Escribe mi hermana Lourdes:
“Previa
a su fundación existía el fuerte o castillo de San Miguel de Arca de Buey. Fue
un ejemplo mas de un proceso de repoblación que aconteció a mediados del siglo
XV en la Baja Andalucía (provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz) cuando
surgieron entonces muchas “nuevas poblaciones” por iniciativa de los monarcas,
concejos, o de los nobles dueños de los respectivos territorios (además de San
Miguel, surgieron Villanueva de los Castillejos, El Granado, así como aldeas
menores en el Señorío de Gibraleón), para revitalizar las comarcas abandonadas
desde la expulsión de los musulmanes.
La carta fundacional de San Miguel se
redactó el 6 de abril de 1458 por orden de Don Álvaro de Zúñiga. Se desconoce
el origen de sus repobladores, aunque debieron ser, procedentes del Norte de
España y de Portugal. De 1510 a 1534 hay una etapa de crisis para todo el
señorío de Gibraleón. En San Miguel decrece la población un tercio. Las causas
pueden ser varias, como el Descubrimiento de América que supuso la emigración a
estas nuevas tierras, también otras causas como malas cosechas o
epidemias.
De 1534 a 1637 la población crece en casi
toda la provincia pero no en San Miguel. El pueblo fue saqueado muchas veces
pues las continuas y productivas expediciones cargadas de riqueza que arriban
desde América a los puertos andaluces, atrajeron a estas una porción de piratas
que fueron el terror de los marinos y que atacaban a las indefensas
poblaciones, y también a ciudades como Cádiz y Gibraltar. Por este motivo
Felipe II mando organizar la defensa de las costas con la construcción de fortificaciones,
una en Punta Umbría y otra junto a la Laguna del Portil. También quisieron
hacer otras en otros lugares incluido San Miguel de Arca de Buey.
No obstante
el 10 de agosto de 1577 D. Luis Bravo Laguna, recomienda que se repare la
fortaleza de San Miguel, construyéndose en ella un torrejoncillo para que sirva
de luminaria y dar aviso a las otras torres. El saqueo siguió y San Miguel
terminó despoblado, por lo que, en 1597 se tuvo que publicar una nueva carta de
repoblación de la villa. Pero continuaron los mismos problemas que hicieron que
en 1630 se despoblara la villa totalmente.
En enero de 1651 Cartaya tomo
posesión de San Miguel, el primero de Enero, en virtud del poder dado por el
Duque de Bejar al Corregidor y Justicia Mayor de Gibraleón para que en su
nombre se posesionase de la villa de San Miguel de Arca de Buey. El gran terremoto
de 1755 destruyó toda la iglesia con su torre.
Como monumento más
representativo queda El Faro, construido en 1861, de estilo industrial del s.
XIX, declarado de interés local, y reemplazado en su uso por otro construido a
mediados de la década de los setenta. La dehesa de San Miguel, donde se ubica
El Rompido, esta catalogada por parte de la Diputación Provincial como zona de
yacimiento arqueológico”.
«http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=El_Rompido&oldid=50756245».
Este texto íntegro copiado de wikipedia nos explica los orígenes más remotos de
El Rompido.-
.
En los
años cuarenta y cincuenta era un poblado de chozas en la misma orilla del río Piedras que
vivía de la pesca en la ría y que tenía enfrente a la almadraba de la Punta de
Nueva Umbría, en la que faenaban atuneros de Cartaya, Lepe, Ayamonte y La Punta
del Moral. Su definitivo cierre se produjo a finales de los cincuenta.
En la década
de los sesenta El Rompido tiene un auge evidente, los pescadores tienen barcos
propios y bien equipados para faenar en alta mar saliendo de la Flecha de El
Rompido y recogiendo una pesca lo suficientemente abundante como para tener un
nivel de vida adecuado a las necesidades de una España que crecía al ritmo de
la pesca rompiera.
Es en ésos años cuando llegan las primeras y pocas familias que van a veranear allí. Sobre 1960 surge la chispa de una casualidad fantástica, un encuentro mágico y un descubrimiento maravilloso para las personas que vemos ése paraíso terrenal. Las casas con entraditas de arco o bien con porche, algunas mirando a la ría como la nuestra, mi casa, la casa que hemos recuperado y hermoseado para nuestro disfrute y el de nuestros hijos, la de Vicente Rosselló con su mujer Tere Olivares o la de los catalanes Fernando y Maite, Manolita de la Palma, Los Flores, Carola y sus tíos con ése chalet tan precioso más allá del paseo, Leonardo Jara Pando, Rafael de Los Ríos con su familia y algunas más (tengo que decir que yo pongo aquí mis recuerdos, lo que yo he vivido lo que me va viniendo a la mente de mis primeras vivencias allí, desordenadas y sinceras). En las calles Madrid, Betis o Sevilla, vivían, Manuel y Diego Dábrio, Pedro García Orta y su mujer Esperanza, los Jurado, Ita y Miguel Royo, Juan Alberto López Pérez y su mujer Antonia Orta, Juan Galiana con su mujer Elisa, los Redondo -de los primeros que llegaron-, Francisco Ruiz con su mujer María Teresa Acevedo, Pepe Pérez y su mujer Pilar y Antonio Alés con su mujer María Eugenia y todos sus hijos, la saga de los Royo, Antonio Aguilar con su mujer Amalia y sus hijos; Tere y Kiko Conejo y toda su pandilla; Zabala, mi cuñado Enrique Sequeiros, Francis, etc, etc.
