"Casos Clínicos"

Mi foto
Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

martes, 14 de noviembre de 2023

... te guarde Dios...

    • Antonio Machado es mi poeta de cabecera. Lo leo y recito con frecuencia y me sé de memoria un puñado de sus poemas. He leído su biografía y lo admiro, creo que fue una persona íntegra, muy sentimental, orgulloso de ser español y a la vez horrorizado por lo que vivió en España los años de la guerra civil. 
    • Hay un poema que cuando yo era joven me costaba entender: “Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Tristemente con el paso de los años, especialmente en las últimas dos décadas me está quedando muy claro lo que Machado tan claramente profetizaba. Y tengo el corazón congelado. 
    • Vaya por delante que he sido un español con muchísima suerte y tengo que reconocer que mi vida ha transcurrido plácidamente en esta maravillosa península ibérica con forma de piel de toro, en esta Andalucía tocada por la varita mágica del sol, de la luz y del clima tan saludable que disfrutamos. 
    •  Nací en 1956 en una familia cristiana maravillosa. Mi padre hombre primario, educado en el campo, nos educó en libertad y confianza en nosotros mismos y bastaba una mirada suya para obedecerlo sin discusiones. Mi madre alumna de Las Irlandesas de Castilleja, abnegada, siempre dando ejemplo de bondad cristiana, nos educó con una certera babucha en la mano y nosotros corriendo por el pasillo. Nuestra tata Meme, indudable segunda madre, ejemplo de santidad, nos protegía de todo mal. 
    • Mi infancia feliz con mis hermanas y hermanos, colegios de monjas y de curas. Veraneos largos en El Rompido. Buenos amigos, guapas amigas. Vida confortable, convivencia en paz. Posguerra tardía con Franco, Franco, Franco omnipresente en el NoDo. España resurgía de sus cenizas tras la devastadora Guerra Civil originada por políticos que se encargaron de convencer a media España que odiara a la otra media. 
    •  En mi entorno no se hablaba de política, solo había fantasmas en blanco y negro, el “generalísimo” y sus ministros tan señoriales y silenciosos. Hasta el atentado del entonces Presidente del Gobierno, el Almirante Carrero Blanco en 1973 (era el abuelo de un compañero de mi clase), cuando aparece la ETA amenazante de la paz y la seguridad de todos los españoles, no empieza mi curiosidad política. Oigo hablar de dictadura y de democracia. 
    •  Muere Franco en 1975, coincidiendo con mi entrada en la Universidad y asisto a las asambleas y compro periódicos todos los días para aprender “política”. La Facultad de Medicina no solo me formó como médico, mi paso por la Universidad fue una catarsis en mi formación humanística y libertaria, donde anduve removiendo mi formación intelectual en todos los sentidos. Siete años de bullanga mental muy provechosos, aprendiendo de los discursos de los radicales de izquierdas y de derechas. Ninguno me atrapó en sus divagaciones falaces. 
    • Cuando llegó la Monarquía con Juan Carlos I, se diluyó la idea de República. Comienza la llamada “Transición” con la creación de los partidos políticos y las primeras elecciones democráticas en 1977. Yo me afilié y voté a Izquierda Democrática, un partido de centro izquierda liderado por Joaquín Ruiz-Jimenez y por José María Gil Robles, que no obtuvo ningún diputado (...estaba yo…). Posteriormente este partido se integró en la UCD de Adolfo Suarez a quien voté posteriormente. 
    • El enemigo común que todos los españoles teníamos eran la ETA y el Grapo, dos organizaciones criminales y asesinas de inocentes hombres, mujeres y niños. 
    •  Se firman los Pactos de la Moncloa en 1977 y llega la Constitución de 1978 con el Estatuto de Autonomía, que va “dividiendo” a España en 17 Comunidades Autónomas y 2 Ciudades Autónomas. Desde su creación algunas Comunidades (léase País Vasco y Cataluña) gozan de privilegios especiales con respecto a las demás Comunidades. Un desajuste que lógicamente es difícil de compaginar sin crear conflictos, tal como estamos viendo en la actualidad.
    •  Fueron tiempos de grandes hombres de estado, grandes políticos al frente de partidos democráticos que han dejado una huella imborrable en la historia de España: 
    • UCD con Adolfo Suarez, franquista reconvertido en demócrata, y Leopoldo Calvo-Sotelo. 
    • Alianza Popular con Manuel Fraga Iribarne, otro reconvertido en demócrata. 
    • Partido Comunista con Santiago Carrillo, también reconvertido en demócrata. 
    • PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra. 
    • Partido Popular de José María Aznar y Mariano Rajoy
    •  Estos dos últimos partidos alternándose en el poder desde 1981 y a veces pactando con los partidos minoritarios vascos (PNV), catalanes (CiU) y otros, para conseguir mayorías suficientes, pero todos unidos, no solo en el marco constitucional, también en la innegociable lucha contra los terroristas vascos y en la unidad sin fisuras de España como nación soberana. 
    •  En 1981 tuvieron que hacer frente a un Golpe de Estado del botarate Tejero y convivir todos ellos con los peores años del terrorismo etarra asesino y cobarde, dando un ejemplo de respeto institucional, democrático y monárquico a pesar de tener un Rey Juan Carlos de bragueta fácil y cuentas corrientes opacas, pero español a carta cabal. 
    • Pero después del aterrador atentado terrorista del 11 de marzo de 2004, tres días antes de la jornada electoral, el PSOE gana las elecciones y es elegido José Luis Rodríguez Zapatero (ZP). En ese momento comienza la actual “historia de España” hasta nuestros días. 
    • ZP, de formación marxista, rompe con todos los esquemas de convivencia en paz y comienza el lento proceso de reabrir una fractura -que ya estaba consolidada y olvidada- entre los españoles. Promulga la Ley de Memoria Histórica -intento de modificar la historia de España- aflorando conflictos ya superados e incitando de nuevo a los rojos contra los azules en una mentira perversa y alucinada, obsesionado con desenterrar y justificar a unos sí y no a otros. Este iluminado también tuvo la ocurrencia de la Alianza de Civilizaciones -intento de modificar la historia de la Humanidad- un proyecto megalómano de ineptitud tan manifiesta y peligrosa que pronto fue enterrado por los propios socialistas. Fue también el comienzo de la burda manipulación de la educación en las aulas según regiones y conveniencias al más puro estilo bolchevique. Este personaje con rasgos y movimientos de marioneta gobernó en España la friolera de ocho años. 
    • El gobierno de Mariano Rajoy desde 2011 no quiso, no pudo o no supo revertir esta deriva del rumbo hacia el naufragio de una España cada vez más soliviantada y amenazada por las minorías catalanas y vascas. Tanto es así que tuvo que lidiar el 1 de octubre de 2017 con el “referéndum de independencia” de Cataluña, promulgado por Carles Puigdemont (Junts pel SI), Presidente de la Generalidad, con el apoyo y colaboración de partidos independentistas los cuales orquestaron una pantomima vergonzosa, burda y violenta, absolutamente ilegal y anticonstitucional que quebrantó las bases de la unidad de España. 
    • El Rey se plantó contra este abuso de poder y el gobierno aplicó el artículo 155 desbaratando el “golpe de estado” y procesando a todos los responsables políticos, promotores e instigadores de los hechos por delitos de sedición, rebelión y malversación de caudales públicos, pues todo esto costó una buena pasta a todos los españoles. Entonces todos los españoles y partidos políticos nacionales estaban completamente de acuerdo, incluyendo al PSOE. 
    • En 2018 y después de una moción de censura donde ya empezaron a subastarse al alza tanto los partidos vascos nacionalistas y los herederos de los terroristas, como los independentistas y republicanos marxistas catalanes, Pedro Sánchez, consigue su propósito de ser Presidente del Gobierno de España, apoyados por esos partidos minoritarios y por los “comunistas” modernitos de Podemos
    • A partir de esta fecha ya saben todos ustedes lo que viene sucediendo en España, no hace falta repetirlo más veces, es tan alucinante y esperpéntico lo que estamos presenciando que parece una pesadilla. 
    •  Pero esto que estamos viviendo cada día con caras de tontos del bote, para que Pedro Sánchez pueda seguir gobernando no es lo peor, NO. 
    • Las mentiras repetidas, la falta de coherencia y honestidad, la desvergüenza exponencial, la falsedad de argumentos, los “cambios de opinión”, las traiciones, las bajadas de pantalones, los indultos, la amnistía… nada de eso considero que es lo peor del legado del PSOE actual en manos de Pedro Sánchez y sus ministros, barones, afiliados, simpatizantes, seguidores zombis y disculpadores. 
    • Lo peor de todo es el enfrentamiento que han conseguido crear entre los españoles. En un extremo los "socialistas" de nuevo cuño derivados de ZP y Sanchez, los "podemitas" acomodaticios con casoplones y las marxistas de peluquerías, que están consiguiendo sus objetivos mas maquiavélicos: una sociedad bipolar donde vuelven a existir los “buenos”, los “progresistas”, los que aplauden y justifican las mentiras y las falacias de un “gobierno” déspota, conformado por personas sin principios morales ni éticos que justifican lo injustificable, abducidos por un personaje siniestro y perturbado que pretende dar por lógicas todas sus distorsiones personales tan solo por una ambición patológica de "poder", de seguir siendo Presidente a costa de destruir España. 
    • Y en el otro polo de esta bipolaridad nos encontramos los que no hemos estado de acuerdo desde hace años con esta barbaridad de mentiras encadenadas, de faltas de respeto a la Verdad, a la Honestidad, a la Lógica, la Moral, la Ética personal, a la Democracia, la Política y a la Paz. 
    • Por eso somos catalogados de “fachas” -por orden sumarísima del PSOE, de Podemos y ahora de Sumar- todos los que no comulgamos con las ruedas de molino del “progresismo” manipulador y traicionero, tenemos ya la etiqueta: “fachas”. Un bien organizado mantra que se escupe como un salivazo en la cara del disidente, del no votante, del no colaborador de la infamia. 
    • Da miedo ver cómo están los ánimos en las redes sociales con insultos a destajo, descalificaciones personales, agresividad sin control. Conozco ya casos de familias con problemas por hablar de política, enfrentamientos entre hermanos y primos, entre amigos, disgustos gordos a todos los niveles sociales por culpa de esta extrema polaridad creada por nuestros dirigentes “progresistas” en los últimos años. 
    • Yo personalmente me siento estafado. Creo que el PSOE/Podemos/Sumar con sus socios nacionalistas, republicanos y filoterroristas han destruido en pocos años y con muy arteras y perniciosas mañas tanto como habíamos conseguido entre todos los españoles dejando atrás la Guerra Civil con paciencia, solidaridad, respeto y perdón.
    •  Creo que están tirando a la basura todo el trabajo por la paz y la concordia realizado con generosidad durante la transición con tantísimo esfuerzo de grandes, grandísimos hombres y mujeres -tanto de izquierdas como de derechas- que, asumiendo cargos públicos muchas veces peligrosos, han luchado contra el terrorismo, por la reconciliación y la paz, desde la muerte de Franco. 
    •  Me siento no solo estafado y triste por lo que creo que es un retroceso social, cultural, democrático y de España como nación. Me siento humillado.
    • Quiero una España diferente a la actual para que mis hijos y nietos vivan en paz, sin normalizar las mentiras, las traiciones ni el odio entre hermanos.
    •  Y por eso ahora me siento -ahora lo comprendo bien- como decía Machado y vuelvo a repetir, con el corazón congelado.

