Acabo de llegar de un viajito de fin de semana por Arévalo (Avila) y Salamanca.
Yo no soy especialmente viajero y mis amigos se ríen conmigo porque afirmo que el que viaja mucho a troche y moche es porque no está a gusto en su casa…, que como en casa de cada uno no se duerme en partes ningunas y que con los adelantos que tenemos hoy día al alcance de la mano yo puedo ver las cataratas de Iguazú mejor que el que las descubrió.
Pero no obstante de cuando en vez me apetece una salida cortita a ver cosas nuevas, en este caso un viaje en coche con mi amigo Soto y su santa, mi amiga Pilar Parejo, amen de con la dueña de mi voluntad, o sea, mi esposa (que cursilada de palabra…) desde hace treinta y tantos…
El viaje comodísimo y sin incidencias. A la ida, el viernes, por la Ruta de la Plata hasta (por gusto) cruzar el valle del Jerte y paramos a almorzar en una casa de comidas de El Barco de Avila: un cocido castellano de rechupete. Después Arévalo, un pueblo avileño con cinco iglesias cinco y un castillo del año la pera. Por la noche JM Soto dio un concierto estupendo en el teatro. Es un artista bastante bueno. Recomiendo el Hotel 5 Linajes: limpio, calentito, muy tranquilo, barato, buen bar…
A la mañana siguiente a Salamanca tierra mía de arte y sabiduría… Salamanca es una ciudad para estar unos cuantos días con un buen guía que te explique y muestre todos los tesoros que hay en sus calles: Catedral, varias iglesias, Universidad, etc…toda la mañana de paseo. Nos dimos un buen homenaje en Casa Paca a base de cochinillo, verduras y tintorro de la mismisima rivera del río ese tan famoso. Hay un dato curioso que constaté con mis propios ojos: los gorriones van con trenca y bufanda.
Bueno toda esta introducción para decir dos o tres cosas, impresiones que traigo y conclusiones. Y lo que voy a decir ya sabéis que es una opinión personal e intransferible (como las sillas de la Plaza Nueva) y referida a nuestra Andalucía y sobre todo a Sevilla y Huelva que son las ciudades que habito. Ahí van:
- - Somos muy guarros. Tenemos el suelo de nuestras ciudades y pueblos llenos de basura por todas partes, de papeles, de chicles, de envases de plástico, de restos de comidas… Hasta las mismas zonas destinadas a tirar las basuras están que da asco verlas. Las cunetas de las carreteras parecen vertederos, los carriles y caminos rurales están profusamente adornados de bolsas de plástico, de botellas, de latas… hasta las maravillosas playas de nuestro litoral sufren el vandalismo de ser usadas como basurero… Da pena ver como los alrededores de los kioskos de chucherías son un alboroto de papeles y envoltorios… Se tiran al suelo las colillas de los cigarrillos, se vacían en la calle los ceniceros de los coches, los pañuelos de papel llenos de mocos, las hojitas puñeteras de mil propagandas, las cáscaras de pipas y de mil chucherías… Repito: somos unos guarros.
- - Hablamos a gritos. Igual andando por la calle que en cuanto entramos en cualquier local, hablamos como si nos propusiéramos que se enterara el barrio entero. Además hablamos todos a la vez quitándonos la palabra unos a otros, sin escuchar lo que nos dice nuestro interlocutor… a veces parecemos locos chillando y gesticulando como posesos. Nos importa un pito si molestamos a los señores de la mesa cercana, a los espectadores de un cine, a los que leen tranquilos el periódico o un libro, a los pasajeros de los transportes públicos, a los vecinos del quinto… (yo vivo en el segundo…)
- - Somos muy incultos. Menos futbol y mas lectura. Nos han engatusado las agencias de viaje y al parecer la única forma que hoy en día se puede aprender algo es saliendo de viaje. Parece ser, que para ser culto hay que viajar a Nueva York a ver el barrio chino o lo que se vea por allí (yo no tengo el gusto…), a Londres por diez euros a comprar en Harrowds o como se diga, a Roma por cojones a ver El Coliseo y a la Toscana de las películas, a Praga, a Suiza, a Polonia… todos los años un viaje fuera de España porque si no se queda uno “atrasado”… ¡Que gilipollez! Todavía hay barrios de Sevilla que no conozco, con sus capillitas, sus imágenes, sus patios y sus fuentes, sus tascas y colmados . ¿Cuántos pueblos maravillosos hay en Andalucía mas bonitos que las Toscana entera? Yo digo lo de siempre: es una pena que nos tiremos como borregos por todo el mundo a regalarles el dinero a los turoperadores de mojones en vez de quedarnos en España y gastarnos nuestros ahorrillos aquí… ¡que es nuestra casa!
