Me ha encantado el articulo de Francisco Robles en ABC de Sevilla que se titula "El tonto del Gin Tonic".http://www.abcdesevilla.es/20111222/sevilla/sevp-tonto-tonic-20111222.html
Y me gusta porque define muy bien a una cierta clase de personajes que hace tiempo proliferan por las barras de los bares y copeos de moda y que tienen mas tonteras que el dormitorio de un Friki. Personajes que te cuentan una milonga sandunguera a costa del copazo que se van a meter entre pecho y espalda, como si fuera la cosa mas moderna e importante del mundo.
Hasta hace poco bastaba con saber el nombre de un par de guisquis escoceses -aparte del DYC de toda la vida- de dos o tres ginebras, casi siempre Rives, Larios, o Gordon y de la tónica de toda la vida para poder salir de copas con total tranquilidad. El ron era Bacardí y la vodka Smirnoff.
Mi pandilla de amigos, todos del barrio de Nervión, comenzamos a tomar “copas” no con menos de quince o dieciséis años.
Nuestro centro de reunión durante muchos muchísimos años fue el Bar Las Lilas, en la calle Eduardo Dato, esquina con Ventura de la Vega. Los dueños eran los padres de nuestro amigo Carlos Jimenez Nuñez. Mi recuerdo y mi cariño a su madre Laura Núñez Naranjo que acaba de fallecer.
En Las Lilas, donde pasamos casi todas las horas del día que no estábamos en le colegio, empecé a beber cervezas y a tomar los famosos “Chupito Las Lilas”, un bocadillito de lomo con lechuga que estaba para chuparse los dedos.
Al poco tiempo empezamos, en contra de la opinión de los camareros, a pedir “Cubalibres”. Manolo y Pepe, los camareros, dos señores desde la cabeza a los pies, nos aguantaron carros y carretas, bromas, peleas, impertinencias… siempre aconsejándonos con educación y señorío.
Por pesados los convencimos para que nos despacharan cubalibres, a pesar de tener entonces quince o dieciséis años. La verdad es que los pedíamos “a medias” que era una forma de gastar menos dinero, por el precio de uno bebíamos dos (costaba entonces cada medio cubalibre trece pesetas, unos ocho céntimos de euro). Entre el ruido de la máquina de discos a todo volumen, las maquinas de petacos, las partidas de dados a ver quien pagaba, los gritos y las broncas, los teníamos a los pobres camareros quemadísimos. A veces después de un par de copas nos cerraban el grifo y nos mandaban “a tomar el fresco un ratito”… eso era que nos fuéramos a dar la lata a otro sitio.
El “Cubalibre” de mi adolescencia mezcla de ron y cocacola se convirtió en “Cubata”, coctel que admitía todas las variantes posibles: ron, ginebra y todos los refrescos del mercado, despachados en un vaso largo con uno o dos terrones de hielo y, en algunos sitios pijas, una rodaja de limón.
Los fines de semana los amigos nos comprábamos nuestras botellas de ginebra Larios o Rives, cocacolas, fantas de limón o naranja y organizábamos una “fiesta” en cualquier tugurio con un tocadiscos o radiocasete e invitábamos a las niñas de los colegios del barrio. El objetivo fundamental no era beber, era bailar y el que pudiera “darse el lote”.
Carlos Jimenez “el dueño” de las Lilas, empezó con el negocio de los bares de copas y abrió un tugurio en el Arenal, en una bocacalle de Aurora, que se llamó “El Bodegón La Zalea”. Los camareros éramos nosotros, sus amigos del barrio. Corría el año 1974 y yo tenía 18 añitos.
Tendría que escribir un libro solo con las anécdotas de La Zalea. Eran aquellos años de “cuando era feliz e indocumentado”, motos que compraba mal y vendía peor, coches viejos que no recordaba donde los aparcaba, noches muy largas de juergas interminables, amigos de verdad, pisos alquilados entre unos cuantos, novias guapísimas… y copas… muchas copas.
