"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

sábado, 25 de junio de 2016

La Cultura

Según la definición del Diccionario Enciclopédico Espasa-Calpe –undécima edición de 1987- que le compré un año más tarde absolutamente abducido a un vendedor que llamó al timbre de mi casa a cara descubierta y que con preámbulos embaucadores y sortilegios de adivino me anunció que la adquisición de los veinticuatro tomos sería una de las compras mas edificantes y provechosas que haría en mi vida y que dejar pasar aquella oportunidad de ser una persona culta para el resto de mis días no tenía precio, porque en aquellos tomos se resumía el conocimiento de la Humanidad entera poco menos que para mi y solo para mi si era capaz de leer cada día unas cuantas definiciones y referencias, si me detenía a observar con atención las escogidas reproducciones y los fieles mapas geográficos, las fotos y resúmenes de las características principales de todos los países y además, guardándome para el final la gran sorpresa -el truco definitivo que haría desaparecer mi recelo de pagano en cómodas mensualidades sin intereses- me notificó con grandes aspavientos y parafernalia teatral el premio adicional añadido al firmar las “letras de cambio” a cambio de aquel crisol de sabiduría: un horno microondas, maravilla de la técnica de los ingenieros mas cualificados de los Estados Unidos de América del Norte.

No me negarán ustedes que tuve una gran suerte aquel día. Inconscientemente adquirí los basamentos de la sabiduría de los años futuros en forma de una completa información del pasado resumida en aquel Diccionario Enciclopédico encuadernado en polipiel marrón con bellísimas letras doradas, abundantes ilustraciones antiguas y artículos algo desfasados pero conteniendo sabiduría y conocimiento a raudales, además de un regalo irrenunciable, un prodigio de la física cuántica consistente en un artilugio poco menos que supercalifragilistico en el que se calentaban sin fuego ni llama los biberones y los potitos de mis niños como por arte de birlibirloque, tan solo con darle a un botóncito…

Literatura y Ciencia en la maravillosa profesión de un vendedor charlatán que sabía más que Briján.  Buen ejemplo de Cultura.

Porque la Cultura debe ser eso, nunca despreciar los conocimientos adquiridos en el pasado por nuestros predecesores, tener los sentidos bien dispuestos para comprender de lo que sucede en el presente y ser curiosos para abrir nuestra mente al futuro.

Por eso los humanos desde que tenemos raciocinio nos hemos ido interesando por la Historia, la Escritura, la Antropología, la Filosofía, la Ciencia, la Literatura, la Música, la Pintura, la Arquitectura… pero no podemos olvidarnos de lo que nos enriquece el conocimiento de la Naturaleza, la Geografía, la Biología, la Cosmología, la Religión, la Poesía…

La Cultura es Conocimiento como muy bien explicaba Felipe Fernadez-Armesto hace pocos días en las páginas de ABC Cultural. Y la gestión correcta del conocimiento adquirido es lo que aporta la cualidad de “culto” a la persona. Porque tener mucha sabiduría e información y no saber (o no querer) trasmitirla es desperdiciar la más valiosa energía natural, positiva y no contaminante, la entropía, la luz… Iluminar es sinónimo de enseñar.

Reconocemos a los sabios no tanto por lo que saben sino por la facilidad con la que son capaces de transmitir sus conocimientos. Desde Pitágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles, hasta Leonardo Da Vinci, Miguel Angel, Galileo, Newton, Copérnico, Kant, Mozart, Beethoven, Darwin, Edison y ultimamente Tesla, Rutherford, Einstein, Hawking, Gates y otros más que nos han ido abriendo los ojos al Conocimiento a veces incluso a costa de su propia vida.

Debemos utilizar las nuevas tecnologías de forma sensata y lógica para sacarles el máximo partido en nuestra continua formación Humanística, no para convertirnos en esclavos sumisos de las redes sociales y juegos alienantes.

La Literatura es un ejemplo de cómo se entiende la cultura en los tiempos actuales, en un pequeño artilugio caben cientos de libros, si, pero los libros hay que leerlos, no basta con almacenarlos en megabites.

La Ciencia está al alcance de quien sepa buscar en ella para abrirnos los ojos a un mundo mágico, incluso mas fantástico que el de Harry Potter, pero real.

Las Bellas Artes nos aportan un plus de distinción antropológica. La emoción sentimental de la Música, la Pintura, La Arquitectura, la Poesía actúan como bálsamo de fierabrás en nuestra mente preparándonos para ser instruidos cada vez más y mas. El Arte llama la puerta de nuestro cerebro y debemos dejarlo pasar sin dudarlo, aunque a veces no lo comprendamos.

