"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.
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jueves, 4 de septiembre de 2025

Agosto 2025

Terminó el veraneo recurrente rompiero de dos meses y ya estoy en la capital de Andalucía por mucho que le duela a los que le duele que esta bendita ciudad- Sevilla- sea tal y como es, es decir, como los sevillanos queremos que sea y ni una palabra más. 

El agosto playero ha sido un mes tranquilo para mi. El Huevofrito escacharrado nos ha impuesto a la familia un día a día que me ha recordado a los veraneos de mi infancia muy dependientes de las mareas para el baño sin fango (o con fango). He vuelto a mirar a la luna todas las noches y a la ría todos los días. Y he disfrutado de las corrientes y los vientos que rolan y mueven los barcos fondeados en digna lid de a ver quien puede mas y los perfila rumbosos. 

 Mis nietas son peces de luz, creo que tienen branquias y respiran bajo el agua y cuando salen luminosas de sal y riéndose veo princesas angelicales que se ríen de mis miedos y me tranquilizan con su sabiduría y su valor, que quizá yo he olvidado que tuve algún día. Les regalé hace años una tabla inflable que amarran en lo hondo a la popa de una patera y suben y se tiran tres trillones de veces seguidas sin cansarse. Los dos pequeños juegan en la orilla a ser mayores y ya van surfeando olas imitando a su padre. Y yo camino indiferente y me baño en mi ría fangosa cada día más orgulloso de estar allí y de repetir lo mismo desde hace más de no se cuantos años, muchos. 

También hemos recorrido -buscando baños distintos- chiringuitos costeros tanto de la costa El Rompido-Punta Umbría, como del Algarve cercano. Ganan por goleada los lusitanos en servicio, atención al comensal, cocina y limpieza. Es una pena lo mal que tratamos a los clientes de restauración en la Costa de la Luz, pero eso es otra historia. Y la basura de nuestras playas y la falta de urbanidad es la misma historia. Educación desde la infancia, programas educativos sociales continuos en los medios de comunicación, menos series gamberras y mas lectura señores, que se están ustedes quedando atrás con tanto cubata y tanto porro. ¡Y no me tiren las colillas a la arena por favor! ¡Y vamos a hablar sin gritar, coño, que los que tenemos audífonos nos los tenemos que quitar del ruido infernal! 

Bueno. Mucha piscina de la “urba” -como dicen los jóvenes- también ha habido. Es mi gimnasio donde ando contra el agua sin meter la cabeza que el cloro es enemigo de mis pobres oídos y hago aguayin personal a mi manera que me sienta estupendamente. Tenemos un chiringo piscinero que pone los botellines helados de verdad y que le hemos dado mucha caña agosteña. En la barbacoa comunal arroces se han degustado varios. Yo hice uno con conejos, perdices y zorzales. Soy raro. 

Y así día a día ha ido pasando agosto, saliendo poco por las noches al pueblo porque se llena de “comegamgas” (es una broma que gastamos entre nosotros) hasta unas cantidades verdaderamente impensables hace algunos años. Me alegro muchísimo por los restaurantes de mis amigos que llenan todos los días y tiene cola para sentarse y le dan dos o tres pases a cada mesa. Algunos advenedizos se vienen arriba en verano y se ponen tontitos si les pides una mesa como favor y te quieren perdonar la vida… ya llegará el invierno, criaturas mías. 

He leído mucho, un poco sin orden ni concierto, pero un libro me ha turbado: “A cuatro patas” . No lo recomiendo. Spotify con cascos, le he dado un buen repaso a mis clásicos, hásta he hecho unas listas de esas de compartir. 

Resumiendo, que es gerundio. Mes de agosto caluroso, bullicioso, ruidoso, pero que ha sido un buen mes para descansar y completar un verano que ha transcurrido sin incidencias, al menos que se puedan y deban contar en estas páginas. 

 A por septiembre.

lunes, 1 de mayo de 2023

Feria de Sevilla (2023)

 ... la lluvia es una cosa, que sin duda sucede en el pasado... Esencial estrofa de Borges, que aplico completamente a la Feria de Sevilla: algo que (para mi) sucede en el pasado.

 ¿Qué queda de aquella Feria que yo esperaba como agua de mayo hasta hace pocos años? Ferias bien vividas y bien bebidas, bien disfrutadas de pitón a rabo, con faenas de vuelta al ruedo casi a diario.

 Sinceramente creo que la feria (ahora ya con minúscula) ha cambiado bastante poco, que quien ha ha sufrido un tremendo cambio de perspectiva he sido yo y mis circunstancias. Y no solo por el biológico paso del tiempo con las limitaciones físicas lógicas de ser del 56 -aunque bien llevados, me dicen- sino más bien por la capacidad de observación sin prisas y sin condicionantes sociales, con el suficiente nivel de autocrítica que me auto-impongo antes de opinar en público. El que ha cambiado soy yo, sin duda.

