Desde mis años de Universidad me ha fascinado el título del ensayo de Ortega y Gasset. Confieso que no le he tenido nunca en mis manos, que no lo he leído, y que solo tengo una levísima noción de su contenido gracias a internet, pero el título es muy estimulante para un soñador como yo: La Rebelión de las Masas.
Cada vez que soy testigo de una injusticia social tolerada, de un abuso de poder, de un crimen sin castigo, de un robo descarado, de una farsa judicial, de tantos sapos y tantas culebras que nos tenemos que tragar los ciudadanos normales y corrientes, entonces me imagino a un altísimo porcentaje de personas, una gran mayoría absolutamente representativa de la sociedad, hartos ya de estar hartos, manifestándose y protestando de una manera pacifica pero contundente y eficaz, para conseguir que se cumpla la Ley y hacer que se juzge, llegado el caso, a mafiosos con cargos públicos, políticos corruptos, concejales prófugos para beneficio propio, asesores del mangazo, magos del trile financiero, testaferros de lujo, jueces parciales…….
Los ciudadanos normales a los que me refiero, esa utópica gran mayoría, somos todos aquellos que tenemos libertad absoluta de voto, que elegimos en las urnas a nuestros representantes y gobernantes cada pocos años, y que después nos dedicamos a nuestros quehaceres confiados en que estamos en buenas y limpias manos. Los elegidos por nosotros gobiernan España y sus Comunidades, sus Municipios y Ayuntamientos con Lógica, Justicia, Igualdad y Democracia. Administran con equidad nuestro Patrimonio. Evitan el despilfarro y gasto inútil procurando nuestro bienestar económico y mejorar nuestra calidad de vida. Los escogidos en las urnas o por los partidos políticos con mayor número de votos, son ciudadanos libres dignos de nuestra confianza, ejemplo de honradez, de entrega social altruista, de transparencia económica personal, de tal manera que en cualquier momento estarían dispuestos a abandonar su puesto o cargo “político” para volver a su quehacer habitual como personas “normales”.
No se rían tan alto por favor….
¿Hablamos de España? ¿De Andalucía? ¿De qué capital o ciudad quieren ustedes que hablemos?
La realidad es algo parecido a un chiste o anécdota que no me acuerdo bien pero que terminaba diciendo: “¡Quien se quita del toreo ante estos ricos manjares….!” De hecho los señores que salen cada día en los periódicos, algunos presuntos sospechosos, otros imputados, y otros ya condenados por delitos económicos, tráfico de influencias, dádivas abusivas, dinero desviado o esfumado, alteración fraudulenta del valor real de terrenos, subastas supuestamente amañadas, comisiones voladoras que se evaporan….. ni se inmutan.
La sensación que dan es que lo que les preocupa de verdad no es ni su honestidad, ni su integridad personal, ni su fama, sino salir lo mejor parados y en el menor tiempo posible, sin renunciar a nada, o al menos cambiar solo de pupitre, pero no de colegio. Por eso niegan la mayor, ocultan datos, esconden pruebas, se amparan en sus superiores, amenazan con tirar de la famosa manta, se protegen bajo el mismo paraguas, se acusan los unos a los otros y lo que es peor, implican a inocentes...…. pero no se van.
No se van ni con agua caliente. ¿A dónde van a ir? Donde van tener la misma calidad de vida, el mismo sueldo, el mismo acceso a información privilegiada, el mismo coche con chofer, las mismas tarjetas de crédito cargadas con pólvora ajena…. ¿cuando van a viajar tanto y tan barato? (a veces tan bien acompañados….) ¡Lo que puede dar un carnet con determinadas siglas o un Acta Protectora, cuando cae en manos deshonrosas!
Vuelvo a acordarme de Ortega y Gasset y suscribo como mío (ya me gustaría) este párrafo del prólogo de La Rebelión de las Masas:
“Ni este volumen ni yo somos políticos. El asunto de que aquí se habla es previo a la política y pertenece a su subsuelo. Mi trabajo es oscura labor subterránea de minero. La misión del llamado intelectual es, en cierto modo, opuesta a la del político. La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, confundirlas más de lo que estaban”.
Ortega y Gasset debieron ser unos filósofos muy buenos...aunque yo donde se pongan Andy y Lucas...
ResponderEliminarEl que era buen filosofo de verdad era el Pato Lucas...... no te olvides de Bugss Buny "El conejo de la suerte"..... hablando de conejos...... ahora vuelvo......
ResponderEliminarCelso, aunque mi comentario no es respuesta directa a tu magnífico artículo, estos días atrás he tenido que vivir dos casos que creo reflejan lo desconcertados que estamos los ciudadanos ante la clase política a la que te refieres con toda la razón. Estamos en el medio las personas que tenemos una vida normal y unas ideas parecidas o distintas pero pacíficas (quizás demasiado), que nos respetamos y vivimos en paz entre nosotros.Y están los que de mala manera, hacen una revolución soterrada y ladina. Son los dos extremos. Esta vez la cita es de Machado..españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos España ha de helarte el corazón. El otro día en el funeral de una señora ya muy mayor, estabamos Manolo y yo charlando con los dolientes en el tanatorio y se acercó a nuestro grupo una ,para mi, desconocida señora y dijo sin inmutarse que el que tenía que estar de cuerpo presente era Zapatero, y que después tenían que desfilar igualmente todos sus secuaces. La cosa puede tener hasta su gracieta si los hijos de la señora fallecida no estuvieran delante llorando a su madre. No me negarás que eso es de desquiciada. Eso por un lado, por el otro extremo, unos ex amigos de la red (facebook) políticos de huelva del partido de Llamazares (IU) me decían, sobre una felicitación que hice de navidad pidiéndole a Dios bondades para el nuevo año, que ¿cómo soy capaz de practicar una fe dónde en su iglesia....bueno barbaridades, para que seguir, te diré que lo último que me dijeron fue hereje,,,,me parto y me mondo,,,,. A lo que voy, si con éstos mamarrachos extremistas de uno u otro lado es con lo único que contamos para rebelarnos, estamos aviaos. Yo por mi parte hago como tu, lo cuento para que se sepa, y si alguna vez tenemos que hacer una rebelión sobre la impresentable clase política, que sea con respeto hacia nosotros mismos, hacia las dos españas de Machado..Rechazo a los extremistas de uno y otro extremo porque ellos son los que siguen el ejemplo de la impresentable clase política.
