Don Miguel Criado Barragán. “El Potra”.
Quien quiera conocer detalles de su biografía:
Quien quiera conocer detalles de su biografía:
http://sevillatoro.com/opinion_detalle.asp?offset=330&id_opinion=152
http://www.portaltaurino.com/noticias/el_potra.htm
http://www.portaltaurino.com/noticias/el_potra.htm
Yo quizás sea una de las personas que conoce menos detalles de su biografía, de sus anécdotas taurinas y no taurinas, de su fama y su leyenda, de su vida.
Pero me ocurrió una anécdota que hizo que creáramos una amistad muy sincera, aunque nos viéramos tan solo una o dos veces al año.
Pero me ocurrió una anécdota que hizo que creáramos una amistad muy sincera, aunque nos viéramos tan solo una o dos veces al año.
Sobre 1986-87 yo tenía unos treinta años y trabajaba como médico de Cuidados Intensivos en La UCI de la Clínica Santa Isabel, en la calle Oriente de Sevilla. Creo que era un sábado y yo entré de guardia sobre las ocho y media de la mañana. Mi compañero me da el cambio de turno explicándome la evolución, el tratamiento, el plan de trabajo, etc., de cada uno de los paciente que tenemos ingresados. Recuerdo que al final me dijo “…y en la cama tal, hay un paciente recién operado de un problema intestinal, llegó del quirófano muy tarde y ha pasado la noche tranquilo y adormilado, está intubado pero respira ya espontáneamente, hay que retirarle el tubo y, si todo va bien, alta para planta”. Aclaro que “el tubo” es un dispositivo que se usa para facilitar la respiración en las personas anestesiadas. Mientras están “intubados” aunque estén completamente despiertos no pueden hablar ni emitir sonidos.
Bueno pues me cambio, me visto de médico con mi pijama y me pongo mi bata. Teníamos la obligación de llevar un cartel identificativo con nuestro nombre y el servicio al que pertenecíamos. Decido que lo primero que haré es “extubar”, quitar el tubo oro-traqueal al paciente, para que esté más cómodo y poder darle de alta a planta cuanto antes. Las enfermeras me cuentan que es un señor muy tranquilo, que está despierto y respira perfectamente. Miro la gráfica: Don Miguel Criado Barragán, intervenido de tal y de cual. Todo correcto. Me acerco a la cama y veo a un señor con los ojos muy abiertos, aspecto de paz y tranquilidad, relajado.
Le digo: “buenos días don Miguel”. Don Miguel, entorna los ojos y mira fijamente el cartel que me cuelga de la bata. Le cambia la cara. Se incorpora con trabajo en la cama y me mira con cara de espanto y me hace gestos con la mano de que no se me ocurra acercarme. Intento explicarle lo que voy a hacer. Ni mijita… Los gestos son significativos y elocuentes: que me vaya, que lo deje tranquilo, manotazos van y manotazos vienen, que no me acerque…, no me quiere ni ver.
Hay pacientes que en la UCI se desorientan y se vuelven poco colaboradores, pero este señor parece orientado y despejado. Pido a mi enfermera que se acerque para explicarle lo que vamos a hacer. La enfermera se acerca sin problemas y le dice: “Mire don Miguel, es que el doctor Pareja-Obregón le tiene que extraer el tubo de la boca para que…” no la dejó terminar, me señalaba y hacía gestos como que yo me fuera, ¡que me fuera de la UCI, vamos…!
Decido esperar un poco para ver si el paciente se tranquiliza cuando entre la visita de las diez de la mañana. Me asomo a la sala de espera y me encuentro con dos o tres conocidos, creo que estaba Álvaro Domecq Romero; don Diodóro y otros “taurinos”. Saludos cariñosos, me preguntan: - Bueno, ¿cómo está El Potra?; - ¿El Potra, esta en la UCI?, pregunto yo. - Si hombre, lo operaron ayer por la tarde de tal y de cual…
De pronto lo comprendí todo. Yo había escuchado hablar de “El Potra “ desde niño, pero no tenía ni idea de su nombre ni lo reconocí en la UCI.
Empecé a reírme y les conté a los visitantes lo que me estaba sucediendo, no se lo creían, se partían de risa conmigo.
Tuvieron que entrar unos pocos de amigos suyos con unas batas puestas y prometerles que aquello no era una broma, que yo era el que el cartel decía y era médico de verdad. Con ellos de “testigos” se dejó acercar y extraerle el tubo sin complicaciones.
