"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Feliz Año Nuevo

En estos días navideños nos felicitamos unos a otros con el deseo que el año nuevo que comienza venga cargado de felicidad. Imagino que -como decía la canción- lo que nos deseamos es: “tres cosas hay en la vida de salud, dinero y amor, y el que tenga esas tres cosas que le dé gracias a Dios…”

Yo quiero hacer una reflexión al respecto y empezaré -sin querer ser agorero- con una verdad absoluta e irrefutable para que sirva como inicio de mi felicitación a todos ustedes: El único y verdadero patrimonio que tenemos todos y cada uno de nosotros es el tiempo que nos queda de vida. Lo demás son circunstancias. Y creo que ese importante patrimonio que tenemos -La Vida- debemos conservarlo y darle buen uso para alcanzar nuestra felicidad y la de quienes nos rodean.

Como médico me afano en estudiar como preservar y mejorar la salud y la vida de mis semejantes desde los mas indefensos aun en las barrigas de sus madres hasta los mas desvalidos ancianos. Los que me conocen, bien saben lo que quiero decir. Y puedo aseguraros que este empeño por la vida aporta mucha felicidad. (Y aprovecho para saludar y felicitar al señor Alberto Ruiz Gallardón por su valentía antiabortista, ahora que no me escucha nadie).

Cada año nuevo nos proponemos alcanzar objetivos varios y renovar propósitos atrasados, intenciones a veces poco rigurosas o disparatadas perdiendonos en metas inalcanzables o espurias, cuando las condiciones básicas para ser medianamente felices las despreciamos e ignoramos. Quiero decir que no pongamos muy alto el listón de nuestros objetivos y comencemos a subir peldaños uno a uno. Si vamos consiguiendo día a día pequeños logros en poco tiempo obtendremos resultados satisfactorios, nuestra autoestima crecerá y nos sentiremos satisfechos. Expectativas bajas y asumibles.

Estos planes (y un deseo) son los que yo propongo para comenzar el año 2015:

Dejar de fumar. Sin dudarlo y desde el primer día. No encienda nunca más un cigarrillo o un tabaco cualquiera. No se suicide en cada aspiración de humos cancerígenos. No impregne de venenos volátiles invisibles el aire de quienes respiran a su alrededor. Es conveniente dejar de fumar, sobre todo antes de que el fumar lo deje a usted. Es posible dejar de fumar, existen centros especializados para ayudar a los fumadores que deseen desengancharse. Es imperativo conseguirlo para mantener la salud –la vida- y sé que el éxito lo pueden disfrutar a corto plazo.

Control de estrés. El estrés es bueno para mejorar algunas prestaciones laborales y profesionales. Y punto. El estrés desmedido y desordenado es origen de ansiedad, angustia y desesperación. Y aunque no debemos psiquiatrizar los comportamientos angustiosos puntuales y los trastornos psicosomáticos autolimitados tampoco debemos trivializar el estrés continuado. No es saludable vivir con estrés persistente. Muchos trastornos digestivos son originados por el estrés, por ejemplo: al comer hay que masticar muy bien los alimentos y tragar despacio y disfrutar de la comida, no engullir como los pavos. Igualmente al hacer ejercicio en el gimnasio o en el parque hay que disfrutar del momento y sacar provecho del esfuerzo, no correr despavoridos en la cinta o entre la maleza con la lengua afuera como si perdiéramos el ferrobús o empeñarnos en levantar palancas mecánicas como autómatas sin orden ni concierto. Serenidad y disfrutar cada momento en su justa medida nos aporta felicidad.

Trabajo y sueldo para todos. No me olvido del terrible problema del paro. Indudablemente el trabajo es necesario para realizarnos como personas y precisamos del dinero para pagar las facturas y hacer frente a las necesidades básicas. Necesitamos dinero contante y sonante ganado honradamente. Satisfacción por el trabajo y tranquilidad a fin de mes. Esto es lo que nos prometen los políticos pero la realidad es otra: paro y desolación.

En estos tiempos convulsos de tantas pandillas de golfos apandadores inmorales e incultos, de políticos rastreros y engañabobos, de botarates con corbata o pajarita que resaltan cada día en los noticiarios por las grandes cantidades de dineros que han amasado al margen de la ley, yo propongo una revolución soterrada de ciudadanos anónimos que nos tomemos las cosas con lógica serenidad y coherencia, con honestidad y paciencia, en la absoluta seguridad que de esa manera la verdad y la honradez se impondrán como necesarias virtudes humanas y no solo como el estribillo de una canción olvidada y que el día de mañana nuestros hijos y nietos gozarán de una sociedad mas justa y equilibrada donde todos tendrán acceso al trabajo bien remunerado.

Potenciar las relaciones humanas. Conversar. Charlar. Hablar. Expresarse. Decir cosas. Comunicarnos con la palabra. Despreciar en lo posible las nuevas tecnologías de guasap y feisbuk si podemos decirnos cosas cara a cara y mirarnos a los ojos. Y lo digo porque el día de mañana, no dentro de muños años, los neurólogos nos dirán que para frenar las demencias seniles vasculares y el Alzaheimer lo mejor es que nos relacionemos, hablemos y discutamos y que nos esforcemos en estrechar los lazos familiares y afectivos al máximo posible y sin límite de edad, nunca apartando ni obviando a nuestros mayores por muy abuelitos que parezcan.

Tener ilusiones e inquietudes. Sin demagogias por favor. Desde hacer punto de cruz hasta construir cohetes con envases de refrescos. Hagamos lo que nos salga de las manos… o del cerebro. Leer, pintar, escribir, meditar, hacer yoga o taichí, meditación trascendental o adoración nocturna, filosofía o metafísica. Actuar y disfrutar. Aprender mil cosas. Enseñar lo que sabemos. Darnos a los demás y disfrutar con ello. Recuerdo cuando de niño nos animaban en mi colegio de los Jesuitas (Portacoeli) a ir a los asilos a ayudar a los ancianos y la gran felicidad que esos días nos proporcionaban. Recuperemos ese espíritu de la infancia altruista e inocente. Seamos felices haciendo felices a los que nos rodean.

Amar señores, amar.


Feliz año nuevo.

3 comentarios:

  1. Buenos días y feliz año!
    Su post esta lleno de buenos propósitos, intentare llevar a cabo algunos de ellos, solo pido ánimo y fuerza porque el día a día que tenemos está muy oscuro y crudo.
    De nuevo feliz año a Usted y su familia.
    Saludos.

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  2. Muchas gracias. Le deseo mucha suerte en sus buenos propósitos.
    Saludos

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