 Este año me he saltado el "pescaito", horario demasiado tarde para mis costumbres, así que comencé la feria el domingo desde la una del día. Fui el primero en llegar a mi pequeña caseta, y me senté en la mejor mesa con María José con Celso hijo y con Paloma, su bellísima mujer, a ver desfilar a los primeros caballistas y los inigualables enganches, tomando el aperitivo, esperando a Ana y a nuestras tres nietas, Celsa, Leonor y Ana, que lucían como soles vestidas de flamenca, guapísimas las cuatro; y ese rato que estuvimos tapeando tranquilos en familia ha sido lo mejor de esta feria. Cuando la caseta se llenó, lo cual es lo normal por sus dimensiones, nos fuimos cada uno por nuestro lado. 

 Calor insoportable, lleno hasta la bandera en el Real y obligadas visitas a casetas de familia y de amigos, muy bien atendidos siempre, el buche a reventar, el botón de la camisa y la corbata amenazando horca, los pies pidiendo la campana... tuvimos mucha suerte de coger un taxi en la contraportada antes de las nueve.. la tarde cayendo está...

 El lunes me di un garbeo "single" desde las 13,30h;  aperitivo en mi caseta con amigos y luego paseo solariego para visitar a amigos de la infancia, esos que nunca nos olvidamos aunque no nos veamos, y acudir a la llamada de mi gran y cariñosa familia. Calor infernal, ruido ensordecedor y bulla... A las 18h estaba en mi casa mas contento que unas Pascuas. Fin de la feria 2023. A El Rompido.

                     Conclusiones:

 * "El volar es para los pájaros" (1970) Robert Altman. Y yo digo que "El feriar es para los jóvenes". Esos héroes que tiene salud suficiente para ir todos los días y acostarse tarde. De hecho creo que una vez pasada cierta edad (¿55-60?) la feria se convierte en un FRCV (Factor de riesgo Cardio-Vascular) si se usa (abusa) indebidamente.

 * Que nunca falten las niñas vestidas de gitana y bailando sevillanas en las casetas, eso no se olvida nunca. Pero tempranito para casa, previo paso por la Calle del Infierno. Un niño en la feria más allá de las 10 o las 11 de la noche debería estar prohibido. Y en un carrito debería de tener multa.

 * No entiendo el "uniforme" diario de chaqueta-corbata o traje oscuro desde por la mañana. Comprendo que en las casetas donde se celebren cenas con manteles -bien servidas y sin bullas- como en la noche del "pescaito", por ejemplo, sea imprescindible esta etiqueta, pero para pasar el día acodado en una barra no muy aseada o dando barzones para tomar una copa de vino, un rebujito, o un güisqui de pie en la puerta o entrada de una caseta escuchando sevillanas, rumbas, flamenquito o bulerías con los zapatos y los pantalones llenos de albero... sobra el atuendo floreado.  Bueno, que cada uno se vista como quiera, pero considero que una cubana es una prenda muy adecuada para estas ocasiones.

 * Los precios. Una convidá a un grupo de amigos en cualquier caseta es una puñalá trapera. Además siempre hay que vigilar con esmero al señor del lapicero. Un talonario casetero dura menos que un estornudo... y hay muchos motivos de alergia en estos días. El sábado fuimos mi dama y un servidor a almorzar a Sem Espinhas, en Cabeço (Portugal), cerquita de la fronteira -a media horita de El Rompido- en la mismisima playa, al fresquito del foreño; cervezas, ilustre vino albariño-loureiro helado, ostras, un buey de mar (sapateira) de un kilo, ensalada portuguesa enorme y completa con camaroes (langostinos) y un rodaballo como un pandero con su guarnición de verduras asadas... talonario y medio. 

 

Resumen:

 - La feria para el que se la trabaja. Muchos jornales y puestos de trabajo, digan lo que digan es un gran monedero para muchas familias de currantes, y así seguirá por mucho tiempo. Un gran atractivo turístico, envidia de España entera.

 - Ojalá hubiera casetas para todos. Debería agrandarse al feria y aumentar el número de casetas de libre entrada, ya sea de distritos, de barrios, de colegios, de clubes de futbol o de hermandades... pero casetas para estar a la sombra, sentarse y gastarse el dinero que cada cual disponga, y que se acaben las críticas a los propietarios de casetas actuales, que no tienen culpa de esta estructura ferial tan antigua mantenida durante generaciones.

 - Tontos hay en todas partes. Pero no sé yo si en la feria se vienen arriba y destacan. Me temo que sí. Incluso algunos "normales" el resto del año, "en llegando" la feria se olvidan de los amigos y parece como si no existiéramos. Perdonados quedan.

jueves, 27 de abril de 2023

Y Morante...

 Ayer vi torear a Morante de la Puebla y cortar dos orejas y rabo en la Maestranza de Sevilla. Lo vi desde El Rompido por la televisión gracias a Mundorotv. Es decir no estuve en la Plaza de Toros, que conste, pues las corridas de toros desde hace años me resultan tediosas y sin interés. Como no tenía puesto los audífonos ni los auriculares (lo estaba escuchando María José, que me alertó de los primeros oles) tampoco oía los comentarios de los locutores, ni la música, ni oles ni los aplausos... Solo era capaz de ver torear a Morante de la Puebla con mis ojos.