jueves, 5 de octubre de 2023

Autocrítica.

 En mi viejo Diccionario Enciclopédico busco la palabra “crítica”: “Arte de juzgar la bondad, verdad y belleza de las cosas”// “Censura de la conducta o acciones de alguno”// “Conjunto de opiniones vertidas sobre cualquier asunto”// “Cualquier juicio formado sobre una obra de literatura o arte”. La RAE añade que “criticar” es “expresar opiniones o juicios negativos y contrarios sobre una persona o cosa”. 

    De modo que ejercer la crítica implica un proceso de juzgar actos, de censurar conductas, y de opinar expresando nuestras opiniones y conclusiones. El día a día de muchos de nosotros, ¿no es cierto? Un proceso que hacemos continuamente observando el comportamiento humano y sus consecuencias sobre el entorno que nos rodea y afecta produciendo sentimientos y emociones que expresamos libremente. La botella medio llena o medio vacía, ni más ni menos. Del blanco radiante al negro zaino, con todos los colores que usted quiera ver en los demás. La crítica, dicen que puede ser “constructiva” o “destructiva”. Ahí lo dejo. 

  Muy poco se ejerce este proceso haciéndolo introspectivo, mirándonos en el espejo de Alicia y pasando al interior de nosotros mismos. ¿Somos capaces de criticarnos, de discernir nuestras propias faltas, errores, limitaciones y sobre todo nuestras mentiras y actos dolosos contra nuestros semejantes? 

    Ejercer la autocrítica es un saludable ejercicio desde la juventud (es complicado madurar y evolucionar correctamente sin practicarla), pero, con el paso del tiempo -como planear ir al gimnasio a las siete de la mañana- se suele quedar en una intención pocas veces realizadas. La tendencia natural es a posponer “sine die” ir a ese gimnasio mental de reflexión, de análisis de nuestro comportamiento perfectible, de aceptación de nuestro límite y de ser capaz de reparar el mal causado con nuestras críticas injustas. Ya dejó dicho G.K.Chesterton que lo que amarga al mundo no es el exceso de crítica, sino la ausencia de autocrítica. 

    La autocrítica -en su justa medida- provee al intelecto de más conexiones neuronales productivas y debe ser considerada una gimnasia mental beneficiosa y preventiva de degeneración cerebral. Y sí, la autocrítica -siempre que sea realizada por una mente sana- debe tener un fin positivo, reparador e indulgente. La autocrítica forma parte de la saludable higiene mental personal. Debe servir para ser honestos con nosotros mismos. 

    Bien es verdad que el exceso o la perturbación autocrítica conlleva al perfeccionismo patológico, y otras enfermedades mentales. Por ejemplo, leo que en el régimen soviético marxista y actualmente en los regímenes comunistas se obligaba y obliga a los “disidentes” a realizar públicamente “autocrítica política” dirigida a reconocer el adiestramiento mental obligado, para evitar ser “purgados”, es decir desaparecidos o directamente fusilados. Criminales que la historia sigue juzgando y juzgará. 

    Yo me conformaría que nuestros actuales dirigentes empezando por el “gobierno en funciones” y sus socios facilitadores hicieran un repaso desde estos años atrás con la irrupción del muy mentado “progresismo”, ese cajón de sastre donde caben y se justifican todos los desmanes irracionales que tanto daño están produciendo a la convivencia y la paz de todos los españoles.

    Comprendo que un psicópata no sea capaz de tener autocrítica alguna -precisamente eso define a la mayoría de ellos-, pero es estadísticamente imposible que bajo unas siglas de un partido político de tanta y tan sería tradición como el actual PSOE, se cobijen tantos “psicópatas” que no sean capaces de realizar una mínima autocrítica y reconozcan los flagrantes despropósitos y disparates de todos estos años recientes.

 Cuantas mentiras repetidas, falsedades, cambios de criterio injustificados (o justificados tan solo para sus intenciones espurias), faltas de respeto, insultos y vejaciones (los famosos epítetos despreciativos de “fachas”, que somos todos al parecer), cuanto desprecio a la inteligencia de los ciudadanos sensatos diciendo ahora que lo que antes era negro ahora es blanco… si, blanqueando como “personas de paz” a los asesinos, aceptando chantajes de presos condenados por delitos de sangre o de fugados por querer dar un golpe de Estado, concediendo indultos y prometiendo amnistía a aquellos delincuentes que nos dijeron que traerían ante los jueces, malversando el dinero público para mantener el entramado de partidos minoritarios y antidemocráticos que sostienen al gobierno del psicópata, subvencionando prensa diaria influyente y cadenas de televisión adoctrinadoras y propagadoras de infamias, manipulando a la juventud fomentando con pagarés el pasotismo y el ocio, permitiendo la ocupación ilegal de viviendas y otras muchas barrabasadas sin límite que han quedado grabadas y pueden ustedes tener acceso en las hemerotecas. 

   Señores diputados, diputadas, votantes y simpatizantes del “progresismo”… 

 ¿No creen que deben hacer una mínima autocrítica? 

Por higiene mental.

Publicado en @abcdesevilla en Tribuna Abierta el 04/10/23

jueves, 31 de agosto de 2023

La mujer de entre las sábanas del resturante gallego.

Este precioso relato que me manda mi sobrino Marco Soto Parejo es una delicia. No tengo más remedio que regalarlo -con su permiso- a los amigos de este blog.

EL BARRIO donde vivimos mis padres, mis hermanos y yo desde el once de septiembre de 2001 en la zona sur de Sevilla, fue construido en 1929 con idea de ofrecer un lugar de descanso a quienes trabajaron en la exposición iberoamericana en nuestra ciudad en ese mismo año. Consta de 390 chalets unifamiliares ajardinados que, por su forma alargada y sus tres o cuatro pisos de altura, según el tipo, casi recuerdan a un faro. Goza de dos exóticas plazas con aires latinos y suelos de albero donde el tiempo parece estar de descanso, aviadas con bonitos bancos de hierro negro, fuentes de agua potable y unas estructuras que a modo de porche, y después de ser engullidas por las voraces enredaderas, crean frescas sombras, tan necesarias en nuestros veranos. 
 El barrio está adornado con centenares de vivos naranjos, eminentes palmeras, arces, buganvillas, limoneros y robinias, e incluso alguna que otra familia de opulentos cactus mexicanos que recuerdan a personas sorprendidas con las manos en alto y sombrero de ranchero. 
 Es un barrio alegre y alberga gente colorida y pintoresca, a pandillas de gatos que a veces parecen estar meditando y otras jugando al escondite bajo los coches, a civilizaciones enteras de simpáticas hormigas silvestres, mirlos azabache, palomas que hacen de las ventanas mas altas sus pesebres, hermosas cucarachas de temporada, ratas invisibles, gorriones saltimbanquis y loros que cantan y visten plumas de un suave terciopelo verde. Tiene su vagabundo inmortal particular al que llamamos “el Langui” que nunca pide nada excepto algún cigarrillo que no se preocupa en encender demasiado pronto, tres colegios con profesores que beben juntos y en secreto el agua de la eterna juventud, un par de manicomios en desuso, un mercado, gimnasio, su propio equipo de futbol, que hace de las calles una fiesta cada dos domingos y, desde el año 1958 es oficial y coloquialmente llamado por todos “Heliopolis ” , lo que en griego quiere decir “la ciudad del sol”, y tiene mucho sentido pues todos gozamos de los beneficios que aporta su vitamina D, aunque este atributo pueda extenderse en realidad por todos los rincones de la ciudad. 
En este barrio se criaron mis padres, y a su vez los padres de ambos, y cuando los míos se casaron migraron al campo, donde pasamos la primera década de la infancia, cosa que ahora les agradezco, hasta que el famoso y traumático día de las torres gemelas volvieron con sus tres hijos al lugar donde se conocieron, se enamoraron y se hicieron uno. 

