"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

domingo, 19 de marzo de 2017

Todo Confluye

Una amiga monja de ochenta y tantos años me acaba de regalar un libro excepcional de José Eizaguirre: “Todo Confluye”. “Espíritu y espiritualidad en los movimientos altermundistas”. 

Son sus capítulos: 1. Espiritualidad 2. Conciencia 3. Integración 4. Confianza 5. Transformación 6. Silencio.

Este libro me está haciendo pensar en la importancia que tiene no “perder el tiempo”. Una frase simple: “Debemos vivir con decencia para que otros puedan vivir decentemente…”

Cada vez con más frecuencia me pregunto que porqué no nos interesamos más por las cosas verdaderamente importantes que suceden todos los días a nuestro alrededor y en cambio le prestamos atención exagerada a banalidades que no nos aportan nada, léase noticiarios manipulados y programas de la televisión hipnotizadora vacíos de cualquier contenido provechoso. 

Otra gran pérdida de tiempo bajo mi punto de vista es el que dedicamos a el auge viral de la “amistad” ciberespacial que se establece a través de las redes sociales traidoras y absorbentes de nuestro tiempo libre. Los Facebook, Twiter, Instagram, los grupos de Whatsup y otros programas similares están diseñados para abducirnos a un mundo cibernético de imágenes retocadas, de frases o conversaciones impostadas sin tono de voz ni emociones verdaderas, trufado de afectos falsos, lleno de saludos y besos de mentira con emoticonos ridículos. Además un mundo donde se mueven a sus anchas una gran mayoría de impostores. Repito un mundo artificial y adictivo que nos recorta nuestra libertad para disfrutar del mundo real que nos rodea. A mi las redes sociales me producen inquietud y malas sensaciones. Sé que no son relaciones reales y las evito.

Y por eso me gusta salir al mundo de verdad a buscar “cosas reales” que me aporten serenidad mientras  converso en silencio con ese otro curioso yo que siempre va dentro de mi mismo.

Y busco cosas reales desde que nací. Quizá por eso me hayan visto desde niño siempre caminar mirando al suelo con la inocente ilusión de encontrar un tesoro perdido aunque en realidad me conformo con aquello que me llama la atención por su simpleza o por su diferencia: una piedra singular, un trozo de cristal pulido por el agua o una concha marina distinta de las demás. También me gusta imaginar de quien será esa zapatilla de andar por casa medio podrida que asoma entre los yerbajos del descampado o porqué alguien ha abandonado un paraguas destartalado en medio del carril verde de las bicicletas como si señalara una dirección determinada, una indicación misteriosa. Creo que cada objeto personal tiene un pasado que contar y a veces me gustaría detenerme a escuchar sus cuentos para luego poder escribirlos y contárselos a ustedes. Borges explica esto último en uno de sus libros.

Ayer charlaba con unos amigos lo importante que sería para nosotros los “agnósticos dubitativos” encontrar y conocer al que cada mañana pinta de verde los arboles de los bosques y también al que tiñe las aguas de los mares y los ríos cada día de un tono distinto. Suponemos que debe ser el mismo que mantiene encendida la caldera del centro de la tierra y que se escapa a borbotones por los volcanes y el que sopla los vientos que mueven las espigas de trigo o revuelven las melenas de las rubias. (y las morenas). Fue una conversación agradable y repleta de visiones diferentes algunas muy elaboradas. Una delicia. Yo creo que después de conversar durante unas horas todos nos encontrábamos mucho mejor.

Para que “todo confluya” es imprescindible y necesario leer, conversar, escuchar, meditar, reflexionar, mirar, observar, imaginar, soñar.

Naturaleza. Ciencia. Literatura. Música, Filosofía. Religión… hagamos un mundo mejor.


Mirándonos a la cara por favor.

7 comentarios:

  1. Sobre todo mirándonos a la cara. Gracias por seguir escribiendo Celso, un abrazo.

    Tachi

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  2. Que razón llevas hermano mío, seguiré tu consejo en cuanto a las comunicaciones cibernéticas, me impongo un tiempo es aso de mi día para prestarles la atención que merecen, aunque a través de tu ciberblog tengo el privilegio de leerte. Que es todo un lujooo

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  3. Celso gracias por ayudarnos de vez en cuando a "parar, templar y mandar" en nuestras conciencias. Un abrazo gordo.

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  4. DE TODA LA VIDA HE ADMIRADO A LOS PADRES, si, son machos de mamífero evolucionados que han sabido canalizar el amor enorme por sus hijos sin hacerles falta ninguna la bomba de hormonas y de sensaciones que es un embarazo y un parto. A mi que soy madre y abuela, jamás me han gustado los partos, duelen a rabiar y me quedo después como descolocá, esa es mi experiencia, después paso a la fase en la que ya definitivamente doy la vida por mis cachorros. Hay una frase que no soporto "estamos embarazados", no perdone, la que está embarazada hasta las trancas es su compañera con todo lo que eso conlleva. Os admiro padres que estais al lado de las barrigonas, los que aguantais que venga un ser a ponerse enmedio de los dos y que los ameis con toda vuestra fuerza...que es mucha..

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  5. Que razón llevas mi hermano, te mando arriba mi post de facebook de hoy, intento mantener las redes a raya y me impongo un breve horario, aunque a través de tu ciberblog puedo tener el LUJAZO de leerte. Besos sentíiiiiiios

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  6. NO OS PUEDO DECIR NADA DEL PREGÓN DE MI CIUDAD aunque la he tenido esta tarde en mi pensamiento. Recordaba mi Sevilla de nacimiento desde un país lejano y de la mano de mi nieto de tres años, las calles vacías de domingo soleado y frío camino de un parque de columpios al lado de la vetusta "Casa de España", me ha ido a coger de paso en el sur de Francia el merendero de los viejos vencidos; el sol se apagó un poco y una nube de agua apareció de pronto, ¿me dará tiempo a volver corriendo con el niño?, bueno, sino me resguardo en "La casa de España", donde mejor. Que capacidad de ciudad multiracial, que silencio más medido que civilizado todo, los niños taann elegantes, no he visto ni un solo lazito ni encajito a cien km. a la redonda, más parecían vintage que modelitos de París, mi nieto con vaqueros y abrigo, yo viviendo esta experiencia con los ojos taann abiertos. Se me vino a la cabeza el flamenco, el quejío, el padrenuestro y el tronío, cosas que le pasan a una..........un ratito más y rompo a cantar y a bailar por alegrías, tirititraaannnn!

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