Desde el principio, en los pases de recibo con el capote, se percibió algo especial en la plaza, una actitud extraña en el torero, como una libertad que emanaba de su figura por encima de los cánones del ritual de la manida tauromaquia repetida por todos. Eso me empezó a dejar hipnotizado. Sin sonido, sin música, solo toro y torero en la pantalla de mi Mac.

Dejo, por no repetir otra vez más, el relato de cuantos lances divinos ejecutó en forma de verónicas citando con el pecho, gaoneras apretadas, y otros usos mágicos del capote para embarcarnos a todos - incluso a los más incrédulos- en el ferry que lleva a la Gloria sin escalas, mientras con la muleta daba un recital en forma de enciclopedia de oro del toreo clásico gitano, condensando en cada muletazo ayudado o natural el toreo puro de los más grandes: Ordoñez, Paula, Curro, Ojeda... ustedes incluyan a los que deseen.

Comprendí que estaba presenciando una epifania, pues él único y verdadero motivo que buscamos los aficionados a la Tauromaquia -que alguna vez soñamos- es ser testigos de la Creación de una Obra de Arte.

Pienso en Leonardo Da Vinci cuando estaba pintando La última Cena, o mejor la Gioconda, si en el momento de pintar esa sonrisa enigmática sería consciente de la repercusión actual. O Miguel Angel cuando decoró la Capilla Sixtina, o Rafael de Urbina y todos los grandes maestros de la pintura, la escultura, la arquitectura, la literatura, la filosofía y las ciencias... hasta llegar a los años de nuestra vida actual, donde los espectadores decidimos que "obras" merecen ser reconocidas con el título de "Arte".

Porque el Arte es un atributo que nosotros los observadores, los mirones, los testigos, los curiosos, aquellos que nos dejamos influir sin barreras por las emociones que producen los sentidos de la vista, oido, tacto, gusto, olfato, que sentimos algo especial que sacude nuestros principios, nuestra alma, nuestra vivencia... somos nosotros, usted y yo, los que otorgamos este atributo de Arte y de Artista a los que se lo merecen. 

Y yo ayer fui testigo, en mi pequeño Mac Air Plus, desde mi casa de la playa de El Rompido, que había sido muy afortunado de sentir cómo Morante de la Puebla, se había transfigurado en "el torero" y en "la faena" que todos hemos soñado ver alguna vez en nuestra vida.

Una Obra de Arte.

Un gran Artista.


PD: "Nosotros los artistas"

lunes, 28 de febrero de 2022

No a las guerras

Mi opinión sobre las armas es la misma que tengo sobres las heces. 

Nadie quiere la mierda en su casa, ninguno alardeamos de ellas, actuamos como si no existieran, pero son indispensables evacuarlas para sobrevivir cada día de nuestra vida de manera tranquila y saludable. 

 Aquí va mi explicación. 

 En el mundo hay seres pacíficos y sensatos – quiero creer que la mayoría- honrados y justos, personas que se guían por principios morales y éticos, que son solidarios, tolerantes, pacientes, autocríticos, respetuosos, que se esfuerzan en ser empáticos y cultivan la mente para adaptarse a convivir con quienes los he tocado en suerte, que aceptan y comprenden el bien común -es decir la democracia- a pesar de sus imperfecciones… personas pacíficas. Afortunadamente quiero creer que somos los más numerosos (perdón por el atrevimiento de incluirme en este grupo) y somos los que mantenemos a la sociedad en paz, gracias a nuestro esfuerzo diario, al ejemplo y a la educación que proporcionamos a nuestros descendientes. 

 Pero también existen los que no tienen tan claro lo de los principios morales y éticos, que no entienden bien lo que es la honradez y la justicia, que son intolerantes e insolidarios, engreídos, más bien egoístas, codiciosos, envidiosos, que prefieren intrigar, destruir y mentir para arrebatar bienes ajenos en su provecho, antes que construir y convivir en paz. Son personas que disfrutan haciendo infelices a los que los rodean -yo conozco a unos cuantos de estos, muchos con piel de corderitos de norit- y que van sembrando la cizaña del mal por donde pasan. 

 Pero los malos, malos, son aquellos que teniendo responsabilidades de alto rango en los gobiernos mundiales nos les importa crear las condiciones que hacen posibles las guerras, a veces incluso justificando la violencia mas depravada. En realidad, por muchos cargos y uniformes que tengan son ladrones, criminales y asesinos. 

