Esta carta va dirigida expresamente a una pandilla de chavales que durante todo el verano se han dedicado a molestar a los vecinos del final del Paseo Maritimo Rio Piedras.
Termina el mes de agosto de 2013 y ustedes, chavales a los que me refiero, al parecer han disfrutado muchísimo fastidiando a base de bien el descanso nocturno de los que vivimos en la parte final del Paseo Marítimo, es decir, de los que ustedes llamais las casas de “los veraneantes”.
Cada noche nos habeis molestado con la música atronadora de los coches aparcados en la puerta de nuestras casas, con los ciclomotores ruidosos, con los gritos y las voces, las provocaciones y hasta los insultos. Habieis conseguido robarnos horas de descanso y provocar alteraciones importante del ánimo despertando o no dejando dormir a niños, adultos y personas mayores, incluso a enfermos. Y todo conscientemente y con premeditación.
Y lo que más me llama la atención es que cuando hemos intentado dialogar vuestra actitud ha sido siempre provocadora y beligerante. Vuestros argumentos para justificar lo que haceis son siempre mas o menos los mismos: “...somos de El Rompido, esto es nuestro, podemos hacer lo que queramos, ustedes vienen dos meses a veranear y no nos vais a decir lo que tenemos que hacer...”. Oir esto en boca de unos chavales de entre catorce a veintipocos años es lo que me obliga a escribiros esta carta.
En primer lugar quiero deciros que si vuestros abuelos y bisabuelos levantaran la cabeza se avergonzarian de vosotros. Cuando El Rompido era un poblado sin luz ni agua corriente, sin los servicios básico, cuando la mayoría -por no decir todos- los hombres incluso los de vuestra edad se dedicaban a la pesca faenando dia tras día sin descanso para poder sacar adelante a sus familias a costa de trabajo honrado y esfuerzo, unas cuantas familias de “veraneantes” se implicaron en adecentar y en mejorar la calidad de vida de los habitantes de El Rompido.
Si -como digo- levantaran la cabeza José Catalina, El Gallo, Cándido, Lázaro, Yako, Antonio Calentura... y os escucharan hablar así “de los veraneantes” seguro que os daban una buena patada en el culo. Es una lástima que no estén ya con nosotros para que pudieran contaros ellos mismos lo que quiero decir y al mismo tiempo daros ejemplo de saber estar, de educación y de respeto... de señorío.
Ustedes chavales creen que tienen derecho a todo solo por ser “rompieros” o cartayeros y solo por eso no teneis ninguna obligación de respetar las normas de circulación, de aparcamiento, de descanso nocturnos, de urbanidad... Me consta que actuais como una pandilla bien organizada para fastidiar a conciencia a los que intentamos descansar y dormir a partir de las 12 de la noche. A veces son las 3 de la mañana y siguen ustedes haciendo ruido excesivo con los coches y motos y gritando sin necesidad solo con la intención de provocar.
Ademas jugais con la ventaja de que no podemos hacer nada, tan solo pediros que apageis la música y que no griteis para no despertar a los niños pequeños. Sabeis que si avisamos a la Policia Local no van a venir, y si vienen alguna noche poneis cara de buenos y apagais la música ante de que se acerquen lo suficiente: ¡que valientes!
Pero yo quiero deciros que aquellas personas que os están mal influyendo y metiendo esas ideas "revolucionarias" en la cabeza de “que El Rompido es de los rompieros y que los veraneantes vais a venir a decirnos lo que tenemos que hacer porque esto es nuestro...etcetera...” son unos irresponsables que están cometiendo un gravísimo error. Detrás de esa frase late solo rencor y envidia malsana. Puede que parezca una actitud muy atractiva para los chavales de vuestra edad, pero en realidad es una idea retrograda y con perfil fascistoide. Os explico lo que quiero decir:
Desde hace muchos años en El Rompido se ha ido produciendo una transformación social muy importante. Los antiguos marineros de antaño que faenaban con los velachos se fueron adaptando a los modernos barcos pesqueros, pero muchos hijos de aquellos grandes pescadores al ver que el número de “veraneantes” aumentaba cada año dejaron las artes de pesca y se fueron reciclando en lo que "los veraneantes" demandaban: la mayoría en la hostelería abriendo restaurantes y bares, otros pusieron comercios, tiendas y supermercados, otros se colocaron de boteros y marineros en los Puertos Deportivos que se crearon gracias a los barquitos de recreo de “los veraneantes”...
