Quinto de Bachillerato.
Catorce años, todo un hombre-sito (así me llamaban en mi casa Sito). En el Colegio era Pareja. Ya no usábamos babis ni “comandos”. La Misa era voluntaria. Se fumaba en la puerta de salida casi sin esconderse. Algunos tenían moto. Otros decían que novia. Y yo me convertí en Alquimista.
Siempre me gustó la Química, de hecho, cada año por Reyes pedía un Cheminova cada vez mayor. Cuando empecé con las clases de Química con don ¿Antolin? descubrí un mundo nuevo. La Tabla Periódica, los elementos con sus valencias y su Peso Molecular, con sus átomos y electrones girando y combinandose unos con otros, me fascinaban. Era Magia. Me gustaban las reacciones químicas en la teoría, pero yo quería ver como se producían de verdad.
Aquel curso de 1970-71, aparte de hacer mucho deporte (futbol y Judo, que me encantaba) y divertirme a diario con unos amigos estupendos y graciosísimos (hablaré de ellos tranquilamente), me dediqué a la Alquimia. Un buró de madera que debería ser para estudiar y guardar los libros de mi hermano Jóse y míos, lo convertí en Laboratorio. Los productos químicos del Cheminova eran inocuos, por eso me dediqué a recorrerme Drogerias de toda Sevilla (la mejor era la de la Plaza del Pan) e ir comprando maravillosos frascos con Nitrato de Chile (de sodio), y de Plata, Sulfato de Zinc; ácidos Sulfúrico, Nítrico y Clorhidrico; Azufre, Potasio, Permanganato, etc, etc. Conseguí tener tantos productos peligrosos que me daba miedo que los tocaran y le puse al buró dos cáncamos y un candado.
Me entretenía en poner una disolución de Sulfato de Cobre, metía dentro una llave de hierro y al cabo de unos días se transmutaba en Sulfato de hierro y la llave estaba forrada de cobre. Mi madre empezó a preocuparse en como abrir los roperos.
Pero lo que me gustaba de verdad era fabricar pólvora con la peregrina idea de hacer un cohete con un tubo de Redoxon y una varilla. Mi fórmula era nitrato potásico, clorato potásico, azufre y carbón de madera. En las pruebas preliminares en el alfeizar de la ventana de mi cuarto, chamusqué completamente varios visillos, por lo que me vi obligado, bajo amenazas de mi madre de tirar el buró con todo su contenido, a hacer las pruebas en los montones del campo del Sevilla.
Mis amigos se cachondeaban de mi porque los cohetes no despegaban y lo único que hacían era echar humo pestilente. Decidí jugarme el todo por el todo: le mangué a mi padre un buen puñado de pólvora de la que usaba para recargar los cartuchos que usaba para las cacerías, pólvora de verdad, de la que explotaba. La mezclé con mi pólvora casera al 50%, la embutí a presión en el bote de Redoxón, le pegué una varilla de madera, puse la mecha y anuncié el lanzamiento de mi cohete, el viernes por la tarde.
No tuve mucho público, pero por lo menos logré convencer a siete u ocho escépticos que esperaban otro “petardo” por mi parte. Dispuse concienzudamente el artilugio apoyado en unas piedras apuntando al infinito, me acerqué con parsimonia, prendí la mecha… y metí mano a correr como un loco. Los espectadores no se movieron, se quedaron mirando tranquilamente como la mecha se acercaba al cohete.
El petardo fue gordo, vamos, que se escucho en media Sevilla. Los cachitos de bote de Redoxon todavía alguno los tiene incrustados en las piernas. La sordera es permanente, por desgracia.
Todavía no me han perdonado del todo.
Ese año aprobé casi todo, bueno, me suspendieron en junio Inglés y Religión. Mi Padre se descojonaba de risa con eso de catear la Religión.
A El Rompido de cabeza.
Hola Celso, Vaya cachondeo, teniamos a un Von Braun en potencia con lo de los cohetes. Desde luego todavia me estoy riendo.
ResponderEliminarEres mas malo que Rubalcaba.
Bueno pues ya se donde tenemos el que nos va a sacar de la crisis con los inventos balisticos.
Has pensado en ofrecerte a Gadafi ahora que tiene unos problemillas por alli?
Un abrazo Jose Luis.
Jajajaja!! eras más malo que Rubalcaba,Dic.- José Luis, que bueno. Aparte te diré que con respecto a lo que hablabais del Movimiento, tu PACIENTE IMPACIENTE, decía una gran verdad, aquí en Cartaya todas las personas mayores dicen...."cuando el movimiento se arrasó la iglesia", "o cuando el movimiento hubo mucho estraperlo porque no había nada que comer", "mi marido en el movimiento estubo en el frente de..", y éste lo he oido hace poco, "en el movimiento me mandaron a Burgos y me pasé la guerra cuidando a una mula que era pa los mandaos". Corroboro ésto porque lo tengo oido. Lo del NO-DO, si es verdad, los cargos de entonces tenían que ver con el movimiento....pero no sé porqué..Un beso..quimico..en realidad lo sigues siendo, vigilas los cuerpos y las mentes de las personas (química pura) y les mandas tus sabios tratamientos (también), al final..todo un éxito..Mua..
ResponderEliminar