Vaya tela la rivalidad de estos dos equipos de la
ciudad de Sevilla: Sevilla Fútbol Club y Real Betis Balompié o viceversa. “Ser”
de uno de estos dos grandes equipos es lo normal de todos los ciudadanos de la
capital y la provincia.
Ser bético o sevillista suele provenir la mayoría de las veces de las raíces familiares (aunque no siempre, en las mejores familias aparece una oveja negra…), pero también del barrio o del pueblo donde se nazca, de los amigos de la infancia, o de el sexto sentido que cada uno tenga para elegir equipo… Ser bético o sevillista, sevillista o bético imprime carácter de por vida, es una seña de identidad que se manifiesta desde niño con los regalos de Reyes, el orgullo de vestir la equipación con el escudo de tu equipo, blanquiverde o rojiblanca, colores ya para toda la vida que te harán sufrir o reir, disfrutar los fines de semana o amargarte la semana entera. Se empieza teniendo esa desazón por los resultados del equipo elegido desde el colegio, se acrecientan en la juventud y adolescencia van creciendo en intensidad hasta la edad media de la vida y perduran hasta -la mayoría de las veces- la tumba.
Ser bético o sevillista suele provenir la mayoría de las veces de las raíces familiares (aunque no siempre, en las mejores familias aparece una oveja negra…), pero también del barrio o del pueblo donde se nazca, de los amigos de la infancia, o de el sexto sentido que cada uno tenga para elegir equipo… Ser bético o sevillista, sevillista o bético imprime carácter de por vida, es una seña de identidad que se manifiesta desde niño con los regalos de Reyes, el orgullo de vestir la equipación con el escudo de tu equipo, blanquiverde o rojiblanca, colores ya para toda la vida que te harán sufrir o reir, disfrutar los fines de semana o amargarte la semana entera. Se empieza teniendo esa desazón por los resultados del equipo elegido desde el colegio, se acrecientan en la juventud y adolescencia van creciendo en intensidad hasta la edad media de la vida y perduran hasta -la mayoría de las veces- la tumba.
Yo soy sevillista de nacimiento. Eso quiere decir
que desde que nací en la calle Eduardo Dato hace ya mas de medio siglo mi vida
está marcada por del barrio de Nervión donde me crié y por el glorioso Sevilla
FC. Viví hasta los veintidós años justo enfrente de la esquina de Preferencia y
del Gol Sur del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Desde las ventanas de mi casa
teníamos la preciosa vista del “campo del Sevilla”, entonces aun sin terminar,
rodeado de explanadas y arboledas donde me pasé gran parte de mi niñez y
juventud jugando eternos partidos de futbol. Cuando teníamos sed nos acercábamos
a una ventana del Estadio a pedir un vaso de agua y siempre nos atendía con
cariño la familia Pérez, inolvidable masajista mágico don Manuel “Manolito” Pérez
y más tarde su hijo Domingo Perez, mi amigo, que llegó a ser Fisio del la Selección
Española de Futbol. Todos mis hermanos somos sevillistas de corazón.
En los pisos de la Diputación donde vivíamos tuve la
suerte de tener como vecinos a los mejores amigos del mundo: Raimundo y Jose
Miguel Blanco, Diego Villalonga, mas tarde Josemi Arza… ¿les suenan estos
nombres? Yo empecé a ir a ver al Sevilla FC jugar al futbol desde que tengo uso
de razón invitado siempre por Raimundo Blanco padre (Imprenta y Papelería Raimundo imprimía el billetaje del Sevilla FC). Entrábamos al campo por la
puerta 0 con “entradas de oficio” Jose y Mundi Blanco, Dieguito Villalonga y
yo, de la mano de Manuel Alonso Centeno, “Manolo el portero”, portero de la
portería de nuestra casa de Eduardo dato 24. Más tarde mi padre me regalaba el
carné de infantil o juvenil para ir con mis amigos ya sin “portero” y aunque
teníamos que entrar por Gol Sur casi siempre pasábamos a Preferencia colándonos por las gradas en obras.
