Cerramos los ojos o miramos para otro lado sin querer ver lo que sucede en Chechenia, donde los rusos no paran de asediar y asesinar a inocentes desde hace muchos años.
En Somalia mueren cada día cientos de niños ante la desidia de todos nosotros. La ayuda internacional se la quedan las mafias que la revenden a otros países.
La guerra incivil de Sudan y de Yemen y las matanzas diarias de inocentes entre tribus alcoholizadas y drogadas, mantenida por los países ricos solo para vender armas.
El atentado diario con decenas de civiles muertos en Irán o Pakistán, por motivos “religiosos”…
Los crímenes impunes de Libia, Turquía y los países del Mediterráneo que todavía tienen leyes del siglo XV y quieren ser “europeos”..
El Horror de los civiles masacrados en Siria, por las tropas del dictadorzuelo de turno. Los Hospitales, sin agua ni luz y sin medicinas.
Los “juicios” masivos en China con ejecuciones continuas por ser disidentes con el régimen comunista…
El día 1 de julio en Kenia, fueron ejecutados dieciséis mujeres y niños que asistían a misa en dos iglesias. De los atacantes ni rastro.
Y muchas mas barbaries que no me acuerdo o que no las conozco pero seguro que ustedes si.

¿Y que tiene que ver el futbol, el tenis, el golf, el motociclismo o el automovilismo con todo esto?

Tiene que ver.

Nuestra vivencia del Horror Ajeno debe ser autentica y hacernos reflexionar. No por no saber lo que sucede dejamos de ser corresponsables de las barbaridades que se cometen en nuestro mundo. Es como si estamos en nuestra casa viendo un partido de futbol y sabemos que en el piso de al lado se esta cometiendo un crimen contra una mujer inocente o unos niños y lo único que hacemos es subir el volumen de la tele para no enterarnos.

Tenemos una temporada de Liga de Futbol que dura ocho meses con partidos televisados todos los días y los “periodistas deportivos” gritando cada vez mas. La jodida Champion de los cojones. El baloncesto. El campeonato de Motociclismo en vivo y en directo. El Mundial de Automovilismo de formula 1 con todas las paparruchas que conlleva con los imbéciles y maleducados pilotos diciendo pamplinas como si fueran dioses, el golf de los elitistas “deportistas”, el ciclismo de los drogados…

¿Es necesario que no agobien con tantas retrasmisiones “deportivas”? Me parece una comedura de coco de los dueños de las televisiones privadas para enriquecerse a costa de crear la necesidad de seguir unos “campeonatos” totalmente absurdos (Automovilismo), amañados (Liga de Futbol), desclasados (Golf), viciados (Ciclismo)… etc, etc...

Y cuanto mas deportes de este tipo mas anestesiados tenemos nuestra atención y menos nos importan los problemas de los demás. Somos mas pasotas. Mas injustos.

¿Qué mas da lo que pase en Libia si hoy juega mi equipo?

Eso no es deportivo señores.

viernes, 26 de agosto de 2011

Sevilla FC.


Desde que nací soy Sevillista por la Gracia de Dios. ¿Que quieren ustedes que sea si he nacido casi dentro del Estadio? Desde pequeño, al mirar por la ventana de mi dormitorio, al asomarme al balcón, al salir por mi portería, lo primero que veía era el Estadio Ramón Sanchez Pizjuán. Me llevaban las tatas cuando chico a pasar las tardes al “campito del sevilla”, jugaba día tras día en sus alrededores y conocía cada puerta y cada ladrillo de su entonces maltrecha fachada. 
Para ir al colegio de la Sagrada Familia atravesaba desde Eduardo Dato hasta Marqués de Nervión por lo que ahora son grandes edificios y aparcamientos del estadio y caminaba seguro pegado a sus muros. 