Es en ésos años cuando llegan las primeras y pocas familias que van a veranear allí. Sobre 1960 surge la chispa de una casualidad fantástica, un encuentro mágico y un descubrimiento maravilloso para las personas que vemos ése paraíso terrenal. Las casas con entraditas de arco o bien con porche, algunas mirando a la ría como la nuestra, mi casa, la casa que hemos recuperado y hermoseado para nuestro disfrute y el de nuestros hijos, la de Vicente Rosselló con su mujer Tere Olivares o la de los catalanes Fernando y Maite, Manolita de la Palma, Los Flores, Carola y sus tíos con ése chalet tan precioso más allá del paseo, Leonardo Jara Pando, Rafael de Los Ríos con su familia y algunas más (tengo que decir que yo pongo aquí mis recuerdos, lo que yo he vivido lo que me va viniendo a la mente de mis primeras vivencias allí, desordenadas y sinceras). En las calles Madrid, Betis o Sevilla, vivían, Manuel y Diego Dábrio, Pedro García Orta y su mujer Esperanza, los Jurado, Ita y Miguel Royo, Juan Alberto López Pérez y su mujer Antonia Orta, Juan Galiana con su mujer Elisa, los Redondo -de los primeros que llegaron-, Francisco Ruiz con su mujer María Teresa Acevedo, Pepe Pérez y su mujer Pilar y Antonio Alés con su mujer María Eugenia y todos sus hijos, la saga de los Royo, Antonio Aguilar con su mujer Amalia y sus hijos; Tere y Kiko Conejo y toda su pandilla; Zabala, mi cuñado Enrique Sequeiros, Francis, etc, etc.
La tía Carmita, su hija Ana Rosa, la tía Ana con
Anituca y la tata Josefa, el tío Enrique con su mujer Rosarito Sequeiros y su
hijo José. Al otro lado de la carretera mi tío Juan Peña con mi tía Carmen y
sus niños muy pequeños, tío Manolo a su vera con tía Carmen, Pedro Vazquez con
su mujer Carmen Olivares, Tere la madrileña. Los del Castillo, Evaristo con su
mujer María y Eduardo del Castillo (para mi padre 007), Pedro Toronjo con su
mujer Manolita, Antonio Gordón con su mujer Mary, la familia de El Potra y la
de mi amiga María Dolores que eran de Cartaya. Los Ferrer, los Checa Manolo y
Paco, Pepe Macías y Mary, y siempre vecinos, Francisco Campoy su mujer Julia Balbontín,
los Gonzáles Hachero; y un arquitecto excepcional del regionalismo sevillano
llamado Joaquín Diaz Langa que se hizo muy amigo de mi padre y bromeaban entre
ellos, mi padre le decía, "Joaquín,
hay días buenos, días malos y días langa", se reían se querían mucho y
se llevaban estupendamente.
.
Y todos
los habitantes de El Rompido con los que he convivido durante toda mi vida y a
los que quiero y respeto incondicionalmente.
.
Y todas
las familias que llegaron poco después, para mi la más querida lógicamente la de
mi tío Juan de Dios, tía Delia y sus hijos.
En los principios no teníamos agua
corriente, bebíamos de los muchos pozos que había por allí, frecuentemente
pozos compartidos por dos casas con la medianera en el patio.
Cuando llegó mi
marido -Manolo Dabrio se llama- de niño, a finales de los cincuenta, no había
luz, y cuando llegamos nosotros estaba recién puesta, éran unas palomitas que
medio iluminaban las casas pero no las calles, no había alumbrado público, y
las noches eran de olor a bajamar y a estrellas y vía láctea.
La arena finísima
y ardiente, los barriletes enseñando sus armas y la marisma solitaria.
Era un
Edén marinero puesto a nuestra entera disposición, un sitio de ensueño para la
pesca los baños y los juegos de niños y de amores adolescentes.
La mañana
temprano de El Rompido es fastuosa, mi padre no se la perdía en sus pescas
madrugadoras… las tardes no se pueden describir, desde el paseo es un
espectáculo que solo lo sabemos unos pocos, es verdad y lo siento, pero es
así.
No me extiendo más éste es mi Rompido, al que llegué con 9 años y tengo 57
y no he dejado de ir ni de vivir a su lado, es mi playa de fango, de pateras,
de la Casa del Palo y de “la punta” y de “la otra banda”.
Cada vez que vuelvo a ésos baños
piso arena conocida, aguas amigas y queridas, sé donde hay remolinos y si la
marea baja o sube con solo mirar al agua y si es quebraíta o grande, sé
desembarcar debidamente y donde hay pozas y donde no, y nado muy bien porque
así me enseñó la misma ría, la ría que tan bien conozco y que siempre está
ahí..
