"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

miércoles, 18 de junio de 2025

El Ejemplo

El antiguo “exemplum” medieval era un relato basado en leyendas o tradiciones de hechos atractivos o el recuerdo de un caso peculiar bien traído -la mayoría de las veces con intención moralizante-, que los narradores referían para conseguir la atención de los oyentes con el propósito de que lo imitaran y siguieran, siendo bueno y honesto, o por el contrario para huir de ello y evitar un comportamiento similar siendo malo y despreciable. 

Evolucionando, el “ejemplo” va ganando protagonismo para definir los actos y conductas personales que mueven o inclinan a otros a imitar estos hechos dignos de aprecio por ser conformes a la razón más elemental, a la ética personal y a las normas morales que sustentan la convivencia en paz. 

Igualmente se usan estos sucesos, textos, cláusulas o recuerdos citándolos -como ejemplares- para autorizar, remarcar o ilustrar un aserto, doctrina u opinión personal. 

De tal manera que hoy día “dar ejemplo” con los propios hechos es excitar a nuestros semejantes a que nos imiten, para que ellos a su vez sean ejemplo para otros y se transmita la ejemplaridad en un árbol ramificado y lleno de frutos que nos inciten a ser mejores personas, más civilizados, altruistas, honestos y felices. 

Tenemos cientos de ejemplos donde mirarnos cada día, tantos que es imposible citarlos, pero me consta qué en el trabajo honrado y solidario, en la ciencia esclarecedora, en la impagable docencia, en el deporte, en la respetuosa tauromaquia, en la estructura familiar, en la bendición de la amistad, en el arte en todas sus manifestaciones, en la música, la literatura, la filosofía, en la espiritualidad y donde ustedes vean luz con buen brillar encontraremos siempre espejos donde mirarnos que nos marcaran el rumbo correcto de nuestras vidas. 

Tanto es así que la educación de nuestros hijos infantes, adolescentes y jóvenes debe estar basada sobre todo en el ejemplo (más que en la palabra). 

Sus referencias fundamentales deben ser sus padres, su familia, sus maestros y educadores, sus amistades y su entorno social con todas sus virtudes e inconvenientes. 

Y entre todos debemos darles buen ejemplo a estos proyectos de adultos, hombres y mujeres que en poco tiempo que regirán nuestro destino y serán nuestros cuidadores. 

Pero tenemos un serio problema de “mal ejemplo” instalado en la sociedad española. Mal ejemplo que está impregnando nuestras vidas y sobre todo la de los más jóvenes tergiversando todos los aspectos en los que se basa la educación ya que están normalizando comportamientos perturbados y malvados de aquellos que deberían dar el mejor de los ejemplos. 

Tenemos que proclamar alto y claro que son “malos ejemplos”: la mentira, la traición, la indecencia, la desvergüenza, el insulto, la falta de respeto, la ausencia de autocrítica, la degeneración personal, la intolerancia, la justificación de latrocinios, la impunidad a los delincuentes por un puñado de votos, la amnistía interesada, la compra de voluntades con dinero venezolano, el enriquecimiento ilícito, el blanqueamiento del terrorismo, la ocultación de delitos, el nepotismo oficializado, la carcoma programada de la democracia, el comportamiento mafioso instaurado y mantenido… y añadan ustedes todos los malos ejemplos que quieran. 

Los titulados anteriores no deben ser ejemplo para ninguno de nosotros, por mucho que los veamos en los medios de comunicación y redes sociales, por muy bien colocados que estén o por muchas subvenciones y ayudas que reciban, hayan recibido o vayan a recibir de cualquiera de los chiringuitos, eres, fafes, asesorías, fontanerías o como se llamen. Son muy mal ejemplo para la sociedad. 

Y sobre todo para los jóvenes que están siendo testigos de esta inmundicia diaria, y que pueden ver en el truculento lodazal de la política una salida fácil, ya que sin estudiar ni formarse adecuadamente, tan solo siendo un “político” con su carnet y su enchufe de alto voltaje pueden vivir de la sopa boba de las ayudas hasta que puedan asar la famosa vaca. “Por ejemplo”: (añadan ustedes los nombres que gusten). Eso sí, a cambio de perder su integridad. Pero eso les da igual. 

Ustedes saben perfectamente de quienes estoy hablando y sobre quien descargo toda la responsabilidad. 

Me refiero al cotarro perturbado en que se ha convertido el Partido Socialista Obrero Español y a sus socios partidistas nefandos que mantienen a Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. 

 Son los peores ejemplos.

Publicado en Tribuna Abierta de ABC de Sevilla el 13/06/25

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