 LAS CASAS son casi todas blancas y están blindadas por una ley que les impide hacer reformas interiores o de estructura por lo que el barrio mantiene su aspecto original desde que se levantó, habiendo excepciones como en todas partes, claro. Los nombres de las calles que van de Norte a Sur son países de Sudamerica y las que van de Este a Oeste nombres de ríos españoles. Nosotros vivimos en el numero x de la calle Chile y nuestra casa hace esquina con la calle Ebro. De manera que, si vienes andando de sur a norte por la calle Chile y giras a la derecha de Oeste a Este por la calle Ebro solo encontraras dos casas en la acera mas cercana al Sur hasta que aparezcas en la calle Uruguay, la nuestra, y lo que hoy día es el restaurante Cambados, nombre que le fue asignado en recuerdo del pueblo pesquero gallego de donde son originarios los dueños. 

 EL RESTAURANTE Cambados es una casa como todas las demás en apariencia, solo que en sus patios hay veladores y en su salón una gran barra con taburetes, un murmullo que te hace sentir acompañado, tres o cuatro tiradores de cerveza gélida, elegantes camareros siempre en movimiento, pescados que da miedo verlos, patas de jamón ibérico curado colgantes que te hacen la boca agua, vinos rojo sangre de la tierra, whiskys y licores de todas partes del mundo, y una vitrina enorme a rebosar de marisco fresco, donde si quieres puedes dibujar tu nombre con el dedo debido al vapor que causa el cambio de temperatura de dentro afuera del cristal. Hay fotos enmarcadas en las paredes, tapando ya casi todo el mosaico de sus característicos azulejos cocidos y pintados a mano, inmortalizando las visitas de los diversos personajes que alguna vez comieron allí, príncipes e infantas, actores, futbolistas o artistas de renombre. El ambiente es marinero y el pomo de la puerta principal es un antiguo timón de madera del tamaño de un volante de coche corriente. Los dueños gallego-sevillanos y nosotros somos podría decirse “familia” después de tantos años conviviendo pared con pared. 

 HOY DÍA -siendo yo el mayor de los tres hermanos y el propietario de la idea de transformar a mi vuelta del extranjero el supuesto despacho de mi padre de la tercera planta en una habitación con idea de darle vida a ese espacio casi muerto- vivo en la penúltima planta y en la última de la casa que está habitada, compartiendo ratos, eso si, con la persona que sea que esté planchando en esos momentos, que nunca es mi padre ni nuestra hermana del medio ni el menor de nosotros ni yo, puesto que el cuarto de la lavadora también está en dicho nivel de la casa, quedando solo una planta por encima -con terraza incluida- que a falta de una idea mas interesante, se sigue utilizando como inservible cuarto de trastos (y como nadie haga algo pronto, no tardaré en convertirlo en un maravilloso spot para meditar u observar fenómenos en los cielos, y ya puestos habrá un tocadiscos, con música contemporánea polaca por ejemplo, perfecta la contemplación, algo de literatura rusa, un buen telescopio, un sillón y puede que hasta una pequeña nevera donde nunca falten cervezas internacionales, belgas, holandesas o alemanas ). 

 EN LA TERCERA PLANTA, donde solo vivo yo y de vez en cuando alguna familia de palomas a las que permito instalarse en la ventana que ellos prefieran hasta que los polluelos puedan volar, hay un cuarto de baño y es el de servicio, por lo que exclusivamente lo utilizo en momentos de extrema necesidad, y mi ropa y mis cosas de aseo las tengo en mi antiguo cuarto, en la segunda planta donde antes compartía ronquidos con mi hermano, que tras mi partida escaleras arriba se convirtió en el único habitante de dicha estancia; en cualquier caso, el espectáculo que me brindaba paseando sonámbulo por la casa gritando como loco de espanto debido a sus terrores nocturnos habían terminado años antes, por lo que aquella alcoba sencillamente dejó de tener interés para mi. 
 Aquí arriba, en la tercera planta hay dos grandes terrazas, una a la que se accede directamente desde mi habitación, donde a veces en verano saco un sofá, y otra a la que se ingresa desde el rellano de la escalera, donde se tiende la ropa, y en ambas paso largos ratos, hablo por teléfono, escucho música, practico yoga, trato de divisar sin éxito hasta el momento alguna nave extraterrestre además de intentar invocarlos, trabajo mi energía y mi salud con métodos ancestrales chinos que llevo a cabo y hago evolucionar a mi manera, doy gracias al universo por hacer su trabajo de forma tan precisa, hago respiraciones holotrópicas, y otras muchas cosas extravagantes que hacemos la gente futurista con nuestro tiempo libre. Siempre cosas buenas para el mundo -no se crean-, la gente futurista podremos parecer unos locos, y pueden pensar lo que quieran, pero es una locura sana, y para demostrarlo les digo que la gente futurista, la que es verdaderamente futurista, jamás querría autodenominarse futurista ni pertenecer a el grupo de los futuristas ni a ninguna comunidad en absoluto por que se sabe que eso son cosas que vienen del ego, y la gente futurista no quiere saber nada del ego, por eso yo no soy futurista, ni ningún futurista verdadero tampoco. 

 Dicho esto, y quedando al descubierto la magnitud de mi estupidez, y lo enredado de mi mundo interno, voy a contar lo que he venido a dejar escrito en este relato. 

 Lo que me ha impulsado a escribir estas líneas ha sido una simple creencia que ha brotado de pronto dentro de mí. 

Y es que, la mujer encargada de limpiar los manteles y en general todo el material que tenga que ser limpiado excepto el menaje del restaurante Cambados, pasa media vida conmigo, a la misma altura y a solo unos metros de distancia, puede que diez o quince, y aunque nunca hemos hablado ni una sola palabra de pronto pienso que ella debe ser una de las personas que mejor me conozca en el mundo, somos por completo desconocidos, pero pasamos muchísimo tiempo juntos, y, siendo yo una persona tan reservada, puede que incluso tímida a veces, no hago delante de nadie, las cosas extrañas que hago delante de ella, esas cosas futuristas que os contaba. 
En mi cabeza es como si, dentro de un enorme zoológico, hubieran puesto en jaulas contiguas a el abominable hombre de las nieves -tan difícil de divisar y de estudiar- y enfrente a una imponente Aguila Imperial espía, que solo observa y toma notas en silencio de forma inteligentísima. 
 Al principio, el abominable se escondía y sentía pudor por la imponente presencia del Aguila, pero poco a poco se fue acostumbrando a ella, se fue relajando, hasta que un día cualquiera, el menos pensado de todos, no le importó sentirse observado ni juzgado por su compañera a la que llamaba mentalmente “la reina del cielo”, y el abominable se acordó de las familias del norte de Europa con las que alguna vez había coincidido en alguna playa del Algarve en Portugal, que hacían su vida como dios los trajo al mundo, y se hermanó con ellos, y pensó que en el norte de Europa se nos llevaba cierta ventaja evolutiva. 
 Y llegado un momento, el abominable hombre de las nieves olvidó por completo estar acompañado y se sintió como se sienten los monstruos cuando están completamente solos, cuando no tienen que hacer ningún papel en el teatro de la vida, cuando no tienen que defenderse de nada ni nadie, ni asustar a las criaturas ingenuas de la tierra, y comenzó a cantar como si estuviera en la ducha, como si estuviese completamente solo en el mundo, y pensó mientras hacia cuidadosamente la cama: “ el día que aparezca alguien por aquí pienso darle un susto de muerte, la gente no sabe el peligro que supone encontrase con alguien que hace la cama todas las mañanas después del café, de verdad que no tienen ni idea de la afilada determinación que pueden tener estas almas, la gente debe tener mucho cuidado con ellas ” … 
Y esbozó una sonrisa, olvidando incluso lo que había estado pensando, y una enérgica sensación de alegría entró por la ventana en forma de aire fresco y lo invadió mientras escuchaba de fondo una exquisita sinfonía clásica que se escapaba del reproductor de música sin que nada ni nadie pudiera impedirlo. 
 FIN .

Titular y propietario: Marco Soto Parejo

domingo, 6 de agosto de 2023

Veraneo 2023

 Este año nuestro veraneo -de María José y mío- está siendo especial. Estrenamos apartamento y alargamos la estancia rompiera desde primeros de julio hasta final de agosto. Cosas de la edad y del merecido descanso (nos dicen los hijos...) Yo me lo creo y disfruto en tan buena compañía cada día de este largo y relajante veraneo.

El cambio de ubicación ha sido un éxito rotundo para nosotros los abuelos, ahora con mayor independencia y privacidad, unido a la vecindad con nuestros hijos Ana y David (yo le digo "mi compadre") Celso y Paloma, con los cinco niet@s, que a tiro de silbido yiuii, yiuii aparecen por todas partes como si surgieran de la lámpara maravillosa, siempre buscando a su guapa y joven abuela María José, sobre todo el pequeño Esteban, que parece que tiene un imán con su "Aba"...

Una piscina enorme a la que casi puedo saltar desde mi terraza y el chiringuito familiar "El Vertical", con helados botellines sanadores y reunidores de acólitos -tertulia de majaretas ya casi imprescindibles en mi día a día- como no puede ser de otra forma en este Rompido de mis entrañas...

Seguimos disfrutando en familia del Huevofrito para el baño diario en la Punta de la Barra, mágica playa con poderes terapéuticos salutíferos que aprovecho desde hace miles de años para practicar una mezcla de ejercicio aeróbico caminando mientras a la vez hago mindfulness, yoga, naturismo y búsqueda de tesoros preciosos que nos ofrece la naturaleza: sonidos relajantes, colores mágicos, conversaciones con las gaviotas, correlimos y charranes, baños en solitario o bien con mi santa, rodeado de niet@s que parecen peces que surgen de las olas por todas partes requiriendo atención en cada zambullida. 

Los paseos en bajamar nos permiten además explorar en familia los bajos arenosos de cien colores ocres parcheados de charcos y golas de albercas naturales donde mis nietos Celso y Esteban disfrutan "nadando" sin peligro mientras Celsa Leonor y Ana con sus tablas se están iniciando en el surf, son unas sirenas maravillosas... 

