"Casos Clínicos"

Mi foto
Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

jueves, 12 de enero de 2023

La Libélula que fue.

Yo vivo en la duda. Desecho casi todas las iniciativas de actuar racionalmente después de reflexionar. Me preocupa no dudar. Prefiero el instinto. No se deja manipular. 

Dice Javier Sanchez Menendez @JSMenendez en un premonitorio tweet: “debemos eliminar de nuestro conocimiento todo falso conocimiento”

Qué difícil empresa, pero tan necesaria. Si, prefiero experimentar y sacar mis propias conclusiones. Desde niño. Curiosidad. 

 La certeza es efímera. Como una libélula preciosa que vemos helicoptear en la orilla del rio de nuestra infancia y se posa en la brizna de hierba con las alas desplegadas, transparentes, y por un momento vemos sus ojos saltones. ¿Donde duerme? No sabemos si se alimentará de mosquitos o será alimento de pájaros. 

 Como el gato de Schödinguer, así me planteo el futuro.

 Por las mañanas al despertar recién levantado miro por la ventana solo para constatar que hay personas y coches en movimiento y semáforos que cambian de color y niños en el patio del colegio que corretean inocentes.

 Eso es una certeza. 

Intento no contaminarme de los falsos profetas de los panfletos. Intento mantenerme alejado de lo tremendamente atrayentes que son los buhoneros propagandistas del carromato que anuncia el crecepelo milagroso sin ir a Turquia o del emplasto milagroso que cura las almorranas, ahora reciclados en charlatanes con corbata. Venden mentiras y las cobran a precio de oro.

 Uso trucos para pasar desapercibido entre las mangostas, los demonios de Tasmania, las hienas reidoras y astutas, los quebrantahuesos rapaces y los que me ofrecen tarjetas de visita. 

Evito las conversaciones con los portadores de dogmas.

 En cambio, me gusta hablar con los desconocidos sobre todo con los de ojos despiertos, aunque tengan piojos.

 Es difícil remar en la ciudad. Pero yo lo he conseguido. Me verán caminar enmimismado, en realidad estoy remando contracorriente sin ánimo de llegar pronto a la orilla. 

Eliminar el falso conocimiento es un proceso psicoanalítico. Una buena tarea. Un puzzle de tropocientas mil y pico de piececitas casi todas del mismo color. 

Es una nueva y buena idea.

1 comentario:

Para hace comentarios libremente has de tener una cuenta de Google: loquesea@gmail.com
Solo se tarda un minuto, si acaso.
GRACIAS COLEGAS.