- - No tenemos respeto. No nos hablamos de “usted”. Para mi esto es importantísimo. Lo digo por experiencia ya que he tenido muchas veces que reconvenir a magnificas Auxiliares de Enfermería que sin venir a cuento le hablan a todos los pacientes con un tuteo improcedente (si es que no le dicen “abuelo” o “mi arma”…). Todos deberíamos saber que el idioma español tiene un tratamiento precioso con el que dirigirnos a quienes no conocemos, sobre todo si estos ya tienen una cierta edad. Es un tratamiento que dignifica a quien lo usa y al receptor. Es una palabra que es bonita, suena bien, implica respeto y educación del que la usa, abre puertas y ventanas… o por el contrario su falta de uso denota la incultura y falta de respeto de mentes cerriles… Saber diferenciar entre el tu y el usted debería enseñarse en los colegios desde párvulos.
- - No tenemos consciencia social. Nuestra región es riquísima, Andalucía es un precioso jardín en el sur de Europa, envidiada por todos. Y nosotros los andaluces nos la estamos cargando. No sólo los “honrados gobernantes” de la política con sus usos mafiosos, chabacanos y rateriles, que ya es bastante vergonzosa la imagen que damos al resto del mundo, sino de nosotros mismos, los andaluces de a pie, con toda nuestra poca vergüenza de enchufismo, de fraude continuo ya sea por absentismo laboral justificado por un parte de baja o injustificado, por la misma cara. El índice de absentismo, ya de por sí muy elevado, no es real puesto que el verdadero absentismo se personaliza de presencia física en el trabajo y estando horas y más horas sin hacer nada, tomando café y tostadas enormes, leyendo toda la prensa nacional y extranjera, saliendo a fumar mas que nunca, cagando mas que una mirla torda, opinando de todo y quejandonos por todo lo quejable… así nos luce le pelo… ¿Qué empresario no andaluz se atreve a montar una empresa o industria en Andalucía? Y luego hablamos de paro…
- - Somos los que peor conducimos de Europa. Vamos siempre conduciendo por donde no debemos, a velocidad inadecuada (o tortugas o fitipaldis), cabreados y resentidos contra todos los demás coches, sin señalizar las maniobras, puteando al hijo de puta del carril derecho… No se tomen esto a broma, pero conducir un coche con sensatez y con respeto es señal de un alto índice de civismo y educación. ¿Eso no lo enseñan en las autoescuelas?
Todo esto y mucho mas después de mas de treinta años de gobierno “progresista” en Andalucía. De “honrados gobernantes” a los que se les cae la boca hablando de “estado de bienestar”, de “conquistas sociales” de “educación para la ciudadanía”… ¡Que poquisima vergüenza señores!
Gracias a esta Leyes de Educación tan progresistas y a la consabida “Educación para la Ciudadanía”, la mayoría de nuestros chavales jóvenes no saben expresarse correctamente y mucho menos escribir sin faltas de ortografía. No leen absolutamente nada. Si acaso leen las instrucciones de los videojuegos en la pantalla del ordenador. Creen que no es necesario aprender en el colegio mas allá de leer y escribir, sumar y restar. No hay quien los eduque puesto que sus padres no ejercen la autoridad en su casa. A los profesores los desprecian y no les tienen respeto. No respetan normas de convivencia básicas y solo exigen derechos absurdos sin tener ninguna obligación con la sociedad. Un ejemplo clarísimo: las botellonas en zonas vecinales y comunitarias: impiden el descanso de los inocentes vecinos, ensucian, insultan y cometen actos vandálicos sin motivo. Jovenes menores de edad empapados de alcohol barato y porros se mean en las puertas de las casas de vecinos.
En una sola pandilla de estos “ciudadanios” puede haber un asesino despiadado, un menor violador, un amigo de ambos que hace desaparecer un cadáver como el que tira una piedra a un pozo…
¡Viva España!
PD: Ven ustedes por lo que no me gusta salir de viaje….
Tienes toda la razón hermano, yo me traje ésa impresión cuando estuve de viaje en mi cuarta ciudad favorita....la maravillosa Segovia.
