"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Pragmatismo y Coronavirus

La epidemia nos está poniendo en nuestro lugar. A cada uno. A muchos jóvenes parece que les importa menos la salud global que el ocio personal; a los menos jóvenes nos tiene metidos en casa y con la mosca detrás de la oreja; y a los veteranos desgraciadamente los tiene aislados y aterrorizados. 

El virus se comporta como lo que es: un trozo de ARN sin cerebro que no atiende a razones ni a corazones y parece que se entretiene jugando a la ruleta de la fortuna con nuestros organismos. A ti una gripecita, a ti una neumonía, para ti un distres respiratorio y para usted una tormenta de citoquinas, se siente… Bueno, pero para su señora tan solo un dolor de cabeza y quince días sin olfato. A ustedes me los voy a saltar que no tengo ganas de infectaros, o mejor, os regalo anticuerpos protectores por la misma cara… Misterios de la genética inmunitaria. 

Ante este virus caprichoso y enigmático que no atiende a razones individuales, solo podemos echar las cuentas de los grandes números, las cuentas de las estadísticas. Y ni siquiera con esas cuentas somos capaces de acertar y predecir como se va a comportar el coronavirus bautizado SARS COV.2 en los próximos meses o años. 

De ahí que toda la comunidad científica internacional, las Sociedades Médicas, los laboratorios microbiólogos, farmacológicos, epidemiólogos y expertos mundiales en Salud Pública tengan que adoptar una actitud pragmática como única forma de racionalizar lo que está sucediendo con esta pandemia. 

Por eso ha sido necesario desechar antiguas teorías de comportamientos de virus similares, no basar el trabajo de campo en especulaciones, y aceptar que lo más importante es atender a la evidencia pura y dura, a la práctica clínica recién amasada y evidenciada en cada uno de los pacientes que hemos ido tratando. Esta medicina parece que sirve como tratamiento… hasta que la evidencia demuestra que no. Esta otra que se usa para otros virus la vamos a probar, pero no sabemos si va a servir o no hasta que podamos contemplar estadísticamente los resultados. Con esta otra vamos a probar por si acaso… 

Precisamente de esta manera pragmática sabemos que usando tratamientos sintomáticos (que no se usaron al principio por desconocimiento) como son los corticoides y la heparina, muchos pacientes mejoran sus síntomas y se evitan muchas complicaciones posteriores. Prueba, error, acierto, práctica, eficacia, utilidad… pero no evitan la demoledora pandemia. Creo que el pragmatismo se asocia filosóficamente a la lógica, lo que nos lleva a la realidad sin teorías especulativas que en Medicina nunca han sido muy beneficiosas para los pacientes. 

Los médicos buscamos resultados prácticos, es decir que curen, que salven vidas y por eso es importante que seamos pragmáticos en esta lucha contra el virus. 

Las dos líneas de trabajo científico práctico mas prometedoras en este sentido son las vacunas que están a punto de ser utilizadas y los anticuerpos monoclonales. Estos últimos son anticuerpos específicos contra el coronavirus que están intentando ser sintetizados en el laboratorio y serán eficaces para la enfermedad activa, administrándose de forma intravenosa con objeto de neutralizar al virus dentro del organismo, evitando su replicación y la consiguiente inflamación y destrucción de nuestros tejidos. Pero no evitan la enfermedad. 

Las vacunas que están a punto de llegar tienen otro mecanismo de acción. Al ser vacunados, nuestro organismo va a fabricar sus propios anticuerpos específicos protectores antes de estar en contacto con el coronavirus, de forma qué al recibir el inóculo contagioso viral, este sea rechazado inmediatamente por los anticuerpos anti-covid y no se desarrolle la enfermedad. Las vacunas van a inducir inmunidad adquirida (por diversos mecanismos inmuno-histoquímicos), esperemos qué de forma eficaz, duradera y con los mínimos efectos secundarios. 

¿Me preguntan si yo me vacunaré? El primero si pudiera. Olvídense de teorías conspiratorias anti-vacunas y sean ustedes prácticos. 

Confío en la ciencia. Si todos laboratorios importantes del mundo y toda la comunidad científica se ha implicado en la lucha contra este virus pandémico y en un año desde su misteriosa aparición nos ofrecen la posibilidad de vacunar a mi madre de 88 años y asilada-aislada hace 10 meses y a tantos ancianos como ella, de vacunar a mis compañeros médicos y sanitarios que arriesgan día a día sus vidas en Urgencias y en las plantas de los hospitales (entre ellos mi hija Ana), en definitiva de vacunar a toda la población susceptible y de acabar con tantas muertes y con tanto sufrimiento, tanto dolor y tanta ruina social y económica… 

Tenemos que ser pragmáticos humanamente, biológicamente, filosóficamente y cientificamente para recibir con los brazos abiertos estas vacunas fruto de tanto esfuerzo de investigación internacional y tantos ensayos clínicos que evidencian que estamos en el camino correcto de vencer al coronavirus.

Publicado en ABC de Sevilla el 01/12/2020

3 comentarios:

  1. Muy interesante y fácil de entender yo siempre dije que cuando saliera sería la primera....gracias por esta magnífica expocision

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  2. Araceli, arregladita y perfumada, 96 años de vida, sana y lúcida, sonriente y algo nerviosa, se santiguó y se vacunó, ea, a desayunar. Grande Araceli😍

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