"Casos Clínicos"

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Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz.
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

domingo, 20 de marzo de 2011

GUERRA Y PAZ

No, no voy a escribir sobre la gran novela de Tolstoi, que me confieso culpable de no haberla leído todavía, quiero escribir más bien sobre hipocresía, sobre falsedades, sobre muerte sí o muerte no, justificada y aceptada o cobarde y criminal, quiero escribir lo que siento estos días de maremotos inexplicables, de mariconas libianas perpetuándose en el poder por la fuerza de las armas, de asesinatos impunes a diario en Méjico, Colombia, Venezuela, China, en casi toda Africa, de la locura de los países árabes “integristas” que fomentan la “guerra santa contra los infieles”, de Al-Kaeda, de los llamados Talibanes, de los suicidas forrados de bombas en los mercados llenos de inocentes, de la vergonzosa guerra interminable de israelitas y palestinos, quiero escribir sobre la gran mentira de los gobernantes mundiales que dirigen a su antojo los suculentos negocio de las armas, es decir de las guerras, es decir de la muerte de inocentes.
Me vuelvo por enésima vez a declarar absolutamente en contra de la llamada “pena de muerte” dictada por jueces, del aborto injustificado, de la eutanasia cobarde y de cualquier acción o dejación que favorezca o permita que se realicen estos actos criminales. Estar en contra de la muerte implica no solo decirlo cuando convenga politicamente y ponerse una pegatina para salir en fotos o firmar manifiestos, unas veces si y otras no, según quien sean los que ordenen las masacres y el color de los que vayan a morir. Estar en contra de la muerte es estar siempre a favor de la vida. Siempre.
Pero verán ustedes lo que me pasa (lo que espero que no me pase nunca). Si yo estoy en mi casa o en la calle tan tranquilo, con mi mujer, mis hijos, mi nieta, mi madre o mis hermanos, y de pronto aparece un tío con una pistola o un cuchillo y tengo la certeza que va a matar a uno de mis hijos, o tiene una escopeta y está a punto de disparar contra nosotros, juro que no me temblaría la mano de pegarle un tiro en la cabeza, de dejarlo frito como un pajarito, y estoy completamente seguro de que me alegraría de que el muerto fuera él y no otra persona. Pero si ese agresor llegara a matar a alguno de los que he dicho antes (Dios no lo permita, si, si, ya lo se…), no sería capaz, en frío, de hacerle daño. No firmaría su “pena de muerte”.
Por eso creo que se puede extrapolar mi opinión al respecto con lo que sucede en el orden mundial. Si la ONU o quien corresponda, con toda la información que deben tener, satélites, espías cerocerosietes, etc, consideran que un loco, un iluminado, un terrorista, llámese Bin-Landen, Sadam, Adolf, Carlos, Luis Alfredo, George, Helmut, Margaret, Kin-Il-fon, MaoTseTse o cualquier otro nombre, que manipulando u obligando a sus ejércitos puede poner en peligro la vida de miles de personas (Torres Gemelas por ejemplo), entonces, supongo que tenemos derecho a defendernos.
Solo en el siglo XX y lo que va de este han sucedido muchísimos crímenes atroces, genocidios, guerras sin sentido con millones de muertos inocentes, que a lo mejor se podían haber evitado: los millones de muertos en la 1ª Guerra Mundial, Hitler con el ejercito alemán y el exterminio sistemático de judíos de los campos de concentración, Camboya, Laos, Vietnam, Tibet, Africa entera, tutsis, Angola, la verguenza consentida de los serbios asesinando impunemente a sus vecinos por ser de otra raza o religión, etc, etc.
Yo hubiera preferido que hubieran muerto siete u ocho terroristas en vez de los inocentes del 11-S o del 11-M en España.
Pero nunca hubiera ordenado tirar dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.
No sé si me he explicado bien.

3 comentarios:

  1. Celso, he de decirte que te has explicado perfectamente, y que en estas reflexiones estoy completamente de acuerdo contigo en todo lo que escribes. Si en algunas otras opiniones tuyas no estoy del todo de acuerdo, prefiero decírtelo a tí solo, pero en este caso suscribo todas las cosas que dices. Mira, en una ocasión -hace ya algunos años- le pregunté a una persona muy inteligente y -casualmente- sacerdote, (J-G.M.) que qué podíamos hacer ante todas estas cosas de la vida que vemos, y me contestó: "Concha, los seres humanos tenemos dos obligaciones principales: una, no hacerle daño conscientemente jamás a nadie, y dos, no permitir que nos lo hagan a nosotros. Pero esto siempre debe ser por la via pacifica; utilizando la inteligencia, la que cada cual tengamos". Aquellas palabras nunca las he olvidado, pero si me encontrase en el ejemplo que tu pones, de mi marido, mis hijos, mi nieta y todos vosotros, ahí sería una leona defendiendo a los que más quiero. Tu hermana Concha.

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  2. Me da pánico el pánico, me da miedo el miedo, hubo alguien que se fue por miedo a irse..Solo quiero paz y serenidad, no comprendo nada.....Los gobiernos se venden armas entre todos para luego matarse con ellas entre todos...los terroristas matan porque su tierra en vez de llamarse España se llame yokekoñosé..Ya tenemos bastante con las dificultades que naturalmente vienen, pero no, siempre hay quién da por....(Hoy estoy buena,,), vale ya....Evitar el sufrimiento humano como se pueda y con sentido común, ayudar a quién necesite ayuda, y sobrellevarnos con paciencia, y para mi la misericordia de Dios para proporcionarme las fuerzas que me faltan ante mis miedos y mi falta de comprensión, ante tanto sufrimiento..perdón hoy estoy un poco atacá.

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  3. Mamá,qué cosa más grande...YOKEKOÑOSÉ.....JAJAJAJAJAJA!!!Os quiero familia

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