ResponderEliminarCuando me bajé del tren ví una catedral al fondo de un campo de trigo, la ciudad es un monumento toda entera, sus gentes hablan muy bajito y son educadísimas y comí muy bien (cochinillo no que no me gusta), pero me cautivó la fría seriedad, austeridad y señorío de una tierra tan distinta a la mía....
!!Viva Segovia!!
Lourdes.-
Ojú Celso que cabreo has cogido, no viajes más coño que te sienta muy mal.
ResponderEliminarEa, tomate una pastillita que tienes que tener la tensió por las nubes y envíame otra que también en la última entrada de mi blog he cogido un cabreo semejante.
Un abrazo amigo, y relájate que después es lo que nos aconsejáis, a los pacientes, los doctores.
Querido Celso.
ResponderEliminarComo siempre, llevas mucha razón en casi todo. Sin embargo no comparto contigo tus críticas a viajar al extranjero. Una cosa no quita la otra. A mi marido y a mi nos encanta viajar, eso sí, viajes cortos. Para mí el viaje ideal es de 4 días. Son tantas cosas bonitas las que hay que ver por ahí que llega un momento que te empachan, mejor calidad que cantidad. Solemos ir todos los años a visitar alguna zona de España. Como en España no se come en ningún sitio! Pero eso no quita que nos encante también viajar al extranjero. Y eso que me horrorizan los aviones y que no he tenido la oportunidad de viajar mucho, pero hay tantas maravillas en el mundo para disfrutar! Perderme por el Gran Bazar de Estambul fué una experiencia excitante, poder "tocar" los restos de las ruinas mesopotámicas, o admirar de cerca la piedra Rosetta en el Museo británico fué alucinante (mi opinión es que gracias a ese "robo" las podemos ver hoy dia perfectamente conservadas, pero esa es otra historia)y presenciar en vivo y directo un atardecer en Florecia desde la Plaza Michalangelo viendo cómo van cambiando los tonos naranjas del reflejo de sol en el agua del Arno y cómo cambian los colores de las cúpulas de las iglesias... me hizo llorar de emoción. Un espectáculo maravilloso que hay que ver para creer. Comprendo que hay a quien no le guste viajar, igual que a quien no le gusta los toros, pero no saben lo que se pierden. Muchos besos, pri.
Ah! Se me olvidaba. Tampoco estoy de acuerdo contigo en una cosa. LOS QUE PEOR CONDUCEN DE EUROPA SON LOS PORTUGUESES!!!
ResponderEliminarO es que no te acuerdas cuando no había autopista, por esas carreteras! con esos carricoches!!
Besos.
MI DÍA DE AYER.-
ResponderEliminarDespués de niquelarme en plan sencillo, como siempre, ahora le dicen "casual" pero sin poner énfasis en la a, cosa que a mi me viene de perilla por éso de la crisis, que voy con los vaqueros chaleco gordo y el chaquetón y estoy en la vanguardia de la moda, pues resulta que como siempre me voy a desayunar con mis amigas del café, la conversación más o menos la de siempre.
Primero quién se ha muerto en el pueblo, porque en el pueblo se muere mucha gente, pero el noventa por ciento de noventa años ADG, después actualidad. Urdangarín, la crisis, Rajoy que sí Rajoy que no, al final nos calmamos y surge la pregunta inevitable..¿que váis a comer hoy?..
Me levanto y entro a pagar en el bar; el dueño sentado en una silla con la pierna en alto, dos jubilados tomando café y otro hombre algo más joven una cerveza, diálogo:
-Pregunto yo, ¿cómo estás Sebastián?
-Sebastián, pues aquí fastidiao que me han encontrado líquido en la rodilla por la trosi..
-Yo, ¿y te duele?
-Sebastián, ¿qué si me duele?, éso no se lo deseo yo a nadie..
-Jubilado 1, Po mala cosa Sebastián, porque la trosi no se quita en la vida ya, y la rodilla es la trócola del andar, como fallen las trócolas, malo..
-Jubilado 2, Pepeeee, que te lo vas a cargar, cállate la bocaaa..
-Jubilado 3, ¿Y que te ha dicho el médico?
-Sebastián, he ido a dos y de pago, uno que ande despacio, otro que me acueste y pa no hacerle caso a ninguno de los dos, aquí estoy sentao..
Pago y salgo del Bar.