Si hay pleamar por las tardes, nos bañamos en la playita delante de La Pecera, las niñas sacan la tabla de padle-surf y reman navegando las olitas de los barcos, y yo aprovecho para darme mi baño arcano en las aguas salobres de la ría.

En las puestas de sol nos pueden ustedes encontrar a todos en el Paseo Marítimo, en el poyete ("el rebate" le llamamos) junto al Restaurante del mismo nombre, donde nuestro amigo Joaquin Ceada nos espera con su puro humeante y nos va surtiendo de copas de cerveza y mientras se va coloreando de naranja y rojo el cielo por poniente, allá por el faro, y El Rompido se va llenando de forasteros que buscan un asiento en los más de veinte restaurantes a pie de playa que se llenan cada día a estas horas.

Allí, en el Restaurante Paseo Marítimo, despedimos el día entre bromas y cervezas, a veces cenando toda la familia, donde las raciones de chocos o de acedías dura muy poco ante el apetito saludable de los nietos. Bendit@s sean.

Pero casi todas las noches disfrutamos la estupenda abuela y yo de una cena en la terraza a la luz del farolito con su vela tremulante y una copita de vino blanco helado.

Una buena película sí cuadra, y la obligada hora de lectura nocturna inductora de sueño y hasta mañana si Dios quiere señoras y señores.

domingo, 9 de julio de 2023

Portaceli, L aniversario.

Publicado en Tribuna Abierta de ABC de Sevilla el lunes 3 de julio de 2023.

Celebramos el pasado sábado 17 de junio el cincuenta aniversario de mi promoción del Colegio Portaceli. Compañeras y compañeros nacidos en 1956, algunos de 1955. (¡Qué rápido han pasado 25 años desde la celebración del XXV aniversario!)

 Sesentones largos todos, -ellas no tienen edad, solo belleza- muchos nos tuvimos que reconocer gracias a la credencial colgada con nuestro nombre y apellidos. ¡Que de abrazos apretados y de besos, cuánto cariño entre muchos de nosotros, cuantos recuerdos al reconocer caras que creíamos olvidadas, cuántas anécdotas a vuelapluma que remueven ese pasado tan presente en nuestras vidas! 

 Confieso que estaba algo nervioso los días previos al acto, con esa inquietud que sentíamos los alumnos antes de un examen y no estábamos seguros si lo llevábamos bien preparado. Pero todo transcurrió como la seda desde que llegué a la entrada del cole, el comité de recepción, la entrega de acreditación, los primeros abrazos y bromas... al poco tiempo daba la impresión de que estábamos en el recreo de media mañana -solo faltaban los babys y los bocadillos- cambiando estampas, jugando a las bolas, preparando el próximo partido entre las clases o escondidos en los huecos de la “basílica” fumando nuestros primeros cigarrillos. 

 Volvimos, como cuando niños, a la Capilla para oír Misa, hacer una ofrenda de flores al La Virgen y cantar nuestro himno al "Corazón Inmaculado, que nunca podré olvidar..." que fue el momento mas emotivo del acto religioso junto a un mensaje grabado de un compañero, ahora sacerdote, que no pudo acudir. 

 La reunión en el Salón de Actos para vernos en las fotos de aquellos años mágicos tuvo algo de déjá vu y me vi en el Cineforum del Padre Alcalá SJ, viendo películas de Buñuel y en aquellos coloquios donde hablamos en completa libertad, o en el cine que los sábados por la tarde disfrutábamos ligando con las niñas que venían de otros colegios. 

 ¡Que orgulloso me siento de los compañeros y compañeras que pudieron asistir al colegio y posteriormente compartir cervezas, aperitivos, almuerzo, música y bailes a la orilla del Guadalquivir!

Abogados, arquitectos, ingenieros, economistas, grandes empresarios, pilotos, notarios, investigadores, físicos, matemáticos, presidentes de banco, jueces, catedráticos, médicos, mujeres y hombres -alumnos, compañeros, amigos- disfrutando de un encuentro verdaderamente emotivo y sincero. 

 Tristemente rememoramos a los compañeros fallecidos, algunos muy queridos por mí (DEP) y también echo de menos algunas caras que esperaba encontrar y no asistieron. 

 Mi sensación a esta edad, en la que ya se habla más de jubilación que de emprendimientos, es que el paso de mis ocho años por el colegio de los Jesuitas (Portacoeli), ha sido un regalo impagable que me dieron mis padres. Entré siendo un niño de la mano de mi tata y salí siendo un joven de 16 años que empezaba a hacerse preguntas sobre casi todo lo divino y lo humano (todavía no he parado). 

 Allí aprendí, gracias a un elenco de profesores inmejorables, ya fueran “civiles” o “curas” no solo las asignaturas del Bachillerato, aprendí a convivir en paz con compañeros de todo tipo (simpáticos, antipáticos, agresivos, chivatos, tímidos, despistados, geniales, loquitos, altos y bajos, gordos y flacos...) y a respetar a los profesores (aunque algunos tenían la mano fácil); aprendí a hacer deporte no como una asignatura, sino como un estilo de vida (bendito seas querido Montoya, el único profesor que ha podido asistir esta vez); aprendí a ser tolerante con los intolerantes, a mirar a los ojos a las personas cuando me hablan, a escuchar con atención lo importante y a saber resumir lo baladí; aprendí a olvidar los errores de los educadores, aprendí la teología de perdonar y olvidar; aprendí la devoción a la Inmaculada y a rezar con sinceridad, y salí del colegio pudiendo mirar a la cara sin miedo a la vida y a la muerte. Aprendí a no perder la oportunidad de aprender algo cada día de mi vida. 

 Esos ocho años de mi vida en Portaceli los pueden contar cuando me muera como una cuarta parte o un tercio completo de mi existencia por el poso inalterable que han dejado en mí. 

La Vida es la Infancia y la Juventud… el resto es sobrevivir. 

 Gracias a todos los curas y profesores que influyeron en mi educación, soy ahora el que soy. Incluyo a los "malos" curas y a al peor profesor que tuve (nefasta persona), también de ellos aprendí lo que no se debe hacer. 

 Gracias a todos. 

  “Aunque avance rugiendo la tormenta, y en mi mástil ya gima el huracán, feliz con tu recuerdo soberano, desafío a las olas de la mar. Me arrollaran quizá entre su espuma, más negar que me amaste y que te amé, negar que fui tu hijo y en tus brazos, se pasó como un sueño mi niñez… ¡Eso nunca lo haré Madre querida, eso nunca nunca lo haré!”

viernes, 30 de junio de 2023

Cumpleaños 67.

 Mañana 1 de julio de 2023 cumplo 67 años. 

 Es mi primer cumpleaños sin mi madre viva. 

 Ella siempre este día me recordaba el momento de mi nacimiento. 

 Vivíamos en la avenida de Eduardo Dato, en el edificio que le llamaban la “casa Torras” por estar junto a la factoría de Torras, en el solar que antes ocupó la Plaza de Toros de la Monumental, la que mandaron construir los partidarios de Joselito el Gallo y que tiene una muy curiosa historia. 

 Bueno, pues en la quinta planta, en el dormitorio de mis padres, la ventana da al este creo, mirando a la Gran Plaza, pues allí nací yo. 

 Ya habían nacido un año y medio antes mis hermanas mellizas Concha y Lourdes en la clínica del Doctor en Ginecología don Manuel Recassens. 

 Mi mamí se puso de parto de noche, después de cenar, cuando mi padre y mi abuelo Pepe López-Pazo (habían llegado mis abuelos esa tarde de Huelva) se tomaban una copa de coñac. 

 Mandaron recado a don Manuel que decidió venir a casa. 

 Al parecer el parto fue lento pero muy normal, nada traumático, a eso de las seis de la mañana. 

 Por supuesto el coñac se acabó. 

Me contaba mi madre que quien me recogíó primero fue mi tata Meme (mi segunda madre) y enseguida me relió en sabanas y me entregó empaquetado a mi abuela Delia. 

 Yo era bastante micurrio, muy feísimo, delgado, boca enorme y no paré de llorar en un par de años. 

A los siete días de nacer me bautizó en San Bernardo el Padre don José Allende, mis padrinos, mi tío-abuelo Agustín López-Pazo Ganzinotto y su esposa Juana Payo.

 A los ocho días de vida debuté en Cartaya, donde creo que pasé los tres primeros meses de vida. 

Por aquí sigo.

PD: Gracias a Dios.

jueves, 8 de junio de 2023

¿Podremos pensar?

 Yo sé que en mi playa el mar sabe escribir. Hay días de recalmón que solo se expresa con tenues versos difíciles de comprender para el paseante. Parece que la mar no dice nada pero la poesía brota del "manantial sereno" de su suavidad cuando roza la arena de la playa, cuando lame algunas conchenas gastadas, cuando se entretiene en jugar con los peces de la orilla escribiendo versos de plata y oro, plata en la superficie y oro viejo en el fondo, versos efímeros pero sagrados, que quedan para siempre grabados en la retina de quien los sabe ver y leer. Estos versos de sosiego -tan repetidos- nunca están escritos con las mismas palabras, pero siempre con caligrafía musical armónica y agradable. Hay que disfrutar con su arcano lenguaje sin intención de descifrarlos, solo de admirar su idioma.

En los días de mar de leva y "olaje" déspota que revienta en la costa, el agua turbulenta escribe feroz dejando enigmas de espumas sobre la playa y olas que dibujan señales de urgencia al retirarse, prólogo de interminables epopeyas de ultramar, soliloquios de profundidades negras, relatos de tormentas y ciclones que mueven la superficie del agua sin orden ni concierto hasta que deseando calmarse, se deciden a firmar en cada orilla y con cada ola una nueva ordenanza, una razón para temer, para pensar, para dudar y para tener respeto a la naturaleza. El mar -como Dios- escribe con renglones torcidos.