Ya con mas edad no había día que no jugáramos un partido de fútbol bajo sus soportales o que no organizáramos una carrera de bicis dando la vuelta al campo. Incluso tuve un Kart que guardaba dentro del estadio, con el que me pasaba muchas horas dando vueltas por lo que hoy es el Nervión Plaza, Corte Ingles y aledaños del “campo del sevilla”. 
Mi padre era un apasionado del futbol. Fue jugador “aficionado” y llegó a jugar con el Gines, con el Cartaya y algunos partidos con el Sevilla “amateur”. Fue siempre socio del Sevilla FC, algún año hasta fue directivo. 
Yo comencé a ir a los partidos muy pronto, con siete u ocho años de edad. Mis íntimos amigos y vecinos eran los hijos de Diego Villalonga -Diego- y de Raimundo Blanco -Mundi y Jose-. Tuve la gran suerte de tratar durante muchos años a estos dos grandes futbolistas que además eran dos pedazos de personas que me dieron su cariño y me acogieron en sus hogares con familiaridad. 
Especial amistad teníamos con la familia de los Perez. Don Manuel -“Manolito”- Perez era el masajista del equipo, vivía con su familia dentro del estadio y cuando estábamos en medio de un partido y teníamos sed, llamábamos por la ventana de la cocina, que daba al exterior, y la señora de la casa nos daba agua a todo el equipo. Un hijo suyo, mi gran amigo Domingo Perez cogió el testigo de su padre y fue durante muchos años el “masajista” (DUE y Fisioterapeuta) más joven de España, llegó a ser el “fisio” de la Selección Española. Muchos días los pasamos jugando dentro del estadio, donde también organizabamos “bailes agarrados” con las niñas. Descanse en paz su hijo mayor Manolo Perez, tristemente fallecido hace unos meses. 
Pronto nos hicimos muy amigos de los Arza, vecinos también del barrio, con quienes me une aún una una gran amistad. (Inolvidable Juan Arza como futbolista y como persona). 
Con doce o trece años todos estos amigos del barrio formamos un equipo de fútbol, nos compramos unas camisetas (o nos la regaló Deportes Arza, también con el inolvidable tio Segundo) y desafiábamos a equipos de otros barrios, del Plantinar, de la Juncal, del Puerto, etc. Casi todos éramos unos enamorados del fútbol y con el tiempo terminamos jugando con los infantiles y juveniles del Portaceli. Josemi Arza jugó en el Sevilla Atlético. El mejor de todos nosotros era Luís Serrano, que incluso el Real Madrid lo quiso fichar para sus juveniles, pero su padre no lo dejó ir. Yo era bastante “regular”, delantero muy rápido pero algo alocado y chupón. Además me gustaba enseñarle el culo al portero y a los defensas contrarios, con las consiguientes broncas a mitad de los encuentros, a veces muy desagradables.
Muy pequeños nos llevaba al estadio mi portero (del bloque tercero de los pisos de Diputación, Eduardo dato 24) Manuel Alonso Centeno, de Cazalla, que era como de la familia. Las entradas, gratis, eran “de oficio”, creo que nos las regalaba Raimundo Blanco que además era el propietario de Imprenta y Papelería Raimundo -que imprimía las entradas del futbol y de los toros- y entrábamos por una puertecita por donde creo que entraban los futbolistas, familiares y enchufados. No sentábamos en Grada Alta de Preferencia. 
He visto jugar, desde los años 60, a grandes figuras tanto del Sevilla como de otros equipos. Del glorioso Sevilla FC de aquellos años recuerdo a Mut, Campanal “el gordo”, Ruiz Sosa, Achucarro, Dieguez (que se casó con una hermana de Manolo Perez), Toni, Costas, Santos, Pazos, Eloy, Lora, Bergara, Rodri, Hita, Lebrón, Berruezo, Cabral, Paco, San José, Hita, Julian Rubio, Marcelo Campanal, Juanito, Gallego, Montero, Yiyi, el “inolvidable” Cantudo, Juan Carlos, Alvarez, Francisco, Pablo Blanco, mi cuñado Ramón Nimo... y los grandes extranjeros: Biri-Biri, Espárrago, Baby Acosta, HH Scotta, Bertoni, Pintinho, Suker, Polster....
He visto jugar en otros equipos a Puskas, a Kubala, a Gento a Luis Aragonés, a Pirri, a Luis del Sol, a Luis Suarez, a Rogelio, a Cardeñosa, a Gordillo...
La rivalidad de entonces con el Betis, con los béticos,  era mucho más que futbolistica. Era una parte importante de ir por la vida, sobre todo, de ir al colegio cada lunes, sacando pecho y mirando desafiante a los béticos, o de agachar la cabeza y tragar quina con sabor a sapos muertos y aguantar el chaparrón.
He sido socio del Sevilla FC durante muchos años. He padecido por eso más penas que alegrías, más días de duelo que de fiesta... ¡a mucha honra!... hasta estos últimos años triunfales. 

Mi hijo Celso es más sevillista que yo si cabe. Lo he visto llorar a veces tras perder nuestro equipo un partido. Afortunadamente estos años ha podido disfrutar con su equipo, viajar por Europa y ver a un Sevilla FC Campeón.
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Reedito esta entrada de mi blog del 2011 ahora en 2018 para celebrar el 60 aniversario de la inauguración del Estadio Ramón Sanchez Pizjuán.

Desde 2011 hasta ahora el SevillaFC nos ha seguido dando triunfos y Copas, luciéndose por toda Europa y dejando en lo más alto el nombre de nuestra ciudad estando siempre entre los mejores equipos del mundo.

Esto es lo que hay, señores míos...

¡Viva el Sevilla FC y todos los sevillistas!