Uno de los mayores problemas “filosóficos” que
tenemos la mayoría los humanos es dilucidar que va a pasar después de la
muerte, de nuestra muerte. A muchos o pocos este asunto les da exactamente
igual, dicen. Pero a la grandísima mayoría este temita de la muerte y del más
allá de esta no nos trae tan sin cuidado. De hecho en torno a este misterio tan
misterioso se han montado infinidad de teorías complejas que desembocan en supersticiones
y demás aficiones a lo desconocido: vampiros, zombis, fantasmas, espectros,
médiums, exorcistas, ángeles y demonios… ¿Realidad o cinematografía? ¿Verdad o
mentira?
Hoy en día al parecer la mayoría de los hombres cree
mas en la literatura de ficción que se escribe para ser superventas o en las
películas de Hollywood de temas esotéricos que en mas de miles de años de
tradición documentada y basada en rigurosos estudios científicos. Lo cual
quiere decir que en el fondo el personal está deseando tener respuestas a las
preguntas fundamentales que a todos nos rondan: ¿Existe vida después de la
muerte? ¿Existen los dioses y sus cielos e infiernos? ¿Y los espíritus? ¿Existe
el “más allá”? Pero que le presta muy poca importancia a la historia de las religiones...
Las distintas religiones ofrecen (intentan ofrecer)
respuestas mas o menos estructuradas a estas preguntas arcanas basadas en el
miedo del Hombre (Hombre/Mujer, a partir de ahora) a lo desconocido, a aquello
que no puede ser explicado por la ciencia, la lógica o la razón. Hay confeccionadas religiones
“verdaderas” para todos los gustos y sabores.
Yo no puedo afirmar que el origen de las religiones
sea tan solo el miedo de los humanos a la muerte. Supongo que el motivo que
impulsó a los Hombres a creer en seres superiores, en dioses, no puede ser tan
solo el pavor a lo desconocido tras la muerte. Creo que nuestra mente vivita y
colendo acepta ciertas normas de respeto al Hombre que vienen implícitas en
nuestro ADN y este Hombre Humano destaca por encima del hombre animal y se
define a sí mismo por elaborar una conjetura inexplicable y por lo tanto
especial, unas preguntas que implican la “existencia de Dios”: pre-vida; vida;
muerte; post-muerte.
Estos cuatro estados del Hombre racional y su certeza de la ignorancia
son los que nos traen de cabeza y a la vez nos impulsan a avanzar cada vez mas en teología y filosofía pero a la vez con mas dudas hacia un hipotético final tan enrevesado
como incierto: ¿dónde estábamos antes de nacer? ¿por qué estamos aquí y ahora? ¿qué
significa la muerte? ¿dónde están los que han muerto?
Estas simples y aterradoras preguntas no se las
hacen las plantas ni los insectos ni los animales. Son preguntas de Hombres.
Dudas de Hombres. ¿Es Dios quien crea los Hombres? O son estos los que crean a
los dioses como respuesta a sus enigmas y somos los hombres los que creamos las
distintas religiones para dar respuestas adecuadas a nuestros miedos y dudas
existenciales. Dios o dioses. Hombre u hombres.
Y si, ya se que hay, ha habido y habrá algunos
hombres que se comportan como animales y estas preguntas les traen al fresco y
se dedican a vivir como salvajes alimañas. Aunque la historia de la humanidad
esta llena de fanáticos asesinos que en nombre de los dioses han cometido
masacres y genocidios, y siguen haciendolo hoy día, yo mantengo mi fe en El
Hombre – ¡que es decir que mantengo mi fe en Dios!- como continuación de lo mejor
que nos puede deparar la vida: la felicidad de apreciar la bondad de los
hombres y mujeres uno a uno, de dar y recibir el bien sin pedir nada a cambio,
la solidaridad, la justicia, la igualdad, la verdad, el respeto, el cariño, el
amor, el calor…
Creo en el Dios de los Hombres y creo en los hombres
y mujeres crean o no crean en Dios.
Creo que la muerte (de cada uno de los hombres) es
tan solo un tránsito hasta el mismo lugar donde estábamos antes de nacer, sin
restarle importancia al Hombre que sigue vivo en la tierra, ya que estos son la
continuación de cada hombre que ha muerto. Somos los Hombres.
Creo en los hijos de los Hombres y en la
continuación de los Humanos como un todo que debemos cuidarnos y cada día
mejorar ayudandonos unos a otros. Creo en la Humanidad.
Creo que Dios está dentro de todos nosotros porque
nosotros formamos parte de Dios, y Dios necesita al Hombre y Dios no Es sin el
Hombre.
PD: A veces me pregunto: ¿Estas ahí Dios? ¿Tienes
algo que ver con los Hombres?
Estas preguntas me las he hecho esta tarde que he estado en la Basílica del Gran Poder en Misa y he Comulgado.
Como en el chiste del que colgaba del barranco
pidiendo ayuda y oyó una voz celestial que decía: “Hijo déjate caer sin miedo y confía en Mi que un Angel custodio te
detendrá antes de estrellarte contra las rocas”. Y el buen hombre
respondió: “Muchas gracias Señor, te lo
agradezco mucho, en serio, pero: (gritando) ¿Hay alguien más ahí arriba? ¡Una
cuerda!”
Pero no se rían ustedes que esto ha ocurrido y
ocurre cada día en el mundo.
Ojalá tuvieramos la Fé de dejarnos caer al vacío…
pasara lo que pasara…