Desde entonces siempre que nos veíamos, reíamos recordando esta anécdota y le gustaba pararse a charlar conmigo un rato y a mí mas me agradaba “aprender” cosas con el. Por estas fechas compartiamos mesa algunas veces y la sobremesa se alargaba en un sinfín de anécdotas contadas con la gracia, la libertad y la autenticidad que da haber vívido en primera persona todo lo que se dice. Por el me enteré de muchas anécdotas de mi familia, tenía una memoria prodigiosa y contaba historias antiguas dignas de haberlas grabado.
Sabía más que nadie no solo de toros en el campo y en las plazas, sino que conocía y calaba a las personas por un sexto sentido fruto de sus muchos años de "trato" humano. Era un gran conocedor del alma humana, de sus recovecos, de sus codicias, de sus debilidades. Pero conocía el punto flaco de las personas y cuando quería le sacaba a cada uno lo mejor que tenían dentro.
Se volcaba con los necesitados, que se lo pregunten al Padre Leonardo.
Un recuerdo emocionado desde este humilde Cuaderno para este filósofo de la tauromaquia. Para este Señor: Miguel Criado Barragán. "El Potra".
Celso, me imagino la cara de ese hombre sin poder creerse lo que estaba viendo. Estoy de acuerdo contigo en que este tipo de personas muy de nuestra tierra, sabias, buenas y encima con gracia e ingenio a raudales son un tesoro para todos. Te voy a nombrar a otro señor -en toda la extensión de la palabra- que desgraciadamente ya no está entre nosotros y que era sabio, bueno y tenía ingenio y gracia a raudales: tio Pepe Lopez-Pazo. Besos hermano.
ResponderEliminarNo me deja entrar por mi perfil..
ResponderEliminar!!Menudo susto el del hombre.., lo menos que se podía esperar..jajajaja..
Lourdes Pareja-Obregón
Bueno;que hacía unas fechas que no decía nada y que aquí sigo,leyendo a diario el cuaderno y disfrutando de tu/vuestro saber y vivencias maravillosas.Celso me ha gustado mucho tu opinión sobre los toreros.El "caso" de El Potra sería para haberlo presenciao...
ResponderEliminarTambien me gustó muchísimo la narración de Concha sobre la muerte de Jesús.
Y nada más,un cordial saludo Celso.A todos.Buena feria;aunque no se si seras muy feriante.A lo mejor haces algún comentario sobre la misma no?
Con la fama de guasones que tenéis los Pareja, y me refiero a esa gracia que derrocháis.
ResponderEliminarCuando el pobre Miguel te vio diría, a este me lo han disfrazado de Medico y veremos a ver la que trae preparada, no se le pegaría la sabana al cuerpo.
Ya que el Potra, era bastante largo.
Saludos
Celso, cuanta razón, que personaje Miguel Criado "el Potra" el gran barbero. Tuve la fortuna de conocerlo, escucharlo y observarlo con atención. Sentencioso sin pretenciones, guasa pa dar y regalar, un hombre singularisimo. Le recuerdo especialmente en el despacho del garaje Rufino donde se vendia y cambiaba de todo menos coches, dando clases magistrales de sabiduria taurina y andaluza en general. Por cierto Don Rufino García García, Rufo, era otra persona especialisima en esa casta de señores con retranca que se dan en nuestra tierra alrededor de la fiesta.
ResponderEliminarBesos
Celso, te voy a nombrar unos cuantos más personajes, señores, sabios, buenos y con gracia e ingenio: Eduaro Balbontín, no se puede tener más gracia; un artista (que en paz descanse). Pepe Rivera, canta fandangos de maravilla, además de grandísimo pintor al óleo. David Pastor, graciosísimo, imitaba las voces mejor que nadie; sigue viviendo en Cartaya.... Hemos tenido la suerte de conocer a muchos personajes inolvidables y disfrutar de su amistad. Seguro que recuerdas muchas anécdotas de ellos. Muchos besos.
ResponderEliminarQué bueno, Celso. Y lo bien que lo cuentas. Concha, qué buenos personajes has nombrado…, cuántos recuerdos. Te envío, si te parece, unas líneas que escribí dedicadas a Eduardo Balbontín, la gracia natural… Un abrazo.
ResponderEliminarhttp://moncaencendido.wordpress.com/2007/12/04/eduardo-balbontin/
Un abrazo Marcos.