Ginebras de garrafa a granel como la que bebíamos en “La Bodeguita San José” por las tardes antes de abrir “La Zalea” para entonarnos. Una ginebra en un vaso de caña, un duro, media tónica sueps ocho pesetas… sin hielo casi siempre.
Después vino la época del guisqui escocés. Yo siempre lo tomé con agua del grifo, bien aguadito. Nunca me ha sentado bien la cocacola, me parece un jarabe dulzón y me produce insomnio.
Afortunadamente superamos aquellos años sin grandes secuelas hepáticas ni trastornos psicológicos. Se fueron templando los ímpetus con el paso del tiempo, con la Universidad y las horas imprescindibles de estudio, con la madurez lógica y la responsabilidad… yo además porque con veintidós años me casé y tuve a mi hija Ana, un regalo del Cielo. Igual que ahora su hija Celsa.
Por eso hoy día que no me tomo una “copa larga” casi nunca, (a no ser algún fin de semana y rodeado de amigos), me hace mucha gracia cuando me quieren descubrir como hay que tomarse un Gin Tonic, cuales son las mejores ginebras y las mejores tónicas para cada una de ellas. Me acuerdo de mis maravillosas ginebras de garrafa y la tónica caliente, sin hielo, en vasos de caña…
A mi me sigue gustando un guisquicito de la JB muy aguadito o uno de malta solo con dos o tres terrones de hielo, después de las comidas. El Gin Tonic me gusta mucho, pero me acuerdo de un refrán ingles que dice: “Uno es poco, dos esta bien y tres vuelven a ser pocos…”
Por cierto, el otro día me prepararon uno de gin Seagrant con Fever Tree, bayas de enebro, pepino, semillas varias, hielo compactado, servido por una barrita serpentina, agitado, no batido, en copa de balón ancha, a dos grados centigrados… que estaba para tirar cohetes.
Buen provecho.
Memorables los cubatas de entonces y sin tanta tontería. Nunca se me olvidará el sabor irrepetible de los cubatas de Titos en la plaza de San Pedro.
ResponderEliminarEste año he llevado yo al rocío Seagrant y la gente la veía y pensaba que era más o menos cunera. Ahora que sale en los folletos de los distintos "carrefures" ya le gusta a todo el mundo, no se si somos más snob o más gilipollas cada día.
Una sugerencia: En el Tobar, del paseo marítimo de Cádiz, ponen la Seagrant con una rama de yerbabuena y están los gintonic muy ricos.
Un abrazo
A mi no me gustan las "copas largas" como yo digo; me gusta, siempre comiendo o con tapas, la cerveza -me encanta-, la manzanilla de Sanlucar y el vino tinto buenecito. Y aprovecho estas fechas -y siempre- para levantar mi copa por todas las personas que van a pasar las Navidades ingresadas en hospitales o que sufren enfermedades importantes. Por todas las personas que están lejos de su tierra y de sus seres queridos, pues han tenido que emigrar por motivos económicos. Por todas las personas que viven en condicones lamentables, en chabolas y sin las más mínimas medidas higiénicas y pasando frio. Por todos los padres y madres de familia que están los dos en paro y no pueden comprarles juguetes a sus hijos, a no ser por la ayuda de sus familiares. Levanto mi copa por todos los negritos de los semáforos que venden pañuelos y por todos los que no sabemos, no entendemos, no comprendemos el porqué unos "señores" de Wall Street, han arruinado a todo un continente para amasar y amasar, más y más dinero; tanto, que necesitarían unas pocas de vidas para poderlo gastar. Por éstos últimos no levanto mi copa, sino que si los tuviera delante se la tiraría a la cara después de decirle muchas, muchas cosas. Concha.
ResponderEliminarPues antes del Bar "La Lilas" estaba el Bar "Estadio", en las estanterías recuerdo el anís "El Mono", coñac "Fundador" y "Licor 43".