Y el viento. Saber escuchar (¡Dios Mío de mi vida, cuánto echo de menos el oído!). 

El viento habla. Aunque no se mueva el aire habla el viento en silencio al oido de quien quiera escucharlo. Nuestra orejas son una caracola mágica. El susurro de la calma es paladeable, somos nosotros mismos los que nos escuchamos. Una leve brisa a la orilla de la mar es un concierto de oleaje, gaviotas, charranes, chapoteos, niños y hasta el mismo Angel de la Guarda que se baña aprovechando el momento de tranquilidad.

Cuando va subiendo en intensidad el viento se expresa en idioma universal, pero habla el lenguaje de la gente del mar. Y la gente del mar habla con el viento. Cada día de su vida y cada singladura hablan con el viento porque es su dios. Si sopla porque sopla, si no sopla, porque no sopla. El viento es el rumbo y la veleta. El viento nos pone a cada uno en nuestro sitio.

Cuando salta el foreño y las olas se alegran y divierten formando montañas de agua que rompen en algarabía de espumas en las playas, cuando la arena salta de la tierra y se muda de ensenada, cuando se hinchan las velas de las gaviotas que navegan en el cielo de las aves, entonces el aire en movimiento nos habla con voz autoritaria y nos explica sus razones, sus tremendos argumentos implacables, su frescura o su calentura, su razón o su sinrazón. El hecho es que su atronadora voz nos convence y seduce (por lo menos a mi) de que ni el sombrero, ni el paraguas, ni el chubasquero, ni el mundo entero, sirven para nada contra él. Ni siquiera los tapones en los oídos. 

El viento que yo me refiero le canta las cuarenta al más pintado, al mas endurecido de los mortales, al mas encorsetado o disfrazado. Nadie se libra del ruido ensordecedor del viento que sopla dentro de su cabeza. Ese runrun no se detiene ante nada ni ante nadie. Es el viento constante de la conciencia. Pepito Grillo de la vida. Un viento avisador de errores, registrador de desatinos y de meteduras de patas y a la vez confraternizador de malas pasadas. Viento que recuerda a rachas lo que debemos (y no en el sentido dinerario de la frase) y lo que nos deben. Yo tengo mala memoria, a pesar del viento.

PD.

Ahora tenemos unas elecciones generales a la vista. 

Desde El Rompido me pregunto si el sonido del mar que tengo dentro de mis oídos desde que nací, la arena de la playa que piso desde mi infancia, el agua que reconozco como mía, el viento amigo que no me amenaza, el sol que comparto, el aire que respiro... 

¿Es posible que todo esto sea falso?

Esta es la sensación que tengo después de estos años de gobierno de Pedro Sanchez y de sus socios del gobierno. Tengo la impresión de que quieren cambiar el orden de las mareas, el sentido de las olas, el rumbo de los vientos y el vuelo de las gaviotas. 

Ya no sé que es lo próximo que nos obligarán a pensar. ¿Será posible que esto que escribo sea "fascista" y me señalen con una cruz en la frente y me adjudiquen un comisario político?

Porque he hablado de libertad, de la mar, del viento, de lo que siento...

Y no he nombrado a Podemos...


lunes, 1 de mayo de 2023

Feria de Sevilla (2023)

 ... la lluvia es una cosa, que sin duda sucede en el pasado... Esencial estrofa de Borges, que aplico completamente a la Feria de Sevilla: algo que (para mi) sucede en el pasado.

 ¿Qué queda de aquella Feria que yo esperaba como agua de mayo hasta hace pocos años? Ferias bien vividas y bien bebidas, bien disfrutadas de pitón a rabo, con faenas de vuelta al ruedo casi a diario.

 Sinceramente creo que la feria (ahora ya con minúscula) ha cambiado bastante poco, que quien ha ha sufrido un tremendo cambio de perspectiva he sido yo y mis circunstancias. Y no solo por el biológico paso del tiempo con las limitaciones físicas lógicas de ser del 56 -aunque bien llevados, me dicen- sino más bien por la capacidad de observación sin prisas y sin condicionantes sociales, con el suficiente nivel de autocrítica que me auto-impongo antes de opinar en público. El que ha cambiado soy yo, sin duda.

 Este año me he saltado el "pescaito", horario demasiado tarde para mis costumbres, así que comencé la feria el domingo desde la una del día. Fui el primero en llegar a mi pequeña caseta, y me senté en la mejor mesa con María José con Celso hijo y con Paloma, su bellísima mujer, a ver desfilar a los primeros caballistas y los inigualables enganches, tomando el aperitivo, esperando a Ana y a nuestras tres nietas, Celsa, Leonor y Ana, que lucían como soles vestidas de flamenca, guapísimas las cuatro; y ese rato que estuvimos tapeando tranquilos en familia ha sido lo mejor de esta feria. Cuando la caseta se llenó, lo cual es lo normal por sus dimensiones, nos fuimos cada uno por nuestro lado. 

 Calor insoportable, lleno hasta la bandera en el Real y obligadas visitas a casetas de familia y de amigos, muy bien atendidos siempre, el buche a reventar, el botón de la camisa y la corbata amenazando horca, los pies pidiendo la campana... tuvimos mucha suerte de coger un taxi en la contraportada antes de las nueve.. la tarde cayendo está...

 El lunes me di un garbeo "single" desde las 13,30h;  aperitivo en mi caseta con amigos y luego paseo solariego para visitar a amigos de la infancia, esos que nunca nos olvidamos aunque no nos veamos, y acudir a la llamada de mi gran y cariñosa familia. Calor infernal, ruido ensordecedor y bulla... A las 18h estaba en mi casa mas contento que unas Pascuas. Fin de la feria 2023. A El Rompido.

                     Conclusiones:

 * "El volar es para los pájaros" (1970) Robert Altman. Y yo digo que "El feriar es para los jóvenes". Esos héroes que tiene salud suficiente para ir todos los días y acostarse tarde. De hecho creo que una vez pasada cierta edad (¿55-60?) la feria se convierte en un FRCV (Factor de riesgo Cardio-Vascular) si se usa (abusa) indebidamente.

 * Que nunca falten las niñas vestidas de gitana y bailando sevillanas en las casetas, eso no se olvida nunca. Pero tempranito para casa, previo paso por la Calle del Infierno. Un niño en la feria más allá de las 10 o las 11 de la noche debería estar prohibido. Y en un carrito debería de tener multa.

 * No entiendo el "uniforme" diario de chaqueta-corbata o traje oscuro desde por la mañana. Comprendo que en las casetas donde se celebren cenas con manteles -bien servidas y sin bullas- como en la noche del "pescaito", por ejemplo, sea imprescindible esta etiqueta, pero para pasar el día acodado en una barra no muy aseada o dando barzones para tomar una copa de vino, un rebujito, o un güisqui de pie en la puerta o entrada de una caseta escuchando sevillanas, rumbas, flamenquito o bulerías con los zapatos y los pantalones llenos de albero... sobra el atuendo floreado.  Bueno, que cada uno se vista como quiera, pero considero que una cubana es una prenda muy adecuada para estas ocasiones.

 * Los precios. Una convidá a un grupo de amigos en cualquier caseta es una puñalá trapera. Además siempre hay que vigilar con esmero al señor del lapicero. Un talonario casetero dura menos que un estornudo... y hay muchos motivos de alergia en estos días. El sábado fuimos mi dama y un servidor a almorzar a Sem Espinhas, en Cabeço (Portugal), cerquita de la fronteira -a media horita de El Rompido- en la mismisima playa, al fresquito del foreño; cervezas, ilustre vino albariño-loureiro helado, ostras, un buey de mar (sapateira) de un kilo, ensalada portuguesa enorme y completa con camaroes (langostinos) y un rodaballo como un pandero con su guarnición de verduras asadas... talonario y medio. 

 

Resumen:

 - La feria para el que se la trabaja. Muchos jornales y puestos de trabajo, digan lo que digan es un gran monedero para muchas familias de currantes, y así seguirá por mucho tiempo. Un gran atractivo turístico, envidia de España entera.

 - Ojalá hubiera casetas para todos. Debería agrandarse al feria y aumentar el número de casetas de libre entrada, ya sea de distritos, de barrios, de colegios, de clubes de futbol o de hermandades... pero casetas para estar a la sombra, sentarse y gastarse el dinero que cada cual disponga, y que se acaben las críticas a los propietarios de casetas actuales, que no tienen culpa de esta estructura ferial tan antigua mantenida durante generaciones.

 - Tontos hay en todas partes. Pero no sé yo si en la feria se vienen arriba y destacan. Me temo que sí. Incluso algunos "normales" el resto del año, "en llegando" la feria se olvidan de los amigos y parece como si no existiéramos. Perdonados quedan.

jueves, 27 de abril de 2023

Y Morante...

 Ayer vi torear a Morante de la Puebla y cortar dos orejas y rabo en la Maestranza de Sevilla. Lo vi desde El Rompido por la televisión gracias a Mundorotv. Es decir no estuve en la Plaza de Toros, que conste, pues las corridas de toros desde hace años me resultan tediosas y sin interés. Como no tenía puesto los audífonos ni los auriculares (lo estaba escuchando María José, que me alertó de los primeros oles) tampoco oía los comentarios de los locutores, ni la música, ni oles ni los aplausos... Solo era capaz de ver torear a Morante de la Puebla con mis ojos.

Desde el principio, en los pases de recibo con el capote, se percibió algo especial en la plaza, una actitud extraña en el torero, como una libertad que emanaba de su figura por encima de los cánones del ritual de la manida tauromaquia repetida por todos. Eso me empezó a dejar hipnotizado. Sin sonido, sin música, solo toro y torero en la pantalla de mi Mac.