ResponderEliminarJajajaja vaya dos hablando de filósofos serios....hablando de serio....hablando de serio...ahora vuelvooo..
ResponderEliminarHermana Lourdes, impresionante lo que cuentas y lo bien que lo cuentas. Enhorabuena por tener las ideas tan claras y por no dejarte cegar por el rencor el odio y el fanatismo de los que NO son LIBRES porque están atrapados detrás de unas siglas y son incapaces de respetar la LIBERTAD ya sea religiosa, cultural, de pensamiento, de vivir la vida sin tener por cojones que pisotear a nadie con nuestra palabras o acciones..... Muchas gracias.
ResponderEliminarInteresante lo que dices sobre un tema tan conversado en la cocina de cualquier hogar, en el mostrador de cualquier feria, oficina, o sentados en la mesa de nuestro café habitual con el grupo de amigos con quienes compartimos gustos, disgustos y opiniones dictorias y contradictorias.
ResponderEliminarOrtega Gasset, quien fue un valiente filósofo de vuestra tierra y nos legó sus pensamientos, que aún sobreviven intactos a más de 50 años de su muerte, trascendió el tiempo y espacio de su paso por este mundo, tuvo la visión y la valentía de contarnos en forma clara, didáctica y amena, su filosofía, abriendo espacios en la mente de otros para comprender el mundo de manera más clara y reconocible.
Compartiendo pues tu valentía por lo que manifiestas, me gustaría ver publicadas tus columnas no solo en este Blog, sino en un medio escrito de mayor alcance a tus conciudadanos sevillanos, y no dejar estos valederos comentarios tuyos solo para quienes accedemos por la cercanía a tí, por este medio privado para unos pocos descubridores
Pues toma la espada del Cid y lánzate al periódico de tu hermosa ciudad a decir y contar tu verdad, que ya a esta altura te puedo decir tendrá la aceptación de todos aquellos que piensan igual, pero solo lo dicen en las penumbras de sus lugares.
Gracias Carlos, no sé si estoy cualificado para eso.... es mucha responsabilidad además. Para tu tranquilidad te diré que en esta Sevilla tan angosta de mente y de mentes, afortunadamente tenemos excelentes periodista y comunicadores que bien por medio de artículos periodísticos, programas de radio y de televisión intentan mantener las mentes libres de ataduras, las conciencias despiertas, las ideas frescas, las ilusiones vivas.... son pocos pero muy activos, son libres y cultos, críticos y tolerantes.... ya quisiera yo parecerme en algo a alguno de ellos!!!! Cuando quieras te doy sus nombres (no sé si está bien publicar nombres propios en un BLOG sin permiso).
ResponderEliminarEstimado pariente lejano:
ResponderEliminarCréame que ha tenido usted suerte en no haber leído "La rebelión de las masas". Yo sí lo hice. Fue hace mucho años, cuando vivía en España.
Acabé escribiendo una crítica más bien dura, la cual está disponible en
http://www.itapebi.com.uy/pdfs/Ortega-obra-completa.pdf
Como resumen, se puede decir que los rasgos más notables del libro son:
1. El ataque a la ciencia y la tecnología (no hay nada peor que un científico o un profesional)
2. El antiamericanismo (el que crea que Estados Unidos puede ser vanguardia es tonto)
3. Existencia de una sociedad europea
4. Reafirmación de que España es parte de Europa y de que Rusia no lo es.
5. Antipacifismo (la guerra es una genial técnica de vida y para la vida)
6. Exhumación de la decimonónica dicotomía civilización-barbarie
7. Desprecio por todo ser humano que no pertenezca a la elite de la cual Ortega se siente parte
8. Propaganda autoritaria y reaccionaria, en general, y por el bando nacional en la Guerra Civil Española, en particular
Para una persona de derechas, el libro puede resultar complaciente. Para el resto de los lectores, recomiendo buscar otros rumbos. El problema no es tanto los temas que trata ni desde qué posición política los trata sino las incontanbles contradicciones en que cae Ortega (en algunos casos de un renglón al siguiente) y la increíble desconexión entre su cosmovisión y la realidad que le tocó vivir.
Se atribuye a este libro un valor profético: nada más lejos de la realidad. Por el contrario, está plagado de profecías incumplidas, algunas de grueso calibre como cuando augura (en 1930) que la violencia en Europa comienza a remitir.
Tampoco el libro aporta nada nuevo. Lo que podría considerarse su punto medular (las masas) es una copia casi textual de Nietzsche, poniendo como fenómeno novedoso algo que llevaba al menos 50 años de existencia.
Dicen algunos que Ortega fue el intelectual en lengua española más importante del siglo XX. Es triste pensar que puedan tener razón.
Saludos desde Uruguay y a continuar por ese camino, por el que viene muy bien.
Gracias pariente lejano (¿lejano por lo de Uruguay?), pero me imaginaba que era un bodrio terrorífico y por eso no he hecho ni intención de lectura.
ResponderEliminarUn saludo desde España (¿madre patria?)...