ResponderEliminarMe gusta de vez en cuando una cerveza bien tirada con una tapita de ensaladilla de las ricas, el tinto o riojita me pone muy sofocá y no sé porqué, en el primer sorbo, así que no lo tomo. Las copas largas me gustan poco me ponen las manos frías y la cabeza caliente.-
Voy a buscar por donde sea el licor 43 por curiosidad de probarlo, es una cosa que siempre lo he pensado.
Lourdes Pareja-Obregón.-
Pero si me gustara o gustase mucho...con precaución....que el beber más de tres copas al día es malo para la salud..
ResponderEliminarYO.-
Lourdes, jajaja. El licor 43 se puede comprar en cualquier lado, solo tienes que tener más de 18 años..:) A mi me encanta con puleva de chocolate o de vainilla. Es mi prefe, soy muy golosa; y muy alcohólica jajaja. Pero una amiga mía me descubrió el licor de leche merengada (este no esta en todos sitios, en el eroski si, y la botella tiene forma de vaquita), y hay otro de nata y fresa. uff.
ResponderEliminarSobre lo que dice Celso. "(costaba entonces cada medio cubalibre trece pesetas, unos ocho céntimos de euro)" alá...eso si que..alucinante...Yo para sorprender a la gente con al que interactuo a la que llevo unos diez años les digo; antes el fortuna costaba veinte duros y poníamos 25 pesetas entre cuatro para comprar un paquete. Luego lo escondíamos debajo de una piedra y por las mañanas lo recogíamos para que no nos pillasen fumando nuestros padres. Y ellos se quedan tan flipados como yo leyendo a Celso ahora. que son solo diez años en el primer caso y apenas veinte en el segundo de diferencia. y todo ha cambiado una barbaridad. MC
un consejo, no le eches al licor 43; zumo de piña. es un desperdicio, lo estropea. Ya no fumo. pero si fumo. Llevo un paquete de chester en el bolso siempre. :) cuando cursaba mi última carrera algunas lo sabían, jajaja; y repartía alguno, con moderación. Fumo muy ocasionalmente, pero llevo tabaco en el bolso. Y muy ocasionalmente quiere decir que pueden pasar meses entre un cigarro y otro. No sé cómo fue ese proceso. Solo que un día dije que iba a dejar de fumar sin dejar de fumar. Algo extraño, viendo a la gente que le cuesta tanto; y a mi que me costo tan poco. Y yo fumaba un paquete casi diario cuando lo dejé. No sé, lo mismo soy menos sensible a la nicotina, vete a saber. MC
ResponderEliminarSobre Concha, tan preocupada; levantando su copa por los demás. Yo este año, me acuerdo de las personas que están durmiendo entre cartones en la estación de Alcala la Real (Jaén). Como dice Celso: me duele. Y me preguntó sino se puede hacer nada, sino tiene albergues; o que?? es que les veo cada mañana doblar las mantas y luego al regresar dormir en los cartones...Dicen que ojos que no ven corazón que no siente...Lo he escrito en foros. qué están en esa estación. Me han leido, pero no sé; no sé si me leyeron quiénes puedan hacer algo. Sé que no se puede tender una mano a todo el mundo. Que si se corriese la voz de que algún sitio hay albergue universal; acabaramos. Pero es que les veo cada día...:( Y yo no puedo hacer nada, y va a llegar la navidad....Este blog lo lee gente, yo que sé..yo lo he escrito ya en todas partes...y cada día les veo allí durmiendo..debo estar muy sensible. MC
ResponderEliminarMe detengo un momento en mis guisos navideños para comentar a alguien del nuevo gobierno que, de entrada, me gusta: Soraya Saenz de Santa Maria.
ResponderEliminarDel anteror gobierno -y hablando de mujeres- me gustaba Carmen Chacón. Muchos la criticaron nada más verla embarazada pasando revista a las tropas, creo que fue en Afganistán, y sin embargo a mi me encantó.
