Porque llegando estos últimos días de Feria de
Sevilla empezamos a volver a la Realidad.
Y la Malvada Realidad llega como un ciclón y con
unas alforjas llenas de malas intenciones. Porque, ¿ a que viene ahora que
nuestra Conciencia nos mortifique? ¿A que viene ahora don Remordimiento? ¿A que
viene ahora doña Depresión con sus molestias y “bajones”?
Y huele menos a Feria porque tenemos las pituitarias
llenas de polvo del albero y de humos de fritangas, vapores de alcoholes
revenidos y alientos pendencieros.
Huele mas a Espidefén, a Almax y Omeprazol y a los
estómagos desechos por el atracón de alcohol, de gambas, de rebujito, de jamón y
regañá, de miles de montaditos y caldito de madrugá.
Huele a hombres congestionados, a ojeras de antifaz,
a ronqueras de vaqueros, a intestinos destrozados y a cagalera mortal. A
narices inflamadas por el “polvillo” mortal.
Huele a pies embalsamados con humores de Zotal, a
zapatos destrozados de tanto ir de aquí payá, huele a tacones lejanos, a
pantorrillas hinchás, a muchas ganas de llegar a mi casa y jartarme de llorá.
Huele menos a Feria al comprobar compungido cuan
corto se hacen cuatro o cinco días… que dispendio sin motivo… Me acuerdo de
Ubrique… ¡mi cartera, donde está!... que estaba tan rellenita pa podé aparentá,
que sa quedao esmayaita por tontaina y por despilfarrá…y ahora me pregunto por
donde se fue mi dinero: ¡que he gastado en estos días la paga del mes entero!
Si yo no tengo dinero ni pa
pesarme, ¿quien me manda ir a la Feria a pegarmela de ná? ¿Quién me manda hacer
el tonto con un traje y un clavel en el ojal?
Me remuerde la Conciencia: ¿A
ve como pago yo ahora esta enorme morterá! ¡Cualquiera deja una roncha en la
caseta… me pueden crucificá!
Dejo el sarcasmo para dar mi opinión después de 55
años de Ferias de Sevilla, exceptuando las lógicas fuerzas mayores o duelos.
Y lo he pasado en la Feria de Sevilla tan bien como
no os podéis imaginar. He sido socio de varias casetas cada cual mas divertida
y animada. He cantado y bailado donde y cuando he podido o me han invitado. Me
he paseado a caballo desde joven, con mi mujer y mi hija a la grupa. He entrado
por la mañana temprano y he salido por la mañana temprano. He sido muy feliz en
la Feria de Sevilla.
Una caseta de Feria llena de amigos y familiares en
buena armonía y buen son, con
buenas tapas, buen vino y buen tiempo es lo mejor del mundo. Un día…
dos… ¿tres? Cuatro días seguidos me parecen demasiados (soy culo de mal
asiento).
Pero si en vez de eso lo anterior lo sustituimos por
bullicio y griterío ambientado por los amigos de nuestros amigos ya sean:
invitados, gorrones, maleducados, paparruchas, botarates, flamenquitos, bordes,
tontos (con todas sus variantes), perspicaces, avisados, cornudos, cabrones
consentidos, eminencias, extraterrestres, abducidos, cleptómanos, bipolares,
megalómanos, políticos, presocráticos, béticos, sevillistas, atolondrados,
gurripatos, obvios, melosos, melifluos, perniciosos, anémicos, trágicos,
irónicos, hipócritas, vernáculos, bíblicos, dipsómanos o estraperlistas…
Un día y no más Santo Tomás… El año pasado fui tres
días y me arrepentí de tantas y tantas carajotadas que dije y que me dijeron y
me tuve que tragar.
Este años he ido dos días, uno y medio mas bien, y
lo mismo de lo mismo: salvo los ratos auténticos con mi familia y amigos
íntimos y saludos cordiales a los amigos… na de ná. Muchas cervezas y copas de
vino sin ganas, mucho guisqui con agua… pero al final te coges la tajá… que
parece que de eso se trata… ¿o no?
Que lastima me da.
PD: Por supuesto quedan exentas de mis comentarios y
reflexiones “pesimistas” todas las mujeres que pasean por la Feria de Sevilla:
no he visto en mi vida mujeres tan guapas y tan bien vestidas de gitana, con
esos colores tan bonitos y esas flores en sus cabezas, esos talles tan
flamencos… y las que no van vestidas de gitana también se ponen muy guapas… y
yo les digo a todas piropos y requiebros… de corazón.