 Esto es así desde el principio del mundo, desde Adán y Eva, Caín y Abel. Desde los albores de la civilización existe esta dualidad de comportamientos personales en todos los grupos humanos, en todas las razas, etnias, pueblos, naciones, continentes, en todos los recovecos ocultos del mundo mundial. Y sobre todo cuando entran en juego los intereses “legendarios”, ya sean históricos, territoriales, tribales, económicos o incluso tan solo egoísmos personales, e intervienen unos señores que llevan títulos tan grandilocuentes como reyes, virreyes, faraones, emperadores, césares, sultanes, califas, emires, marajás, zares, káiser, generales, generalísimos, caudillos, führer, intendentes, barones, tenientes, duces, papas, cardenales, embajadores, cónsules, duques, altezas, majestades, santidades, gobernadores, senadores, ministros primeros o penúltimos, consejeros, presidentes de repúblicas, de gobiernos, de regiones, de explotaciones bananeras, sátrapas y tiranos… Estos versos sueltos que propician el ambiente bélico, casi siempre para sus intereses personales, saben que con la guerra la muerte de inocentes al por mayor está asegurada, pero les da igual. 

 Por culpa de estos mierdas iluminados e inquisidores nos matamos entre hermanos tan solo por pensar de forma diferente, por creer en Dios, por no creer en Dios, por diferencias entre religiones trasnochadas, por los dioses que esperan en los paraísos, por rezar de rodillas o tumbados, por enseñar las piernas y la cara, por lucir colores diferentes de camisas o banderas, por disputar territorios absurdos, por reclamar fronteras ficticias e inexistentes, por ser orienta u occidental, comunista o fascista, de derecha o de izquierda, del norte o del sur, por decir viva un rey u otro, por pensar libremente, por escribir lo que se piensa, por tener la piel mas clara o mas oscura, por haber nacido en una región determinada, por tener drogas, por no tenerlas, por ser indio o comboy, vikingo o de secano, samurai o geisha, ninja o tortuga, capitán trueno o jabato, Roberto Alcázar o Pedrín… hasta por ser de equipos de fútbol distintos se ha llegado a matar… 

 Los muertos nunca son los familiares de los que inician las guerras. Los muertos son inocentes en un altísimo porcentaje. Inocentes, hombres mujeres y niños que pertenecen al grupo de los pacíficos, que no se olvide nunca. 

 Volvemos a las heces. 

 Desde que tengo mayoría de edad y siempre dentro de la legalidad he tenido escopetas en mi casa con su munición correspondiente porque he sido cazador en el pasado. Una noche, estando en el campo un primo mío y yo, aislados en la sierra -entonces no existían móviles ni teléfonos en el campo- fuimos despertados por unos ruidos que no eran los propios de los animalitos del entorno, mas bien eran ruidos producidos por personas que intentaban entrar a la fuerza en la casa. Me asomé sin encender luces por una ventana y vi dos sombras, una merodeaba por mi coche intentando abrirlo y otro parecía que intentaba forzar la puerta de la casa. Di una voz de ¡quien anda ahí! Las dos sombras se escondieron detrás un alcornoque a unos veinte metros de la casa. Éramos jóvenes y estábamos literalmente cagados (muy muy cagados). El instinto de supervivencia se impuso. Cargamos en silencio dos cartuchos en cada arma y esperamos vigilando por el ventanuco. A los pocos minutos salieron las sombras -eran tres- a la escasa luz de la luna y se acercaron de nuevo al caserón. Los dos primeros tiros les pasaron como a un metro de sus cabezas y arrancaron ramas y hojarasca abundante del árbol. Los vimos gritar y correr hacía un carril cercano donde tenían un todoterreno y salieron sin luces a todo lo de daban. Mi primo los despidió con dos tiros, por delante del coche barriendo el carril. No me cabe duda que estaban completamente cagados. Es decir, la mierda producida por los tiros les cambió las intenciones. 

 Es más, si en vez de mi primo, estuviera yo ahí y ahora con mi mujer, mis hijos, mis niet@s, y considerara que algunos con malas intenciones amenazaban la vida de mi sangre… mi repetidora hubiera escupido fuego hasta tener la absoluta certeza que los míos estaban fuera de peligro. Eso lo tengo tan claro como el agua clara. 

 No sé si me explico. 

 ¿Eso es la guerra?

domingo, 2 de mayo de 2021

La Magia de los Libros

Los libros solo sirven para que los leamos. Leer es vivir mil experiencias. Los libros son compañeros de viaje inmejorables. En ellos encontramos tanto respuestas como preguntas. Nos hacen vivir de una manera singular, cada cual extrae de la lectura sus conclusiones.

 Mis libros son parte de mi vida. Sé que están ahí, los encuentro cuando los necesito y acudo a ellos cuando me llaman porque se que me tienen algo que decir. Algunos son como de la familia, otros me miran de reojo con ganas de amistad y les paso la mano por el lomo para que se conformen estando dónde están. Otros se me pierden entre montones detrás de montones, pero al final acabo dando con ellos y me los llevo una temporada a la mesita de noche para que se despabilen con la luz de la lámpara. 

 Hoy lo he comprobado. Los libros buscan a quién los busca, hasta que se encuentran en armonía. 

