Ya
están aquí, llegaron ya. Finaliza otro año y desde mediados de este noviembre
hasta el día de Reyes del año venidero las “Comidas de Navidad” van a poner a
prueba nuestros estómagos y nuestros higadillos.
Sabemos
que los banquetes habituales y familiares de Nochebuena, de Navidad, de Fin de
Año y el Rosco de Reyes no hay quien nos los quite. Pero además tenemos “la
obligación” de asistir a varios comilonas extraordinarias: la de Empresa, la de
la Hermandad, la del Club de lo que sea, la del Gimnasio, la de los amig@s de
la infancia, de los amig@s del padel, la de los amig@s de cada uno de los siete
grupos distintos de WhatsApp… Rara será la semana que no nos convoquen a una de
estas comilonas en un restaurante multitudinario donde nos podremos atiborrar
de entrantes abundantes y suculentos al centro, luego plato principal de carne
entrecotada o pescado plancheado y variados postres achocolatados, todo bien
regado con aperitivos y vinos diversos sin que falte al final el licor digestivo
y el gintoni con aromas supercalifragilisticos.
Ojalá solo fuera eso –pensarán algún@s- y el
almuerzo o cena acabara aquí, pero lo normal es que después de tamaña ingestión
se rompan filas para beber a discreción los mas inverosímiles cócteles de ron, ginebra
y güisqui con refrescos de colorines, hasta la total tajada del individuo o
individua.
Si
solo estuviéramos hablando de acudir a uno o dos de estos ágapes pantagruélicos
en toda la Navidad nos podríamos dar con un canto en los dientes, pero lo más seguro
es que tengamos una convocatoria semanal, hagan ustedes las cuentas si no.
Hagamos
la prueba del algodon de la atrocidad a la que nos vamos a someter. Vamos a
pesarnos mañana por la mañana, desnudos (como los hijos de la mar) y anotemos
el peso con sus decimales y todo. Y vamos a volver a pesarnos el día siete de
enero a ver como hemos escapado. Lo mas seguro es que tengamos unos dos o tres kilos
de más y unos dos o tres (cientos) de euros de menos.
Porque
los atracones de comida y bebida tienen efectos perjudiciales para nuestra
salud, sean en la época del año que sean, pero en estas fechas se repiten casi
semanalmente.
Una
comida abundante en grasas, azucares y alcohol -lo que llamamos los médicos una
“transgresión dietética”- significa poner a prueba todo nuestro organismo. Si
estas transgresiones se acumulan en poco tiempo pueden producirse
complicaciones:
- someter
al estómago a una dieta inadecuada y persistente de alcohol y grasas produce
hipersecreción de ácidos que pueden producir gastritis y reflujos al esófago
muy peligrosos.
- el
duodeno también se inflama y pueden producirse erosiones y pequeñas úlceras
dolorosas, nauseas y vómitos.
- se
puede producir una indigestión por el desequilibrio de los encimas hepato-biliares
y producirse un cólico.
- el
hígado se inflama y se llena de grasa produciendo hepatitis.
- una
irritación pancreática por el alcohol puede producir una pancreatitis aguda que
a veces es muy grave.
- el
colon se irrita y se pueden producir molestas colitis y diarreas.
- el
cerebro también se ve afectado por los excesos del alcohol y los productos
tóxicos de su metabolismo, la llamada resaca, que produce cefaleas, cansancio,
malestar general y trastornos del sueño.
Por
todo esto las recomendaciones son obvias:
* Acuda
usted a cuantas celebraciones navideñas le apetezca y su cartera le soporte sin
chirriar, pero con sensatez y sin excesos.
* Modere
la ingesta de calorías eligiendo los menús menos calóricos y mas mediterráneos:
verduras, hortalizas, ensaladas, mariscos y pescados fresco, evitando las
bombas calóricas como los asados grasientos y los dulces.
* El
alcohol siempre con moderación y respeto. Un buen vino español es mil veces más
sano que cualquier combinado con licores ingleses, americanos, caribeños, mejicanos
o alemanes. No se olvide nunca de que el agua fresca es lo mejor para calmar la
sed.
*
Evite la acumulación de comilonas en poco espacio de tiempo pues su organismo
necesitará reponerse durante unos días a base de abstinencia de alcohol, dieta
hipocalórica, ejercicio físico y vida sana.
* De
siempre buen ejemplo a sus hijos haciéndoles ver lo importante que es tener
respeto a las bebidas alcohólicas y saber beber con moderación.
* La
mejor medicina es la prevención de los factores de riesgo y llevar un estilo de vida de
saludable.
Espero
que disfruten todos ustedes de una Muy Feliz Navidad con Salud y sin daños
colaterales.
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