Dejo, por no repetir otra vez más, el relato de cuantos lances divinos ejecutó en forma de verónicas citando con el pecho, gaoneras apretadas, y otros usos mágicos del capote para embarcarnos a todos - incluso a los más incrédulos- en el ferry que lleva a la Gloria sin escalas, mientras con la muleta daba un recital en forma de enciclopedia de oro del toreo clásico gitano, condensando en cada muletazo ayudado o natural el toreo puro de los más grandes: Ordoñez, Paula, Curro, Ojeda... ustedes incluyan a los que deseen.

Comprendí que estaba presenciando una epifania, pues él único y verdadero motivo que buscamos los aficionados a la Tauromaquia -que alguna vez soñamos- es ser testigos de la Creación de una Obra de Arte.

Pienso en Leonardo Da Vinci cuando estaba pintando La última Cena, o mejor la Gioconda, si en el momento de pintar esa sonrisa enigmática sería consciente de la repercusión actual. O Miguel Angel cuando decoró la Capilla Sixtina, o Rafael de Urbina y todos los grandes maestros de la pintura, la escultura, la arquitectura, la literatura, la filosofía y las ciencias... hasta llegar a los años de nuestra vida actual, donde los espectadores decidimos que "obras" merecen ser reconocidas con el título de "Arte".

Porque el Arte es un atributo que nosotros los observadores, los mirones, los testigos, los curiosos, aquellos que nos dejamos influir sin barreras por las emociones que producen los sentidos de la vista, oido, tacto, gusto, olfato, que sentimos algo especial que sacude nuestros principios, nuestra alma, nuestra vivencia... somos nosotros, usted y yo, los que otorgamos este atributo de Arte y de Artista a los que se lo merecen. 

Y yo ayer fui testigo, en mi pequeño Mac Air Plus, desde mi casa de la playa de El Rompido, que había sido muy afortunado de sentir cómo Morante de la Puebla, se había transfigurado en "el torero" y en "la faena" que todos hemos soñado ver alguna vez en nuestra vida.

Una Obra de Arte.

Un gran Artista.


PD: "Nosotros los artistas"

miércoles, 22 de marzo de 2023

En el silencio del campo

Escrito por mi hermano Jose María Pareja-Obregón Lopez-Pazo

Siempre fui un enamorado del campo y la naturaleza. Desde niño en los descampados que rodeaban el estadio del Sevilla FC -cuando Nervión era todavía una huerta entre el campo y la ciudad- ya miraba a los jilgueros y verdones revolotear en las matas de jaramagos. 

 Desde que nací, en verano nos íbamos a Cartaya a casa de mis abuelos y crecí gateando en un huerto con naranjos donde me distraía viendo cómo bebían los pájaros en los surcos que mi abuelo Pepe hacía para regar. Al mediodía, con el calor, las chicharras nos acompañaban la siesta y por la noche los grillos cantaban a la luna. En esos primeros años de mi vida, con mi primo Manuel Diego, aprendí todo sobre los pájaros, su canto, su vuelo, nidos, crías, etcétera. Allí fui feliz porque era lo que me gustaba. 

 En la infancia todos los fines de semana nos íbamos de cacería con mi padre, Lucas, Ricardo, mi hermano Celso y yo. Íbamos por la sierra, la campiña o la marisma, según dónde tocara la cacería. Celso y yo cobrábamos los zorzales y perdices que mi padre dejaba caer como lluvia de abril y siempre acabábamos exhaustos. 

Cuando ya fui más mayor empecé a cazar por mi cuenta. Con Manuel Diego cazábamos pajaritos con la red en la otra banda de El Rompido, cazaba conejos en Los Cerros con mi tío Joaquín, la perdiz con reclamo en el Puerto de la Virgen con mi primo Juan de Dios y mi hermano Jesús, los patos y los ánsares en la marisma de la Abundancia con mis amigos los Zapata, y aprendí la cetrería con Manuel Diego en los pinares de mi querida Cartaya. Los fines de semana siempre los pasaba en el campo y, como era dueño de mi negocio, en la época del reclamo salía todas las tardes a colgar el pájaro. En la sierra he visto bandadas de palomas torcaces que nublaban el cielo, en otoño los zorzales en las estacales al ir para la dormida pintaban el atardecer y en febrero los ánsares y las grullas volaban en flecha con sus cantos anunciando la primavera. 

 Empecé a estudiar ingeniero técnico agrónomo, pero por circunstancias, lo deje y me hice industrial, aunque nunca deje mi amor por el campo y la naturaleza. Me casé y me vine al Aljarafe pues nunca me gusto la ciudad. Vivo en el corazón del Aljarafe, en Villanueva del Ariscal, donde los olivos se mezclan con las viñas y los árboles frutales en primavera llenan de colorido el campo como si un cuadro de un pintor se tratara. Tengo el privilegio de vivir tan cerca del campo que me despiertan muchas veces los cantos de los gallos y los tordos, veo amanecer y atardecer todos los días caminando por los senderos y ese paseo me sirve para reconfortar el espíritu y el alma recordando emocionado viejos lances y anécdotas de tantos años de cacería. Soy cazador y, aunque ahora no ejerzo, siempre lo seré por que el cazador es como el torero que, aunque no toree, torero es siempre. 

Después de tantos años cazando y saliendo al campo ahora en mi madurez disfruto de largos paseos todas las mañanas con mi perrita “Chica”. También salgo con mis amigos galgueros por los barbechos de Salteras para ver la carrera de una liebre que busca su amparo en la besana o en la farda de un olivo. 

 Pero una cosa ensombrece mi alegría y es que el campo está en silencio, paseo todas las épocas del año, primavera, verano, otoño e invierno y se cómo cambia la naturaleza su vestido, ahora el verde de la yerba está desapareciendo, unas máquinas rocían un producto que lo vuelve todo amarillo, los herbicidas atacan al olivo en su raíz, las veras de los trigales las queman con productos que huelen desde kilómetros y los pesticidas inundan las huertas y eso esta acabando con el campo.

 Ya no se escuchan los chamarices en celo con su vuelo para atraer a las hembras, no veo bandos de jilgueros que teñían de amarillo los caminos, no se ven verdones ni jamaces en los higuerales ni rular las tórtolas en el verano, la tristeza me invade y siento rabia y desasosiego, nunca pensé que en una tierra tan bonita y tan rica estuviera tan yerma; es terrible el silencio en el campo, no hay trinos de pájaros, no se escucha la perdiz en celo, las liebres se están volviendo estériles, tan sólo algún canto lejano de alguna codorniz triste y palomas que vuelan buscando comida en los comederos del ganado es lo único que me da alegría… ¡con qué poco que me conformo! 

 Algunos políticos de pacotilla y naturalistas trasnochados achacan a los cazadores los problemas del campo y no saben que la caza ha existido siempre desde que existen los humanos, pero no dicen nada de los venenos de la nueva agricultura. 

No soy un experto en la materia y los que han estudiado eso sabrán mas que yo, pero si puedo asegurar que llevo más de medio siglo saliendo y viviendo en el campo y en contacto puro con la naturaleza y les puedo asegurar que no hay nada más triste que ver el campo en silencio. 

 Y, o le ponen remedio… o se habrá perdido toda la esencia de la naturaleza humana.

Villanueva del Ariscal, 21 de marzo de 2023.
Jose María Pareja-Obregón

sábado, 11 de marzo de 2023

Polstergeit y fantasmas

 La estratagema de los dragones ha sido siempre bramar echando llamaradas de fuego por las fauces. Con eso nos han acojonado desde niños. La imagen de las brujas siempre vestidas de negro sayo, enorme nariz corva con verruga pilosa y volador escobón mugriento, también se las trae como asustaniños ( a mí durante muchos años). Las caninas también tuvieron su momento de cangelo, aunque pronto pasaron a ser adoptadas como colegas muy anoréxicas o buenos bailarines de claqué. El hombre del saco se jubiló afortunadamente, pero nos ha dejado una reata de vástagos con estudios universitarios y sacos camuflados bajo los trajes a medida. Y los fantasmas, ya fueran ensabanados o desnudos ectoplasmas flotantes, han ido perdido originalidad pero ahora son multitud. Persiste -creo- el miedo a los polstergeit o espíritus terroríficos, demoniacos, que se entrementen en el cuerpo de jóvenes púberes o de criaturas predispuestas que necesitan un exorcismo terrorífico para volver a ser como Dios manda. Este miedo lo tengo, no quiero ni ver películas ni noticias de ese cariz. De la güija ni hablo. Hay otros tipos de miedos más modernos pero afortunadamente no estoy muy enterado.

Pero miedo miedo de verdad el que me dan los hombres de carne y hueso, nariz y pescuezo. Los que por celos matan a mujeres y niños. Los que por rencor, codicia, odio o venganza son capaces de asesinar impunemente dejando a familias destrozadas para siempre. Me dan mucho miedo los gobernantes drogados de poder y obsesionados con demostrar su hegemonía personal. Los que propician guerras y mandan misiles asesinos para matar a mujeres, hombres, niñas y niños inocentes que no tienen culpa de nada. Qué relación más directa entre poder y locura ¿verdad?

En España hay dragones. Al parecer están viviendo muy cómodos en el Parlamento donde campan a sus anchas alimentados por todos y cada uno de nosotros.  Se lucen en el Congreso de los Diputados y Diputadas arrojando llamaradas de ardientes soflamas hirientes a quien ose recriminarles o tan solo poner en duda los argumentos con los que justifican sus desaguisados. Hay dragones de todos los colores y aspectos. Muy curioso es el caso de las dragonas, pues su fuego no solo achicharra, sino que desprende vapores venenosos que hieden a sulfuro mortificador. Los dragones son grandes defecadores y con sus plastas multicolores humeantes y pestosas marcan sus territorios en el hemiciclo.

