"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

domingo, 27 de diciembre de 2015

La Navidad me confunde


La Navidad me confunde. Cuando creo que estoy llegando resulta que no he salido y si me paro ha pensarlo me doy cuenta que vengo de vuelta. No sé siquiera si estuve. O me vuelvo antes de salir de casa, es el camino más corto entre los puntos suspensivos. A veces tengo hambre y otras veces nauseas. Mi cara se va rellenando de polvorones de almendra al mismo tiempo que mi esófago sirve de embudo de lo que contienen botellas de colorines. La digestión no apaga nunca cual fabrica celulosa peremne.

Recibo cientos de felicidades aerotransportadas que llegan a mi IPhone con los mas originales soniquetes acompañando a fotos y videos que se autodestruirán en cinco segundos. Contesto mecánicamente una frase hecha de cortar y pegar muy saludable. Salud Bienestar y Feliz Navidad.

Ya pasó la Nochebuena con estruendo de familias numerosas y el almuerzo fraternal de Navidad con pavos disfrazados de zorzales. Ahora se brinda con yintonis en copas de balón. Lo catalán no esta de moda, aunque el cava es la bebida mas barata y exquisita que tenemos los españoles, a mi me disloca. El champan esta el doble de bueno mejor pero cuesta el triple de caro, no me salen las cuentas.

Intento hacer vida normal y me sale regular. Me dejo llevar por las luces y las ofertas de bicarbonato de sosa. Me calzo las de correr y voy andando. Que le vayan dando dice mi barriga oronda. Estoy enganchado al kiosko de la melva. Veremos a ver como me desadicto (palabro recién cocinado).

Intento no ir al centro. Me asfixio bajo la muchedumbre. Solo entiendo algo de bullas pulmonares. Los centros comerciales los tengo prohibidos por prescripción facultativa. Estas botas son para caminar en espacios abiertos.

Me gusta regalar cosas sencillas que nunca se olviden en el fondo del baúl de los recuerdos, ¡u u uu! Y me gusta que me regalen el oído derecho que por el izquierdo no escucho.

Y queda por pasar el divertidísimo día de Fin de Año con sus caretas y matasuegras y globos y campanazos y uvas y cotillón y alegría desbordada por cohones. No cuentes ustedes conmigo si son tan amables. El único día del año que me gusta madrugar es el uno de enero. Cosas mías. Casos clínicos peores se han visto.

Que ustedes lo pasen bien y que el 2016 etcétera etcétera…


PD: El otro día me convertí en Page Real durante unas horas recogiendo las cartas que escriben los niños a los Reyes Magos. Incluso vestido de Califa en lugar del Califa mi nieta Celsa me reconoció al segundo y me guiñó un ojo celestial. Cuando le tocó su turno me abrazo como nunca me ha abrazado nadie. Y luego lloré al terminar.

Eso es Navidad.





2 comentarios:

  1. Cierto,imagino que ha sentido usted la Navidad en ese abrazo de su nieta,me alegra.
    Mi día preferido y que más me gusta disfrutar es el 25,navideña que una!
    El champán para mi lo mejor,hay de Sanlucar y de Almendralejo que quitan el sentio.
    A mi por el contrario me gusta las calles llena de gentío,de luces,de villancicos,me chifla,ya tengo el resto del año para buscar esos ratos de soledad que tan bien saben.

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