A Soraya le han encomendado un cargo importantísimo, por lo tanto le deseo (a todos ellos) que lo haga muy bien por el bien común, pero me gusta de ella que habla muy claro, sin tapujos ni palabras técnicas que sólo las entienden unos cuantos. Además, no me parece prepotente ni vanidosa (tipo Cospedal), sino que la veo más cercana. Es joven, creo que lista, preparada, educada, madre reciente y espero que buena profesional de lo que se le ha encomendado. Concha.
uf,yo he dejado de ver las noticias casi totalmente. Estoy preocupada por el tema labora, que creo casi lo he solventado. Hace nada fui a una entrevista y me dio buen rollo. Los reyes magos me va a traer trabajo :) Eso espero. Vaya, vi así el otro día cuáles son los nuevos ministros y poco más. Ante me interesaba algo más las noticias pero ahora con esto del paro que hay y que está todo tan mal, me terminé olvidando de todo y solo mis estudios y encontrar ocupación. A ver, si los reyes magos se portan bien y nos traen trabajo a mi, y a muchos más. MC
ResponderEliminaryo me quedo con una frase de Celso que me hace muchísima gracia "honrados gobernantes", además se me ha pegado. :) MC
ResponderEliminarYo también soy de Soraya, Concha.-
ResponderEliminarLourdes.-
Joder Celso, que alegria, que recuerdos aquellos tiempos, siempre nos pareceran los mejores. Creo que es la edad la que ya nos hace tolerar un poco peor el alcohol.
ResponderEliminarAhora cuando veo a mi hijo Antonio que no se cansa nunca, que todo el tiempo le parece poco para estar en la calle, nunca quiero decirle los ratos que yo he estado en esas calles.
Ademas las romerias, yo como Coriano siempre teniamos alguna, Cuatrovitas, Valme, San Diego, Torrijos y por si faltaba algo EL ROCIO.
De verdad que tiempos.
MUCHAS FELICIDADES PARA TI TU FAMILIA Y TODOS LOS PAREJA OBREGON.
Gran estirpe de ARTISTAS.
Un abrazo, Jose Luis.
Muchas gracias amigo Jose Luis y MUCHA FELICIDAD Y DALUD PARA TI Y LOS TUYOS.
ResponderEliminarUN ABRAZO.
FELIZ NAVIDAD!!! a todos..No he puesto el árbol de navidad ohhohhoh. Y si yo no lo pongo en mi casa no se pone. Me he despistado este año, con preocupaciones. Voy a ponerlo que sino los reyes magos se pudieran despistar luego y a cenar..navidad, navidad. esta noche es nochebuena y mañana,navidad!!!! MC
ResponderEliminarPONGO ÉSTE RELATO VERÍDICO EN EL APARTADO DE ANÉCDOTAS PORQUE LO ES.-
ResponderEliminarEL CANARITO DE MI TÍA LUCÍA.-
Mi tía Lucía es la hermana menor de mi madre, es una mujer estupenda y tiene una gracia y una personalidad innatas, todos en su casa son así, forman una familia muy unida y sus tres hijos son buenísimos su marido Jaime Gastalver también, y todos con una simpatía enorme.-
De ésto hace como quince años, entonces vivían en Sevilla (Ahora el matrimonio vive aquí en Cartaya en el que éra el chalé de mi abuelo Pepe).
Entonces los tres hijos estaban estudiando y viajando y mis tíos tenían un pequeño restaurante precioso en el que los dos trabajaban todo el día y muy felices.
Tía Lucía compró en una ocasión que casi no recuerda un canarito cantor, fue en La Alfalfa, era muy bonito blanco como una paloma pero canario puro. Al principio cantaba de vez en cuando, pero enseguida se cansó del cante y se dedicó a dar saltitos felices en su jaula azul.
El pájarito vivía en la terraza lavadero, la jaula colgada encima de la lavadora entre la caldera de gas y la estantería de objetos casi perdidos.
Cada vez que mi tía tenía que poner la lavadora, todos los días, le arreglaba la jaula y le rellenaba los departamentos del alpiste y del agua, así que el canarito que ya no cantaba estaba perfectamente atendido y nadie lo molestaba en su terraza lavadero escondido entre la caldera y la estantería.