 Los sábados suelo salir con mi bici a dar un paseo deportivo, pero también aprovecho y a la vuelta me paso por los kioscos, librerías y tiendas de remate para comprar algo de lectura, siempre con la esperanza que todo buscador de tesoros ocultos anhela, encontrar una joya perdida entre baratijas al por mayor. Eso casi nunca sucede…

 Hoy domingo (ayer sábado no pude salir) salgo con mi bici a pasear deportivamente por Sevilla, un día especialmente bonito de primavera, con luz diáfana y sol poco molestón, el aire lleno de fragancias sevillanas y un piar de pájaros y más pájaros revoloteando entre los árboles. Atravieso puentes y me alegro de ver el río repleto de deportistas con sus piraguas, sus tablas, sus canoas, y otra vez los barcos de turistas navegando con pasajeros encantados de estar con nosotros. 

 Pedaleo en mi bici pensando en libros y lecturas. Ruedo por la calle López de Gomara en dirección a la Ronda de Triana absorto en mis cuitas. Un Mercedes ya añoso aparcado en doble fila y con el portón trasero abierto me corta el paso, lo adelanto; ¿el maletero está lleno de libros? Doy la vuelta y me paro detrás de ese portón abierto del maletero del Mercedes añoso… ¡lleno de libros usado que están en montones con atadillos de cuerdas de tendedero blanca y negra! Espero. El auto está sin conductor y no acude nadie. Dos señores desayunan en el bar de al lado, a unos cinco metros, y les pregunto si conocen al dueño del coche. Yo soy el dueño, me dice uno, que quiere usted, pregunta. Libros, quiero libros, le respondo. ¿Puedo mirar? Mire usted lo que quiera, yo vendo libros, tengo muchos. 

 Los libros están en atadillos apretados, de entre diez a treinta ejemplares. Un atadillo, el más pequeño, me llama la atención. Me he fijado en un “Quo Vadis” que parece en buen estado. Hace tan solo unos días, hablando de libros con mi primo Arturo me dijo que acababa de terminar de leer “Quo Vadis” y estaba encantado. Le aconsejé que leyera “Ben-Hur”. Por eso al ver este ejemplar me atrajo como un imán o como el polen a las abejas. 

 Converso con el vendedor mientras se termina su tostada con manteca colorá. Trinco el atadillo y le pregunto el precio. Lo piensa un segundo y me pide cinco euros, justo lo que yo sabía que me iba a pedir. El que le acompaña parece ser su asistente y es el que se encarga de cobrar. Nos intercambiamos nombre y teléfonos. Quedamos en llamarnos para ver su “tienda” que al parecer está en un bar. 

 Meto el atadillo de libros gastados en el canasto de mi bici de paseo y me vengo feliz y contento para mi casa sin creerme lo que acaba de ocurrir. Estas cosas no suelen ocurrir, pienso. Pero la vida está llena de sorpresas y de casualidades que nos hacen felices con pequeños detalles. Detalles que tenemos que saber valorar y disfrutar de ellos. Como yo me siento hoy: un afortunado lector con un día de gran suerte. 

 Estos son los libros que vienen en el atadillo: 

- Quo vadis. Henryk Sienkiewicz. Circulo de Lectores. Diciembre 1969. 

- La Espuela. Manuel Barrios. Ediciones Destino. Primera edición. Abril 1965. 

- La arboleda perdida. Memorias. Rafael Alberti. Seix Barral. Reimpresión 1975. 

- Confieso que he vivido. Memorias. Pablo Neruda. Seix Barral. Edición especial para la Caja de Ahorros de Vigo (CAV). 1974. 

- Poetas gallegos contemporáneos. Basilio Losada. Seix Barral. Edición especial para la CAV y Monte de Piedad Municipal de Vigo. 1972. 

- Kasida del Olvido (Reimpresión). Joaquín Romero Murube. Edición no venal. Gráficas del Sur. Sevilla 1992. 

- Leyendas. Gustavo Adolfo Becquer. Clásicos edebé. 2000. 

- Elegías y Poemas Españoles. Francisco Giner de los Ríos. Finisterre. México.12/07/1967. 

- Album de sentimientos. Antonio Parrón Camacho. 1989 

- La Ciudad. Ensayos. Manuel Chaves Nogales. Diario de Sevilla. 

- Poemario. Manuel Gil Barragán. Alhoja. 1991. 

- Nocturno. Manuel Gin Barragán. Alhoja. 1991. 

- Entre la roca y el barro. Paco Pérez Mesa. Cuadernos de poesías nº2. Colección Viento Sur. 1978. 

 Bueno pues esto es lo que me ha sucedido hoy domingo 2 de mayo de 2021 y me gusta compartirlo con ustedes para que sepan lo que me gustan los libros.




domingo, 19 de julio de 2020

Mi Fango de El Rompido

Los primeros recuerdos que tengo de El Rompido, allá por finales de los años 50 y primeros 60 son de “el fango”.

Mi padre me llevaba a pescar en el bote de “El Gallo”, o de “Calentura”, de “José Catalina” o de cualquiera de sus amigos marineros rompieros. Y siempre teníamos que meternos en el fango para embarcar y más tarde para desembarcar la pesca abundante que siempre ofrecía la ría de El Piedras. Era un momento mágico a la caída de la tarde volver al fondeadero natural de embarcaciones marineras cargados de doradas, robalos, bailas, sargos, chocos… nunca olvidaré ese olor mezcla de brea, de estopa, de pescado y de fango rompiero.