La Filosofía busca respuestas en la Curiosidad ancestral del ser humano. ¿Por qué? Es la pregunta fundamental de nuestra existencia, quizás sea esa búsqueda del “por qué” lo que da sentido a nuestra vida. Muchas personas buscan y encuentran la respuesta en la Religión.

Considero absurdo cerrar los ojos al Conocimiento y optar por pasar por la vida dando vueltas a la noria sin ver mas allá que el culo del burro que tenemos delante. Incluso la persona con menos opciones de acceso a la enseñanza y formación cultural -ya sea por cuestiones geográficas, sociales o económicas- siempre tendrá la opción de la observación del mundo que le rodea y no me cabe la menor dudad que de ahí parte la intuición, que no es otra cosa que la Cultura más básica pero más valiosa que existe. Esa persona observadora e intuitiva será capaz de instruir a otras convirtiéndose en un Maestro. Y así sucesivamente. Cerrar los ojos a esa cadena de información es dar un paso atrás en la evolución.

Y no puedo olvidarme de nuestros “honrados gobernantes” y de la poquísima importancia que le dan a la Cultura, empezando por los planes educativos tan estrafalarios de nuestros jóvenes -adaptados a los intereses políticos de cada región española- y terminando por confundir a diario las témporas ayunadoras con el culo del burro antes mencionado. Un disparate señores.

Bueno, pues como quería decir antes de distraerme, la definición de Cultura de mi querido y anticuado Espasa-Calpe dice así: “Fig; Resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio las cualidades intelectuales del hombre.” Y añade: “Conjunto de conocimientos que se considera indispensable para toda persona. Comprende fundamentalmente lectura, escritura y aritmética, más nociones básicas de geometría, geografía, historia y ciencias físico-naturales”

Pues manos a la obra. ¡Y todos por igual, valientes!

Publicado en Tribuna Abierta de ABC de Sevilla el 24/06/16



martes, 21 de junio de 2016

¡Vamos a la playa!

En contra de lo que ustedes puedan pensar yo creo que un día de playa ha de tomarse muy en serio “sanitariamente” hablando pues puede ser motivo de riesgos variados para nuestra salud.

Me refiero a ese día de playa que todo hemos “padecido” en alguna ocasión que incluye unas siete u ocho horas de estancia sobre la arena de la playa, pertrechados con sombrilla, sillas plegables, neveras llenas de birras y de tinto de verano, refrescos, picadillos, tortillas, bocadillos, sandia y yogures de colorines para los niños, galletas, chocolate y helados para merendar o cualquier chuchería ustedes puedan imaginar.

Y sabemos los médicos que de estos días tan especiales suelen derivarse con frecuencia consultas médicas, a veces a Urgencias esa misma noche…

Los principales afectados suelen ser los niños o las personas mayores. Y los “enemigos” de los que tenemos que defendernos son: el sol, el alcohol, las indigestiones y las imprudencias dentro del agua.

El sol es una bomba de relojería sobre nuestra epidermis. Las primeras exposiciones del año –que se dan en estas fechas- de nuestra piel desnuda a los rayos solares son las más peligrosas. La piel todavía no esta preparada para recibir tanta energía calorífica y va absorbiendo radiación ultravioleta (UVA) que en pocas horas provocará cuadros graves de quemaduras solares, insolaciones y golpes de calor. Ya digo que los niños son los mas afectados porque no paran de jugar y de bañarse.

 Es muy importante proteger con cremas adecuadas con filtros anti-rayos UVA el cuerpo entero antes de exponerse al sol y después de cada baño, pero lo mejor es usar una camisa blanca de mangas largas y una gorrita sobre todo en las horas más peligrosas, entre las doce y las cinco de la tarde. Esto evita noches de llanto y calenturas por las quemaduras solares.