Con el paso del tiempo, todos los de la familia se olvidaron del pajarito menos tía Lucía que en cada colada lo atendía debidamente y ya está.
Un día, tía Luchy (que así la llamamos en la familia) al ir a lavar la ropa y atender al canario como de costumbre, lo vío hinchado en su plumaje encima del palito, no había tocado la comida pero lo más extraño era que solo se le veía una patita. Ella miró y remiró al animal, lo tocó a ver si reaccionaba, pero nada, seguía inflado en las plumas blancas y con una única pata.
ResponderEliminarSe fue a su trabajo pensando que el canarito mejoraría, quizás estaba cansado o en celo, no sabía, ella no entendía de pajaritos.
Al día siguiente el animal estaba peor, encima del palito éra ya una bolita blanca con la cabeza escondida y solo delataba que estaba vivo que se mantenía firme con una sola pata y que su cuerpo se movía al ritmo acompasado de unos latidos.
Le dió ternura y pena ver así al animal, pero siguió con su rutina habitual. Fue al super, al banco y a por el pan, cuando volvía a casa vió algo que le llamó la atención.
En un edificio de siempre había un cartel excesivo y nuevo, CLINICA VETERINARIA, se quedó helada, no pensó más porque llevaba a su canarito metido en los sentidos, se fue a casa, dejó las cosas y rápidamente cogió la jaula azul y se echó a la calle.
La entrada del edificio era buena y lujosa, subió al primer piso porque la indicación así lo decía, enseguida vió la puerta entreabierta y el cartel del veterinario, se asomó insegura para ver donde se metía, entonces la puerta se abrió totalmente y la recibió una enfermera espectacularmente guapa y toda vestida de azul,(como la muñeca de la canción), en su bata ajustada a la cintura, a la altura del pecho exhuberante un cartelito "Señorita Laura". Pase pase señora. Tía Luchy entro en un salón amplio y bien puesto, la guapa enfermera la condujo a una mesa y la invitó amablemente a sentarse.
ResponderEliminarElla se sentó con la jaula en las rodillas, se sentía sin saber porqué fuera de lugar, la señorita Laura cogió lapiz y papel y comenzó: ¿Es la primera vez que viene verdad?, si dijo tía Luchy, bien dijo la guapa mientras escribía sin parar, ¿nombre?, Lucía Lopez-Pazo; estoooo, perdone señora, su nombre no, el nombre del animal por favor; aaaah, si claro, pues mi canarito se llama...se llama...¿sí?, espetó la escribiente, pues se llama así "mi canarito", la enfermera escribió el nombre, ¿edad?; tía Luchy seguía incrédula y vacilante.., ¿del pajarito verdad?..; pues sí señora la edad del animal; pueesss tendráaa, diez años dijo tía Luchy en un cálculo rápido y sin medida, bien dijo la escribiente, pues pase a la sala de espera por favor.
La sala de espera éra espectacular. Sillones de cuero y en la pared fotofrafías de animales fabulosos, en el sillón de enfrente estaba un muchacho con un doberman negro impresionante, el animal éra bellísimo pero imponía, ella se sentó muy derecha y con la jaula apretada contra su cuerpo, el canarito éra ya una bolita de algodón latiendo y con una sola pata, el doberman se levantó y olisqueó la jaula, la bolita de algodón se aceleró en sus latidos, tía Luchy le pidió al muchacho que llamara al perro, éste le respondió que no hacía nada, ya, dijo ella, pero mi canarito se asusta. El perro se retiró y mi tía se preguntó qué hacía ella en ése lugar de tanto desamparo, así que se levantó decidida a irse, cuando se abrió una puerta del fondo y la enfermera la llamó para que pasara.
ResponderEliminarEntró en un despacho bellísimo, estantería y mesa de maderas nobles, libros preciosos y diplomas importantísimos colgados por tooodaa la pared, pero lo verdaderamente bello era el veterinario. Unos cuarenta años, moreno de piel, pelo muy negro peinado hacia atrás y debajo de la bata blanca se veía camisa y corbata azules impecables.