Me gusta poner las noticias de RNE de las dos de la tarde, resulta que el IBEX 35 se va a hacer puñetas, andaaaaa, creo que la cosa no es buena, y que el gasoil sube, ahora estoy segura que no..
Ya por la tarde voy con mi marido al Rompido a arreglar un poco "el apartamento" (qué me gusta ésa palabra). La puesta de sol es maravillosa, la marea subiendo. Vuelvo a casa, oigo música, leo un rato y escribo tonteras, hablo con una amiga y me dice que en el fondo a ella la familia real le da pena, que lo tienen que estar pasando fatal, y que realmente caer desde tan alto debe ser durísimo. La comprendo, me da que pensar; hablo con mi primo Joaquín que nos da unas recetas y unos hechizos maravillosos vía FB, oigo a Miguel Poveda un ratito y ceno, (Le dí un tiento a la Nutella, no la probeis nuuunnncaa).
Sherlock Holmes, me gusta la serie, a mi marido más, así que me acuesto a ver la tele y veo un programa de ricachonas que enseñan sus casas y sus vestidores, me empalagan más que un merengue, me pongo un poco de los nervios, llamo a mi santo, Manolooo, qué, vente ya a la cama hijo, voy....a dormir jeje.
Definitivamente tengo que viajar.-
Lourdes P-Obregón.-
POR CIERTO, LA AGENCIA MUDIS ME TIENE MUDA, ESO NO SON MODOS...NO ENTIENDO NÁ..
ResponderEliminarYO.-
NO DEBERÍA HABLAR DE ESTE SUCESO PORQUE EN MI CASA HA HABIDO ESCOPETAS TODA LA VIDA.-
ResponderEliminarLo que pasa es que le teníamos un respeto enorme, jamás ninguno de nosotros se atrevió a rozar ni una de las que estaban en el escopetero colgado al aire libre y por supuesto descargadas.
Mi padre no sé lo que nos hubiera hecho, y digo no sé porque como nunca se dió el caso ni se nos pasó por la cabeza, pues no tengo ni idea.
Celso cuenta que íba de caza con mi padre siendo un niño todavía, pero nos cuenta que siempre estaba a su lado y desarmado, sin moverse, pegado a el, y que solo se movía cuando éste veía "campo libre" y le hacía una seña para ir a recoger un pájaro.
También estaba a su lado cuando le reventó en la mano la escopeta, que lo cuente él si le parece, mi padre casi pierde la mano, al niño no le ocurrió nada.
Las armas son como los coches, los barcos, ésta red de internet, etc etc, hay que saber usarlas y saber cual es el momento de peligro, hasta donde se puede llegar, que líneas se deben o no se deben cruzar.
Por supuesto accidentes hay siempre y nadie estamos libres de ellos....pero, ¿qué hacía Froilan de Todos Los Santos, de trece años de edad con una escopeta en la mano y en la casona familiar?, ¿porqué estaba cargada?, ¿quién estaba a su lado tan expertooooo?, ustedes me van a perdonar pero no entiendo nada....y se supone que la educación exquisita, los consejeros más preparados y la sabiduría más elitista, la tienen ellos ¿no?.
Pues un hombre de campo, sin exquisiteces ni consejeros delegados ni falta que le hacen, sabe que las armas las carga el diablo y que si un niño tiene un arma en la mano, que no debería, tiene que saber lo que tiene, y lo más importante, lo tiene que saber quién le acompaña..
LONDRES.-
EL PASEILLO, EDUCACIÓN DE LA MUJER Y LA INFANTA, POR...ELVIRA LINDO.-
ResponderEliminarDe aquí a que la infanta Cristina haga el paseíllo, exterior o intrauterino, lo habremos dicho todo. Habremos dicho tanto y tan confuso que cuando esto acabe, los opinadores recordaremos que teníamos razón aunque no sepamos muy bien lo que habíamos defendido. Cuando el pastel se descubra y sepamos lo que va a ser de uno y lo que será de la otra, los hay que dirán: “no, si yo ya…”, o los que añadirán: “no, si ya yo…”. De aquí a que la Infanta se vea en ese trance que jamás ella imaginó para sí, la institución monárquica habrá estado en boca del pueblo soberano: en bares y mercados, en tertulias televisivas, que vienen a ser lo mismo; en taxis y en peluquerías, y en tertulias televisivas, que para el caso vienen a ser lo mismo. Así que antes de que este asunto llegue a cualquiera que sea su final, quiero dejar aquí mi particular visión de los hechos. Las cosas, por escrito.