Los adultos, aunque a primera hora se dan (nos demos) un paseíto tonificador metiendo barriga, son más aficionados a la sombrilla y a la nevera. Sobre todo a la nevera repleta de botellines helados, fino o manzanilla, tinto de verano y tapas, muchas tapas de laterío variado, el picadillo de tomate con la tortilla de papas, el bistec empanao, quizá la barbacoa de asadas sardinas o de otras viandas a la brasa. El asunto es que cuando nos damos cuenta llevamos comiendo y bebiendo dos o tres horas sin solución de continuidad, y es en ese momento cuando alguien dice “que calor mas grande, ahora es el momento de darse un refrescón…” y es justo entonces, a las cuatro y media de la tarde y a cuarenta grados centígrados, con la barriga llena de dos o tres kilos de comida y bebida, cuando no se nos ocurre otra gracia que dar una carrerita y tirarnos de golpe y porrazo al agua que esta fresquita… Lo mas probable es que el corte de digestión sea inevitable y el susto de campeonato. Durante la digestión y sobre todo si hay alcohol por medio, donde mejor está una criaturita es tumbado y roncando, ya sea sobre una toalla de playa o en el sofalito de su casa. Ahí casi no corre peligro.

Otro grave peligro es el desconocimiento de la playa donde nos bañemos. Introducirse en el agua del mar para darse un baño ha de ser una decisión meditada. ¿Sabe usted nadar? ¿Conoce usted la zona de baño? Tenemos que hacer caso de las banderas y señales visuales, de las zonas acotadas para bañistas o para embarcaciones, no bañarse ni tirarse de cabeza en zonas de rocas, conocer las corrientes, la resaca (no del alcohol) de las olas, no alejarse de la orilla  nunca y menos en solitario. En definitiva, no hacer el tonto en bañador.

Lo mejor es ser muy prudentes y aclimatarse al agua poco a poco, sin perder pie y siempre en las zonas permitidas y con bañistas a la vista.

Bueno pues espero que ustedes hayan disfrutado sin problemas de este día de playa tan intenso, que tengan una feliz vuelta a casa sin atascos traicioneros y sin averías vehiculares, que esa es otra…

Y hasta la próxima, si Dios quiere.



lunes, 13 de junio de 2016

Oidos Sordos



Gracias a mi hipoacusia severa del oído izquierdo y a estar muy teniente del derecho estoy desarrollando una cualidad o percepción a la que cada vez presto mas atención: observar hablar a las personas sin escuchar absolutamente nada de lo que dicen. En una conversación habitual cara a cara sería una falta de educación no advertir a mi interlocutor de mi sordera o no usar el audífono para poder enterarme de lo que me dicen. En mi casa para escuchar las noticias de la tele -y para no alterar a mis vecinos- utilizo unos cascos inalámbricos que me permiten oír con comodidad telediarios, documentales y películas, de tal manera que cuando no me interesa lo que sucede o lo que cuentan tan solo tengo que apagar los cascos prodigiosos y entro en la gloria de los sorditos.

Hace ya unos meses me propuse –con doble finalidad a)no cabrearme b)no dejarme engañar- que cada vez que en los noticiarios hablaran los candidatos a gobernarnos (otra vez) me despojaría de los cascos altavoces o los desconectaría con un sutil toque de dedo índice. Además anteriormente ya tenia decido no leer absolutamente nada de las chorradas que suele propagar estos candidatos a tomarnos el pelo cada cuatro años, o lo que pudieran escribir los periodistas y articulistas al respecto de estos señores.

Vale, no puedo decir que lo haya conseguido al cien por ciento, pero si puedo decir que llevo unos meses sin enterarme de las mentiras que lanzan a los cuatro vientos estos mentecatos con la intención de apoderarse de nuestras papeletas de votantes.

Pero una cosa es no oír y otra no ver. Ver a una persona hablar o dialogar, ver como escucha, como discute, como mueve los labios, como mira a los que hablan con él o mira a la cámara, que posturas adopta, como mueve las manos, el cuello, como se va crispando o como van apareciendo tics imperceptibles… ustedes no  se pueden imaginar lo que se aprende analizando todos estos datos con imparcialidad (si es que eso es posible).

Y por eso os voy a contar mis conclusiones de sordo observador a día de hoy de los cuatro principales candidatos a tomarnos el pelo a partir del próximo 26 de junio.

