"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

lunes, 3 de marzo de 2025

A día de hoy.

A día de hoy me encuentro razonablemente bien, aunque en muchos aspectos de mi rutina diaria podría mejorar, creo yo; también en ser un poco más empático a veces con aquellos a los que tanto quiero…

 Reflexiono. 

 Salud: Me encuentro saludable a mis casi sesenta y nueve años. Así lo corroboran los últimos análisis y pruebas médicas. Me sobran si acaso un par de kilos de cervezas, vinos y tapas, pero como decía Machín es muy difícil esquivar al “complemento de mis ansias, al que no renunciaré…” Camino más que un Masai, suelo usar motos de alquiler para ir a la consulta con la idea de volver andando, aunque a veces las tascas me pegan voces o me murmuran tentaciones y no tengo palo donde amarrarme. De vez en cuando me meto en la pileta del gimnasio a hacer aguayín por mi cuenta (podría dar clases). Paseo deportivamente los fines de semana por los parques de Sevilla, que son una maravilla. Ya mismo estoy andando por mi paraíso rompiero con los pies siempre en el agua y charla que te charla conmigo mismo… Deporte y reflexión en la misma sesión. Me encanta la soledad en compañía del mar, del viento, de las dunas y de los pájaros (que pena que no los pueda oír como se merecen). Bueno, reconozco que me suelen decir que no aparento la edad que tengo y eso me refuerza el ego presumido y coqueto que tengo desde niño. Se siente… 

 Dinero: Ni más ni menos que el que necesito para vivir tranquilo… siempre que siga trabajando. Nunca he sabido ganar/ahorrar dinero. Recién licenciado me tocó vivir una época laboral difícil para los médicos porque teníamos que trabajar a destajo para mantener los “contratos” que iban saliendo, muy precarios siempre, por lo que siempre solíamos tener más de uno obligándonos a doblar guardias y olvidarnos de los fines de semana. Entonces ni siquiera nos pagaban la cotización de la SS, así de formales eran algunos Hospitales sevillanos, que no voy a decir el nombre, pero que tienen una cruz colorada como emblema. Con el tiempo fuimos siendo mejor considerados, accedimos a verdaderos contratos y pudimos tener hasta vacaciones pagadas. Hace ya casi veinte años que decidí hacerme autónomo y dedicarme a la medicina llamada “privada” con sus virtudes y sus defectos, pero siendo mi propio jefe, lo cual no tiene precio. A día de hoy soy uno de los autónomos agradecidos por poder seguir ejerciendo mi carrera con vocación inquebrantable, con alegría la mayoría de los días y con ilusión de aprender como si fuera un estudiante. Me siento muy a gusto sentado en mi consulta con mis pacientes, escuchando con mis audífonos al máximo, estudiando los casos difíciles, consultando con mis compañeros o atendiendo las consultas que me hacen, haciendo informes y peritaciones que me solicitan. Me gano la vida honradamente y además esta bendita profesión me permite ayudar a quien lo necesita. No me hablen de “jubilación”, eso no lo contemplo. Eso sí: los veranos en El Rompido, ya son de dos meses (aunque sigo trabajando por internet…) ¿Qué más se puede pedir?

 Amor: Estoy cubierto. Afortunadamente para dar y regalar. Una buena compañera de viaje (lenguaje progre) que estamos juntos desde niños, muy guapa y con su carácter, lo cual es de agradecer pues así no nos aburrimos. Ana y Celso (no podemos tener mejores hijos, quien los conoce lo sabe) viviendo muy cerca de nosotros en Sevilla y casi juntos en El Rompido. Celsa, Leonor y Ana son tres princesas de cuentos que no paran de darme besos (y yo a ellas); Celso y Esteban son dos machotes que me recuerdan tanto a mi mismo y a mi hermano Jose María que me da hasta miedo. La familia se va repitiendo como el ADN. “Sin duda la genética es algo que se hereda…” 

Mis hermanas y hermanos y sus hijos formamos un grupo bien avenido, con un gran cariño y mucho sentido del humor. La herencia de nuestros padres ha sido esa. La mejor. Doy gracias a Dios por la familia que tengo.

