"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

domingo, 28 de febrero de 2021

Y yo con estos pelos

 Se acaba febrero de 2021 y yo con estos pelos. 

Se fue 2020, año de muertes pandémicas por el virus SARS Cov.2.

Supongo que a partir de este año 2021 el virus traerá un nuevo orden mundial.  

Y dentro de unos meses o años, cuando se descubra/desvele el origen de toda esta movida alucinaremos con las tragaderas actuales.

Cada vez nos queda menos para ser robots... o rebelarnos y ser muñecos diabólicos.

Eso va a depender de los guionistas de la serie.

Yo:

Afortunado en medio de la tragedia.

Ya vacunado con dos dosis de una vacuna desconocida pero que me la he tragado igual que cuando me fumé el primer porro o me tomé la primera viagra... a ver que coño pasa...

Tengo tantas dudas con respecto al virus y a la  epidemia que me refugio en la cábala y en el esoterismo. 

Dice mi madre que ella reza. Yo también, aunque mi agnosticismo a veces me recuerde mi autentica fe...y entonces rezo con más devoción.

No me vale la Ciencia de momento. 

O por lo menos no me vale lo que me cuentan.

Tú no. Tú sí. Tu leve. Tu grave. Tu a la UCI, pero tu esposa va a ser que no se cosque... Tu te mueres. Yo no. Tu trombosis, o fibrosis pulmonar... yo que soy más viejo ni me entero y lo paso en mi casa asintomático...

Y los médicos seguimos buscando soluciones.

Que Dios nos coja confesados...

Vacunados quería decir...



3 comentarios:

  1. El relojero, el marinero y el sastre. - - Cerca de noventa años los contemplan a los tres, no se conocen, no saben de las existencias los unos de los otros, solo les une una cosa, su amor por sus profesiones que son ya como el aire que respiran, imposible de separar de sus días. Al relojero sus hijos y nietos le regalan relojes que piden de favor al comprarlo que se les afloje una pieza, que la cambien de lugar y en último caso que le den un porrazo bien medido, el anciano con ojos semicerrados de tanto ver máquinas en miniatura, disfruta en su taller, eso lo mantiene vivo. El marinero, gorra y ropa que lo cubra del sol de las cuatro estaciones, baja cada mañana a arreglar su vieja patera, se sienta en la bajamar, en la tierra húmeda de la marea y pinta lo pintado, acaricia la quilla y dobla y desdobla la vela, los remos le sirven de bastón, solo puede vivir ahí, sabe de los vientos y mirando al horizonte adivina el porvenir meteorológico, si llueve se queda en casa porque hay mala mar. El sastre no ve ya, se quedó ciego por una mala jugada del destino aunque el tacto de las telas le dan información de lo que tiene entre las manos, hasta del color porque los hilos hablan por sí solos, en su mesa de trabajo, arma patrones que corta con una extraña habilidad, como si la luz volviera a sus ojos, no puede moverse de su taller, es su vida y hace trajes de caballero impecables . La vida a veces y con suerte nos regala a estas personas. Al marinero tuve el honor de conocerlo.

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  2. ARTE DISTINTO. - - Tengo tres anécdotas para contar al respecto. Ayer ocurrieron dos de ellas que pude ver en los informativos. Un pintor expone un cuadro rectangular y de grandes dimensiones, son manchas o brochazos de pintura colorida dispuestos sin ton ni son a mi entender, el artista y los entendidos sabrán su significado, los ignorantes que somos la mayoría solo vimos una madera con chorreones de todos los colores. La cosa habría quedado ahí si no hubiese dejado el autor, a modo de firma o detalle novedoso, unos cubos de pintura y una brocha al pie de su obra. Un matrimonio oriental (y mira que son cuidadosos), creyó que cada visitante había aportado su mijita de arte y cojieron la brocha y dejaron su garabato la mar de satisfechos, por lo visto se lió gorda porque la obra tenía bastante valor, yo vi que los nuevos brochazos quedaban en el lienzo igual o mejor...Otro artista expuso su arte en el suelo, el caos, se podía titular; papeles tirados, colillas, ropa arrugada, botellas de bebidas vacías, latas, unos platos rotos, todo ello con un juego de luces conveniente. Durante la noche se apagaron como es normal incluso en el arte y la señora de la limpieza que es una profesional en lo suyo, dejó la estancia como los chorros del oro... La tercera me ocurrió a mí en el Reina Sofía y hay muchas amigas que lo pueden certificar. Tengo que reconocer que ya entramos con nuestra mijita de guasa. Mis ojos aparte del Guernica, todos mis respetos, vieron una bicicleta oxidada, tenía su punto, una ninfa fumando, puntazo, y unos algodones en tiras alrededor de unos palos que no me dijeron ni mu, pregunté al vigilante y me respondió muy serio que "como todo lo que había allí era una obra de arte". Ya empezamos con la guasa las compañeras y yo, lloré de tanto reírme y saqué un klinex del bolso, al lado vi una papelera negra, me acerqué al mismo señor que estaría hasta los chhns del arte ese y de nosotras y le pregunté si podía tirar el papel en aquella papelera o aquello era otra obra de arte, no pudo evitar sonreír el tipo, fue entonces cuando oigo a mis compañeras llorar de la risa, había una chica de mediana edad tumbada en horizontal en el suelo viendo al Guernica, no me dió algo porque me agarré a la papelera, el vigilante ya reía abiertamente. Con Lina Gómez Gómez, Victoria Perez Marañon, Kay, Guillermina Perez Marañon, Ana Rosa, Charo, Carmelita y Susi, lo del ascensor lo contaré otro día. - -

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