Que gran visión de futuro tuvo don Ramón de
Campoamor cuando dejó escrito en 1887: “En
este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del
cristal con que se mira…” que pertenece a este poema delicioso y genial
llamado Humoradas:
Busqué la ciencia, y me enseñó el vacío.
Logré el amor, y conquisté el hastío.
¡Quién de su pecho desterrar pudiera,
la duda, nuestra eterna compañera!
¿Qué es preciso tener en la existencia?
Fuerza en el alma y paz en la conciencia.
No tengáis duda alguna:
felicidad suprema no hay ninguna.
Aunque tú por modestia no lo creas,
las flores en tu sien parecen feas.
Te pintaré en un cantar
la rueda de la existencia:
Pecar, hacer penitencia
y, luego, vuelta a empezar.
En este
mundo traidor,
nada es
verdad, ni mentira,
Todo es
según el color
del cristal
con que se mira.
Y por supuesto yo me acojo a estas geniales palabras para
reafirmarme en mi crítica pertinaz a estos siglos XX y XXI en los que nos ha
tocado vivir en este arrabal del sur de Europa llamado España.
Porque estoy sufriendo un proceso de metamorfosis no solo
física, (pues cada vez me parezco mas a mi padre, me dicen…), sino que
psicológicamente estoy cambiando y día tras día me estoy convirtiendo en un
ácrata político con tintes revolucionarios, en un antisistema global, en un
perroflauta los fines de semana, en un camaleón laboral, en un visionario
económico, en un parado autónomo y con
autoarranque matutino, en un abuelazo deportista paseador de carritos, en un amo de llaves de mi hogar, en un asistente social voluntario…
y en lo que ustedes manden señoras y señores siempre que vengan con la mirada honesta y franca: ustedes me miren a los ojos y yo vea que no pestañean ni rehuyen la mirada y perciba que
tiene el alma prima hermana de la mía. Así voy con ustedes al fin del mundo, por las
buenas. Porque es que no me creo nada de nada de nada como no sea de esa manera,
de frente y por derecho.
No creo a los absurdos politicastr@s con los que me cruzo por las calles ni a aquellos que nos importunan
diariamente en las noticias con frases embusteras cargadas de cagadas. No me
creo sus falsas poses de ridicul@s maniquíes, que parece que los fabrican en
serie en una planta de catetos de “pret a proter”.
No creo a los obscenos periodistas de medias verdades vendidos a los falsos
periódicos de verdades a medias. No creo en los corruptos de chaquetas y
corbatas que anuncian mejoras en los índices bursátiles y chorradas parecidas: cuando oigo esas
palabras se me abre la navaja en el bolsillo. No creo en los debates de los dioses enterados que salen arbitrando soluciones cada noche, prefiero reirme con los dibujos animados.
No creo en el feminismo ni en el machismo,
igual que no creo en el capitalismo ni en el marxismo. Por eso no creo que los bancos
presten o financien hipotecas, lo único que hacen es comprar nuestras almas y nos dejan
desalmados pues nos obligan a adorar a su dios: don dinero.
No creo en los
sindicatos actuales ni en los empresarios del pelotazo, pobres demonios de corta vida y larga agonía. No creo en las medidas
económicas europeas ni creo en los gurús locales que vienen a regalar trabajo a
los parados. No creo en la sociedad actual tan falsa y ordinaria. Tan sucia.
Por eso yo quiero fabricarme
un cristal especial por donde pueda mirar al futuro sin miedo y sin
desconfianza. Un cristal que destaque con luz blanca la verdad y que opacifique
la mentira, que además tiña de colores llamativos la falsedad, la calumnia y la
desvergüenza ya sean de palabra, obra u omisión. Un cristal mágico y util para que podamos distinguir
entre tanta y tanta podredumbre que nos rodea a aquellas personas que tienen “fuerza
en el alma y paz en la conciencia…”
Amén.
ResponderEliminarde los amenes..
EliminarMuy bueno Gusy¡
EliminarGracias.
Precioso escrito Celso!
ResponderEliminarmaría
Gracias Mariquilla¡¡¡ Un beso muy fuerte.
EliminarSi que lo es..
ResponderEliminar"Fuerza en el alma y paz en la conciencia", releyendo esta entrada..me quedo con esta frase..buenísima.-
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