“Cualquier parecido con la hoja de la planta del
tabaco (Nicotiana Tabacum) es pura
coincidencia”. Esta leyenda es la que debería aparecer en los paquetes de
cigarrillos de esos que se venden como “tabaco”.
Porque lo que se vende con forma de cigarrillos
empaquetados o en sobres como picadura para liar no tiene casi nada que ver con
la planta original.
Les aseguro a los fumadores que os están tomando el
pelo, el dinero y los pulmones los riquísimos fabricadores de ese sucedáneo de
tabaco que ustedes se tiran a pecho gentil.
Con un mínima proporción de hojas de tabaco y con una
gran proporción de productos químicos derivados del petróleo, restos de
desechos vegetales y sustancias químicas no declaradas, se fabrica una pasta
densa que una vez triturada y secada asemeja su aspecto a hebras de tabaco.
Y lo que ustedes se fuman como posesos es un convoluto
misterioso de humos peligrosísimos que no solo dañan sus pulmones y arterias
sino que manipulan sus neurotransmisores cerebrales para crearles un adicción lo
más severa posible. Ese es el negocio.
Se mueve tanto dinero en torno a las industrias del
“tabaco” y sus derivados que los gobiernos no se atreven a hacer cumplir las
leyes de la transparencia y publicar lo que de verdad esconde la industria
tabaquera.
Si usted se compra un desodorante, un chicle, un
bollicao, una crema hidratante, una medicina, una cerveza, una lata de caballa,
unos zapatos o lo que sea, nos encontramos un listado de ingredientes muy bien
detallados de los ingredientes, de conservantes, de colorantes, de excipientes,
etcétera. Lo normal.
¿Dónde nos explican en los envases de cigarrillos su
composición química? ¿Dónde aparecen los productos químicos, colorantes,
conservantes y metales que contienen? ¿Dónde sus contraindicaciones? Sería imposible
pues la lista de compuestos sería interminable y la mayoría seguro que son
sustancias cancerígenas prohibidas.
Tanto es así que han determinado cesar con la absurda
información –absolutamente falsa- del contenido de nicotina y alquitrán de cada
pitillo. La mentira más grande jamás contada.
Fumen ustedes si así lo desean. Pero no digan que
fuman tabaco.
Ustedes fuman veneno mortal.
Y nosotros pagamos las consecuencias.
Que rica la caballa en lata. Besssoooosss
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