Amigos: Tengo un don para hacer amigos. Me gusta la relación de amistad desde que tengo uso de razón, por eso conservo a muchos amigos que los considero parte de mi vida, amigos de la infancia, de la playa, del colegio, del Bar Las Lilas, compañeros de fatigas médicas, amigos de los años de juerga, de madrugadas y amaneceres, amigos de navegar y disfrutar del paseo y algunos amigos para evitarlos, pero siempre amigos. De mis amigos aprendo de sus virtudes y me olvido de sus defectillos. A los amigos hay que cuidarlos y darles siempre su sitio sean quienes sean y vengan de donde vengan. Yo me entiendo. 

 Otras muchas cosas:

Me gusta entrar en los bares. Soy hombre de barra preferentemente. “Matrimonio tapas”. Un par de buenas tapas con cerveza o vino me deliria. También las comidas familiares o con amigos son una fiesta siempre para mi. Un almuerzo familiar en el restaurante de mi amigo Joaquín en el Paseo Marítimo rompiero, sin prisas, mientras mis nietos juegan en la arena puede ser el colmo de mi felicidad. 

 Sigo siendo un lector empedernido y a veces obsesivo. La curiosidad ha sido un gran estímulo para ser quien soy. Colecciono libros. Echo de menos todos los libros que he leído en mi vida y no conservo.. Leer me apasiona. Compro tres o cuatro cada mes que descansan en la mesita de noches esperándome, a veces leo dos al mismo tiempo. Suelo leer por las noches como una hora o así, antes de dormir, es la hora de relajarme con las letras y me prepara para un buen sueño. 

 En mis ratos libres y fines de semana también me entretengo con la tele y con el Mac. Me gustan las buenas series policiacas o de misterio, nunca de miedo; las películas de toda la vida las puedo ver varias veces sin problemas. Rebusco en las hemerotecas aquello que me interesa y guardo los archivos. Busco cosas raras para comprar en páginas de coleccionistas. Escucho música de mi tiempo con mis cascos, unos días flamenco y otros a Pink Floyd. El otro día me pasé horas escuchando a Alfredo Kraus. Y después volvía ver The Rocky Picture Show. Hay que verla en inglés. 

 Pero en los últimos meses he notado que la pereza me gana la partida algunas veces. Ya no escribo con tanta facilidad como antes, tengo mi Blog un poco abandonado, menos mal que mis hermanas me echan una mano… 

A veces pierdo tiempo un día entero brujuleando por internet viendo pamplinas de YouTube: un chino que se hace una casa de fango, un avión que casi se estrella al aterrizar, como prepara la comida callejera un tailandes, un mago haciendo trucos imposibles y otras manualidades absurdas como ver cortar una papa en rombos que yo nunca haré, videos inútiles, pero que me dejo hipnotizar por ellos dejando que pase el tiempo sin hacer nada. Después tengo un poco de remordimientos.

 De los periódicos me interesan las esquelas del ABC, el deporte cuando gana el Sevilla, y algunos articulistas que tienen salero y dan caña. Los suplementos culturales es lo que más me interesa de los diarios. No leo nada de políticos ni de política, no me parecen decentes. Me deprimen todos. No me afecta la política internacional ni el cambio climático ni ninguna de esas sandeces repetitivas con las que quieren aborregarnos y acojonarnos. El fin del mundo es mejor que te coja distraído. 

 ¡Ah! Me gusta cocinar. Hago cosas fáciles: pucheros, lentejas, pisto, arroces, wok de verduras, manitas de cerdo, fabada, tortilla francesa (muy rica), -aunque no se cascar los huevos- y solomillo al guisqui. No entiendo de cantidades ni soy capaz de hacer dos veces el mismo plato, pero es mi manera de ser. A día de hoy.

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