Mi padre era un apasionado del futbol. Fue
futbolista aficionado, “amateur” como a él le gustaba decir, y sé que jugo
algunos partidos vestido con la camiseta del Sevilla. Recuerdo que en algún
momento fue directivo y viajaba con el equipo, pero no recuerdo con que
Presidente, quizá con Juan López Sanchez. Una vez lo vi jugar con la camiseta
del Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán en un partido de “Viejas Glorias”, creo
que contra el Real Madrid, y sería sobre los últimos sesenta o primeros
setenta.
Un tío de mi madre fue Presidente del Sevilla:
Enrique Balbontín de Orta entre 1920 y 1921. Y una prima hermana de mi abuela
Delia Noval de Orta, Delia Tornero de Orta se casó con Ramón Pol Carbonell, que
fue Presidente del Betis en los años 40, un gran presidente del Real Betis Balompié y un gran
hombre en todos los sentidos. Es el abuelo de mis primos Pareja-Obregón Pol.
Mi abuelo Pepe López-Pazo era mas bético que nadie.
Socio del Betis durante muchos años, incluso cuando vivía en Huelva venía los
domingos a ver los partidos del Betis. Su hijo Pepe –mi añorado tio Pepe-
también fue un bético de categoría y el tío mas simpático que recuerdo. Mi madre
se hizo del Sevilla por amor…
Mi primera “novia” era hija de un Señor con mayúsculas
al que tuve la suerte de conocer y tratar: Don José Nuñez Naranjo, de los
mejores Presidentes que ha tenido el Real Betis Balompié. Su hermano, mi querido
tío Paco Nuñez se casó con María Luisa Pol (hija de Ramón Pol), hermana de mi tía Delia Pol, primas de mi
madre.
Explico todo esto porque creo que en muchas familias de
Sevilla ocurre los mismo, unos somos del Sevilla y nuestros hermanos o primos son
del Betis. Entre mis mejores amigos hay familias enteras de béticos de
categoría que viven su beticismo con gran intensidad y señorío. Tengo sobrinos
que lloran cuando pierde el Betis y otros cuando pierde el Sevilla. Mi hijo
Celso es un gran sevillista que viaja con el equipo siempre que puede y ha
visto al Sevilla triunfar por toda Europa. Tiene 30 años y cuando pierde el
Sevilla se le cambia la cara dos o tres días…
Sé que en esta nuestra Sevilla tan cainita la
rivalidad futbolística se ha convertido en algo especial, es una rivalidad
cargada de sentimientos profundos, de ilusión que se convierte en decepción en
el último segundo, que desembocan en bromas semanales graciosisimas según
soplen los vientos favorables a Heliópolis o a Nervión, y que se llega a veces
hasta la “crueldad” verbal con los perdedores. De ahí no se debe pasar.
Pero lo que es una pena es la rivalidad mal
entendida. Los gritos y cantos de apoyo al equipo propio no se deben convertir
en actitudes insultantes al equipo contrario, que a veces estallan en actitudes
vandálicas y gamberras, si no en verdaderos actos delictivos y criminales.
Y escribo esto porque el domingo próximo 13 de
abril, Domingo de Ramos, se juega un Betis-Sevilla en unas condiciones muy
desfavorables para el local –practicamente descendido a segunda- y francamente
buenas para el visitante –con opciones de meterse en los cuatro primeros- y me
gustaría que todo transcurriera con la mayor deportividad y los aficionados al
futbol le demostráramos a toda España que somos unos señores de Sevilla, tanto
los béticos como los sevillistas, sea cual sea el resultado del partido.
Ojalá.
Amen.
ResponderEliminarGracias amigo Gonzalo... ¡Ojalá se salve tu Betis del segundazo!
Eliminar(Son 6 puntos seguros para el Sevilla la próxima temporada...)
Un abrazo fuerte.
Amén...
ResponderEliminarSin actritú, !!Viva el Sevilla futbol clú!!!
¡Vivaaaa!
EliminarRafael López-Pazo Ganzinotto, el hermano mayor de mi abuelo Pepe, resulta que fue directivo del Betis... http://www.manquepierda.com/historiarealbetis/10528-19330626-asamblea-general-del-betis-balompie/
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