El guapo le indicó a mi tía con un gesto que se sentara mientras leía un papel conocido.
De modo que tenemos aquí a "mi canarito", de unos diez años ¿verdad?, ssii, contestó tía Luchy algo embelesada, bien, dijo el hombre echándose hacia atrás en su asiento, ¿y que le pasa al animal?.
Pues verá usted...Tía Luchy; le contó al veterinario la disposición de su terraza lavadero con todo lujo de detalles, las lavadoras que ponía diariamente y las atenciones que ella le dispensaba a su canarito, el doctor se revolvió incómodo en su sillón, entonces mi tía le dijo: así que hace dos días que está así infladito no como no bebe y tiene una sola pata.
ResponderEliminarEl doctor le contestó: El canario no tiene una pata, tiene dossss, mi tía dijo, pues yo solo le veo una; que usted solo le vea una no quiere decir que la otra no esté ahí ¿verdad?; ssii, pero ¿dónde la tiene?; pues la tiene entre el plumaje porque le duele....; ya dijo ella con pena.
Bien, vamos a hacer lo siguiente, tocó un timbre y apareció la señorita Laura, siguió hablando, vamos a dejar al animal ingresado 48 horas en observación a ver qué pasa, mientras decía ésto la gupa enfermera le arrebataba la jaula a mi tía, abrió una puerta como de un cuarto de baño y colgó en una puntilla o alcayata.
Bien señora, dijo el guapo, en 48 horas vuelva usted y ya vemos como va la cosa, le dió la mano, la enfermera la acompañó hasta la puerta y mi tía salió a la calle embotada de tanta belleza y mareada con una situación que no llegaba a entender del todo. Agradeció el bullicio mañanero de la gente y de los cohes, volvía a la realidad.
Pero tenía un pellizco en el corazón, un desconsuelo que tenía que compartir. Cuando llegó a su casa llamó a su marido: Jaimee; Lucía ¿dónde estabas que tengo ésto lleno de gente?, vente para acá yaaaaa; Jaime, es que han ingresado 48 horas a nuestro canarito..¿qué diceesss?, dijo él; que nuestro pajarito está muy malo y está en observación 48 horas; Lucía...¿y los niños?; muy bien, es nuestro pajarito; pero, ¿nosotros tenemos pajarito?, respondió tío Jaime ya a gritos; siii Jaime, el de la terraza lavadero; Lucíaaaaaa, vente ya para acá y dejate de tonteríasss que estoy a topeeee.
ResponderEliminarTía Luchy se fue a trabajar y trabajó duro, aunque seguía con el canarito metido en los sentidos.
A las 48 horas fue a la CLINICA VETERINARIA a recoger a su canarito.
Todo sucedió igual que el primer día, la espera en la fabulosa sala y el recibimiento distante de la guapa y del guapo.
Ya en el despacho el doctor le dijo: Pues mire señora, en las 48 horas no ha habido una evolución favorable del animal, lo he examinado y no progresa, así que se lo va a llevar a casa y en el agua le va a poner éstas gotas vitaminadas, ¿pero que tiene mi canarito, porqué solo se le ve una patita?; pues tiene depresión y gota, respondió el guapo; ¿Depresión y gota? contestó mi tía asombrada, pero si él solo come alpiste del bueno y es muy feliz; señora los animales pueden cojer depresión como nosotros, sin causa justificada, y la gota aparece en animales de mucha edad...Aaaa, bueno, pues muchas gracias, se estrecharon la mano y mi tía salió del despacho.
Fuera le esperaba sonriente la señorita Laura; bueno señora espero que con el tratamiento se mejore, para cualquier cosa ya sabe que nos tiene aquí; si, si, muchas gracias; bueno señora, son 10.000 pesetas......
Mi tía tuvo que dejar al pajarito allí, ir al su banco cercano y sacar dinero, ahora estaba furiosa; ¿diez mil pesetas?, pero si me costó 500 en La Alfalfa; señora, usted ha traido al animal al veterinario y ha estado 48 horas en observación ¿no?; pues si, contestó mi tía y ésta vez se fue dando un portazo sin poderlo remediar.