Ahora es una zona de veraneo medio-alto de ría y de nuevos tiempos.
Los hoteles y urbanizaciones pueblan desde San Miguel hasta el término de Punta Umbría pasando por El Portil, forman casi una misma y única playa que sigue la línea de la otra banda y del mar abierto.
Hay varios embarcaderos y cubles naúticos, campos de golf y de paddel, yates y múltiples barcos de recreo, los antiguos barcos pesqueros han sido sustituidos por restaurantes y marisquerías, cafeterías y bares, aunque no ha llegado afortunadamente todavía la especulación más feroz y a la que le tengo más miedo... y no quiero ni nombrar.
Por eso El Rompido sigue conservando su peculiaridad todavía, sigue la ría con la otra banda intacta cambiando su fisonomía dependiendo de las mareas lunares, sigue la pequeña iglesia con su Virgen del Carmen y sus dibujos de marineros y el silencio de los días de entresemana, el calor achicharrante de la hora de la siesta el olor de algas y el sonido del mar en las noches de levante..
Ahora es una zona de veraneo medio-alto de ría y de nuevos tiempos.
Los hoteles y urbanizaciones pueblan desde San Miguel hasta el término de Punta Umbría pasando por El Portil, forman casi una misma y única playa que sigue la línea de la otra banda y del mar abierto.
Hay varios embarcaderos y cubles naúticos, campos de golf y de paddel, yates y múltiples barcos de recreo, los antiguos barcos pesqueros han sido sustituidos por restaurantes y marisquerías, cafeterías y bares, aunque no ha llegado afortunadamente todavía la especulación más feroz y a la que le tengo más miedo... y no quiero ni nombrar.
Por eso El Rompido sigue conservando su peculiaridad todavía, sigue la ría con la otra banda intacta cambiando su fisonomía dependiendo de las mareas lunares, sigue la pequeña iglesia con su Virgen del Carmen y sus dibujos de marineros y el silencio de los días de entresemana, el calor achicharrante de la hora de la siesta el olor de algas y el sonido del mar en las noches de levante..
Lourdes Pareja-Obregón.
Perla del suroeste, agua que entra y sale marismas de soledad y luna llena en mi mano.
ResponderEliminarAy que no daría yo......
YO.-
Las mareas los días y las noches siguen su curso perfecto, solo hay que aprender, sentarse al fresco de la tarde y observar, nada más y nada menos.-
ResponderEliminarPregonera!! Pregonera!! Pregonera!!
ResponderEliminarUn gran relato histórico de los comienzos de EL ROMPIDO .
ResponderEliminarNo pondría en duda jamas la relación tan directa que los PAREJA OBREGON tienen con EL ROMPIDO pues forman parte de nuestra historia y yo siendo oriundo de este bello lugar doy fe de todo este gran relato.
Mis mas ferviente felicitación a LURDES por su aportación a conocer la historia o parte de ella de nuestro querido pueblo .
Un cordial saludo de este que os escribe JAIME VALENCIANO ALMEIDA...
milpoemasyunpirata.blogspot.com aquí les dejo mi blog donde podréis leer poemas y narraciones sobre la vida de un pirata soñador de EL ROMPIDO espero que disfrutéis de su contenido tanto como yo he disfrutado de este articulo ,mil gracias .
Gracias a ti Jaime y voy a buscar tu blog.-
EliminarLourdes.-
Se que te gustara pues sentimientos no faltan ,nuevamente mil gracias a la familia PAREJA OBREGON pues con orgullo siempre paseasteis este pueblo de pescadores por todos los rincones del mundo
ResponderEliminarGracias Jaime. Una de las personas que mas hemos querido toda a familia Pareja-Obregón a sido tu abuelo Manuel Almeida Brito, "José Catalina" para todo el mundo rompiero. Para nosotros era como de la familia. Uno de los hombres mas buenos y cariñosos que he tratado en mi vida, creador de una gran estirpe de muy buena gente, honrados marineros y guapas mujeres, como tu madre a la que tanto quiero. Y un recuerdo muy especial y lleno de cariño y admiración a tu padre el inolvidable e irrepetible Julio Valenciano. En "El Rincón de Pescadores" antiguo pasé los mejores ratos de mi adolescencia rompiera, tomé mis primeras cervezas y vinos, siempre bajo la supervisión de tus padres, fumé mis primeros cigarrillos e hice mis primeras "manitas" con las niñas de la pandilla... tardes inolvidables en aquel pequeño jardin tan bonito...Después pasamos muchos inviernos tomando copas en aquel salon tan acogedor. Y los madnificos guisos marineros que salian de esa cocina tan especial... ¡que lastima que se fueron aquellos años! Que buena amistad de tus padres con tio Manolo, con tio Juan de Dios, con mi padre...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Jaime lleno de admiración por tu familia y de mucho, muchisimo respeto y cariño.