1.    Pablo Iglesias. Actor. Muy buen actor autodidacta. Suele dar lo mejor de su actuación cuando está sentado y le enfocan las cámaras, entonces está en su salsa. Cuando camina se siente inseguro, sabe que no da buena imagen pues tiene algo de chepa –la cual intenta ocultar con el pelo largo- y sus pasos son indecisos. No sabe ser espontaneo ni cercano con los que le saludan, creo que porque siempre ha estado perorando desde una tarima rodeado de correligionarios y no ha tenido público en contra casi nuca, solo ha tenido seguidores y aplaudidores. Es por eso por lo que sabe perfectamente donde tiene que acudir para que su discurso se escuche sin interrupciones. Escoge perfectamente las cadenas de televisión y los entrevistadores. Se viste con ropas de tallas grandes para disimular su delgadez de estrecho de pecho. Su sonrisa es falsa de libro. A veces da grima verlo intentar sonreír. Su verdadera faz es cabreado y movilizando masas desde una tarima o un escenario. Cuando habla para la tele siempre parece que esta contando la misma historia, nunca cambia el gesto ni su parla monocorde hable con quien hable. Los brazos cruzados casi constantemente denotan su mala educación. Las manos le sirven solo para acusar con el índice a los contrarios. Cuando calla parece que escucha pero no es cierto, tan solo está preparando su siguiente arenga, y cuando cree oportuno interrumpe a quien tenga la palabra sin miramientos y se lanza de nuevo al circo mediático. No deja hablar a sus interlocutores, y la verdad es que yo no sé porqué se lo permiten.

2.    Albert Rivera. Este se nota que tiene también tela de tablas, pero que le han enseñado el oficio de actuar ante el público buenos profesionales. Sabe que tiene buena percha de nadador y lo aprovecha cada vez que puede. Ropa cara y ajustada que marque pectorales y cintura estrecha. Andares de campeón y soltura de movimientos. Es capaz de mirar a la cara en un auditorio de cientos de personas a cada una de ellas al menos una vez. Maneja muy bien los tiempos del discurso y sería capaz de estar hablando horas y horas antes de que nos diéramos cuenta de lo quiere decir. Mueve los brazos como si estuviera dirigiendo a un Airbus antes de despegar y a la vez dirigiendo a desde la banda a un equipo de futbol. Mueve los labios al compás de la cara y los ojos le bailan muy atentos y abiertos por eso es muy fácil traducir su mensaje corporal. Intenta transmitir sensatez y honradez allá por donde va, pero a veces pone cara de contradecirse a sí mismo. No puede evitar tener ademanes de catalán triunfito y su pose de yupi (sin serlo) le sale natural. Sabe escuchar con educación y es un conversador respetuoso. Creo que sabe reírse sin complejos.

3.    Pedro Sánchez. Antinatural por definición. No está cómodo consigo mismo. Parece que le sobran centímetros de altura y se mueve muy impostado, como acomplejado. No le cae bien a las cámaras. No es un tío feo, pero no tiene buena imagen. Me recuerda a algunos horteras-pijas de mi barrio que los domingos se vestían con los pantalones planchados y los zapatos caros y relucientes y cuando iban caminando no paraban de mirarse de cintura para abajo gustándose a ellos mismos. Este hombre, cuando habla, es la crispación en su absoluto significado. Está cabreado con el mundo aunque intente disimularlo con una sonrisa más falsa que la del gato de Cheshire. Da la impresión que tiene cuentas pendientes con alguien, yo pienso que seguramente con su pasado de currito poco valorado del partido, y ahora tiene que demostrar por cojones de lo que es capaz, sea como sea, sin atender a razones. Su lenguaje corporal es que miente más que parpadea, aunque creo que el pobre ni siquiera lo sabe…

4.    Mariano Rajoy. Es una mentira tolerada. La gente dice que Mariano habla poco y no dice nada. Es la única manera que tiene de no mentir. Lleva demasiados años en la política para saber que nunca se hace lo que se dice  que se va  a hacer y mucho menos en España, porque los que nos gobiernen tendrán que hacer los que nos ordenen desde Europa o si no al rescate puro y duro. Rajoy esta pasado de rosca política y no se entretiene ya ni en intentar convencer a sus votantes, más bien espera que saquen conclusiones ellos solitos viendo el panorama del resto de candidatos. Por eso no le interesa salir mucho en los noticiarios ni medirse en los cara a cara mediáticos. Está torpón de movimientos para su edad, creo yo. Cuando habla mueve poco los labios y menos la cara, y mira para abajo como si le rozara un gato para que nadie sepa si lo que dice es importante o no, si es verdad o mentira, si es un chiste o una tragedia. A veces, este gallego, abre un poco más la boca para reírse y entonces se le ven los dientes gastados de comer percebes y teñidos de fumar puros. Pero como se le ve cómodo es en silencio y con los labios apretados.


PD: Por supuesto esto es solo una opinión “personal e intransferible” (como estaba escrito en los billetes cuando alquilaban las sillas metálicas en la Plaza Nueva).