ResponderEliminarEduardo Balbontín, mi padre y algún que otro de los suyos, fueron a bañarse en El Rompido a la otra banda. Cruzaron el camino de tierra que separa la ría del mar abierto dejándo el barco anclado con la bajante.
ResponderEliminarSe bañaron en el mar, mi padre temeroso porque la vaciante podía dejar en la ría el barco en seco, dijo que íba a verlo, Eduardo Balbontín se le adelantó, a la vuelta éste fue el diálogo:
Celso padre, ¿Eduardo, se nos ha quedao el barco en seco verdad?.
Eduardo, En seco?, fíjate si está en seco que me he entretenido y he cogido un manojo de espárragos que tenía a su altededor..
Lourdes Pareja-Obregón
Óle ese retrato del Potra en la clínica, Celso, pero me ha sabido a poco. Porfa, sigue con las Obras Completas del Potra, que tú te las sabes. Tiene que haber cosas de antología del Potra con tu padre y con tu tío Juan de Dios..-
ResponderEliminarEL PACIENTE SEVILLANO
Celso, otra anécdota graciosa de Eduardo Balbontín. Me cuentan que estaba poniendo el Portal de Belén con todos sus hijos pequeños unas navidades. Empiezan a sacar figuritas para montarlo, y de repente sale una -creo que un pastorcito- con un brazo de menos, pues al ser las figuras de barro se había roto dicho brazo. Uno de los niños le dice: ¡papá esta no sirve, está rota!. A lo que contesta Eduardo deseando terminar de montar el Belén: ¡si sirve hijo, no está rota, es que este es manco de nacimiento!.
ResponderEliminarCelso, yo -como tú- tuve la suerte de conocer a José Luis Siete Revueltas. Enrique y yo éramos muy amigos suyo, y digo éramos porque desgraciadamente ya no está entre nosotros. Durante diez o doce años coincidíamos con él todos los viernes por la noche en San Lorenzo, lugar donde él vivió -y muy feliz- sus últimos años de vida. Tengo tantos recuerdos suyos y tan graciosos, que no podría contar sólo uno. Siempre lo recuerdo delgado y alto como él era, con su "ducado" echando humo, su cuba libre sin hielo y su inteligencia socarrona y buena. La última vez en mi vida que hablé con él, fué en Semana Santa, un mes antes de morir. Por aquel entonces, después de ver salir El Dulce Nombre, nos reuníamos unos cuantos en una tienda de muebles que hay allí, que su dueño, Pedro, es muy amigo nuestro y lo era de Jose Luis. Nos tomábamos unas cervezas y unas tapas y nos reíamos un montón. Recuerdo que aquel Martes Santo le dije que había visto al Palio del Cerro por la Puerta Jerez, y que iba precioso. Nadie, ni él, sabíamos lo malito que estaba. Descansa en paz, amigo Jose Luis; nunca te olvidaremos.
ResponderEliminarCon permiso voy a contar una de las cosas graciosas de Jose Luis. Parábamos los "parroquianos" de San Lorenzo en una bodeguita muy antigua que sigue existiendo, aunque ya con otros dueños. La regentaba un matrimonio joven, que se encargaban entre los dos de todo lo del bar. Al final de la noche, cuando ya sólo quedábamos unos pocos, la mujer cogía su escoba, y con su delantal y un eterno cigarrillo en la boca, barría concienzudamente el local por encima de nuestros piés. En una ocasión, la dueña le dice a Jose Luis en tono cansado: "echate pa yá que voy a barré por tu lao ¡Ojú!". Cuando ella se fué para otro lado, comenta Jose Luis muy serio: -Creo que la han llamado para ser relaciones públicas del Alfonso XIII.- Y lo cuento con un recuerdo muy cariñoso para ellos; el matrimonio del bar.
ResponderEliminarHola, quería saber, si es posible, el nombre completo de José Luis Siete Revueltas, creo que fue sobrino de Dolorcita, la abuela que aparece en la portada del disco de Triana "El Patio", y una vez descubierto el patio de vecinos en el que Máximo Moreno se inspiró para la portada y relatarlo en mi Blog, me gustaría indagar más en la historia de Dolorcita y la única referencia que tengo es que su sobrino fue Pepe Luis el de las Siete Revueltas, a ver si a través de sus apellidos puedo obtener más información. Gracias de antemano.
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