Recuerdo la sensación de pisar las primeras veces este fango prodigioso que parece estar vivo (lo está) y ve introduciendo entre los dedos mientras el pie se hunde en sus entrañas hasta encontrar soporte de fango más endurecido. Entonces aprendimos que son inútiles las chanclas y las sandalias para caminar por esta superficie de oscuro barro con aspecto de brea y que lo mejor es ir descalzo y saber apoyar con cuidado evitando los ostiones y cortaderas que se esconden en sus fondos y que todos hemos padecido alguna vez en nuestra infancia y juventud.

Nuestros primeros baños en la ría siempre fueron sobre el tapiz de este fango, al que pronto le perdimos el miedo, y se convirtió en amigo y camarada de juegos. También servía de objeto de bromas a los novatos que llegaban al Rompido, algunos tan melindrosos que se negaban a bañarse… hasta que los envolvíamos en fango como a croquetas.

El fango se pegaba a nuestra piel formando una saludable protección mágica que curaba picaduras, rasguños, erupciones y quemaduras; revolcarnos en el fango era un placer, mientras esperábamos que subiera la marea para bañarnos en la “punta de los catalanes”.

El fango de El Rompido ha sido y es una fuente de vida y riqueza. La vida en El Rompido entonces giraba en torno a la luz de la ría y de su fango.

Fango que era criadero natural de suculentos ostiones que se recolectaban y secaban al solo para fabricar pienso abundante en nitrógeno.

Fango surcado de caños donde se crían el barrilete con sus suculentas “bocas” y las cangrejas deliciosas.

Fango lleno de vida interior donde conviven los verdigones, las almejas finas, las cañaillas, los longuerones, las albiñocas, las gusanas, anémonas, caracolas…y también los safíos y las morenas.

Fango suministrador de carnada para la pesca de la dorada y de la corvina, o para rellenar un plato de riquísimos verdigones al vapor recién cogidos, de bocas, de almejas…

Mis hijos han pasado bajamares enteras cogiendo bocas con su cubo y su pala y ahora son mis nietas las que están disfrutando de este fango prodigioso.

Durante muchos años este fango ha servido para mantener aislado al Rompido de forasteros cursis que menospreciaban este paraíso “porque no tenía playa…” y no saben bien cuanto le agradecemos que se fueran con viento fresco los que hemos disfrutado de su ausencia.

Los que hemos tenido la suerte de vivir varios meses al año desde niños en El Rompido y de disfrutar de este Macondo andaluz, -donde a veces descubríamos cosas que no tenían nombre- somos unos privilegiados y todos mantenemos una especie de secreto en común referente a esos años prodigiosos de nuestra infancia y juventud.

Yo he tenido la fortuna de vivir aquí unos años ejerciendo de médico y podría escribir un estudio sobre las propiedades sanadoras del fango del Rompido, sobre todo para combatir picaduras de insectos, de medusas (aguas malas) y arañas.

Y yo sigo teniendo el privilegio y la suerte de poder disfrutar del fango todos los días tan solo con andar unos pocos metros desde mi casa. Mis nietas juegan todos los días con el fango y ya saben coger barriletes. Mi nieto Celso, que pronto cumple un año ya lo ha probado y saboreado y parece que le gusta…

Este es mi Fango del Rompido.

Bendito Fango.

¡Viva la Virgen del Carmen!


jueves, 28 de febrero de 2019

Cuando uno está de suerte...



Cuando uno está de suerte….


Elidamares Goncalves Batista <Elidamares.Batista@educacao.sp.gov.br>
Sáb 05/05/2018 21:59
INFO@OUTLOOK.COM
Querido amigo,

Soy Elena Boris de Sofia, Bulgaria, casado con Late Engineer Boris que trabajó con MULTINATIONAL OIL COMPANY EXXON AS PROVEEDOR DE EQUIPAMIENTO DE PERFORACIÓN en Kuwait durante 19 años antes de morir en el 22 de agosto de 2009. Estuvimos casados ​​durante veinticuatro años sin un niño. Murió después de una breve enfermedad que duró solo cuatro días.
Antes de su muerte, él tiene la suma de USD 10,142,728.00 dólares con una empresa de mensajería en la India y este fondo se encuentra actualmente con el servicio de mensajería a la espera de mi desembolso como beneficiario y pariente más cercano a los fondos. Recientemente, mi El doctor me dijo que no duraría los próximos ocho meses debido a
problema de cáncer.
Habiendo conocido mi condición, decidí donar esto fondo para una iglesia, organización o buena persona que utilizará esto dinero de buena fe.
Tomé esta decisión porque no tengo ningún hijo que herede este dinero. Mantuve este depósito en secreto hasta la fecha; esta es la razón por la que soy tomando esta decisión. No creo que necesite ningún teléfono comunicación a este respecto debido a la confidencialidad de esta transacción. En su respuesta, le daré el contacto del correo. Yo también emitirá una carta de autorización al servicio de mensajería que probará usted el presente beneficiario de este dinero.
Así que debe enviarme su dirección, nombre, país y móvil.

