Articulo publicado en el diario ABC de Sevilla en Tribuna Abierta el viernes 1 de mayo de 2015. Día del Trabajo...
Desde hace años “cansancio” es la palabra mas
frecuente pronunciada por los pacientes en mi anamnesis. Es el síntoma que casi
nunca falta sea cual sea el motivo de la consulta. Cansancio exagerado desde
por la mañana y a lo largo del día, cansancio crónico desde meses o años atrás,
cansancio agotador y extenuante o cansancio traicionero en los momentos mas
inesperados, cansancio físico y cansancio psíquico.
Los médicos a veces al cansancio lo llamamos de
diversas formas -astenia, fatiga, disnea a esfuerzos, abulia- dependiendo de
las características y de otros signos acompañantes que nos ayudarán a
diagnosticar diferentes patologías que con el tratamiento adecuado hacen que se
disipe y desaparezcan los síntomas.
Pero el “cansancio” al que me refiero es aquel al
que no podemos encuadrar en ninguna enfermedad habitual. Es el cansancio de
los/las pacientes que partiendo de su Médico de Familia van de un especialista
a otro buscando un remedio para aliviar ese cansancio que sufren y les preocupa
tanto.
Esta introducción viene al caso para explicar un
problema con el que me estoy encontrando cada día con mas frecuencia en la
practica de mi especialidad Medicina Interna. Son pacientes, la mayoría
mujeres, que acuden e verme con un amplio historial médico tras su paso por las
consultas de Cardiología, Reumatología, Respiratorio y otras. Aportan pruebas
complementarias diversas, algunas muy caras y específicas, análisis completos
de sangre, orina y fluidos corporales todo dentro de lo normal. Y siguen
encontrandose cansadas.
Después de un largo interrogatorio enfocado al cansancio,
de revisar y repasar o repetir análisis y pruebas si hace falta muchas veces
llego a la conclusión es decir al Diagnóstico de que se trata de un problema
Psicosomático. Y ahí empieza el problema. La palabra “psicosomático” no les
hace ninguna gracia: “¡que dice usted!
¿que me lo estoy inventando?” o “¿que
pasa, que estoy loca?” o frases similares poniendo en duda mi Juicio
Clínico y mi Diagnostico.
Vivimos en un país donde no le damos importancia a
las patologías psicosomáticas por la sencilla razón de que no tenemos ni la mas
mínima idea de su existencia y de la importancia que tienen en la vida de cada
persona. No podemos –ni debemos- curarlo todo con una pastilla extraída de un bistre o de un bote de plástico.
El sistema nervioso central, el cerebro y la médula
espinal, fabrican constantemente gran número de sustancias químicas que se
comportan como mediadores de impulsos excitadores o inhibidores, un mínimo
desequilibrio en esta producción ya sea por estrés crónico laboral o personal,
por falta de descanso y horas de sueño, por depresiones y por trastornos de
ansiedad larvados, por medicamentos o drogas de uso cotidiano, produce sensaciones
que las vivimos como síntomas de cansancio diario y agotamiento que a veces es
mas psíquico que físico.
El ritmo de vida actual tan desordenado y alejado de
la naturaleza y la serenidad personal así como los problemas económicos de las
familias agravados en los últimos años por culpa de los actos antisociales de
los políticos y de la banca privada, el problema del desempleo en los jóvenes
que hace mas difícil la relación entre padres e hijos, el paro contumaz de los
mayores de cincuenta años que sospechan que nunca volverán a trabajar y para
colmo los medios de comunicación con la ingente cantidad de información
negativa que nos remachan a diario las neuronas contra la dura realidad
fomentan este tipo de trastornos en muchas y muchos ciudadanos que se ven
afectados por este tipo de síntomas.
La Medicina Psicosomática aporta soluciones reales y
eficaces a estos problemas y la Psicoterapia es necesaria en la mayoría de los
casos para resolver y tratar estos síntomas tan molestos. Y por supuesto aceptar
esta realidad tan sencilla es el primer paso para mejorar y curarse del
“cansancio”.
Creo que confundimos mucho el cansancio físico con el cansancio del alma,ese cansancio generado por tanta corrupción,tanto desempleo,tanta mentira política,tanta pobreza de alimentos,de valores,de ética, tanta escasez de humanidad...ese cansancio es el que nos pesa y no hay medicina que lo cure.
ResponderEliminarBuen post!
Creo que confundimos mucho el cansancio físico con el cansancio del alma,ese cansancio generado por tanta corrupción,tanto desempleo,tanta mentira política,tanta pobreza de alimentos,de valores,de ética, tanta escasez de humanidad...ese cansancio es el que nos pesa y no hay medicina que lo cure.
ResponderEliminarBuen post!
VAN A DAR LAS SIETE DE LA MAÑANA y hace poco que estoy despierta, he dormido bien y hay en mi casa y en mi calle una calma que es un lujo. Uno de los ventanales de mi dormitorio lo tengo entreabierto, es el de la calle por la que baja el olor de la ribera, la mezcla de marisma, barro, madera, pino y eucalipto es un perfume de mi niñez en Cartaya, este embrujo coje por la calle San Sebastián y como el tiro de una chimenea, baja por el alto, calle Pescadores abajo hasta llegar a la calidez del llano del convento, allí se esplaya y entra por mi ventana. Ya se oyen algunos coches, motillos y muchos pájaros, los gorriones y vencejos no paran, a la tarde igual. Mi nieto ha dejado la casa un poco del revés, es un terremoto, no paraaaa, hoy me toca arreglarla, mis amores todos/as en tierras lejanas pero están bien, mi santo respira sereno cerquita mia, es un hombre tranquilo que mira más por su familia que por el, es un ser con la conciencia y la ciencia tranquilas. Bueno, empieza un jueves laborioso, estoy aprendiendo a solucionar y a ver que el mundo se hunde de pronto pero que sorprendentemente y por arte de magia empieza a recomponerse, muchas veces sueño con mis seres que no pudieron con la vida. Yo mientras sienta estos amaneceres y pasee el atardecer, estoy fuerte, me cuidaré para cuidar, para solucionar, para soñar.-
ResponderEliminarAH, VIVA EL SEVILLA F.C.
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