A los cuatro días el canarito murió porque le había llegado su hora, tía Luchy no dijo nada en casa, ella sola lo envolvió cuidadosamente y al caer la tarde lo enterró en un arriate del jardín de la comunidad, cerca de un rosal blanco.
Subió a su casa satisfecha, había hecho todo lo que pudo por un canarito que le había acompañado en diez años de lavadoras de su vida.
CON MUCHO CARIÑO A MI TÍA LUCÍA Y SU FAMILIA, Y CON TODOS MIS RESPETOS A LOS VETERINARIOS Y A TODOS LOS CIÉNTIFICOS QUE TRABAJAN POR LOS SERES VIVOS EN CUALQUIER ÁMBITO.
ResponderEliminarLourdes Pareja-Obregón.-
Lourdes, la historia de Tia Luchi y su canario yo la sabía, pero me he reido mucho por como tu la has contado. Como sabes, conozco el mundo veterinario perfectamente, pues he tenido perros durante muchos años y a su vez canarios (siempre de uno en uno ambos), por lo que te voy a contar una anécdota que me ocurrió cierta vez en el veterinario de mi barrio. Por aquel entonces yo tenía una perrita blanca -Luna- preciosa y era cachorro. Cuando me la trajeron tenía dos meses (se la encargué a un criador) y venía en un estado lamentable: canija, con el pelo enredado y sucio, y con fiebre. Inmediatamente la llevo al veterinario y de entrada me dice lo lógico, que me han timado; que estos perritos los traen del extranjero en mal estado porque son más baratos, y que lo que tengo que hacer es devolverlo y que me den mi dinero. Yo lo comprendí perfectamente, pero en aquel mismo momento me dió por mirar la cara de mi Luna, y sus ojos me miranban muy fijos, como diciendo "¿qué va a ser de mí?", o yo lo interpreté así. Entonces le pregunto al veterinario:
ResponderEliminar-¿Pero qué va a pasar con esta perrita si la entrego?; está mala y hay que curarla.
El veterinario me contesta:
-Yo se la puedo curar, pero es una tonteria que se gaste usted el dinero si después la va a tener que devolver, además, si la devuelve tiene que ser ya mismo.
Volví a mirar a la perra y sus ojos seguían fijos en mí; no lo dudé. Le contesto al veterinario:
Mire, sé seguro que me han timado, pero usted sabe muy bien que este animal que tengo en mis manos no es un jarrón ni un peluche que se pueden descambiar; es un ser vivo, y yo no puedo entregarlo en este estado, así que por favor, cúrela que me quedo con ella.
También la tuvimos dos días ingresada en la Clinica Veterinaria, pero se curó. Corría por el parque de Mª Luisa como un conejito, y su pelo era blanco y sedoso. Fué una perra noble y buenísima, que desgraciadamente se nos murió con cerca de dos años por otra enfermedad que cogió, a pesar de los muchos cuidados que siempre tuvo en mi casa. Es la única vez en mi vida -por ahora- que me han timado, pero fué el timo más dulce y triste a la vez que habrá jamás. No me arrepiento de lo que hice. Concha.
P.D. A los canarios nunca los he llevado al veterinario.
ResponderEliminarMuchos besos tia Luchi, te quiero mucho. Concha.
Yo soy de pocas mascotas porque como sufro por todo no quiero comprarme un sufrimiento más, pero creo que son muy buenas para mucha gente.-
ResponderEliminarGran oficio el de veterinario, en la familia de mi marido es como de tradición, hay cuatro estupendos.-
Lourdes.-
Lourdes, yo he sufrido con mis mascotas como parte de la vida. De hecho a mí me han dado trabajo, responsabilidad y quebraderos de cabeza, pero no me gusta sufrir innecesariamente, simplemente han estado en mi vida durante unos años.