Espere que responda y que Dios lo bendiga.
Elena Boris
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Huhtala Julia <julia.huhtala@edu.turkuamk.fi>
Mié 11/07/2018 15:44
INFO@OUTLOOK.COM
Buen día querido

 Mi esposa y yo le hemos otorgado una donación de £ 1,500,000 Millones de libras de parte de nuestra Lotería Jackpot de £ 161,653,000 Millones de libras, envíe su nombre, dirección, país, número de teléfono para reclamos.

Esperamos su respuesta más temprana y Dios los bendiga.
La mejor de las suertes.
Colin & Chris Weir
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Estefany Vanessa Izurieta Puyol <eizurieta@estud.usfq.edu.ec>
Dom 23/09/2018 0:50
Estefany Vanessa Izurieta Puyol

Su correo electrónico fue seleccionado por $ 570,000,00USD en el premio móvil Chevrolet Auto 2018, para recibir el premio envíe su nombre, dirección y número de móvil.
Responda esta identificación de correo electrónico: mox151@outlook.com
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Fatima Cristina Andrango Yancha <fandrango1@estud.usfq.edu.ec>
Mar 16/10/2018 0:48
Fatima Cristina Andrango Yancha

Su correo electrónico fue seleccionado por $ 570,000,00 USD en el premio Chevrolet Auto mobile 2018, para recibir el premio envíe su nombre, dirección y número de teléfono móvil Responda a esta identificación de correo electrónico:msncla@outlook.com
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EMMA PAYET <emma.payet@etud.uco.fr>
Vie 30/11/2018 1:48
INFO@OUTLOOK.COM
Saludos desde la Fundación Altman.

Esto es para informarle que tenemos una donación de $ 899.998,00 USD para usted, esto se debe a que en este momento, los niños en lugares como Siria, Sudán del Sur y Yemen están atrapados en un conflicto violento. Están huyendo de la guerra y el desastre en mayor número que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. Y en países como Nepal y Filipinas, los niños han visto sus casas destruidas por desastres naturales como terremotos, tifones e inundaciones de comunidades.
Esta donación servirá como una gran ayuda para el mundo, contáctenos con su nombre, edad, país, estado, ocupación, número de teléfono y ciudad.
Nuestro correo electrónico: altmanfoundation@outlook.com

Saludos,
Jane B. O'Connell
(Presidente)


lunes, 15 de octubre de 2018

El Bar Las Lilas


Cada uno tenemos nuestro barrio donde hemos nacido o nos hemos criado, barrio al que volvemos cuando podemos con nostalgia y emoción. En mi caso es el barrio de Nervión desde san Bernardo a la Gran Plaza, desde Ramón y Cajal a Luis Montoto. Y dentro de nuestro barrio existen lugares especiales que con solo recordarlos nos producen emociones que nuca se pueden olvidar. Ese lugar tan especial para mi es el Bar Las Lilas.

Estaba ubicado en Eduardo Dato esquina con Ventura de la Vega, en el tercer bloque de los pisos de la Diputación, junto a la portería del número 26. Yo vivía en le 24, a unos 20 metros del bar. Lo recuerdo en mi niñez como el Bar Estadio, nombre futbolero debido a estar enfrente del glorioso Estadio Ramón Sanchez Pizjuán, pero no creo haber entrado nunca cuando tenía ese nombre.  

Sería por los años sesenta y poco cuando el Bar Estadio cambió de dueño y se reformó completamente convirtiéndose un una moderna cafetería-bar con sus vidrieras amplias dando a las dos calles, su barra blanca impoluta en forma de ele, taburetes redondos giratorios con reposapiés, un salón al fondo con sus mesitas bajas, sillones de diseño y una iluminación de neón que entonces impresionaba por las noches: El Bar Las Lilas.

Al principio solo nos atrevíamos a entrar a pedir agua después de algún partido de futbol y aprovechábamos para quedarnos a ver jugar a las máquinas de petacos a los mayores pero los camareros no echaban a la calle sin miramientos: “¡A la calle a jugar!”

Poco a poco fuimos ganado posiciones y creo que con catorce años -sobre 1970- empezamos a “jugar a las maquinas” en las entonces modernísimas Nairobi (creo que se llama una…) y nos atrevimos a pedir nuestras primeras cañas, servidas en unas copas como de champán pero con el vidrio grueso, y los espectaculares “Chupitos Las Lilas” una tapa que era un montadito de pan tierno con un lomito y una hoja de lechuga.

Poco a poco los camareros fueron tragando nuestra presencia y nos fuimos haciendo amigos. En Las Lilas yo tomé mis primeras cervezas, fumé mis primeros cigarrillos en público, probé el cubalibre mientras escuchaba música americana de una maquina tocadiscos, empecé a fijarme y a ligar con las niñas de la Sagrada Familia y del las Carmelitas que pasaban por allí y poco a poco me fui haciendo un hombrecito.

