"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Aguasmalas


Las medusas -que en mi infancia rompiera se llamaban “aguamalas” -  eran uno de los peligros de los baños salvajes de mi infancia. Mi padre siempre nos advertía que antes de tirarnos al agua nos aseguráramos que no hubiese ninguna de estas manchas blancas y gelatinosas por los alrededores de nuestra zona de baño. Pero por cuidado que tuviéramos a veces nos rozábamos con los tentáculos de una solitaria y desaprensiva aguamala que nos dejaba un recuerdo picante y colorado como una quemadura en la piel.

Aprendí de mis amigos pescadores que una buena meada en un cubo para hacer un emplasto de fango negro y orina era mano de santo para sanar la quemazón.

A veces aparecían como plagas por la playa impidiéndonos el baño y en la bajamar quedaban varadas en la arena como bostas grisáceas de vacas marinas. Entonces disfrutábamos pinchándolas con las cañas de los restos de los palangres o cortándolas con conchenas afiladas. Venganza.

Estos antiquísimos pelágicos celentéreos llamados medusas son habituales en los océanos de todo el planeta. Las especies que rondan nuestras playas no son muy venenosas y tan solo provocan urticarias y quemazones dolorosas. Existen especies muy peligrosas con larguísimos tentáculos cargados de ponzoña y su veneno puede provocar sincopes dolorosos o envenenamiento y schok anafiláctico.

Las medusas se dejan arrastrar por las corrientes marinas y solo pueden moverse para ascender o descender huyendo de depredadores o para alimentarse de placton, crustáceos y peces pequeños u otras medusas que se pongan a tiro, son carnívoras.

Las medusas no atacan. Somos nosotros los que nos cruzamos en su camino y se defienden creyendo que somos depredadores.

En el caso de que nos “pique” una medusa yo recomiendo lo siguiente:

-       Salir del agua lo antes posible y tranquilizar al afectado. No dejarse llevar por el pánico. No va a pasar nada de nada.
-       Si se tiene a mano vinagre (quién no lleva un picadillo o una ensalada en un taper…), empapar la zona de la picadura con vinagre durante unos minutos y dejar secar. El ácido acético neutraliza la mayoría de los venenos de las medusas.
-       Si no es posible lo anterior, enjuagar con agua salada la zona de la picadura,
es decir, no frotar con toallas ni con las manos ni restregar con arena… Agua fría del mar en abundancia. Nunca lavar con agua dulce por favor.
-       Observar si quedan restos de tentáculos adheridos a la piel y retirarlos con cuidado con unas pinzas y abundante agua salada.
-       El hielo también viene muy bien, pero nunca aplicar directamente sobre la piel, debe hacerse con una bolsa de plástico.
-       En cualquier caso, se debe curar a diario la zona de la picadura para que no se infecte y vigilar el estado general del afectado al menos veinticuatro horas por si las alergias retardadas.
-       Que ustedes se bañen bien.