ResponderEliminarComprendo que a la mayoría de las personas no les compense tener un animal (a mí ya tampoco), pero eso es como todo, por ejemplo, escribir una novela es muy trabajoso (a no ser que se sea un escritor consagrado), pero hay quien lo hace. Pintar un cuadro lo mismo; son muchas horas y mucho trabajo. Y si nos vamos a lo más difícil, hay quien sube al Everest por gusto, con lo incómodo que tiene que ser eso, pero le compensa aunque yo no lo entienda. Tienes razón Lourdes, hay cosas que son buenas para muchas personas. Besos. Concha.
P.D. Lo de la novela lo digo porque yo he escrito una. La han leído algunos familiares y amigos, pero la tengo imprimida y guardada. Me dió mucho trabajo y me quitó muchas horas de sueño, pero lo hice porque me gusta escribir y nada más. Concha.
ResponderEliminarDE LA SOPA DE AJOS A LA CEBOLLA CARAMELIZADA.-
ResponderEliminarDe un plato a otro, el mundo ha dado la vuelta por derecho y al revés, de un lado y para otro.
De una receta a otra, ha habido una revolución social, cultural y hasta moral. La mujer ha conseguido por fin el sitio merecido, todos tenemos el estómago lleno y sabemos cuales son los secretos de la unión mágica con los ingredientes precisos para hacer del comer una delicia, los productos de la tierra están a nuestra disposición todo el año, antes en su justo momento, ahora cuando lo exijimos, desde siempre el cocinar ha sido una de las muchas tareas de la supervivencia que nos alimentaba y nos hacía disfrutar, se sabía cocinar, elegir los ingredientes, esperar que estuvieran en su momento óptimo y conjugarlos debidamente, ahora es un arte de los del museo Reina Sofía.
Y un negocio, porque dándoles un nombre rimbombante y poco conocido, se nos presentan unos platos que son absolutamente simples y escasos, pero que endulzándolos coloreándolos y floreándolos, nos dejan el estómago adornado y el bolsillo vacío.
El ajo y la cebolla caramelizados, los chips de ajo, la tempura de cardo (borriquero no), caldo blanco de tomate, bacalao cristalizado (o cristalizao), la fabada deconstruida, tortilla de patatas licuada, el fuá sin decir "grás", el lomo de codorniz sobre cama de galleta de agua y peineta de romero en flor.
Hoy he puesto de comer en mi casa sopa de tomate, mucho de éste, cebolla, ajos, pimientos verdes y rojos su tiempo de fritura y cocción, el pan unos taquitos de jamón y el huevo escalfado, que estamos en la cuesta de enero y hay que saberlo.
Que no harían algunos de los nuevos artistas de la cocina, con éstos ingredientes, y no ya con los ingredientes, con la cantidad de ellos que yo he usado para dos personas.
Una obra de arte digna de exponer en el museo Reina Sofía.
Lourdes P-Obregón.-
QUE EL MUSEO DE ARTE MODERNO REINA SOFÍA TIENE VERDADERAS OBRAS DE ARTE, ES INDUDABLE.
ResponderEliminarPero muchas de ellas yo no las entiendo. Me puede llegar a gustar una bicicleta vieja y oxidada bien dispuesta sobre un fondo neutro, y una vespa preciosa que ví muy cochambrosa y gastada puesta sobre tarima impecable, me gustaron, me llamó la atención. Ni que decir tiene los diferentes cuadros de Picasso y otros pintores artistas, y una carta manuscrita de García Lorca encerrada en urna de metacrilato.
Pero el rollo de algodón de botica que envolvía a un palo, no me dijo más que éso éra una tontera, y el cuadro en blanco colgado en la pared para que cada cual pensásemos lo que quisiéramos de él, tampoco, no pensé más que éra un cuadro en blanco puesto para pensar lo listo que es el gachó que lo pensó.
Por lo demás debo decir que como soy una ignorante, tengo la osadía de escribir ésto, pero es lo que mi ignorancia siente.
Ustedes perdonen.-
Lourdes P-Obregón.-