Mi pandilla de las Lilas estaba compuesta por mis amigos de la infancia: Diego Villalonga; los hermanos Mundi y Jose Miguel Blanco (QEPD), Alberto Núñez; y compañeros del colegio Portaceli y vecinos del barrio: Manolo Jimenez, Paco Blandino (QEPD), Luis Serrano, Antonio Ruiz Cabezas, Josemi Arza, los hermanos Puchi y Carlos Lora, Paco Santamaría…

Compartíamos espacio en el bar con la pandilla de los mayores que tendrían dos o tres años más que nosotros: Carlos Jimenez Núñez – el dueño en funciones pues el Bar Las Lilas era de sus padres-, Quino Solano, Jose Antonio Martín, Mariano Leyva, Manolo Lora, Leopoldo Vaca…

La verdad es que los mayores nos echaban muy poca cuenta y pasaban de nosotros mirándonos por encimas del hombro porque tenían coches y motos grandes, cuando nosotros todavía andábamos con Vespinos y motos viejas.

Fue anecdótico como comenzó la “fusión” de las dos pandillas. Fue en Semana Santa cuando decidimos irnos a pasar unos días a la Costa del Sol -uno de nosotros ya tenía coche (no sé si carnet)- a una pensión barata de Torremolinos (entonces el summun de lo erótico) con muy poco dinero y muy poca vergüenza también. Una noche deambulábamos algo aburridos por la zona de garitos de turistas cuando nos dimos de cara con cuatro o cinco de la pandilla de los mayores. La alegría fue instantánea y mutua por las dos partes y nos abrazamos por primera vez como amigos y colegas. La noche fue apoteósica de copas y de risas y terminamos todos en el apartamento de Quino con una borrachera comunitaria, a algunos los tuvimos que llevar a hombros. Después de aquello ya empezamos a tomar juntos las birras al mediodía y las copas por las noches en Las Lilas y empezamos a tratarnos hasta formar una sola pandilla y una amistad entrañable que dura hasta hoy día.

No me puedo olvidar de los camareros. Aquellos que nos echaban cuando éramos niños llegaron a ser para nosotros amigos verdaderos, confidentes y a veces hasta banqueros. Joselito, el más joven, era de Los Pajaritos (Núcleo Residencial Las Aves, le decíamos con guasa…) era simpatiquísimo, chiquetito y cabezón. Fumaba Winston como un carretero. Jugaba en nuestro equipo de futbol de defensa, el primer partido lo jugó con botas de soldado porque no tenía botas de futbol (lo cual arreglamos enseguida). Pepe era gordito, calvito, soltero y sentimental, siempre malo de las rodillas y quejoso. Manuel era el mas huraño y serio, también soltero (pero no sentimental), tenía mucho carácter pero con gran corazón, un pedazo de pan de bueno que era. Terminó veraneando con algunos de la pandilla en un chalet que alquilaban mis colegas en El Rompido. Ellos nos avisaban cuando la maquina tragaperras estaba bien cebada y llevaba tiempo sin dar el premio, entonces invertíamos entre varios y rara era la semana que no trincábamos el gordo.

La verdad es que yo (todos) pasaba mucho tiempo en Las Lilas, desayunaba antes de irme a estudiar, tomaba las cervecitas antes de comer, luego el café o la copita, muchas tardes de rabona camuflados en las mesitas del fondo nos jugábamos los cubatas en eternas partidas de dados. Hasta partidas de póker se vieron allí. Los fines de semana que salíamos con los ligues nos quedábamos tomando copas hasta después que se iban los camareros, cerrábamos y nos quedábamos todos con Carlos, hasta que nos cansábamos de reír y de contar embustes, noches de vino y rosas…

Una tarde de domingo de primavera -ya con mis 19 añitos, casi 20- me bajaba yo de un coche en la esquina de Las Lilas, venía de estar dos días de cacería y traía mas mugre que un zorro. Entré a ver quien había por allí y de pronto me quedé pasmado al ver a una preciosidad escultural acompañada de varias amigas que yo conocía. Resulta que era la hermana de mis amigos Esteban y Pepe Prieto, yo llevaba sin verla como dos o tres años (ya me gustaba entonces). Pero aquella niña que yo recordaba con uniforme de colegio y un balón de baloncesto se había convertido en un espectáculo de belleza y personalidad y desde que la vi me quedé acarajotado. Me acerqué a saludarlas y ni corto ni perezoso les pregunté que cuales eran sus planes y me dieron que se iban al centro a dar una vuelta. Les dije que yo las llevaba en mi coche (un Seat 800 viejísimo) y que por favor me esperaran un momento. Ella me miraba como si yo fuese bicho raro, con una escopeta al hombro, conejos muertos colgando y sucio con ganas. Salí corriendo y creo que batí el record mundial de ducha, afeitado y perfumado. Cuando regresé taquicárdico y vi que estaba allí con sus amigas, esperándome, me dio un subidón de alegría. Aquel día fue el primero que salimos juntos.

Hasta hoy.