La clave es que en España siempre acabamos discutiendo sobre lo accesorio y tendemos a obviar lo fundamental. Ahora andamos a vueltas con el paseíllo de la Infanta. Una España dividida: los que quieren evitárselo y los que se toman como algo personal el que esta señora vaya por la calle para que se la pueda increpar. Yo no he entendido jamás a los que acuden a los juzgados para insultar a los imputados o a los acusados. Si por mí fuera, le evitaría a cualquiera el trago. No me gusta ese espectáculo medieval que nos remite a un pueblo brutal celebrando la pena del otro. Pero lo que es terrible es que dediquemos tanta energía a un detalle que nos aleja del asunto fundamental.
Aquí lo que ha habido es un problema de educación, lo cual, lo sé, podría parecer una obviedad hablando de España, pero no lo es tanto si las protagonistas son mujeres que han tenido la posibilidad y también la obligación de adquirir una cultura excelsa. Da la impresión de que en esa casa, que es la Casa Real, se educó a los descendientes de una manera desigual, siguiendo criterios contradictorios y rancios: por un lado, hubo un esmero en la educación del Príncipe, que por varón era el que estaba destinado a reinar; por otro, se descuidó la formación de las dos chicas, que en mayor o menor medida también tendrían que representar a su país en actos institucionales. Obtuvieron sus privilegios como princesas, pero no hasta el punto de saber elegir maridos que no fueran rapaces y aprovecharan su nueva situación para beneficiarse de la manera más marrullera posible. Les faltaron lecciones de ética, algo más allá de vestir un traje largo en fiestas de la aristocracia europea o de presidir actos de caridad. Tenían que haber sabido que su posición estaba condicionada por el servicio a su país y que si ese servicio fallaba o se vulneraba, no habría pueblo que aprobara una institución basada en los vínculos de sangre. Quien más necesitaba la asignatura de Educación para la Ciudadanía eran ellas, amén de otros representantes públicos.
EliminarComo nunca hablo en tertulias y similares, hace un tiempo que en los pasillos de mi casa me oyen rumiar la siguiente teoría: la única manera que tenía esta señora de cumplir con la patria que le paga, con la institución a la que representa, y de demostrar su inocencia (no hablo de inocencia penal, sino ética) era haberse separado de su señor esposo desde el primer momento y haber renunciado a su título de Infanta. ¿Cómo ha podido seguir apoyando a quien se supone que puede echar por tierra una institución a la que ella debía lealtad desde la misma cuna? El amor no es compatible con eso. Y un abogado aduciendo las razones del corazón, en este caso en particular, es patético. Quien tuvo el derecho a paralizar una ciudad como Barcelona para que la vitorearan el día de su boda ha de tener después la decencia de renunciar a sus privilegios cuando se hace público que ese señor que eligió para pasear de su brazo era un farsante que se dedicaría a transformar el presunto amor en pingües beneficios.
Alguien debería explicarle a la Infanta que, más allá de sus responsabilidades ante la justicia, está la falta de ejemplaridad en su comportamiento. Alguien debería reprocharle a sus educadores, fueran quienes fueran los que se encargaron de una formación tan coja, que a las mujeres, por muy alta que sea su cuna, ya no se nos educa como a señoritas del XIX, cuyo encanto estaba basado en la ignorancia de esos burdos asuntos con los que las demás nos manchamos las manos todos los días, apechugando por fortuna con las consecuencias de nuestros actos. Ya no hay lugar para la mujer que se hace la tonta, menos aún para aquellas a quienes la vida les proporcionó tantas posibilidades de conocimiento.
EliminarPermanecer junto a un hombre que timó al Estado, gracias a que algunos miembros de la clase política perdieron el culo por meterle dinero en el bolsillo, es aprobar su falta de decencia. ¿No hay nadie en todo ese equipo de asesores, viejos profesores o jefe de la Casa que tenga el coraje de explicarle que esto no es una conspiración contra ella, sino que es la consecuencia de un mal comportamiento? ¿Se lo han dicho sus padres?
Porque ahí radica todo. Nunca es tarde para corregir a quien fue educada de manera tan arcaica que aún no sabe distinguir en la mirada de un hombre lo que es amor y lo que es codicia.
POR, ELVIRA LINDO.--