Las brujas se han puesto de moda, quiero decir que ya no van con el hábito negruzco hasta los pies, ahora visten los últimos modelos de Galicia o Paris y se hacen selfies compulsivamente. Vuelan agrupadas en modernas aeronaves, viajan felices como tórtolas julandronas dilapidando nuestros dineros y fomentando disparates como el cambio de sexo en la adolescencia, el aborto injustificado, el sexo promiscuo desde nuestra más tierna infancia y la puesta en libertad anticipada de violadores porque sí es sí. La escoba para sus asistentas.

Cada vez hay más caninas y cada vez habrá más. Pobres esqueletos sin un mendrugo que llevarse a la boca y que buscan asilo y comedor social pues se les terminó antes de fin de mes la pensión o la ayuda familiar. Miran con recelo a Mercadona y similares establecimientos pues saben que la próxima vez que tengan dinero para gastar todo estará más caro. Las caninas viven practicamente a oscuras pues la luz les arrasa los escasos ahorros que tienen. Los dragones que dicen defenderlas cada vez están más gordos.

Los hijos del Hombre del Saco proliferan incestuosos entre ellos. Están agrupados en clanes y hermandades secretas que se dedican a amontonar ingentes cantidades de dinero. No salen en los papeles ni en las noticias a no ser que trinquen a algún bobo con las manos en la masa. Suelen vivir parapetados detrás de de grandes corporaciones y siglas, abogados y CEOs, administradores y testaferros, paraísos fiscales y paraísos naturales. En fin, que viven como dios y tienen a sus sacerdotes con corbatas dándonos la comunión diaria de la sopa boba, que nos tragamos sin rechistar.

Fantasmas hay millones. En cada pueblo, en cada ciudad, provincia y capital, hay fantasmas a todo ritmo. Se infiltran en la política buscando relumbrón pues su máximo afán es dejar de dejar vivir entre sombras. Venden su pobre alma al diablo por tres perras gordas (o flacas) para darse autobombo y proclamarse reina de las fiestas con cualquier titulín de corte político. Buscan desesperadamente el voto que les mantenga en el "candelabro" político o social. Estos horteras de bolera usan las redes sociales con ánimo de lucro y sin escrúpulos. Casi siempre terminan saliendo en la tele (como ellos querían) diciendo que ellos no son responsables de sus propios actos o que yo a ese señor no lo conozco de nada, antes de caer en la ignominia o dar con sus sábanas en la cárcel.

Los Poltergeist son fenómenos extraños que escapan a la inteligencia humana. No sé como se me vienen a la cabeza algun@s "políticos" unos con coleta y otros apuestos y elegantes, apolíneos encantados de conocerse, tullidos de mente dando lecciones sin haber leído, diciendo la primera majadería que se les pasa por su averiado cerebro con cara de haber demostrado la teoría de las cuerdas. 

Otras apariciones extrañas, con aspecto de madamas de burdel, "compañeras y compañeros" con acentos del tebeo, creen encontrar siempre la aguja en el pajar de mentiras que van almacenando, angares enteros mas grandes que el limbo, -que se quedó vacío hace ya unas décadas- y ya lo han llenado con los embustes, las medias verdades y las contradicciones. Personajes que han hecho del engaño su modo de vida. Hombres y mujeres con una careta para cada ocasión, para cada momento del día, que se transforman en milésimas de segundo en un personajes distinto según las circunstancias y el auditorio, que ya no pueden decir la verdad pues no recuerdan que es eso ni como se hace. Perroflautas ahora ricachones con mansiones, queridas, jabones y desodorantes, cuando proclamaban lo contrario oliendo a sobaco hace un telediario. Trabajadoras por horas reconvertidas en ministras con chofer y asistentas, decoradores y mancebos, ultima moda y turismo internacional a costa del trabajo de sus antiguas colegas del currelo. Fenómenos extraños, sin lugar a duda. 

Pero lo más extraño de todo, lo verdaderamente polstertgeit, es que todavía haya pánfil@s que los crean y los voten. Chavales que parece que han jugado con la güija morada y se han quedado enganchados a un discurso tan antiguo como el hilo negro y tan falso como la lealtad que han demostrado los vocingleros sinverguenzas con sus seguidores. 

Eso sí que es estar absolutamente abducídos por las apariciones televisivas...






martes, 28 de febrero de 2023

El olor

 Se tuvo que ir. La verdad es que no me lo esperaba, la vi como despistada un buen rato antes de anunciarlo rotundamente, como si meditara dudando o calculando la respuesta de una ecuación complicada porque a veces cerraba los ojos y musitaba un responso como de probabilidades. 

Yo estaba seguro que vino para quedarse unos días por el barullo que traía al aparecer con dos maletas y un gran bolsón de viaje de donde salieron paquetes de regalos y una envoltura de papel con fruta fresca que olía a fresas, a kiwis y a plátanos. Esta vez llegaba sin avisar, otras también, y traía la cara como de haber estado llorando en el tren y en el autobús pues nunca le importó llorar en público y nunca tuvo que ocultar su llanto terapéutico, por supuesto. Y era cierto que solo al cruzar la pequeña cancelita baja del jardín y subir los dos escalones del porche le desaparecían las ganas de llorar y se le iluminaba la cara de alegría y confianza. 

Aunque ya canoso, viejo con la vista acristalada y turbia, todavía tengo un olfato excelente y puedo reconocer los olores de mi primera impronta humana, olor familiar ancestral con el que segrego adrenalina que me permite activarme y soltar un par de ladridos de verdadera felicidad..

Así que la olí desde lejos y  creo que al doblar la esquina donde unos metros antes se detiene el autobús de gas licuado, percibí un tenue olor corporal familiar que me golpeó (mas bien me acarició) suavemente el hocico para ir acrecentandose progresivamente, olor a hembra con feromonas familiares y a sudor conocido y registrado en mis acúmulos neuronales los cuales se activaron inmediatamente  pues antes de llegar ella a la cancelita yo ya estaba en la puerta husmeando, ladrando y moviendo el rabo esperando su presencia.

Al oirme ladrar, ella apresuró el paso y tocó las maderas con cuidado y respeto. Lentamente abrió la puerta con confianza y enseguida me dejé acariciar por esas manos tan francas y cálidas que permitió como siempre que lamiera. Restos de lágrimas, mocos, tabaco de vapear, perfume de jabón de glicerina, papel perfumado y pelusa de frutas. Y un olor extraño que no tenía catalogado. Un efluvio raro, no habitual en su cuerpo. Un aroma desconocido que provenía de su aliento, del sudor imperceptible que se evapora inmediatamente y que solo los perros detectamos, un olor distinto por nuevo, se podría catalogar de desagradable por desconocido, ya que la última vez que pude olerla, trece lunas nuevas y medía luna creciente tan solo, no desprendía ese olor.

Olor que trascendía y se hacía mas penetrante en espacios cerrados como en aquella casa antigua, habitualmente poco ventilada y con cortinas y alfombras llenas de ácaros defecadores y apestosos que producen ese ambiente rancio tan característico de los hogares donde habitan personas mayores y que yo tengo perfectamente asumido e integrado en mi cerebro.

Como digo esta vez noté algo raro en ella. Los saludos, abrazos, besos, regalos, preguntas y respuestas, parecían los habituales de siempre, el preludio de unos días de descanso en casa de sus padres, bien motivados por conflictos de pareja y separaciones temporales, o bien por necesarios días de descanso y meditación, de reponer fuerzas con orden en las comidas y en el sueño, para volver relajada al trajín del trabajo y del desorden en la capital... Pero el olor no cedió al relajarse y ni al soltar el equipaje en su cuarto cuando fueron desapareciendo los estresantes olores de las catecolaminas desatadas.

El olor era cada vez más intenso, estaba en su ropa, en el aire que ocupaba su cuerpo, en el sitio donde se sentaba, un olor que me espantaba y me impedía tumbarme a sus pies y en cambio me haciendo merodear inquieto y sin parar de lamer y husmear sus objetos personales para identificar el origen de ese nuevo y desconocido efluvio químico. No provenía del cuero de los equipajes ni de cremas, desodorantes, maquillaje ni del tinte de su pelo, Estaba dentro de ella. Y me mantuve alerta.

Antes de dormir pude oler su orina que despedía con gran intensidad el olor desconocido. Esa primera noche la pasé a los pies de su cama, sin querer dormir, analizando su respiración. La oí murmurar en sueños y moverse en la cama con un sueño inquieto de quejidos y toses, alguna vez habló en sueños palabras que no entendí. Despertó con mala cara y con el olor muy acentuado.

Aquella mañana al salir del baño la encontré mas delgada con los huesos de la cadera muy señalados. Después de acariciarme un buen rato con sus manos húmedas y frías mientras yo husmeaba su cuerpo, se marchó con prisa de nuevo segregando catecolaminas y ese olor que destacaba sobre los jabones y cremas del baño.

Yo salí a dar mi paseo matutino y hacer mis necesidades en el parque cercano pero sin ganas de alternar con mis conocidos pues mi instinto estaba en alerta y no dejaba de husmear el aire para tranquilizarme identificando ese nuevo olor en alguna parte donde no estuviera ella.

Al volver a casa no pensaba en otra cosa que en en percibir de nuevo su aroma. Estaba irritado y gruñía ladrando al viento dando vueltas sobre mi mismo, como atolondrado, mientras mi amo me tranquilizaba con paciencia y cariño. Pude detectar en el nervios y preocupación, un atisbo de llanto contenido, y por eso me senté a sus pies y me dejé acariciar hasta que los dos nos relajamos o lo consegímos disimular al menos.

Antes del mediodía ya estaba mi ama y su hija de vuelta. Emociones contenidas, reprimidas, miedo y desesperación. Y ese olor.

Fue entonces cuando pude ponerle nombre, al  escucharlo por primera vez.