En El Rompido hace ya muchos años que el sustento fundamental de la mayoría de las familias no son los 4 o 5 barcos de arrastre que quedan en activo sino los negocios que florecen y son mantenidos -insisto- por el gran numero de “veraneantes” que son los que traen y se gastan el dinero durante los meses de verano. Preguntadle si no a vuestros padres a ver de que viven... porque yo lo tengo muy claro, ya que se quienes son vuestros padres y a qué se dedica cada uno de ellos.
Ustedes -chavales ruidosos- afortunadamente no han tenido la obligación ni la necesidad de ir a la mar desde niños como vuestros abuelos. Supongo que durante el invierno estarán ustedes estudiando los más jóvenes o trabajando los mayores, y se podrán costear las motos y los coches con esos equipos de música tan caros... Pues os aseguro que eso lo pueden pagar ustedes o vuestros padres en gran parte gracias a nosotros “los veraneantes”... ¡Que paradoja!
Ademas os quiero recordar una cosa muy simple a vosotros chavales ruidosos e irrespetuosos. Mas tarde o mas temprano tendreis que abandonar El Rompido para ir a estudiar o a trabajar a otra ciudad, como ya están haciendolo muchisímos rompieros. Solo quiero que os imaginéis que teneis que vivir en Sevilla, por ejemplo, y vuestros vecinos deciden que por el simple hecho de que sois “rompieros” -no nacidos en Sevilla- os faltan el respeto continuamente, no os dejan dormir, os aparcan los coches en vuestra puerta con música a todo volumen y arrojan basura y cristales en la puerta de vuestra casa... ¿Os parecería bien?
Pero eso no va a sueder nunca. ¿Sabeis por que? Porque nosotros “los veraneantes” pensamos que todas las personas independientemente de donde nazcan o de donde provengan tienen los mismos derechos y todos son merecedores del mismo trato respetuoso y digno, ya sean del color de piel que sean, de la religión que profesen, de sus ideas políticas... y de si son naturales de El Rompido o de cualquier otra parte.
Por eso os digo a vosotros chavales y a quien os influya con esas ideas tan fascistoides llenas de resentimiento y de tantos complejos, que no les presteis atención ninguna. Que respeteis las Leyes y las Normas de urbanidad y de civismo, que no os creáis superiores a ninguna otra persona nunca, que el respeto y la educación es la base de la convivencia en paz, ya sea en El Rompido o en la China...
Porque si seguís por ese camino vais de mal en peor y estáis condenados a ser unos pobres resentidos toda vuestra vida y lo único que vais a conseguir es tener cada vez más enemigos y crearos problemas con la Ley, porque se empieza con estas faltas y se termina con aquellos delitos...
Porque si seguís por ese camino vais de mal en peor y estáis condenados a ser unos pobres resentidos toda vuestra vida y lo único que vais a conseguir es tener cada vez más enemigos y crearos problemas con la Ley, porque se empieza con estas faltas y se termina con aquellos delitos...
Y espero que esta carta que publico en mi Cuaderno, llegue a ser leída por vosotros y por vuestros padres. Quedan unos largos meses por delante hasta el verano que viene, en los que “los veranantes” os vamos a dejar tranquilos, como ustedes reivindicais... Espero que en estos meses seais capaces de entender lo que quiero expresaros con estas reflexiones, que no es ni mas ni menos que, -como desde aquellos años que me refería al principio-, los “rompieros” y “los veraneantes” tengamos una convivencia basada en el respeto, en la educación y en el civismo.
PD: Esta carta esta redactada solo y exclusivamente por Celso Pareja-Obregón López-Pazo (yo) y soy el único responsable de lo que en ella se expresa.