Decíamos ayer que el Sistema Sanitario español es
ruinoso para las arcas del estado. No se debe mantener un sistema que pierde
dinero a espuertas por todas partes y no satisface a casi nadie, ni a los
usuarios, ni a los médicos ya sean residentes (MIR) o especialistas, ni a los
receptores de pensiones y jubilaciones… (mejor no entrar en el espinoso tema de
si están la Pensiones aseguradas para los que ahora tenemos cincuenta y tantos
o no lo están…)
Tenemos que ahorrar dinero en gasto sanitario.
Todos. Una malísima política sanitaria de todos y cada uno de los gobiernos
democráticos, con una nefasta educación ciudadana ha hecho que estemos ante una
situación insostenible.
Los Centros de Salud y Ambulatorios, que deberían
servir para lo que fueron creados, es decir, para que los Médicos de Familia y
Generalistas, ejerzan su preciosa y valiosísima especialidad, atendiendo a la
población del área donde estén ubicados en todas sus necesidades sanitarias,
prevención de la salud, diagnostico y tratamiento de las enfermedades comunes y
estacionales, control de procesos crónicos, derivaciones a los especialistas
después de un estudio previo protocolizado, asistencia de las urgencias diarias
sin riesgo vital, etc, etc, se han reconvertido en sucedáneos de oficinas de
gestión, donde estos Médicos de Familia realizan labores burocráticas con costosisimos ordenadores y unos
programas informatizados carísimos, muy útiles para obtener datos estadísticos,
pero inútiles para hacer mas fácil la asistencia médica al paciente, se han
convertido en programadores de tarjetas con microchips para la de dispensa de
medicamentos, gestión de altas y bajas, filtros a los especialistas de área…
pero están completamente infrautilizados después de tantos años de estudios teóricos
y prácticos.
En cambio los Hospitales reciben diariamente un
aluvión de demandas de asistencia en los Servicios de Urgencias, la gran
mayoría por procesos banales que deberían ser atendidos en los Centros de
Salud, previa petición de hora de consulta, o incluso muchos de ellos podrían
ser atendidos en las consultas externas de los DUEs (ATS o enfermeros)
perfectamente. Pero no… el usuario acude a Urgencias de los grandes Hospitales
ya sea con un niño con fiebre, un dolor de tobillo, una diarrea, unas toses o
una indigestión. Y acude porque es más cómodo que tener que esperar al día
siguiente a pedir cita con su médico de cabecera. Y porque es gratis total.
Es totalmente gratis la asistencia en Urgencias,
gratis la asistencia por enfermeros cualificados y por médicos de guardia, gratis
el trabajo de las auxiliares que te limpian el culo, el de los celadores que
empujan las camillas, gratis son las medicinas que se administran, los
fungibles que se usan (sueros, inyecciones, etc), las gasas, las sábanas, los
esparadrapos, las escayolas, las vendas, los análisis, las radiografías, las
ecografías, los escaner… todo es gratis… ¡Y cuanto más pruebas me hagan,
mejor…!¡Y que venga el especialista a verme cuanto antes…!¡Que para eso pago!
Claro, ese es el problema, que el usuario se cree
que el “paga” lo que esta consumiendo. Y nada mas lejos de la realidad. Con el
dinero que se recauda por las retenciones de las nóminas para la Seguridad
Social… me gustaría saber que porcentaje se llega a cubrir del computo total
del gasto sanitario. Si alguno de ustedes tiene cifras que me las diga.
El usuario piensa inocentemente que con lo que
aporta (si es que aporta…) a la SS tiene “pagados” la asistencia médica durante
toda su vida y además la Pensión de Jubilación correspondiente.
¿En que cabeza cabe semejante disparate?
Pero vamos a poner ejemplos ilustrativos. Todos los
que ustedes quieran.
Yo soy Fulano de Tal y tu Mengano de Cual. Misma
edad, mismo sueldo y retenciones y misma ciudad. Fulano fuma como un carretero,
bebe aguardiente matutino y se esta poniendo gordito de comer lo que le da la
gana. Cae malo con frecuencia con bronquitis, con el azúcar alta, con ataques
de gota, varias bajas laborales al año. Además tiene alto el colesterol y tiene que tomar cinco o seis pastillas
todos los días, que no le cuestan casi nada pues las paga “el seguro”…
Mengano no fuma, cuida su alimentación, camina todos
los días, y no falta al trabajo ni toma medicinas. Y “paga” igual que Fulano.
¿Cuál debería pagar menos y cual debería pagar más?
¿Quién se debe hacer cargo de las enfermedades
derivadas del abuso irresponsable del tabaco y el alcohol? ¿Los que no fumamos
ni nos destrozamos el hígado?
Otro ejemplo.
Yo soy funcionari@ y no estoy content@ con mi jefe.
Estrés y angustia. Urgencias. Baja laboral. Depresión y Ansiedad. Medico de
Familia. Baja laboral. Fibromialgia. Baja laboral. Así hasta el infinito…
Y tu que eres mi compañer@ de negociado, con el
mismo jefe, te aguantas y te tragas el estrés, la ansiedad, la angustia y
desesperación y te comes los marrones sin faltar al trabajo y sin rechistar.
¿Quién debe pagar más?
Se que el problema es de difícil solución. Pero como
no se soluciona sino que se empeora es haciendo justo lo que estamos haciendo…
ignorandolo…
Es fundamental que los que sepan de finanzas y
dineros actúen cuanto antes y corten esta sangría, nunca mejor dicho, que no
lleva a parte ninguna.
No se debe de recortar en la formación de médicos ni en
recortes a los profesionales de la salud, que son los que soportan (soportamos)
la gran carga y feroz demanda asistencial…
Y es fundamental que nosotros, los usuarios,
pongamos de nuestra parte adquiriendo hábitos saludables, promocionando la
prevención de enfermedades, usando –no abusando- los medios que la Sanidad
Pública pone a nuestra disposición de una manera lógica y coherente.
El que pueda se debe pagar sus medicamentos.
Y el
que mas gane que mas pague.
Y el que mas abuse, también que pague más.