Y por eso se marcho de repente... por última vez...



martes, 24 de enero de 2023

Mis familias Orta y Balbontín.

La historia de la rama de la familia Orta, apellido que llevo en mis genes, comienza en Alosno, pueblo de la sierra del Andévalo en la provincia de Huelva. 
Manuel de Orta Limón (1765) casado con María Blanco de Orta en 1796 (en los pueblos era frecuente que se casaran los parientes…) tienen varios hijos. Uno de ellos, Juan José de Orta y Blanco nace en 1836 y es nuestro tatarabuelo, creo. 
 Siendo joven es enviado a Lisboa, donde había hecho fortuna un hermano mayor de su padre, su tío Antonio José de Orta y Limón (Alosno 1804), radicado en Portugal, banquero y financiero de la línea ferroviaria lusitana y al que el Rey de Portugal Pedro V había concedido el titulo de Vizconde de Orta en 1854. 
 Al parecer el sobrino Juan José quiso amores con una de sus primas portuguesas, por lo que su tío Vizconde Antonio lo despacha con viento fresco mandándolo a la sudamérica para que se buscara la vida lejos de sus queridas hijas. Consta confirmación de entrada en Montevideo el 8 de diciembre de 1862, como comerciante a la edad e 26 años. 
Desde Uruguay se desplaza a Argentina donde el intrépido Juan José hace uso de la experiencia comercial aprendida de su tío lusitano y pronto tiene éxito en los negocios convirtiéndose en un joven acaudalado que, por los buenos modales que trae de la corte portuguesa, es aceptado en la sociedad bonaerense. 
 En ese ambiente conoce a la que será su esposa, la aristócrata uruguaya Ana de Sousa-Martins Rocamora (padre portugués y madre española) con la que contrae matrimonio en 1867. En Argentina nacen los nueve primeros hijos de este matrimonio: Juan José, María Manuela, Manuel, Ana, María Dolores, Enrique, Eduardo, Elena y Emilia. Signo de su arraigo social y privilegiada situación económica, fue que el Presidente de la República de la Plata apadrinó a Eduardo, el menor de los varones. 
 A pesar de su éxitos, Juan José echa de menos a España y decide regresar a sus orígenes por lo que se embarca con destino a Huelva con toda la familia, enseres variados y un criado de la Patagonia de nombre Jerónimo y de rostro cobrizo. 
 Otro de sus hermanos alosneros Manuel de Orta y Limón, se había establecido en el pueblo costero de Cartaya donde formó familia al casarse con Isabel Morón. Seguramente por las noticias de este hermano alabando la bendita tierra cartayera, una vez que la familia desembarca en Cádiz, navega en velero de línea hasta Huelva/Aljaraque y desde allí se trasladan en carros hasta Cartaya -hacen una entrada muy recordada, sobre todo por el aspecto del indio Jerónimo- donde se afincan definitivamente. En Cartaya nacen Elisa y Roberto. 
 Al poco tiempo el hijo mayor Juan José, sintiéndose argentino, decide regresar a su país con gran pena de su madre Ana de Sousa-Martins que, recordando a su hijo, paseaba con su hija Ana hasta las afueras del pueblo subiendo al “cabezo colorao” desde donde podía ver el mar… 
 En pocos años Juan José de Orta y su esposa adquieren una casa en Sevilla en la Plaza de San Marín nº 6, allí nacen los dos hijos pequeños: Delia y Fernando. 

 Rama Balbontín de Orta

 Ana de Orta y Sousa-Martins, nacida en Buenos Aires en 1872, conoce en Sevilla a un joven industrial, huérfano de padre, llamado Enrique Balbontín Gil, con el que se casa en la Iglesia de San Martín en 1890, viviendo en la calle San Vicente de Sevilla. Fueron sus hijos: Ana María, Enrique, Juan José, Julio, María de la Salud, Aurora, Elena, Eduardo, Edmundo, Alberto, Roberto y Guillermo Balbontín de Orta. 
 Enrique es un gran industrial con afán de negocios e invierte en una gran fundición de acero entre las calles Goles y Torneo, donde construye una gran casa familiar a orillas del Guadalquivir. El negocio va viento en popa e incluso se expande a Savona (Italia) para construir una nueva fundición. Precisamente es en Savona donde fallece Enrique de infarto a la edad de 44 años. 
 Su hijo mayor Enrique Balbontín de Orta (1892), es quien queda al frente del negocio familiar en Sevilla con la ayuda de su hermano Julio que se traslada a Savona. Enrique Balbontin de Orta, casado con María Luisa Gorina Ramirez, fue Presidente de la Diputación de Sevilla, teniente de Alcalde del Ayuntamiento y tercer Presidente del Sevilla FC. Desgraciadamente la Segunda Guerra Mundial dio al traste con el negocio de la fundición tanto en Sevilla como en Sabona. 
 Otro hermano, Alberto Balbontín de Orta (Sevilla 1903-1972) casado con María Antonia Polledo, arquitecto eminente, fundador de la ETSAS, el cual junto a su compañero Antonio Delgado y Roig, construyen la nueva Ermita de la Vírgen del Rocío en Almonte, proyectan la reforma de la Real Fábrica de Tabacos y dirigen la construcción de la nueva la Basílica del Gran Poder en Sevilla, entre otros proyectos. 
 Ana de Orta Sousa-Martins, ya viuda de Enrique Balbóntin Gil, decide comprar los terrenos del “cerro colorao” cartayero (aquel a donde paseaba con su madre para mirar al mar), poniéndole el nombre de “Cerro de Buenos Aires” en recuerdo de su infancia y Villa Santa Ana a su casa en lo alto del cerro dando a la marisma y al mar, en honor de su querida madre. 
 A ese “cerro colorao” ya bautizado como “Buenos Aires” se van agregando chalets de todos los descendientes de esta gran familia Balbontin de Orta: mis tíos y primos Balbontín Noval, Balbontín Gorina, Balbontín Polledo, Valverde Balbontín, Royo Balbontín, Romero Balbontín, Zybikosvki Balbontín, Arreciado Balbontín… y toda su descendencia. 
Allí pasé con mis queridos primos los primeros veranos de mi vida. Llegué a Cartaya -ya bautizado- con 7 días de vida, al chalet de mis abuelos Pepe López-Pazo y Delia Noval de Orta en la subida al "cerro colorao". 
Allí aprendí a andar, a nadar, a montar en bici, a remar, a coger bocas, a subirme a los árboles, a jugar al futbol y a tirar piedras. 

 Rama Noval de Orta 

Delia de Orta Sousa-Martins era la más pequeña de las hijas de Juan José de Orta y Ana Sousa-Martins. Dicen que era una belleza. Se casó en Sevilla con un marino de guerra, Antonio Noval de Celis y tuvieron dos hijas: Delia y María Teresa Noval de Orta
 María Teresa se casó con su primo-hermano Guillermo Balbontín de Orta y tuvieron ocho hijos: Teresa, Guillermo, Mario, Delia, Juan Carlos, Julio, Roberto y Margarita. 

 Delia Noval de Orta se casó con José Antonio López-Pazo Ganzinotto y tuvieron cinco hijos: Pilar, Delia, Pepe, Carmen y Lucía. 

 Pilar López-Pazo Noval, se casó con Celso Pareja-Obregón García. Mis padres. Hijos: Concha, Lourdes, Celso, Jose María, Pilar, Fernando, Reyes (qepd) y Jesús Manuel.  
Yo soy Celso.

 Mas información en: 


 PD. Gracias a la labor de Manuel Suarez Romero (El Chacho), mi tía Delia Balbontín Noval; José Marina, Wikipedia y Google, he podido escribir esta historia.

jueves, 12 de enero de 2023

La Libélula que fue.

Yo vivo en la duda. Desecho casi todas las iniciativas de actuar racionalmente después de reflexionar. Me preocupa no dudar. Prefiero el instinto. No se deja manipular. 

Dice Javier Sanchez Menendez @JSMenendez en un premonitorio tweet: “debemos eliminar de nuestro conocimiento todo falso conocimiento”

Qué difícil empresa, pero tan necesaria. Si, prefiero experimentar y sacar mis propias conclusiones. Desde niño. Curiosidad. 

 La certeza es efímera. Como una libélula preciosa que vemos helicoptear en la orilla del rio de nuestra infancia y se posa en la brizna de hierba con las alas desplegadas, transparentes, y por un momento vemos sus ojos saltones. ¿Donde duerme? No sabemos si se alimentará de mosquitos o será alimento de pájaros. 

 Como el gato de Schödinguer, así me planteo el futuro.

 Por las mañanas al despertar recién levantado miro por la ventana solo para constatar que hay personas y coches en movimiento y semáforos que cambian de color y niños en el patio del colegio que corretean inocentes.

 Eso es una certeza. 

Intento no contaminarme de los falsos profetas de los panfletos. Intento mantenerme alejado de lo tremendamente atrayentes que son los buhoneros propagandistas del carromato que anuncia el crecepelo milagroso sin ir a Turquia o del emplasto milagroso que cura las almorranas, ahora reciclados en charlatanes con corbata. Venden mentiras y las cobran a precio de oro.

 Uso trucos para pasar desapercibido entre las mangostas, los demonios de Tasmania, las hienas reidoras y astutas, los quebrantahuesos rapaces y los que me ofrecen tarjetas de visita. 

Evito las conversaciones con los portadores de dogmas.

 En cambio, me gusta hablar con los desconocidos sobre todo con los de ojos despiertos, aunque tengan piojos.

 Es difícil remar en la ciudad. Pero yo lo he conseguido. Me verán caminar enmimismado, en realidad estoy remando contracorriente sin ánimo de llegar pronto a la orilla. 

Eliminar el falso conocimiento es un proceso psicoanalítico. Una buena tarea. Un puzzle de tropocientas mil y pico de piececitas casi todas del mismo color. 

Es una nueva y buena idea.